viernes, 3 de mayo de 2019

PLIEGUES






_ ¡Joder, dejadme en paz!...
_¿No podeis entender que me estoy muriendo? - Dijo Leslie mojado de sudor, entre la espuma de
las sabanas blancas con el azul impreso del nombre del hospital-
Casi había gritado...
Su mujer y sus hijos lloraban sentados en los dos bordes de la cama expectantes
_ Se nace solo, se muere solo – intentó razonarles-
_No se necesitan espectadores para morir -intentó razonarles -
Su mujer pulsó el timbre en forma de perilla que hay en los cabezales de las camas de los hospitales y al momento apareció una enfermera con bata de mas espuma blanca y un poco de mar bordado en el bolsillo
_Está muy excitado -dijo su mujer-
_¿No pueden darle un calmante?
_No podemos, ya le dije que dejó escrito en su testamento vital que no le pusiéramos nada de para calmar el dolor, ni siquiera consintió que le pusiéramos una vía venosa...
_¡Sáquelos de aquí, enfermera, quiero estar solo! -Dijo Leslie con firmeza-
La enfermera los invitó a salir amablemente y los reunió en una sala contigua a la habitación e intentó tranquilizarlos.
_Ya queda poco... Hemos hecho lo que hemos podido – dijo con seriedad profesional- se está apagando...
_No es habitual esa manera de morir, el protocolo indica sedación severa en esos casos, paliar el dolor en lo posible, pero él indicó las pautas a seguir cuando le dijimos que no se podía hacer nada contra ese tumor -concluyó la enfermera-
Leslie se había quedado solo con una pregunta en los labios...
_ ¿Qué se siente cuando mueres?...
Quería saberlo, quería experimentar su muerte siendo consciente del proceso de transición, enfrentándose al dolor.
Permaneció quieto en la cama esperando la muerte. Se acordó que tenía la costumbre de desayunar con los pájaros, cada mañana, hiciera frío o calor, Leslie desayunaba en la terraza de su casa y esparcía un poco de bizcocho en el suelo; enseguida aparecía la banda de los espabilaos – les había puesto ese nombre a los gorriones que siempre acudían casi a sus pies a comer- mas tarde aparecía una pareja de avefrías a las que había puesto el nombre de Rosa y Carlos.
Le encantaba comenzar el día con esa compañía.

EL AVISO

Le lloraba el ojo derecho, Leslie pensó que era el puto tabaco o el síndrome ese de las lágrimas
falsas que afecta a los que ya van pillando edad.
Por eso pidió visita a un oculista de pago.
Después de una exploración a conciencia con aparatos de introspectiva ocular y de varias dolorosas pruebas sobre el funcionamiento del canal lacrimal, el oftalmólogo le explicó que su ojo estaba bien
pero que algo en su cabeza irritaba el nervio óptico produciendo el lagrimeo constante.
Le recomendó que se sometiera a una exploración neurológica.

Después de varias pruebas y varios scaners encontraron el tumor que presionaba el nervio öptico.



_ Es maligno e inoperable...- Dijo el especialista-
_ Intentar operar sería una carnicería, se quedaría ciego y no serviría de nada...
_Lo siento...
_Calmantes, cuidados paliativos -dijo- la quimioterápia no es aconsejable, ya hay metástasis …
Leslie solo atinó a decir : Vale...
Dejó al neurólogo con la pluma y el bloc de recetas en la mano y salió a la calle.
_ Estoy muerto – pensó-

Leslie no estaba asustado, solo sorprendido.
Se dirigió a pie al trabajo y puso en orden todo el papeleo pendiente.
Por la tarde pidió cita con el notario e hizo el testamento vital
Pensó en el dolor y la consciencia y decidió no tomar ningún calmante, tenía curiosidad por experimentar los límites del dolor.
De camino a su casa fue parando el tiempo, se sentía como si hubiera llegado a un destino que no conocía, podía parar las cosas, las personas, los objetos, los inmovilizaba, los fijaba con solo mirarlos.
Había pedido la baja laboral y respondió con evasivas las preguntas de sus compañeros y las de su mujer.
¿Qué se siente cuando el dolor llega al límite? - se preguntó muy preocupado- ¿Como se siente?
¿Qué sentimientos desencadena?...
_ Espero no perder la consciencia, se dijo a si mismo.


EL DOLOR

Leslie pensó muy seriamente si sería capaz de soportar el dolor sin que sus allegados se alarmaran.
El dolor no solo es personal, se expande a los seres queridos …
Pensó que si su familia notaba que estaba sufriendo, el a su vez vería aumentado su sufrimiento.
_De momento no me duele nada-pensó- solo picor y lagrimeo; tendré que aprender a disimular.
Ante él se había abierto una aventura fascinante...
Los caminos de la muerte, pensaba recorrerlos sin miedo
Leslie siempre había pensado que la muerte era la transición de la luz a la oscuridad
La matéria no desaparece, se transforma en otras cosas, es lo que sabemos...
...Pero, ¿y la conciencia del ser? ¿También se transforma? ¿La mente es materia? Cada vez sentía mas curiosidad por el final de la vida.
Solo estaba seguro de una cosa, no sentiría miedo, ni miedo ni anestesia, la curiosidad por eso calmaba su miedo natural a morir.
Quería pasar al otro lado conscientemente, sabiendo que pasa, has ta el final de la consciencia.
¿Sería capaz de soportarlo?


EL DEBUT

Esa noche, Leslie se había quedado dormido intentando leer un libro difícil, cuando leía por la noche lo hacía en la habitación donde dormían sus hijos cuando venían a verlo.
El pinchazo en el ojo lo despertó alarmado, parecía que algo muy afilado le había atravesado el iris
por dentro y hacia fuera.






Se llevó la mano al ojo e intentó calmarse, a trompicones consiguió llegar al lavabo y se lavó el ojo con agua caliente para calmar el dolor.
Se miró en el espejo del lavabo y pudo ver su ojo hinchado y muy rojo... Un derrame ocular …
Había leído que las enfermedades debutan, se ponen en escena como los actores.
Una cosa es pensarlo y otra cosa sentirlo -se dijo presa del pánico-
Apagó la luz, la claridad aumentaba su dolor
Se calmó un poco intentando controlar la situación y poco a poco pudo pensar con claridad.
Respiró hondo y se acostó junto a su mujer que dormía desde hacia rato. Poco a poco se quedó dormido con una mano tapándose el ojo.

MAS DOLOR

Su ojo hinchado le delató por la mañana alarmando a su mujer...
_Me pusieron un líquido en el lagrimal – le dijo-
_En unos días se pondrá normal...
_Pero es que lo tienen muy rojo y se te está poniendo morado, dijo ella muy preocupada.
Leslie casi no podía soportar el dolor de cabeza palpitante
_Se pasará enseguida, me han dado unos calmantes – mintió-
Pensó que si ese era el máximo dolor, podría soportarlo...
Pero fue a mas...
En los días siguientes el dolor fue aumentando, se calmaba unos minutos y volvía la punzada aún mas aguda, casi insoportable, había perdido la visión del ojo derecho y le costaba seguir disimulando.
No sabía que dolía mas, la punzada constante o la cara de preocupación de su mujer y sus hijos.

EL DESMAYO

Estaba regando las plantas de la terraza y esparciendo migas de bizcocho para sus queridos pájaros,
necesitaba distraerse de alguna manera haciendo algo agradable; las hortensias azules habían crecido bien después del invierno, estaban preciosas...
De pronto, se apagó la luz de su cabeza, su resistencia al dolor había llegado al límite, cuando eso ocurre el cerebro apaga las luces y desconecta...
El yó ya no es importante, lo físico se impone apagando el sistema...

Leslie despertó en el hospital, su mujer lo había encontrado tendido en el jardín, Toby, su perro adoptado había permanecido a su lado ladrando sin cesar y dando gemidos angustiosos.
_ Ya ha vuelto... - Dijo la enfermera que ya había contado a la familia la gravedad de Leslie-
Leslie abrió los ojos lentamente, poco a poco, la niebla de su visión se fue disipando.
Solo podía ver con su ojo izquierdo, si abría el ojo derecho aparecía algo parecido a una mancha de tinta negra.
A lo largo del día recibió la visita de una psicóloga que lo intentó convencer para que aceptara cuidados paliativos.
_ Su familia no puede soportar que sufra de esa manera – dijo-
Leslie siguió rechazando los calmantes, sabía que si aceptaba, le aplicarían un coma inducido, era el protocolo.
Mas tarde apareció un cura joven para confesar y ponerlo en paz con dios...






¡Váyase a la mierda! -le dijo-
¡Déjeme en paz!
Estaba perdiendo vitalidad, sabía que se estaba muriendo.
Todo su vida pasó ante él en un instante, sin tiempo ni espacio...
_ ¡Vaya una mierda de vida que he tenido! -Exclamó para si mismo-
Poco a poco el dolor fue aflojando la presión en su cabeza, no necesitaba ningún diagnostico que lo confirmara, se estaba muriendo, la mancha de tinta negra se había extendido por todo su cuerpo.
Morirse es como un suspiro, pensó...
Leslie se dejó llevar por la mancha de tinta a la oscuridad absoluta.
Hizo un último esfuerzo intentando ser consciente hasta el final...
Poco a poco, el sueño de la muerte paró todo como si se apagara una lámpara...
DESPERTAR

Leslie despertó creyendo que todavía no había muerto, creyendo que todavía estaba agonizando en la cama del hospital.
Se incorporó de un salto y se llevó la mano al ojo derecho y lo notó normal, no le dolía nada y no estaba hinchado.
Estaba en su cama, en la cama donde solía dormir...
Pensó que todo había sido un sueño, pero al instante todos los recuerdos de su sueño se fueron rompiendo a trocitos como los

cristales de un coche después de un accidente.
Solo se acordaba de algún fragmento impreciso como suele ocurrir en los sueños.
Se levantó sin hacer ruido y se sentó en la terraza intentando recordar su sueño.
No lo consiguió a pesar de sus esfuerzos, el sueño se había diluido.
Algo había cambiado, notaba cambios en todo su cuerpo.
Todo lo que está vivo, siente, de alguna manera piensa, cada célula del cuerpo es inteligente, forma parte de un algoritmo biológico .
No podía recordar su sueño, pero algo en su cuerpo había cambiado...
Se sentía raro...
Estaba amaneciendo, colores naranja se mezclaban con los grises azulados de unas pocas nubes
en el horizonte de bloques de pisos.
Sabía que estaba en su mundo, sabía que dentro de unas horas iría a trabajar como cada día, sabía que su mujer dormiría hasta las ocho y que se despertaría puntualmente para hacer sus cosas y darle un beso antes de que se marchara.
Echaba de menos algo y no sabía qué, no podía recordar los pájaros, nunca había visto ninguno, había pasado a una vida paralela donde no existían los pájaros.
Leslie nunca supo que cada vez que mueres se produce un pliegue que lleva a una existencia paralela muy parecida a la vida anterior.

FIN

(Dedicado a Max Planck precursor de la física cuántica )