sábado, 20 de junio de 2015

LHI Y MHÓ


Lhi y Mhó





¿Que haces Lhi?
Me estoy afeitando ahí, ya me están saliendo pelos...
¡Que asco!
Pronto tendrás la matanza de Texas entre las piernas – dijo Mhó -
¡Que rabia, a Hans no le va a gustar!
Disimula...
Se dará cuenta, estoy creciendo...
Mira las tetas que se me están poniendo...
Si me viene “eso” tendré que ponerle goma, si me quedo preñada se acabó todo...

Desde que pasó lo que pasó todo había cambiado en el mundo, casi todo el mundo hacia lo que quería...
Lhi y Mhó apenas tenían doce años, eran pequeñas de edad y de baja estatura, casi como todas las chicas thai

¿Para que matarse cultivando arroz? Vienen turistas de todas partes, traen dólares, traen cosas el turismo ha revolucionado el mundo – solía decir Jung-thá-phé el padre de Mhó
Mas que su padre parecía su abuelo; muy delgado, con el abdomen hundido, encorvado, como comido a si mismo
Siempre sonreía mostrando el desastre de sus dientes
Lhi y Mhó vivían como hermanas en su casa
El padre de Mhó había comprado a Lhi de pequeña, apenas tenia tres años, su madre la vendió a cambio de una pequeña parcela de tierra para cultivar arroz
Es mucho mas rentable, una chica bien enseñada trae la fortuna a las familias en estos tiempos – opinaba Jhun-tha-phé -
A veces Lhi enviaba dinero a sus hermanos a pesar de todo...
Era normal vender niñas en esos tiempos
Una niña necesita dote para casarse, cosa impensable en una familia como la de Lhí
Eso de casarse con dote es para familias ricas …

Hans es tan bueno... -Dijo Lhí -
Si tuvimos mucha suerte con ese gigante – dijo Mhó -
Las dos niñas se pasaban horas en su habitación charlando desnudas; Tenían a un niño-criado para cazar cucarachas y mantener la estancia libre de esos bichos, a Hans le daban mucho asco.
Le pagaban con una comida al día, a veces si se portaba bien le daban las sobras de la comida de las dos .

Ya hace tres años que me tiene... Bueno, casi cuatro... -Dijo Lhí -
Me asusté tanto al verle...
Si, lo recuerdo, le mirabas asustada... ¡Es tan grande tu Hans! - dijo Mhó-
Mi padre quería prepararlo un poco, le dijo que fuera con cuidado, eras tan pequeña...
Tenias ocho años entonces...






Tu al verlo tan grande te pusiste a llorar, apenas sabía nada de esas cosas ni lo que quería de ti...
Había oído algo pero no entendía nada, solo obedecía a tu padre, el sabe lo que me conviene.
¡Es que mide mas de dos metros mi Hans!
Y no está delgado...
¡No, no está delgado tu Hans ! Las dos niñas rieron a carcajadas un buen rato
¡Parece un barco tu Hans!
Todo lo que tiene de grande lo tiene de bueno
Es verdad - corroboró Mhó -
Ya me gustaría tener a un chico como tu Hans -dijo Mhó -
A veces lo tienes también pero es mío...
Cuando lo ví desnudo no sabía que hacer y me puse a llorar en un rincón...
¡Estaba tan asustada!
¡Es verdad, parecías un Cachí asustado!

El me tomó en sus brazos como una niña pequeña y estuvo un rato meciéndome...
Cantaba una extraña canción de cuna mientras me balanceaba entre sus brazos
Se untó las manos de aceite de kaovania de ese tan caro de dar masajes y me acarició hasta que me dormí.
Me fijé en sus manos, una sola mano era tan grande como mi cabeza …
Me di cuenta que le caían lágrimas mientras me acariciaba... Cuando alguien llora así es porque te quiere.
No quiero ser mayor Mhó...
Las lágrimas le resbalaban por la cara, Mhó le pasaba los dedos cerca de los lagrimales y se bebía las lágrimas.
Lhi seguía llorando y Mhó comenzó a lamer la cara de su amiga, le gustaba el sabor amargo y salado de las lágrimas...
Me como tus lágrimas, me como tus penas... Así desaparecen tus penas...
Una cucaracha se había ido a vivir entre la melena de Lhí...
¡¡Milk!! -gritó Mhó dirigiéndose al niño matacucarachas
¡¡Si vuelvo a ver una cuqui por aquí te quedarás sin arroz !!
¡¡Hans se pone de los nervios si ve una cuqui!!
Es que no hay manera de pillarlas a todas – dijo Milk – matacuquis -
Milk entró en la estancia y repasó minuciosamente todos los rincones
Cuando terminó espolvoreó todos los rincones con canela en polvo; La canela en polvo auyenta las cucarachas y hace muy buen olor...
También es un afrodisíaco natural

No quiero crecer Mhó...
Me dejará si me hago mujer …
Buscará niñas mas pequeñas, me olvidará...
Me moriré si me deja, si deja de protegerme me moriré, tu padre me venderá …
Lhi lloraba con ojos de doce años y Mhó seguía lamiendo las lagrimas con lengua de once años
¿Vendrá hoy? - Preguntó Mhó -
No sé, el nunca avisa, viene cuando quiere, yo siempre estoy aquí, soy suya …
No tengo que pedirle nunca nada, me quiere, le da el dinero a tu padre pero siempre me da algo a mi
para mis cosas...
A veces tu padre me pega cuando escondo el dinero que me da Hans. No es para mi, es para mis hermanos...




Cuando me abraza me dice: Eres mi niña ...Me trata como una niña pequeña, me gusta... Es tan delicado...
¡Con lo que le costó abrirte! Llorabas mucho – rió Mhó -
Es que tenía solo ocho años...
Tu padre trajo ese aceite pero tampoco entraba...
Cuando Hans trajo esa crema vaselín tan buena …
No hay prisa , me decía …
Me besaba tiernaamente mientras me metía solo la puntita muy llena de vaselín , con mucho cuidado, procurando no hacerme daño...
Mi Hans tiene todo tan grande...
¿Recuerdas Mhó, cuando se tumbaba desnudo en la cama y las dos jugábamos encima de él?
El juego del té le encantaba jajajajajajajaj
Té muy caliente en la boca y enseguida le chupábamos eso...
¡Como le gustaba!
Se quedaba dormido enseguida
Tan rubio, tan grandote, y nosotras jugando encima dando saltitos en su barriga …
Ya casi han pasado cuatro años...
Son grandes los alemanes...
Si...
¿Como será Alemania?
Normal, como aquí pero mas frío
Me lo dijo mi Hans , hay verano, invierno, otoño y primavera
Dile que te lleve
No, le meterían en la cárcel a mi Hans...
Soy muy pequeña para...
Si eres casi una mujer, rió Mhó
Los alemanes son muy raros, se casan con mujeres viejas
Si, son raros...

Hans Fhundemberg era de un pueblo cercano a Munich medía mas de dos metros y pesaba 140 kilos, sudaba cerveza y pasaba los inviernos alemanes en Tahilandia desde que se había prejubilado de la Sternmotors, le salía mas barato vivir en Thailandia que en Alemania.
Era un impotente raro, solo tenía erecciones si se acercaba a los niños, cuando más jóvenes mejor.
Ya había perdido la esperanza de de tener sexo normal con mujeres cuando leyó en una revista secreta cosas de la pederastia.
Al principio lloraba amargamente cada vez que tocaba a Lhí, tenía remordimientos y se acordaba de su hija cuando era pequeña.
Se sentía tan bien, tan querido por Lhï y por Mhó que todo cambió en su vida, era como un sueño perverso realizado, como vivir en un infierno-cielo.
No les hago daño -se decía a si mismo para justificarse- apenas las penetro, nunca les he hecho ningún daño.
Es como jugar, las hago felices...
Sus familias comen gracias a mi, de lo que les doy, todo está bien... Todo está bien …

Hans había estado tres días bebiendo cerveza y deambulando por calles y mercadillos de la ciudad
con compatriotas ávidos de conocer cosas nuevas





Habían comido arañas y grillos, caballitos de mar, gusanos fritos al curri...
Todas esas cosas que se comen en las calles Bankok
Las serpientes con cerveza y las cucarachas fritas son deliciosas, ya se había acostumbrado a comer esas cosas
Llevaba un cartucho de saltamontes fritos en la mano con una extraña salsa de soja
También algo de cocaína en la nariz, sus amigos le habían invitado.
Compró un tarrito de salsa de kaowania para mezclar con la soja
La kaowania es como un curry picante que hace estremecer es estómago y la tráquea.
Comenzó a tomarla cuando se la aconsejaron para la virilidad, mezclada con genjibre y polvo de testículo de tigre... Tardó varios meses en darse cuenta del engaño.
Solo tenia erecciones con niñas, las putas no lo ponían
Una vez casi mató de un manotazo de una que se rió de él
Solo hallaba consuelo con Lhi y Mhó...
Casi estaba enamorado de ellas, tenía un infierno de contradicciones en su cabeza.

Todo está bien, se repetía, Son felices, me adoran, me quieren...
Solo hay que mirar sus caras cuando voy a verlas
Mhó es dulce, Lhí es activa ¡me ponen loco! Son mis chicas, todo debería ser así de fácil, un buen acuerdo sin tabúes.

Sus pies siempre lo llevaban a la casa de Jhun-Thá-Phé a ver a sus dos chicas
Había cruzado el mercado tambaleándose, mirando fascinado los puestos de especies y de medicina oriental... Ya habían comenzado a usar las cucarachas secas y pulverizadas para remedios medicinales, las vendían a los turistas como remedio infalible muy efectivo contra el asma.
La mosca verde seca mezclada con raíz de karota también cura la impotencia
Mis chicas curan eso mejor, pensó estremecido.
Cuerno de abada triturado resucita tus sentidos , rezaba un letrero en inglés...
El enorme corpachón de Hans sobresalía sobre todos los paseantes del mercado
Desde que llegó a Bankok se sintió fascinado por la cultura y las costumbres thai
Incluso se le había pegado la sonrisa thai... La del buda de jade; Siempre sonreía cuando hablaba .

Hans tenía el concepto del bien y del mal enterrado bajo una pesada losa de cemento Porland ,curiosamente apenas le pesaba.
Las chicas eran felices- pensaba- lo notaba en sus miradas y en su forma de sonreír .
Se morirían de hambre y de enfermedad si no fuera por su ayuda – se justificaba -
Había sido tan feliz durante esos años...
Se relamía recordando a sus pequeñas princesitas sobre su cuerpo
Eres como un barco, le decía Mhó.
Cuando eran mas pequeñas saltaban y jugaban sobre su enorme barriga, jugaban con su pene a ponerlo grande.
El pene era el mástil del barco...
Había recobrado su virilidad, ya no se reirían mas de él...
Ni las putas ni su mujer; Esa estúpida arrugada y ordenada que no sabía ponerme...
Putas, putas, putas... No se merecen mi polla, no se merecen mi enorme mástil...









Jhun-thá-phé le recibió con una profunda reverencia y una tacita de licor de dragón, una especie de sake con raíz de malkuzz y una viagra pulverizada...
Le añadía un poco de cardomomo para disimular
Hans era su mejor cliente, le había apodado “bolsillo fácil” siempre daba de mas, había que mimarlo.
Lhí y Mhó lo esperaban untadas con aceite de sándalo, las varitas de incienso y las tenues lamparas de papel formaban el paraíso particular de Hans Fhundemberg
Hans entró tambaleándose en la estancia, las niñas lo desnudaron despacio, como sonámbulas fascinadas por su imponente presencia.
El baño estaba preparado, Hans entró despacio en la gran bañera que Jhun-Thá-Phé había comprado a unos chinos, una gran bañera especial para el tamaño de Hans
Se sentía un rey cuidado por sus princesitas sumisas y cautivadoras.
El cielo no puede ser mejor – pensaba con sonrisa thai -
Mhó y Lhí jugaban a los patos con Hans hasta que se les arrugaba la piel
Le cantaban una extraña canción al oído...
Le secaban con toallas portuguesas y le masajeaban con aceites aromáticos

Han se había movido como un sonámbulo hacía la enorme cama futón también adaptada a su tamaño
La compró en un bazar de cosas de dormir para gigantes, harto de que le sobresalieran los pies de las camas normales
Las niñas habían aprendido algunas palabras en alemán y el sabía algunas de thai; A veces se reían aprendiendo idiomas

Mientras, Jhun-Thá-Phé fumaba su pipa de opio sentado a la puerta de la casa con la tranquilidad de la vida resuelta
Pensando que las chicas ya se estaban haciendo mayores y tendría que comprar otras mas pequeñas
pensaba conservar a Mhó para que enseñara a las nuevas.
No tendría que deslomarse plantando arroz en su pueblo, bastaba con tener niñas buenas y extranjeros raros...

Que las niñas subieran encima de su barriga y jugaran con su pene como dos niñas traviesas era su mayor placer
Hay que levantar el mástil -reían las niñas-
A medida que se excitaba, Hans se ponía rojo y dejaba de sudar cerveza
Mhó pinía su pequeña vagina en su boca y él sacaba su lengua goloso, le encantaba esa provocación
era como un juego tierno y inocente, no le hacía daño a nadie
Mientras Lhí le lamía el pene con delicadeza... Esos juegos volatilizaban los fantasmas de de la impotencia de Hans
Siguieron jugando sobre el cuerpo-barco de Hans y su mástil, navegando por los mares de la pérfida inocencia
Lhí puso la punta del pene del gigante alemán en su vagina y comenzó a penetrarlo dentro de ella
ya apenas necesitaba vaselín
Bailaba sobre el una especie danza del vientre
Eso le encantaba a Hans, nunca la penetraba del todo, no era como otros, no necesitaba hacer daño






Lhí nunca gemía, cantaba su extraña canción thai cuando hacía eso
Hans volaba al cielo cuando le hacían esas cosas ...Se había aprendido esa canción...

Lhí sintió un malestar súbito, como se se hinchara... Hans notó algo muy húmedo y caliente en su pene, estaba todo manchado de sangre.
Se incorporó y vio con horror que un hilo de sangre resbalaba por el interior de los muslos de Lhí
Lhí se derrumbó, se quedo tensa sin saber que decir, sentada sobre la barriga de Hans.
Hans la descabalgó de un manotazo, toda su potencia se habia tornado en un colgajo.
Hans se incorporó furioso, Lhí se abrazó a él, le llegaba apenas a la cintura
¡Me haré pequeña ! -gritó sin saber lo que decía-
Las niñas se quedaron encima de la cama abrazadas …

No se sabe si resbaló con la sangre de Lhí o tuvo un infarto, tal vez las cosas que había comido estaban contaminadas...
Hans Fhundemberg cayó muerto sobre las niñas aplastándolas con el peso de su enorme cuerpo.
Jhun-Thá-Phé no escuchó nada raro, a veces Hans se encerraba varios días con las niñas.
Pasados unos días se atrevió a abrir la puerta extrañado por el silencio
Los encontró a los tres amontonados, muertos con los ojos muy abiertos con las bocas abiertas.
Las cucarachas habían anidado en sus bocas comiendo de su saliva, entrando en su interior para alimentarse, habían puesto huevos en las vaginas de las niñas, en el ano de Hans …Bebiendo de sus sudores y sus excrecencias.
Jhun -Thá-Phé metió lo imprescindible en una bolsa de colgar, los euros y los dólares se los escondió en un cinturón escondido
Tiró la documentación de Hans a la cloaca, así tardarían mas en identificarlo
Se marchó a otra ciudad a continuar con el negocio...
Las embajadas cabrean a los policías thailandeses, los policías thai cabreados son peligrosos...


F I N