domingo, 17 de octubre de 2010

NUNCA ES TARDE


Dunlop salió a la calle sin estar seguro hacia dónde se dirigía. Tenía una vaga idea de dónde vivía ella, sabía cómo llegar de forma intuitiva, pero no recordaba el número ni el nombre de su calle . Se dejó llevar por el instinto.

Había ido tantas veces...

Por más esfuerzos que hacía no entendía por qué no se acordaba de la dirección exacta.

Recordaba que ella nunca le dejaba subir al piso, él esperaba pacientemente en la puerta del edificio, tal vez ella no se fiaba de él.

Vivía sola.

Tal vez fuera por simple coquetería, seguramente ella quería que la viera ya arreglada ( las mujeres saben que un poco de misterio excita a los hombres).

Dunlop intentaba orientarse por las calles de la gran ciudad, recapitulaba mientras seguía avanzando. Recordaba la forma en que la miró por primera vez, y todo el cuerpo le tembló pensando que volvería a verla.

Recordó su pelo color naranja y sus ojos verde- azules, su corte de pelo al puro estilo de las francesas.

Tengo que verla otra vez, pensó, y lo dejó todo para ir a buscarla...

Dejó el trabajo minucioso que tanto le ocupaba, todo el día trabajando en lo mismo.

-Estoy seguro que todavía me quiere-pensó.

-Me lo prometió

-"Te querré siempre", me había dicho..."para mí serás como un marido. Siempre, pase lo que pase".

Sus palabras resonaban en el interior de su cabeza

-Fui un idiota por dejar a una chica así, tenía que haberla llevado conmigo dónde quiera que fuese.

-Pero aún estoy a tiempo, aún no es tarde, pensaba frenético mientras buscaba puntos de referencia que le orientaran hacia su casa.

-Recuerdo que cerca de su casa habían geranios negros (entonces estaban de moda), casi negros de tan rojos que eran.

Pudo ver unos niños que jugaban con una bicicleta muerta junto a los geranios negros.

-Fui un miserable al irme, dejarla sin darle ninguna explicación.Me porté como un idiota...

El trabajo tuvo la culpa, aquel ascenso, aquel despacho con aquella secretaría …

Aquellos viajes pagados por la empresa, la soledad de los hoteles. La secretaria siempre venía conmigo para tomar notas.

-¿Cómo pude caer con tanta facilidad ? ¡Ni siquiera era guapa!

-Todavía no es tarde... Ella dijo siempre...

Su casa estaba cerca de la Avenida del conejo... ¡Sí! éso es, junto a la Avenida del Poney enano.

Muy cerca había un bar que se llamaba Molly Penn...

Una noche estuvimos besándonos en los sofás sucios del bar Molly Penn...

Todavía no me dejaba subir a su casa...

Entonces yo pensaba que vivía con sus padres , como era natural a su edad...

Pero vivía sola.

Tenía la mirada de los solitarios.

Enseguida le dije que la quería.

Ella se rió.

Quise besarla, pero me dijo que era demasiado pronto, pero dejó que le cogiera la mano, y aquella noche no pude dormir...

-Creo que me he vuelto a equivocar de calle , ésta se llama... La calle del Violín roto, no me suena en absoluto, creo que voy a parar un rato, necesito orientarme , creo que me he perdido otra vez.

Dunlop se sentó un rato en un banco de la pequeña plaza, compró un poco de comida en un kiosko y se la dió a las ratas. Tímidamente se fueron acercando a él, mordisqueaban el pienso a sus pies, algunas se atrevían a rozar sus zapatos, aunque nunca había conseguido que comieran de su mano, son tan desconfiadas...

-Se que era un cuarto piso sin ascensor, tal vez un tercero...

De pronto recordó la plaza dónde estaba.

-¡Claro! Antes habían palmeras azules, seguro que las han cambiado por las acacias de polietileno reciclado, los bancos son los mismos.

-¿Cómo no me he dado cuenta?

-Llamaré a su casa y le diré que no puedo vivir sin ella, le recordaré su promesa de amor eterno.

¡Estoy seguro que era el tercero, el tercero derecha! ¡Y ésta es la plaza del Caballero de la espada que corta!!

¡Ya estoy cerca!

Un tipo dejó mal aparcado un coche, y un municipal lo destruyó con un bazooka, Dunlop se asustó un poco por el estruendo, aunque estaba acostumbrado.

-Las ordenanzas hay que cumplirlas.

Dejó la plaza y enfiló la calle del Niño Muerto

-La besé por primera vez en el portal de su casa, no me dejó que le tocara los pechos...

-"Demasiado pronto"-dijo riendo mientras subía las escaleras.

No insistí, soy un buen chico, me sometí al ritual.

En algún momento pensé que era una de esas chicas a las que les gustaba que las violaran en los portales, algunas lo consideraban una prueba de amor...

-El trabajo es bueno, levantarse por la mañana, irse a trabajar es bueno, da dinero para casarse y pagar las facturas. Ya es hora de pedirle que se case conmigo, lo de la secretaria duró poco, ahora se acuesta con uno de esos jefes de negocios.

-¡Pero qué idiota fui al dejarla!

Dunlop daba vueltas por la zona, cada vez habían más cosas que le recordaban la dirección de la casa de ella.

-Cerca de su casa había una freiduría donde hacían unas cucarachas estupendas, entonces esas cosas estaban de moda y a ella le encantaban fritas, pero a mi me gustaban más braseadas, ella decía que si no eran grandes era mejor comerlas fritas, yo les ponía curry, y ella ketchup.

Fue en el Club de Molly Penn donde supe que vivía sola, me quedé perplejo.

-¿Sola?

-"¡Sí sola!"- casi me gritó indignada- "Trabajo todo el día y puedo pagármelo, además es una ganga ( casi sonrió)

Le dije que me gustaría ver como era su piso, y ella me dijo que era muy pronto.

-¿Pronto para qué?-le dije-

-"Para acostarnos juntos"-dijo

-¿No te gustaría?

-"Sí, pero quiero saber si me quieres de verdad y para siempre".

-Te quiero, tú ya lo sabes, no podría vivir sin tí - le dije desesperado por sus dudas.

-"Es pronto, no lo estropees"

-¿Cuándo?

-"Pronto"-sentenció.

No insistí, la quería de verdad y respeté sus razones secretas.

Por las tardes paseábamos por las tiendas subterráneas, yo le compraba chucherías:

un vaso de pétalos de azucenas, carísima mantequilla de leche de marta cibelina,

vino de violetas...

-¿Por qué tanta espera?

-"Es pronto"

-¿Quieres que nos casemos?

-"Es pronto"

-Viviríamos juntos en tu piso, yo pagaría la mitad...

-"Es prontooooooooo"

La tarde que rompimos se había pintado los labios de color verde con sabor a menta, me dejó besarla, me dijo flojito que la menta era afrodisíaca...

Me pasé un poco tocándola

-Necesito subir y estar contigo

-"No, es pronto"-dijo parando mi ímpetu-

Casi la violé para saber si era de ésas, y de pronto sentí una dolorosa patada en los cojones...

-No era de ésas

Me fui muy enfadado.

No volví.

Me casé con una chica que se dejó enseguida.


Olía a cucarachas fritas, sabía que la casa estaba cerca.De pronto se acordó...!!La calle del General Asesino!!¿Cómo pudo olvidar su calle?...

Había encontrado la casa

El portal estaba abierto. Mientras subía los tres pisos ensayaba su declaración de amor.

Se le había borrado su nombre ¿serían los nervios?

Vaciló entre el tercero primero y el tercero segunda, el tercero primero, es el de la derecha...

Llamó.

Tardaron un rato en abrir.

Ella apareció con los labios pintados de verde.

El sólo le dijo :

-Te quiero...

Ella le estrelló la puerta en las narices

Volvió a llamar escandalosamente

-¡Te quiero! ¡Bésame y todo será como antes!¡Perdóname!¡Prometiste quererme siempre!

Ella pidió ayuda con voz de anciana, casi rozaba los ochenta años.

El tipo que salió golpeó a Dunlop en la boca, él rodó por la escalera como una pelota de tenis.

Intentó hablar y no pudo, tenía la mitad de la dentadura postiza en la garganta, la otra mitad había rodado escaleras abajo .

Los vecinos salieron alertados al rellano. El tipo del puñetazo le dijo que lo sentía mientras intentaba levantarlo del suelo

-No pensaba que fuese tan viejo...dijo abrumado.

Creyó que era un loco, o un ladrón...

-Seguro que es un antiguo cliente de esa vieja puta-murmuró un vecino del piso de arriba-

!Veinte años nos tuvo con su casa de masajes! se quejó- Aguantando broncas y ruidos a todas horas-Continuó la retahíla mientras farfullaba Dunlop sin dientes:

-!!Prometiste quererme siempre!!

Nunca encontró el trozo de dentadura que le faltaba, se la había tragado...

En la residencia lo echaron a faltar a la hora de la cena.

La policía lo encontró llorando en la calle del Comandante Terrorista esquina con la Avenida del Caballo gigantesco.


F I N


domingo, 3 de octubre de 2010

LOS PÁJAROS DE ARAGÓN


Yo ya no se quién soy, aunque mi galerista y representante siga empeñándose en que soy un buen pintor, un pintor como los de toda la vida, realista, de línea clara y maestro de luces y espacios como suele poner en los folletos de mis exposiciones pictóricas.

Mi representante y amigo es un lince en eso de vender cuadros, primero los pone a un precio prohibitivo, dice que cuando mas caros más importancia tiene el artista, luego lía al comprador y los vende a mitad de precio, donde más vende es en restaurantes y despachos de jefes, los jefes suelen tener un cuadro detrás de su mesa a ser posible relacionado con la actividad de la empresa.

A veces pinto cuadros por encargo, hace tiempo que no pinto lo que quiero, solo pinto lo que se vende, por eso puedo seguir viviendo de la pintura.

Cuando mi representante, se llama Juan y yo le llamo Juanito, me invitó a cenar a un restaurante de lujo pensé que lo que se traía entre manos era importante.

Tienes que pintar una serie especial-me dijo entusiasmado-

Yo apenas le había hincado el diente al magnífico filete al Oporto con foie demi cuit

Para ,para, le dije con la boca llena de del delicioso bocado de ternera y pato

¿Que tienes entre manos?

¡Calla, calla y come!-me dijo como a un niño-

Es algo especial -subrayó-

¿Como de especial? -dije yo interesado-

...Triplico el precio normal y ni pestañea

¡Joder!-casi me atraganto-

Te cuento...

Se trata de un empresario aragonés que ha hecho mucha pasta vendiendo tierras de los Monegros ya sabes, los Monegros ya no son un desierto ahora son tierras de regadío y se han revalorizado.

Bueno-continuó- el tío ha montado una cadena de restaurantes de lujo con cocina tradicional aragonesa, si hombre, eso del lechazo asado al horno pero con mucho mantel y mucho si señor.

¿Y que quiere?-pregunté desorientado-

Cincuenta cuadros...

¿Tantos?

A cinco por restaurante

¿Y como los quiere?

Paisaje, paisaje aragonés

Quiere que captes la lejanía la soledad la aridez de los Monegros el concepto de la nada con contenido...

Eso me suena a tus rollos para vender,Juanito.

Le hablé muy bien de ti le enseñé la colección del año pasado

¡Pero si el año pasado solo pinté marinas...!

Dijo que le gustaba el espacio y la luz que le das a tus obras...

¡Sobretodo muy realista! Que para abstracto ya tiene a su hijo pequeño...

Bueno, veré que hay en Internet sobre los Monegros y Aragon y me bajaré unos paisajes...

Le dije sin entusiasmo

Hay algo más

¿...?

Lo quiere todo al natural

¿Como que al natural?

Si al natural,in situ, allí al momento...

¡Tu estás loco!

Hice lo posible para quitarle la idea de la cabeza pero ya sabes como son estos maños...

Estuve a punto de mandarlo a la mierda pero pensé que no me vendría mal una excursión por sitios tranquilos, hace tiempo que no salgo de la ciudad.

Tienes nueve mil euros de dietas...

¡Coño! -dije procaz-

Acabó por convencerme, seis meses de tiempo para pintar cincuenta cuadros

Será casi como un año sabático.


No sabía nada de Aragon, nunca había estado, lo único que sabía era que Agustina disparó un cañón contra los franceses y que el Ebro guarda silencio cuando pasa por El Pilar.

Pero los Monegros no están en Zaragoza, supe por los mapas que estaba cerca de Huesca pero ni pajolera idea.

Un camionero que conozco de tomar café en el bar me dijo que era un desierto y que ahora regaban

Busqué un rato en el Google y después de mirar un rato me hice una idea aproximada de su ubicación

Después d e ver la lista de municipios de la comarca me decidí por Tardienta que me sonaba por una fábrica de harinas .

Preparé el equipaje y salí en dirección a Huesca, no me gusta tener prisas cuando tengo tiempo y ahora lo tenía.

Había mirado el saldo de mi cuenta y vi con satisfacción que Juanito me había ingresado la pasta mas unos atrasos que me debía de mi última exposición.

Había enfilado la autopista Lleida Zaragoza y en cuanto pude me salí en dirección a Huesca

Había cargado mi máquina de fotos, siempre que pinto paisajes me gusta hacerles fotos para que no se pierda el momento, un paisaje puede durar segundos, a veces hago fotos y luego los pinto en el estudio pero en este caso me apetece hacerlo al natural natural.

Si quererlo me había entusiasmado con la idea de pintar en el campo, seis meses pintando al aire libre perdido en el campo sin tener detrás el típico grupo de mirones sacando defectos y haciendo preguntas tontas.

Anochecía cuando llegué a Huesca, estaba molido de tanto conducir, busqué un hotel decente y me fui a dormir sin cenar.

Me desperté temprano, apenas había amanecido, Había dormido mal, toda la noche había estado soñando con colores raros y paisajes áridos que borraba y retocaba – son las cosas que mas odio de la pintura-

Un camarero medio dormido me puso un café, salí a dar una vuelta por la ciudad, las calles estaban desiertas y pensé que las musas no vivían en Huesca, la ciudad no era una gran cosa.

Pagué el hotel y salí sin rumbo por la carretera nacional de Zaragoza.

Estaba nervioso, no sabía como comenzar y donde ir, estoy demasiado acostumbrado a pintar en mi estudio con mis cosas al alcance de la mano, con mi música y mis puros toscanos.

Estaba entrando en la comarca de los Monegros, por lo menos así rezaba el cartel turístico que había visto hacía un rato.

Había tomado una carretera comarcal sin fijarme demasiado en la dirección, estaba en medio de la nada,mi vista no alcanzaba a ver ningún sitio habitado.

Ya hacía rato que no circulaba ningún coche ni camión, Paré en un recodo y en vez de respirar el aire puro encendí un toscano apestoso que tanto odia la señora de la limpieza.

Los toscanos son unos puritos italianos en forma de zepelín alargado, son de un tabaco fermentado que solo se hace en la Toscana, le llaman el puro de la mafia , yo tengo la costumbre de partirlos por la mitad y quedan en forma de trompetilla, se apagan con facilidad y siempre ando buscando el mechero para encenderlos, es una especie de juego para relajarme y no fumar mucho, pero la verdad es que estoy muy enganchado a ese tipo de tabaco.

A lo lejos vi unos mallos con nubes y me quedé un rato mirando el intenso color marrón tierra y el gris de mil tonos de las rocas, la gama de marrones de la tierra recién labrada contrastaba con las tierras de baldío que eran de un gris ceniza que parecían quemados, no hacia viento y las nubes tapaban el sol de tanto en tanto.

Era el paisaje perfecto, lo que yo andaba buscando, saqué la máquina de fotografiar y tomé varias fotos de apoyo, sin pensarlo mas saqué el caballete y una tela adecuada, desembalé los pin

celes nuevos y caros y me puse a pintar con trazos seguros como hacía tiempo que no había pintado, firme y abandonado a la vez, casi nunca dibujo, comienzo manchando el cuadro para captar la luz y la situación al mismo tiempo, los grises y los marrones contrastaban con los azules y grises calientes de las nubes, estaba emocionado, hacía tiempo que no pintaba un cuadro de tirón, casi siempre los pinto por capas, me recordó cuando participaba en concursos de pintura rápida en las fiestas mayores de los pueblos.

Una vez terminado retrocedí unos pasos para ver el resultado de tanta emoción, lo primero que se me pasó por la cabeza fue quedármelo para mi, no es un cuadro para un restaurante, -pensé- cuando algún cuadro me gusta de esta manera no quiero venderlo, así se que el cuadro es bueno.

Mire el reloj y vi que eran las dos de la tarde, el sol había calentado demasiado mi cabeza, recogí el caballete y las pinturas y guardé el cuadro cuidadosamente en el maletero del coche.

Estaba exultante, volví a creer en mi, pensé que era un genio de la pintura como cuando era joven.

Después de varios kilómetros sin ver nada que se le pareciera a la civilización, a lo lejos vi la punta de un campanario, un pueblo-pensé-, me fui acercando y aparecieron ante mi una iglesia cerrada, varias casas y un bar de carretera, aparqué el coche, un letrero anunciaba el nombre del pueblo, Soledad de Monegros, pensé que el nombre estaba muy acertado, estaba en medio de la nada y la soledad era absoluta.

Di una vuelta por el pequeño pueblo y observé que tenía río, me acerqué al pequeño puente y vi una corriente de agua limpia y un letrero con el nombre del riachuelo.

Río Dedos, se llamaba sin complejos.

Iglesia,casas antiguas, río... otro cuadro -pensé-

Sentí el frescor del interior del local al entrar en el bar, dos hombres de mediana edad bebían vino en la barra, se volvieron al verme entrar

¿Tienen algo de comer?-pregunté-

Un poco tarde para comer, mi mujer ya no está, dijo el que parecía ser el dueño.

Es verdad, dije yo poniendo cara de forastero, ya son mas de las tres.

Le puedo hacer unos huevos con chorizo-dijo el de la barra apiadándose de mí-

¡Chorizo de casa! No del que se come en las ciudades-dijo muy serio-

Con eso y un poco de vino tengo mas que suficiente -le dije sentándome en una mesa cubierta por un hule de cuadros-

Chorizo bueno, pan de hogaza y huevos de casa, eso no lo va a encontrar en muchos sitios, dijo el otro hombre de la barra sin mirarme, como si le diera vergüenza .

Es que he estado pintando toda la mañana y se me ha ido el santo al cielo-dije intentando una conversación-

¿Pintando casa? -preguntó extrañado-

No,sonreí,pintando cuadros, cuadros de paisajes de los Monegros... Un encargo .

¿Un cuadro de aquí?

Si de unos mallos de aquí cerca, no se como se llaman

Solo pueden ser los mallos de Rilos, aparte de los de aquí casi nadie sabe como se llaman-dijo con acento maño- ni en los mapas salen.

No sabía que estaban aquí, me perdí esta mañana, estaba buscando unas buenas vistas y ahí me los encontré, si quieren les enseño el cuadro... -dije para dar confianza-

Después de los huevos,dijo el dueño que se acercaba con un plato donde reinaban tres huevos fritos con un enorme chorizo de freír y un par de pimientos verdes.

Los pimientos lo he arrancao de la mata ahora mismo-dijo el hombre orgulloso-

Dejó el plato delante de mi y me trajo una botella de vino y un vaso

Beba lo que quiera y luego me dice los vasos que se ha bebido, aquí somos de confianza...

Asentí con la cabeza y me dispuse a comer.

¿Que le parece?-preguntó el cliente apenas le había hincado el diente al chorizo -

El cielo-acerté a decir-

Dejarlo comer dijo el dueño

No me importa comer y hablar, al contrario, me gusta

El vino es de mi suegro, no nos hablamos por causa de una herencia, pero el muy cabrón hace un vino de puta madre...

Cuando terminé de comer tomé café con un poco de brandy del bueno que se guardaba en una estantería de arriba

No se desde cuando está ahí-dijo- lo guardamos para las fiestas señalás

Es una lástima-dije yo modesto-

Beba,beba que aquí la guardia civil solo viene a tomar café una vez al mes

Si quieren ver el cuadro.

Todos estaban deseando

Salieron conmigo y se lo enseñé a pleno sol

Se quedaron pasmados, el realismo gusta a todo el mundo

Mismamente parece una foto-dijo uno-

Mejor que una foto,dijo el dueño del bar, los colores del campo son como la misma tierra.

Dígale al Candido que se lo compre las tierras que ha pintado son suyas...-Aventuró-

Está vendido-les dije-

Este y cincuenta mas, pero a lo mejor este me lo quedo para mí

Joder...¿Y los vende caros?

A dos mil según tamaño...

¿Pesetas?

No, a dos mil euros-dije sin darme importancia-

Son para un aragonés rico

¿Se va a gastar cien mil ebros? -dijo confundiendo dinero con río-

¡Coño! Entonces usted será un pintor famoso, dijo Matías que así se llamaba el dueño del bar

Solo de los medianos,dije humildemente

Además son casi seis meses de trabajo...

Eso no lo gano yo ni en seis años-dijo Lope que así se llamaba el cliente del bar-

Haber estudiao-le dijo Matías-

Guardé el cuadro y me percaté que ya atardecía, Volver a Huesca cargado con el vino los huevos el chorizo y el brandy me pareció una aventura demasiado arriesgada, además no quería irme, allí me sentía como si estuviera en el sitio donde debía estar...

Algo me decía que no me marchara de Soledad de Monegros, me decidí a preguntarle a Matías si había posibilidad de quedarme a dormir en el pueblo.

Mañana, dependiendo de la luz a lo mejor pinto el pueblo, el río la iglesia y todo eso.

Matías movió la cabeza con preocupación

Voy a llamar a mi mujer a ver si...Tenemos una casa vacía, no sé si estará en condiciones

Si viene alguien ponle lo que sea Lope,que voy a ver si encuentro a mi mujer...No se donde estará

Con la mía viendo el corazón corazón-dijo Lope-

Mientras Matías iba en busca de su mujer Lope y yo nos enzarzamos en una conversación sobre pintura que fue derivando en una crítica feroz sobre la pintura abstracta y el impresionismo, intenté llevar el tema de una manera didáctica pero el vino ya había hecho su efecto y al poco rato ya parecía que nos conocíamos de toda la vida.

Matías y Lope eran de mi edad -casi los cincuenta- y enseguida pasaron al tuteo, si hubiera entrado un extraño hubiera pensado que nos conocíamos de toda la vida.

Cuando Matías llegó con su encantadora mujer, yo ya me sabía toda la historia del pueblo con río y iglesia.

Después de las presentaciones, la mujer de Matías quiso ver el cuadro de los mallos.

¡Que maravilla! -dijo sinceramente-

¡Que bien me quedaría en el comedor!

¡Está vendido!-dijo Matías- no te encapriches

¡Y caro!-dijo Lope-

Al rato llegó la mujer de Lope y también quiso ver el cuadro

Otro masaje para mi ego

Lucía y Pilar -así se llamaban- prepararon la casa en un momento para que estuviera cómodo, la casa estaba medio amueblada, era confortable y fresca.

Me contaron mientras hacían mi cama que el pueblo solo tenía treinta habitantes y que todos excepto Matías vivían de la agricultura que los jóvenes se habían marchado a Zaragoza y que como casi todos los pueblos de los Monegros estaban llenos de viejos.

Una vez instalado salí a pasear y me dí cuenta de porqué Soledad de los Monegros tenía este nombre, no me crucé con nadie en todo mi paseo.

La tarde estaba avanzada y salí un poco mas a la periferia para hacerme una idea del paisaje, desde un pequeño promontorio vi el conjunto de los paisajes de mi alrededor, estaba extasiado, parecía una postal.

La gama de rojos, azul magenta y blancos grisáceos me puso la piel de gallina, no quise hacer ninguna foto, esos colores solo se ven una vez en la vida, supe que no me iría de Soledad sin pintar un atardecer así.

Cuando desperté la mañana siguiente, no sabía donde estaba, había dormido tan profundamente que me costó recordar que estaba en el pueblo de Soledad.

La habitación olía a casa cerrada y abrí las ventanas de par en par, apenas había amanecido, volví al promontorio y no supe si pintar un atardecer o un amanecer...

Decidí que las dos cosas.

Tuve la tentación de hacer unas fotos, me sentía impotente por no poder captar todo lo que estaba viendo y pintarlo al momento,los colores cambiaban por momentos...

Después de desayunar en el bar del Matías cogí los trastos de pintar y cargado con ellos me dirigí nuevamente al pequeño altozano y comenzar un nuevo cuadro, el paisaje de la mañana ya no existía ni volvería a existir nunca.

Pensé con esperanza que el próximo amanecer sería mas hermoso

Comencé a instalar el caballete, preparé las pinturas y los pinceles, encendí mi acostumbrado purito y miré la lejanía...

Pintaré la lejanía y la soledad, la aridez, la desolación...-Pensaba mientras encendía mi cigarro-

Cuadro fácil....Cuadro rápido...

Error...

Los ocres y los amarillos tenían mil matices,los marrones pasaban al gris como por encanto,los blancos lechosos de las nubes se mezclaban con los azules cobalto y el hierro de las rocas se tornaba magenta y naranja...

Tenía que poner el alma, tenía que vender el alma por dinero...

Las viñas que se cobijaban al abrigo de las rocas salpicaban de verde los colores terrosos...

Los amarillos pálidos de los trigales se transmutaban de blanco marfil...

Toda la gama de colores se apoderó de mi, una ola de tristeza se metió en mi alma,solo soy un imitador,me dije ante tanta belleza.

Tuve que sobreponerme, cuando me pongo a filosofar sobre la pintura los cuadros no me salen bien si profundizo me bajo a los infiernos y me deprimo,me siento un enano.

¡Disfruta y pinta!-pensé sobreponiéndome-

¡Vive!

Y mis dedos comenzaron a moverse con soltura, perdí la noción del tiempo, cuando terminé de pintar estuve mirando el cuadro y el paisaje indistintamente, el paisaje ya no era el mismo que había pintado, pinté lo que estaba en mi cabeza, el concepto, sentí que ya no era un imitador.

Nada de retoques...

Nada de cambios...

A otra cosa.

Nada de lo que he vivido volverá a suceder...

Cuando llegué al bar con el cuadro en mis manos, Lope me espetó: ¡Dos mil euros mas!

Se quedó un rato mirándolo desde lejos y me dijo:¡Joder,tío! Creo que los vendes baratos...

Son mejores que las fotos, parece que cada vez que pintas un cuadro te lleves un poquito de aquí.

Comimos todos juntos, Lucía había cocinado un cordero al chilindrón que no llevó a la gloria sin alas ni avión.

El recadero estaba tomando café y le pregunté si podía mandar los cuadros a la ciudad, me dijo que si que el los llevaba a la central y de ahí a donde quisiera del mundo mundial.

Le dije que cuando secara la pintura los mandaría.

Le pedí a Matías si podía quedarme mas tiempo

Como si te quieres quedar a vivir aquí, me dijo afablemente.

Creo que mañana pintaré uno del pueblo, la iglesia, el río y las casas...

No sé si por la mañana o por la tarde.

Por la mañana a partir de las diez te asas, tendrás que madrugar.

Me levanté al alba,apenas clareaba, salí de la casa cargado con mi caballete de “campaña” plegable y poco pesado, me situé en un alto donde se divisaba la iglesia, el puente y el río, apenas la luz me permitió ver bien comencé a hacer fondos y unos trazos de siena,un poco de dibujo para orientarme y centrar los edificios y el río, sombras para encajar el campanario, una alameda a lo lejos...

Otra vez me fue invadiendo la emoción,el entusiasmo, los escalofríos...

Marrones y grises para las piedras centenarias del puente.

Azules intentando cazar el amanecer,la luz,las sombras...

Poco a poco fueron apareciendo los gorriones, revoloteaban encima de mi cabeza, al principio muy altos, luego se acercaron poco a poco posándose e las ramas cercanas y en el suelo.

Esto parece el cine-me dije – pero dentro de la película.

No me deje distraer, ya había salido el sol completamente, pero esta vez yo había sido mas rápido y el amanecer que yo quería ,ya estaba prisionero para siempre en mi cuadro.

Estuve trabajando duro un par de horas atrapando momentos, colores sombras que nunca volvería a ver, estaba extasiado disfrutando de tanta belleza y bienestar, por mi cabeza pasó toda mi historia , como si estuviera muerto y hubiera ido al cielo.

Un pequeño colorín se posó encima de la tela moviendo la cabeza de lado a lado, me quedé sorprendido por la confianza pero pensé que no estaría acostumbrado a la gente, miré al suelo y estaba rodeado de pajarillos, pude distinguir gorriones, chichipanes, colorines y varios mas que no supe clasificar.

¡Me han tomado por un espantapájaros! -pensé divertido-

Bueno los espantapájaros sirven para espantarlos no para que se acerquen, es el mundo al revés.

Entonces fue cuando escuché su voz mezclada con el pío pío de los gorriones.

Es hermoso -dijo-

Me volví esperando encontrar a una mujer del pueblo que iba al campo o algún curioso que tanto me molesta cuando pinto al aire libre.

Su voz era extrañamente aguda, en la misma longitud de onda que la de los pájaros, o por lo menos eso me pareció,su acento aragonés alargando las sílabas se me antojó musical, era una especie de palabras con música.

Me volví a mirarla mientras me limpiaba las manos con un trapo impregnado de trementina.

¿Le gusta?

Sí, es precioso, es el pueblo hoy...

No dijo nada más.

Era una mujer blanca y bastante alta,tenía el pelo largo entre rubio y gris, aparentaba unos cuarenta y cinco años, mas o menos, vestía una especie de bata azul larga, se cubría con una chaqueta de una especie de seda de colores, un poco estrafalaria

Quizá sea una turista rara o una viajera de sitios poco vistos, tal vez una mendiga o una loca.

Se fue sin decir nada,la miré cuando se alejaba y me pareció que los pájaros se iban con ella,varios gorriones anidaban en su cabellera...

Volví al cuadro y no quise hacerle mas retoques, odio los retoques, toda la magia de la mañana había desaparecido y el sol comenzaba a calentar demasiado.

Volví a la casa a esperar el atardecer...

Extrañamente todos los pájaros habían desaparecido, pensé que sería por el calor.

No le dí importancia a la chica de los pájaros, estaba impaciente por pintar un atardecer, soñando con colores rojos y azules, estaba cansado, hacia mucho tiempo que no pintaba tanto en tan poco tiempo.

Apenas comí, me acosté para hacer la siesta esperando el atardecer, me dormí enseguida y soñé que llovía y que las nubes no me dejaban ver la puesta de sol.

Todavía quemaba el sol de la tarde cuando ya estaba montando el caballete en el promontorio, no había ninguna nube, preparé el carmín y el magenta y puse en la paleta una generosa porción de oleo blanco.

Pero todo sucedió de otra forma, aparecieron unas nubes al fondo, nubes alargadas, de viento dicen,

todo el cielo pasó del azul al blanco lechoso, no me gustaba, esperé un poco a que se pusiera el sol y tentado estuve de inventarme el paisaje recordando el del día anterior.

Pero poco a poco fue cambiando, los colores rojos fueron apareciendo degradándose en naranja claro, los fondos azul celeste, las nubes blancas...

De pronto una bandada de gorriones pasó sobre mi cabeza casi rozándome,dieron una pasada y se posaron a mi lado como si me conocieran de toda la vida.

Se le está escapando el atardecer-dijo la chica de los pájaros-

Si -le conteste como si fuera una vieja amiga- me gustaría detenerlo un poco mas...

Estuvo un rato mirando mi trabajo, permanecía en silencio mirando el cuadro, los pájaros picoteaban a mis pies sin miedo.

¡Esto ya está! Dije como el que termina un informe o como el que arregla una tubería averiada.

¡Lástima de no tener un atardecer mas rojo!-dijo ella-

No se puede tener todo en la vida,le contesté.

Quizá mañana....

No, ya basta de atardeceres y amaneceres, ¡es agotador! Es como perseguir el tiempo...

Sin que ella me preguntara le conté el trabajo que tenía que hacer, la cantidad de cuadros que tenía que pintar, ella escuchaba mientras los pájaros revoloteaban entre nosotros dos, se posaban encima de su hombro, picoteaban su cabellera y una pareja de avefrías se posó, con la intención de anidar encima de su gorro de seda, un gorro blandito como de seda con colores apagados de tanto sol.

¿Como puede ser que los pájaros de aquí sean tan confiados?-le pregunté entre asombrado y alarmado-

¿Acaso los tiene amaestrados?

No-dijo ella-

Viven ahí desde pequeños, cada atardecer vienen un ratito, me parece que están liados...-Dijo bajando la voz y mirando hacia arriba.

Se podría decir que tiene la cabeza llena de pájaros-bromee-

Ella se rió de buena gana, y me ayudó a llevar el caballete y las pinturas, cuando llegó al puente los dejó apoyados en la barandilla y se fue sin decir nada.

Una bandada de golondrinas hicieron varias pasadas en vuelo rasante por encima de mi cabeza casi rozándome, sus chillidos me parecieron un adiós.

Me tranquilicé y pensé que habían personas muy raras en la vida y que tal vez, se tratara de alguna estudiosa de los pájaros, que jugaba a los misterios.

Por la noche le pregunté a la mujer de Matías si conocía a la mujer de los pájaros, me miró extrañada y me dijo con sorna ,que a veces,el sol calienta demasiado las cabezas de la gente de la ciudad.

Su sonrisa misteriosa me dejó un poco inseguro pero no le dí demasiada importancia.

No creo en fantasmas ni en aparecidos,siempre busco una explicación racional de las cosas, pero el comportamiento de los pájaros me parecía sumamente raro.

Por la mañana embalé los cuadros con sumo cuidado y los llevé al bar de Matías, el recadero no tardó en llegar, era un chico joven, de los pocos que se habían quedado a vivir en un pueblo cercano parecido a Soledad, me juró que los trataría como a sus niños y que al día siguiente estarían en la ciudad.

Lope el cliente permanente del bar, me dijo que mañana me enseñaría un remanso del río con unos álamos centenarios que me gustaría, cuando vienen niños se lo pasan de maravilla, es como una piscina.

No sé-le dije-

Pero podemos ir,-terció Lucía- a veces voy a lavar como se hacía antes y a pesar que tengo lavadora a veces me gusta y si no hay gente me doy un baño.

La mañana siguiente y después de diez minutos andando, apareció ante mi un remanso del río con una catarata y varios niños bañándose alegremente.

Son los nietos de la Benita, dijo Lucía; Me recordó a las películas de Tarzán , mi primer impulso fue quitarme la ropa y darme un chapuzón, no lo hice por no llevar bañador, el agua era cristalina y el paraje idílico, me recordó a Sorolla, los niños bañándose y las madres vigilantes lavando ropa blanca.

Hacía tiempo que no pintaba figura y me entusiasmó la idea de hacerlo, hice varias fotos con mi máquina digital y me senté bajo un enorme álamo.

A eso del mediodía, las mujeres y los niños desaparecieron, me quedé solo con Lucía, le dije que después de comer vendría a pintar un rato.

No venga con el sol, que a lo mejor se le aparece la mujer de los pájaros, dijo Lucía mostrando una sonrisa que iluminaba su cara tostada por el sol.

No le hice caso y a eso de las tres de la tarde me acerqué con todo el equipo de pintar, no estaba muy seguro si le gustaría a mi cliente, pero si no le gustaba siempre se lo podría regalar a Matías

para que lo colgara en el bar.

Comencé a pintar relajado, tenía todo el tiempo del mundo para pintar, apenas llevaba una semana y el tiempo no me preocupaba, hacia tiempo que no estaba tan bien.

Me instalé a la sombra de un álamo, el sol machacaba de lo lindo, el silencio me acompañaba...

Centré el cuadro y repartí sobre el toda la escena encajando los álamos las rocas y el remanso, hice un boceto de los niños apoyado por la imágenes de la pantalla de mi cámara y comencé a pintar...

Tenía el cuadro bastante avanzado, cuando me di cuenta que estaba bañado en sudor... No me lo pensé, me desnudé completamente y me tiré de cabeza a la balsa, el agua estaba muy fría y sentí como mi cuerpo se activaba como hacia tiempo que no lo hacia.

Di unas brazadas y me quedé quieto escuchando el silencio.

Pensé en la vida, en mi vida, en lo hermoso de las cosas sencillas, en los paraísos escondidos sin hoteles ni negocios.

De pronto, un gorrión se paro en mi cabeza, me quedé quieto, en mi vida me había sucedido semejante cosa.

Le puse el dedo en el pecho y se subió encima como un periquito doméstico, lo acerqué a mi boca y bebió un poco de mi saliva.

Le quiere,dijo ella apareciendo entre los arboles.

Eso no pasa en ningún sitio, los pájaros no se comportan así en ninguna parte -le dije mirándola-

Le quiere y confía en usted...

¿Y como sabe que puede confiar en mi?

Lo sabe,dijo mientras se desnudaba y se sumergía en el agua.

Me ha dado envidia-dijo-

No mostró ningún pudor en mostrarse desnuda, su cabellera gris se tornó en tiras oscuras pegads a sus hombros, dos avefrías salieron volando de su interior.

No les gusta bañarse, dijo mirando su vuelo.

Se metió debajo de la cascada.

Ven, me dijo, es como estar debajo de una tempestad.

Se acercó a mi, su nariz casi tocaba la mía, la caída del agua casi no me dejaba respirar, se acercó un poco mas sin abrazarme, noté su cuerpo duro paralelo al mio.

Confío en ti y me acerco-dijo susurrante-

Por nada del mundo la habría abrazado, no cambiaría aquel contacto leve por el mejor de los abrazos eróticos...

Ella lo supo y lo sintió.

No se cuanto tiempo permanecimos así,la caída del agua apenas me dejaba abrir los ojos, ella ya se había ido pero yo seguía sintiendo ese contacto leve y sutil.

Salí de la balsa y ella y los pájaros habían desaparecido, permanecí un rato tumbado al sol, luego me vestí y recordé que había venido a pintar un cuadro.

Borré los niños y en su lugar pinté avefrías, gorriones y golondrinas...

No quise enseñarle el cuadro a nadie, estaba invadido por una especie de melancolía, mi mente se resistía a admitir lo que había vivido en el río, por otra parte no había duda que era real, aún conservaba en mi piel el olor a tomillo y romero de la mujer de los pájaros.

A última hora de la tarde me llamó mi agente.

¿Como te va por los desiertos? -dijo riéndose de mí-

Bien, muy bien...-Le contesté-

¿Como estás como se llama el lugar?

Soledad de Monegros...

¡Muy adecuado, chaval!-dijo jovial-

¿Le han gustado los cuadros?

¡Está exultante! Dice que tienen el alma aragonesa encerrada en...

O algo parecido....

Dice que tienes libertad para pintar donde quieras y como quieras dentro de ese estilo

¡Está que flipa! -dijo entusiasmado-

Estoy pensando en subirle el precio...

Vale eso es cosa tuya, yo pinto y tu vendes...

Vale, vale.

Y colgó.

Miré una vez mas el cuadro del remanso y la catarata, me había empleado a fondo con los pájaros había pintado un gorrión casi en primer plano, con el pico abierto, parecía que se estaba riendo de mí.

Por la noche le pregunté a Matías si había visto alguna vez a una mujer un poco rara, tal vez una viajera o una mendiga, de las características de la mujer de los pájaros, omitiendo lo de los pájaros para que no se riera de mí.

Aquí no viene casi nadie-me dijo- puede ser alguna parienta de los del pueblo, o alguien que se haya averiado, pero no creo...Algunos paran a mear o a beber algo, pero turistas no.

¡Ya me gustaría! A veces he pensado poner un letrero con la iglesia y la catarata del río haber si tenemos algún turista.

Lucía y Matías habían estado hablando sobre la mujer de los pájaros, Lucía le había dicho que los artistas.... Ya se sabe lo de los artistas y sus fantasías.

A lo mejor toma drogas o bebe, había aventurado Matías que se pasaba el día viendo la tele .

Y o creo que el sol no le sienta bien, ¿has visto lo blanco que está? Seguro que solo sale por la noche y por de día está encerrado en el estudio o en los despachos, como el hijo de Miguel que desde que se fue del pueblo no ha vuelto a ser persona.

Vale, vale, no te embales, seguro que será el sol.

Por la mañana salí a pintar un paisaje bastante lejos del pueblo, un viñedo de troncos retorcidos, estuve poco rato, viña, cielo, y varias rocas, no quería irme de Soledad, aquí tenía toda clase de paisajes, además tenía que averiguar lo de la mujer de los pájaros.

Pero algo pasaba dentro de mi, estaba poseído por una extraña paz y una inspiración exquisita, me sentía capaz de hacer una obra de arte excepcional de cada cuadro.

Cuando terminé el cuadro de las viñas me dí cuenta que era maravilloso, las uvas de tempranillo estaban a punto de madurar y tenían un color entre rojo, verde y negro, las hojas de vid en el fondo contrastaba con los racimos en primer plano, los troncos de las cepas, grandes y retorcidos, daban fuerza al conjunto.

Los fondos de cielo y lejanía hicieron el resto.

En menos de tres horas estuvo listo para secar, estaba ansioso por ver a la mujer de los pájaros y pedirle explicaciones...

¿Explicaciones?-me pregunté- ¿pájaros amaestrados? ¿hipnotismo? ¿el sol en mi cabeza?

Pensé en el síndrome de Estendhal.... Casi pierde el juicio por un exceso de sensibilidad en su visita a Florencia , le faltaba el aire de puro éxtasis.

Abrumado por los acontecimientos me senté en una rocas cercanas a esperar los pájaros...

Casi se hizo de noche, me había invadido una tristeza melancólica como no había sentido desde mi adolescencia...

Como un dolor punzante, como si no quisiera vivir sin su presencia.

Comencé a pensar, a pensar en serio sobre la vida y las cosas que hacen que siga vivo y ilusionado.

Había dejado de importarme todas las cosas materiales, las ventas, los alquileres y los recibos que tanto me preocupan habitualmente, los pellizcos de mi representante...

Toda mi vida estaba mustia, solo quería acurrucarme en un rincón y morirme.

Ya había anochecido, casi no tenía aliento...

De súbito apareció un gorrión que me abanicó la cara con las alas, se posó sobre mi hombro piando, como llamando a las avefrías los pinzanes y los chichipanes, a continuación vinieron los colorines y las golondrinas...

Al rato vino ella, blanca y gris, con la serenidad en su piel y su mirada...

Mi mente se llenó de cosas buenas...

Los jilgueros picoteaban mi pelo y varios gorriones habían anidado en los bolsillos de mi cazadora.

Ella se había sentado a mi lado rozándome levemente.

Tomé su mano y estaba caliente como un nido.

Ella me abrazó suavemente tocándome de una forma extraña, besó mis labios con pequeños picoteos de la misma forma que besan los niños, sin pasión pero con ternura infinita.

Yo quise abrazarla, quitarle la ropa y poseerla y esas cosas...

No me atreví, cada uno de sus pequeños besos era un universo de placer,entré dentro de ella por la puerta de sus ojos...

Los pájaros comenzaron a irse, ella se quedó un rato mas y no dijo nada.

¡Me estoy volviendo loco!-pensé alarmado-

Hice un esfuerzo para volver a al realidad y me quede solo rodeado de tinieblas, solo y a oscuras.

Notando el dolor de su ausencia.

Ella ya era imprescindible para mí, para poder vivir, su ausencia dolía...


Terminé el cuadro de la viña en el salón de la casa, quedó muy bien como era de esperar, Lucía y su amiga Pilar vinieron a verlo por la mañana.

Me gusta mucho, dijo Pilar, pero el que mas me gusta es el del río con todos esos pájaros que se ha inventado, en esa parte del río apenas hay pájaros...

¿Ha vuelto a ver a la mujer...?

No -mentí-

Ya le dije que si en el pueblo hay un forastero enseguida se sabe-dijo Lucía-

Sería alguien que paró un momento o alguna persona que estaba cumpliendo una promesa de atravesar los Monegros a pie...

¡Quiá! -dijo Pilar-

Eso és para los del Camino de Santiago, por aquí no pasa nadie, eso si que hubiera dado vida al pueblo...

Si hubiera una peregrinación por aquí el Matias ya habría construido un parador con habitaciones...


Cuando se fueron decidí curiosear un poco por la casa, era enorme, casi todas las estancias estaban vacias, tenía comedor de verano y comedor de invierno con una gran chimenea rústica con varios leños a medio quemar, una mesa sin sillas, la mesa era de roble un poco rústica pero muy grande y segura como a mi me gusta, un mueble aparador con los cantos labrados también vacío, pensé en como serían los antiguos habitantes de la casa y porqué se habían ido...

Estaba sumido en una melancolía rara en mí.

Deambulé por la casa abriendo y cerrando puertas de habitaciones vacias.

Me costó abrir la puerta del balcón de la parte de atrás, un enorme balcón con puntales de madera negra, el suelo estaba enlosado de paneles de barro en forma de losas hechas manualmente, al avanzar me pareció inseguro y permanecí en el dintel de la puerta contemplando las vistas.

Un hermoso bosque de encinas centenarias de troncos retorcidos con mil matices me sugirió mi próximo cuadro.

Le pedí permiso a Matias para montar el caballete en la terraza y me advirtió que tuviera cuidado con el suelo, que me situara cerca de las paredes, no fuera a ser que...

La frescura de la mañana me daba una serenidad que nunca tuve, pensé que nunca en mi vida había pintado tanto tan rápido y tan bien, me gustaba pintar y me gustaba como pintaba y como pintaba.

Apenas había comenzado a esbozar el cuadro de las encinas, un pequeño pinzán,apenas una cría, se posó en la baranda de la galería, lo miré un rato y continué pintando, dejé los puntales de madera negra en un primer plano para que se viera que el cuadro estaba pintado desde la galería.

Me emplee a fondo con los troncos de las encinas poniendo las mas viejas en primer plano, comencé con colores tenues para poder plasmar mas matices al final, mas tarde la lejanía , los azules los blancos grises de las nubes....casi me vi capaz de pintar el aire.

Perdí de vista el mundo real, parecía que mis dedos pintaban solos tal vez guiados por la pura inspiración, tal vez...

Cuando el gorrión entró en el bolsillo superior de mi camisa y se instaló como si fuera su casa sentí el placer de que un pájaro me quería...

No lo había pensado nunca, el mayor placer del mundo es sentirse querido, todo lo que hacemos de bueno en la vida es para que nos quieran.

Todos los que vean mis cuadros de alguna forma me amaran...

Me sentí feliz con ese pensamiento, parecía que había encontrado una buena razón para seguir vivo.

Entonces apareció ella una vez mas.

Me pareció una tontería preguntarle como había entrado o como me había encontrado.

¡Estaba allí y me sentí amado por ella! ¡Venía a verme porque me quería!

Ella permaneció en silencio viendo como pintaba, yo no le dije nada con palabras, creo que le dije cosas con mis pinceles...

Su presencia hacia que los colores fueran mas acertados, que los brillos y los contrastes mas sorprendentes.

El tiempo dejó de tener sentido.

Terminé el cuadro y lo estuve mirando mucho tiempo, tal vez una eternidad...

Acaricié el gorrión que anidaba en mi bolsillo y me volví a mirarla.

Estaba riendo, aunque por sus mejillas rodaban lágrimas.

Tienes la cara mojada, le dije tontamente.

Me emociona tu manera de pintar-dijo ella disimulando sus lágrimas-

Entonces descubrí para que sirve el arte, siempre me lo había preguntado, supe que el arte sirve para desencadenar emociones, produce amor no se de que manera, buenos sentimientos, abre puertas escondidas difíciles de abrir...

Ella supo lo que estaba sintiendo y sonrió...

¿A quién quieres mas a mi pintura o a mí? -le dije tontamente-

Es lo mismo -dijo ella-

Se había acercado tanto...

La acogí en mis brazos como un nido calentito a un pájaro desvalido.

¡Me besó tan dulcemente!...

Otra vez entré dentro de ella no se si con besos o con miradas, sé que estuve en sitios imposibles donde el tiempo el espacio o la luz son tonterías de niños pequeños, solo recuerdo que me quedó el poso, la impresión de paz y el aroma del bien.

Había ocurrido algo maravilloso pero no podía explicarlo...

Ni podía, ni sabía ni quería una explicación, todo se habia quedado dentro de mi, formando parte de mi.


Mi agente me llamó poniéndome por las nubes.

¡El cliente ha visto los cuadros y casi llora!-dijo divertido-

La verdad es que estas pintando como nunca, tengo que felicitarte y me parece que le voy a subir el precio al rico maño.

Eso es cosa tuya, le dije despreocupado-

Por cierto, no he podido localizar el pueblo en el Google maps, ¿estás seguro que se llama Soledad de Monegros?

Es muy pequeño, le dije escuetamente.

Por la tarde llegó todo el material que le había pedido al recadero,se quedó a cenar y nos hicimos amigos.

Yo ya había embalado los otros cuadros y se los llevó jurando que los trataría como a sus hijos.

Le dije a Matias que me quedaría en el pueblo los próximos dos meses y si podía disponer de la casa hasta terminar mi trabajo.

Como si te quieres quedar toda la vida, me dijo.

Te voy a pagar un adelanto, le dí dos mil euros que no quiso coger, y casi ofendido me dijo:

¡Ya pasaremos cuentas hombre que aquí no somos desconfiados!

¡Además, es demasiado dinero!

¡Es poco para lo amables que habeis sido! -dije yo insistiendo-

La amabilidad es gratis, dijo Lucía, ya te hemos cogido cariño.

Insistí y Lucía al fin cogió el dinero jurando que era demasiado.

A lo mejor me quedo toda la vida, le dije en broma.

Aquí lo que falta es gente-dijo Lope el cliente permanente-

Además si te quedaras aquí nos haríamos famosos y vendría gente...¿Quién iría a Fuendetodos a no ser por que nació Goya allí?

Sin exagerar, dije yo modesto.

Cuando recibí el encargo pensé que tendría que viajar por todo Aragon, pero aquí he encontrado la esencia de este país, es una tontería moverse cuando lo tengo todo aquí.

Todos quedaron muy contentos por el elogio.

Los siguientes meses que permanecí en Soledad de Monegros pinté como nunca en mi vida, desiertos de tierra gris, viñas, trigos, montañas, piedras y montañas, iglesias abandonadas, pueblos en ruinas...Siempre rodeado de pájaros que revoloteaban a mi alrededor, que dormían en mis bolsillos y que picoteaban mi pelo.

Ella siempre venía conmigo, dentro de mí, íntimamente integrada en mi, a veces a mi lado, a veces detrás mio, otras sentada en alguna piedra...

Cuando terminé mi último cuadro, el pueblo con el río desde una prespectiva insólita , dije : Basta ya está...

Mandé al recadero los últimos cinco cuadros, me había sobrado casi un mes del tiempo acordado con mi cliente.

Estábamos almorzando en el bar de Matias todos juntos y les hice una foto de despedida, por la tarde la proyecté en un lienzo para centrarla y pinté un cuadro para regalárselo a Matias donde salíamos todos en una composición un tanto forzada pero buena, estuve todo el día pintando, los retratos no son fáciles, tuve que emplearme a fondo con la técnica.

Lo colgamos en el mejor sitio del bar y todos quedaron muy contentos.

Todo fueron elogios

¡Es igualíco que una foto!-dijeron la mayoría-

Es mi regalo de despedida, mañana me voy temprano, les dije emocionado.

Quise darle mas dinero pero Lucía se negó en redondo diciendo que era mas del doble de lo que pensaba cobrarme.

¡Además el cuadro vale un dineral!

No pensamos venderlo,dijo dándose cuenta del patinazo.

Ella no vino a despedirse por la mañana

Antes de partir entré al bar del Matias para darle la llave...

Entré en el bar y todo estaba sucio y lleno de polvo de años, de muchos años...

En la pared pendía colgado un cuadro con siete pájaros pintados de colores...

Estaba firmado por mi...

También tenia muchos años.


Subí a mi coche y me alejé del pueblo, después de dos horas conduciendo por carreteras desiertas encontré la carretera general que lleva a Candasnos y de ahí a la autopista.

Solo paré a poner gasolina y a beber agua.

Cuando llegué a Barcelona llamé a mi representante para decirle que ya había llegado y me acosté .


Doce horas mas tarde me despertó el timbre y abrí la puerta medio dormido, apareció mi agente exultante.

¡Esto va a ser la polla chaval!-dijo martilleándome los oídos -

¿El qué? -dije-

El maño rico ha pagado al contado y sin poner pegas

¡Está entusiasmado!

¡Dice que los cuadros son demasiado buenos para ponerlos en los restaurantes!

Ha organizado una exposición en Zaragoza que va a ser la hostia...

¡Esto és la fama chaval!

¡Dice que el diez por ciento de lo que saque es para ti!

Aparte del precio convenido...

Dice que tus cuadros emocionan, que la gente maña se queda extasiada mirándolos...

Creo que la diputación de Aragon quiere uno para colgarlo en la sala Magna.

Solo quiero que los vea mucha gente, acerté a decirle.

Cuando mi entusiasmado agente se fue, me quedé solo para pensar y concentrarme...Para poder pensar en todo lo que había ocurrido en los meses que había permanecido en Soledad de Monegros.

Tal vez tendría que averiguar...

Investigar...

Saber si fui yo el que pintó el cuadro del bar de Matias...

Si existieron en realidad las personas que conocí...

Pero pensé el ella y no tuve necesidad de hacerme mas preguntas...

Dentro de mi habían tantas cosas, tantos pájaros deseando salir a volar que todo el misterio de Soledad de Monegros me pareció una anécdota...

Había conocido a una musa...

Una musa que permanecería siempre en mi.


Salí a la terraza a respirar el aire de la mañana y una avefría se posó e mi hombro, le ofrecí mi dedo y se colgó de el, la acerqué a mi boca y bebió de mi saliva antes de echar a volar.


F I N


















miércoles, 1 de septiembre de 2010

EL PISO DE ABAJO


"Señor: Le ruego que no utilice el agua, cada vez que lo hace me sale por el ventilador de mi bar, creo que se trata de una rotura en el bajante.
Gracias: el vecino del bar Maricielo".
Había acabado de ducharme cuando observé la nota que asomaba por debajo de la puerta entrada, mi mujer estaba entrando en el cuarto de baño para ducharse y no me atreví a decirle nada, habíamos pasado la tarde en la playa y estábamos llenos de arena .
Disfrutábamos las vacaciones en nuestro apartamento de la playa. Hacía dos días que habíamos llegado... !Apenas aterrizas y ya un problema! -pensé fastidiado-.
Dejé que mi mujer se duchara tranquilamente y me fumé un cigarrillo intentando recordar dónde había puesto el número de teléfono del presidente de la escalera, pensé que todo se resolvería automáticamente y que sólo sería una leve incomodidad típica de vacaciones .
El bloque de apartamentos en que estaba nuestro piso se hallaba situado en el casco viejo del pueblo, un segundo piso sin ascensor, lo habíamos reformado a nuestro gusto y la verdad es que nos había quedado muy bonito, además estaba a cincuenta metros de la playa. "Un cuarto para cambiarnos" como solía decir mi mujer a sus amigos de izquierdas para no darles en los morros con que tenía un pisazo a cincuenta metros de la arena y además a buen precio.
La verdad es que lo compramos poco convencidos, más por invertir que por otra cosa, nunca nos había llamado la atención lo de tener una segunda residencia -"Es de tontos" habíamos dicho un millar de veces en un millar de conversaciones con el grupito de amigos que van quedando a lo largo de la vida.
-¡Sale más barato un hotel de cuatro estrellas! Si lo cuentas en plan fino, incluyendo todo- solía decir Esteban el de La Caixa. Esteban era economista pero nunca pasó de empleado de medio pelo, aunque cuando se trataba de hablar sobre economía era el mismo Oráculo de Delfos.
-"Si cuentas todo,todo, y afinas la punta del lápiz -solía decir muy serio-alojarse en un hotel de cuatro estrellas sale mucho más a cuenta, además dispones de unas comodidades no comparables a un apartamento de tipo medio, estadísticamente hablando".
Luego se extendía hablando de valores residuales y de oscilaciones del mercado inmobiliario. Nosotros poníamos cara de entenderlo en medio de un silencio religioso que él agradecía con la mirada.
-¡Tenemos un problema!- Le dije a mi mujer mientras se ponía la ropa de pasear y mirar escaparates .
Lucía, mi mujer, tiene cuatro tipos de ropa cuando estamos de vacaciones, a saber:
Ropa de de playa: que consiste en pantalones cortos, varios bañadores y bikinis y un montón de camisetas que va acumulando año tras año, la ropa de salir a pasear consta de un montón de tejanos ajustados y camisetas de marca caras, de ésas de lucir poder adquisitivo, y por último la ropa de salir de noche, vestidos de vuelo estilo hippie o ibicenco sin nada debajo- "por si surge algo"- dice ella para erotizarme las vacaciones, finalmente lo que yo llamo “grandes galas” que consta vestidos elegantes y caros,para las reuniones de los amigos del verano y para darles en los morros a las mujeres de los amigos.
Yo ando todo el año vestido de payaso con traje camisa y corbata y me niego a ponerme otra cosa que no sea pantalones cortos, chanclas y camisetas horteras que Lucía odia con frenesí.

-En vacaciones no estoy para problemas, congélalo hasta Septiembre -me dijo pensando que me refería a un problema en el trabajo-
-Cuando abres el grifo o te duchas todo el agua va a parar al bar de abajo...
-¡Coño! -dijo sin recato.
Lucía suele ser muy educada y recatada todo el año menos en vacaciones; que se suelta el pelo y la lengua.
Leyó la nota y la dejó sobre la mesa como si aparcara el problema para resolverlo en una mejor ocasión.
-¡Vamos que van a cerrar las tiendas! Ya avisaremos al encargado de la escalera...
Obedecí y me puse el sombrero Panamá y las gafas extraoscuras, antes de salir Lucía me miró de arriba a abajo,
-¡Pareces Batman en vacaciones!...
Me limité a sacarle la lengua y a recordarle que cogiera las llaves y el dinero, yo en vacaciones no llevo nada encima casi nunca. Mis vacaciones en el "pueblo-playa-miniciudad" son una continua lucha con Lucía, ella quiere que me comporte como un hombre de mundo serio y ordenado, pero yo me dedico a mi verdaderavocación: hacer el payaso, me dedico a hacer reír al personal con mis ocurrencias, y así soy un poco
feliz, a ella no le hacen gracia mis chistes, se los sabe todos.
Cuando me deprimo me da por por la filosofía y reconozco que soy un pesado, los que me conocen ya saben lo de mis altibajos, los que no me conocen a veces ponen cara rara.
De todas formas solo me deprimo un par de veces al año.
Lo de las payasadas no es más que una consecuencia de mi profesión, soy jefe de ventas de una multinacional del juguete.
No soy un jefe de ventas de los de ahora, ni el hijo del jefe, ni estoy diplomado por ESADE. Comencé de vendedor raso y arrastré mi culo por todas las jugueterías del país vendiendo clicks de Famobil y Comansis toro sentado con el fuerte y las vacas. Hay que ser un poco niño para vender juguetes.
El día que mi jefe me sacó de la calle y me encerró en un despacho con una secretaria fea pero muy eficiente vale decir que mi jefe es un venerable anciano amigo de la familia de mi mujer, a la que quiere como a una hija.
Triplicó mi sueldo, pero le cortó las piernas al niño que llevo dentro.
Con silla de ruedas el niño aún se ríe y hace gamberradas.
Lo de la secretaria fea aún no se lo he perdonado ni a mi jefe ni a mi mujer, y es que el brazo de Lucía es largo y sinuoso como una pitón reticular...
Salimos a la calle a eso de las siete de la tarde, a esa hora la gente que llena la playa por la mañana se apiña en las calles “típicas” del pueblo haciéndolas intransitables, llenando el ambiente con olores de colonia barata mezclados con aftersun, masajes for men, olor a mar y sudor, y otros olores inconfesables.
Los habitantes del pueblo, los de toda la vida hacen vida aparte y odian secretamente a los turistas,aunque vivan de ellos.
Hacen el paripé y son muy amables pero nos odian, lo sé .
Yo los veo como una especie de secta satánica, de sociedad secreta solo penetrable por los iniciados.
Nos acechan asomados a las puertas de sus comercios de toda la vida como arañas con su tela extendida a la caza del "turista-mosca" que les permita vivir trabajando seis meses al año.
Lucía se había abierto paso entre la multitud de un grupo de turistas rusos y gordos capitaneados por un guía que enarbolaba un paraguas rojo y no paraba de casi gritar palabras ininteligibles.
Cuando Lucía va de compras yo me suelo rezagar unos cuantos metros atrás y la dejo hacer, mientras contemplo a la gente para ver lo que hace.
Se había parado en el escaparate de una tienda de bañadores, me había dicho que este año se llevaban los bañadores elásticos, cada año se compra un par y varios bikinis, ya había pasado la moda del topless.
Yo me había parado en medio de la calle cuando una rusa de doscientos kilos casi me derriba, me gusta que las señoras gordas me empujen, es como chocar con un balón de playa poco hinchado, pero esta vez casi me tira al suelo. Balbuceé un sorry y ella me miró desafiante.
Afortunadamente Lucía no se compró nada, como casi siempre todo estaba muy caro.
Cuando comienzo las vacaciones necesito varios días para adaptarme y parar el reloj, de hecho lo dejo en mi mesita de noche y no lo recupero hasta el fin de las vacaciones, si logro relajarme los primeros días todo funciona bien y descanso, y me relajo. Aunque a veces no lo logro y me dedico a pintar horribles cuadros azules, o a hacer bricolaje, cosa que a mi mujer le encanta, Lucía es insaciable con el tema bricolaje.
No me gusta relajarme mucho, si lo hago me convierto en un zombie, me gusta mantener un poco de tensión, me hace sentir vivo.
Me dí cuenta mientras sorteaba otro grupo de turistas jubilados que olían a viejo y pipí, que lo de las goteras en el bar de abajo no me dejaría aflojarme hasta tenerlo resuelto.
De vuelta a casa Lucía me lo recordó, yo hubiera preferido llamar al presidente de la
escalera por teléfono, pero, entre buscar el número entre los papeles del apartamento y bajar un piso, opté por lo segundo.
Mientras bajaba por la escalera me esforcé en recordar el nombre de mi "vecino-presidente" para poder preguntar por él, ya que sólo lo había visto un par de veces.
Rebusqué en el disco duro de mi memoria... mi neurocórtex se negaba a funcionar causado seguramente por mi "relajamiento vacacional", tal vez Viridiano...no,no Nepomuceno...No, no es tan raro. Al fin mi cerebro se iluminó : Eleno, sí señor, el señor Eleno.
El señor Eleno había sido había sido elegido presidente de la escalera a perpetuidad ya que prácticamente él y el dueño del bar de las goteras eran los únicos que vivían allí todo el año.
El señor Eleno trabajaba de vigilante nocturno en un hotel del pueblo, anteriormente había sido guardia civil de los de antes: " benemérito de tricornio y bigote".
Cuando decidimos hacerlo presidente a perpetuidad aceptó a regañadientes.
-Vale- dijo solemne- pero no me toquen mucho los cojones que los de la ciudad no se hacen el cargo de que esto es un pueblo.
Llamé a la puerta -Primero C - esperé un tiempo prudencial, y al cabo de un rato apareció la figura del del ex benemérito recién levantado intentando saber quién era yo.
-Buenas tardes señor Eleno- dije confiando no haberme equivocado de nombre.
-¿Sí? -Se limitó a decir al tiempo que se rascaba el culo con la mano derecha.
-Soy el vecino del segundo B, me he encontrado una nota del señor del bar de abajo, al parecer tenemos un problema en el bajante de los desagües.
-Sí ya me lo ha dicho esta mañana- respondió sin invitarme a entrar-Ya he llamado al administrador para que llame al técnico, no se si podrá venir pronto con la faena
que tiene con el mantenimiento de los hoteles.
-Es una urgencia, creo que pagamos servicios de urgencias -me defendí viéndolas venir.
-El Toni está siempre de servicio en Agosto pero como sea algo grave...
-Creo que le cae agua por el ventilador del bar -dije preocupado-
-Sí, encima del billar, tiene el billar "parao", cubierto con un plástico y varios cubos.
-Lo siento-dije preocupado por las pérdidas económicas.
-El pobre con lo que se gasto en la reforma de insonorización...Y ahora esto.De momento no use el agua, no vaya a ser que se produzcan daños -dijo con autoridad-
-Hombre...-me atreví a decir- si viene esta noche el técnico...
-No creo, el Toni no suele venir por la noche, pero seguramente vendrá a primera hora de la mañana-dijo casi cerrando la puerta.

-¡YUNAMIIIIIIERRRRDAAAAAA! Tronó la voz de Lucía en cuanto le expuse el panorama de la reparación.-¡Que me pague un hotel de cinco estrellas si quiere que no use el agua!¡Hay servicios de urgencias para estas cosas!Pagamos un seguro para que estas cosas no le amarguen la vida y las vacaciones a la gente-siguió gritando mientras se paseaba por el salón como una leona enjaulada-
-Bueno mujer-dije yo conciliador y comprensivo- ten en cuenta que esto es un pueblo y no tienen los mismos servicios que en las capitales...
-!Me importa una mierda!- siguió despotricando con la lengua suelta y el pelo también- ¡Encima que no me dejan dormir por las noches, ese bar de mierda que recoge a todos los golfos del pueblo, encima me va a amargar las vacaciones...
YUNAMIERDA,TIO.
Lucía me ha llamado tío desde toda la vida, aunque yo me llame Ángel.
Me callé un rato y la dejé que se explayara a gusto.
Los platos del almuerzo de mediodía comenzaban a apestar en el fregadero.

-¿¡Qué hacemos con ésto!?- Dijo señalando la fregadera ¿Vamos a lavarlos al mar?
¡ESTO ES UNA MIERDA DE PUEBLOOOO!

Esperé un ratito mas para que se calmara y al fin dije con voz firme...

-Mira, lo que vamos a hacer...le dije

Cuando me pongo serio ella suele callarse y batirse en retirada, no se si lo hace para que yo solucione las cosas, o cree que en el fondo soy un tipo duro...

-Mira nena, esta noche nos vamos a cenar a "Can Pinyol", comemos algo ligerito y bueno, encendemos una velita nos relajamos y nos bebemos una botella de Albariño, paga la empresa. Luego-continué cariñoso-nos vamos a dormir tarde y mañana tú te vas a la playa y yo me quedo a esperar "al" Toni.
-¿Qué Toni?-dijo extrañada y un poco más apaciguada-
-El “arreglalotodo”, el “tésnico”... Ya he quedado con el señor Eleno
-¿Qué Eleno?-Dijo riendo al fin-
-El boss de la escalera.
Y ella empezó a rugir como una leona en celo.Lucía usa el rugido a modo de terapia para calmarse. Acto seguido se soltó el pelo como a mi me gusta y se puso un vestido hippye estampado con millones de flores, los zapatos alpargata con tacón y ese collar de abalorios que tanto me gusta. Mientras bajábamos la escalera le subí un poco el vestido.
-¿Llevas bragas?-le dije con cara de chico malo-
-!No! -dijo ella vengativa- a ver si encuentro un italiano guapo que me lleve a ver la luna a la playa.
Ya en la calle la agarré por la cintura y le dije al oído con mi mejor acento italiano...
-¿"Está sola signorina?¿li piace una notte romántica"?...

Ella acercó su boca a mi nariz y me rugió otra vez...
Entramos en el comedor de "Can Pinyol" y el camarero que nos conocía de otros años nos hizo pasar al comedor de la terraza que daba al mar.

-La mejor mesa de la casa la tenemos siempre reservada para ustedes en estas fechas de verano...-me dijo un poco en broma, el comedor estaba vacío-
Un poco temprano para cenar, ¿ponemos algo para picar?-dijo sacando la garra de desollar turistas-
-Sí, que parecemos franceses-dijo Lucia-
-¿Va bien la temporada? -pregunté para tener un poco de conversación-
-¡Un infierno don Ángel! ¡Este año será un infierno de gente! Mucha gente y poco dinero¡Cada vez hay mas gente de alpargata!-gimió lastimero-

Vaciamos una botella con los entrantes, ostras,almejas,erizos...
Cuando nos trajeron los bichos con pinzas que habíamos pedido de segundo plato el comedor ya estaba lleno, y la segunda botella de albariño Fefiñanes vacía .
El helado de limón casero regado con marc de cava hizo el resto...
Lucia había echado a volar como las gaviotas y me miraba como si fuera la primera vez.
-Me pregunto que hace una mujer tan guapa como yo con un tipo como tú-dijo con la voz un poco vacilante por efecto del albariño-¡Qué suerte has tenido en la vida al encontrarme cabrón!
Yo sabía que se encontraba en pleno subidón, el alcohol le produce este efecto eufórico.
-El Señor me puso en tu camino para cuidarte, para ser tu esclavo y tu bufón...
Me gusta adoptar este papel de alfombra cuando Lucía se pone así.
Cuando el camarero me trajo la cuenta le dí la tarjeta de crédito sin mirar la cuenta en un gesto de confianza
-¡Haz lo que quieras con ella! -le dije displicente-
Él la recogió con sonrisa lobuna al tiempo que me decía...
-¿Y el placer de gastar? ¡Gastar es vivir! ¡Es uno de los mayores placeres de la vida!-dijo el Sócrates de la hostelería.

No miré la cuenta, si miro la cuenta me pongo de mal humor, guardé la cuenta en el bolsillo de atrás y me despedí del camarero filósofo, la verdad es que habíamos cenado como los Sátrapas, los cocineros de Can Pinyol tenían una muy buena técnica para descongelar pescado.
Salimos a la calle tambaleándonos
Un matrimonio maduro nos miró con una mezcla de envidia y indignación.
-¡Un restaurante tan fino y dejan entrar borrachos! -musitó la vieja mientras el marido miraba el culo de Lucía-

No recuerdo si fue Lucía la que me llevó a la playa o fui yo, son secretos que guarda el Albariño Fefiñanes y sus criadores.
-Vamos a mirar la luna a la playa, le dije a la “ragazza”
-Parece una tajada-dijo Lucia- tajada como yo...
-Tajada de sandía- corregí.
-¡Tajada de albariño!
-! Ja ja ja ja ja!- y le dio un ataque de risa tonta.

Nos habíamos sentado en la arena y comenzado a tontear con las manos cuando del mar surgió una luz blanca que a mi se me antojó una aparición, enseguida me dí cuenta que era la barca del Joanet que venía de pescar calamares, esperé a que varara en la arena y cogí la quilla con firmeza al tiempo que metía el gancho en la argolla de la proa.
-¿Quieres calamares?-me dijo reconociéndome-
-No, que son congelados -reí-
-¡Los mejores del mundo, turista! ¡en la capital no los pilláis ni borrachos!

Hicimos broma un rato y mientras él arrastraba la barca con el polipasto eléctrico miramos y tocamos los cientos de calamares que aún se movían en el fondo de la barca.
Lucía alucinaba con el pescado recién sacado del mar.
La oscuridad se volvió a apoderar de la playa, Lucía se había tendido en la arena y yo me había sentado a su lado para hacerle de almohada.
-¡Me gusta follar cuando estoy borracha! -me espetó-
-¡No seas cochina !-Le dije yo en plan mojigato-Eres una mujer adulta y casada, tienes una enorme cama para éso -le dije resistiéndome y deseándo
al mismo tiempo.
-¡Cuando éramos novios no eras tan remilgoso!-dijo melosa-
-Vale, pero flojito y sin chillar que te conozco, le dije besándola tiernamente
Se sentó encima de mi cubriéndome con su ancho vestido de flores y mientras se balanceaba como quién monta un caballo me dijo al oído todas esas cosas que me gusta que me diga....
Dormimos un rato y mas tarde nos bañamos a la luz de la luna como dos adolescentes.
Nos arrastramos hasta el piso y la acosté vestida encima de la cama
Las vacaciones son una maravilla, pensé mientras me dormía al son del bakalao del bar de abajo,mezclado con la conversación de dos borrachos.
Me pasé la noche soñando con calamares y luces de colores
Me despertó el ruido de una lluvia torrencial, o éso me pareció, teniendo en cuenta mi resaca, me acerqué al cuarto de baño y la lluvia resultó ser la ducha que se estaba dando Lucia, la bañera estaba llena a rebosar, se había dado uno de sus baños relajantes con sales y todo.
-¡Mira como me pusiste anoche, cochino!-dijo haciéndose la enfadada-
-La culpa fue tuya”signorina” borracha
-Tú, que te aprovechaste de una pobre chica que no estaba en condiciones de defenderse.
-Disimulas muy bien so golfa -le dije siguiendo la broma-
Me duché en el otro cuarto de baño y cuando me estaba secando me acordé del bar de abajo, del bajante, del Toni, del señor Eleno y la madre que los parió.
Me asomé al baño de Lucía, que ya se estaba secando el pelo,la bañera estaba vacía .
-Hoy lloverá-le dije-
-¿Hace mal tiempo?
-Por lo menos en el bar de abajo -dije mordaz-
-¡Que le den por el culo!-Lucía había sacado las uñas y las tenía afiladas.

Estábamos desayunando cuando sonó el timbre de la puerta,me temí lo peor
En el umbral de la puerta apareció lo peor:el dueño del bar, del ruido y de las goteras,ya casi no me acordaba de su cara.
Se llamaba Marcelo, por eso el bar se llamaba Maricielo, más hortera no podía ser
Me miró como si fuera a pegarme...

-¡Me ha llamado la señora de la limpieza para decirme que tengo el bar inundado!-dijo gritando-
-¿Qué no leyeron la nota?-dijo recuperando el resuello-¿Qué no les avisó el señor Eleno?-acusó-
Yo con toda mi cara le dije:
-Creí que ya estaba resuelto, que el Toni lo había arreglado a primera
hora...
-¡Yo así no puedo trabajar! Dijo desolado
-Yo así no puedo disfrutar de mis vacaciones, atronó la voz de Lucía a mis espaldas embutida en el albornoz negro que le regalé por Navidad
-¡Es una fuerza mayor ustedes tienen que dejar de tirar agua!
¡Me van a destrozar el bar!¡Bajen a verlo, está todo lleno de agua y el tapete del billar empapado! -el Marcelomaricielo se estaba poniendo verde botella-
-Ha sido un mal entendido,dije yo poniendo paz
No creímos que fuera tan grave, ni que el servicio de reparaciones fuera tan lento...
-¡Es grave,muy grave!-dijo amenazante y rojo violáceo.-Su compañía de seguros tendrá que hacerse cargo de los daños-sentenció-
-¡La compañía de seguros de la comunidad! Dijo Lucía, que entendía de esas cosas
-Lo mejor que podíamos hacer es que usted llame al Toni, seguro que le hará más caso que a mi, que usted es del pueblo y sabe como van las cosas por aquí , dígale que la cosa es grave, y si no puedevenir llame a otro...
-O que llame el señor Eleno, que tiene más autoridad-dijo Lucía en plan cachondeo-
-El señor Eleno está durmiendo, trabaja por las noches y no se le puede molestar-dijo protector.
-Bueno, bueno, vamos a esperar que venga el Toni a ver si lo resuelve ya-dije yo cansado de tanto rollo.
-¡¡¡Pero no tiren agua!!! hasta que venga ¡no tiren más agua! ¡que me buscan la ruina!
-Vale,vale,vale.- le dije yo un tanto inseguro.

El Toni apareció a eso de las dos de la tarde, estábamos terminando de comer y la fregadera estaba a rebosar de platos y vasos, yo había puesto los tapones para no liar mas el tema, mi mujer estaba con las pinturas de guerra y afilando la daga florentina que guarda en su corazón salvaje.
Llamó y entró sin pedir permiso, con la cara de estar haciéndonos un favor especial,ya en el pasillo preguntó dónde estaba la cocina, entró en ella y inspeccionó las tuberías de desagüe.
Movió la cabeza fastidiado
-¿El agua baja bien?-Preguntó como un médico en busca de síntomas-
-Sí, la fregadera traga,dije yo.
-Entonces el problema es del piso de abajo, seguro que el bajante está roto y por eso sale por su peso hasta el techo del bar-dijo el erudito- El bajante se ha roto o está obstruido, rebosa y... Lo mas seguro que pongamos una rata desde el piso
de abajo.
-¿Rata?-dije yo extrañado-
-Sí, una especie de catéter conectado a un potente desatascador neumático, si ponemos aire a presión quizás funcione... No es muy recomendable porque puede estallar el tubo.
-Pues ala, manos a la obra-dije yo optimista-
-¿Están los vecinos de abajo?-preguntó-
-No sé ,dije yo, no los conocemos -Puede que el señor Eleno tenga llaves-aventuré-
-A ver-dijo el Tony-
El plomero-técnico bajó al piso del señor Eleno y al rato subió con el rostro preocupado.
No hay llaves-dijo- se vé que la señora del primero es muy desconfiada, además me ha dicho que hace casi diez años que no viene, se ve que tiene al marido enfermo y que el hijo que tiene está un poco "pa ya"
-¿Pues a ver qué hacemos? Es una fuerza mayor...
-Yo sin llaves no puedo hacer nada, si las consiguen puedo volver, aunque no se cuando, con la temporada al rojo vivo...
Y se fue.
Se me puso cara de tonto, no sabía si llamar al benemérito o a la policía, se lo dije a Lucía y me contestó riendo.
-Con esta gente lo mejor es dejar que la cosa se pudra, , que le
caiga al del bar,tengo que fregar estos platos- y ni corta ni perezosa se puso a lavar los platos mientras tarareaba una misteriosa canción entre dientes.
-Vale, pues que se pudra-dije yo mosqueado-yo me voy un rato a la playa a ver si quedo con "Juanito pescador" y me saca a pescar, que ya estoy hasta los huevos del rollo del bajante, que corran ellos si quieren...
Y me fui escaleras abajo tan pancho, aunque conociendo a mi mujer....un poco preocupado
Cuando volví me encontré a "Marcelo -Maricielo" esperándome en la puerta rojo como Lucifer.
-¡Su mujer me ha mandado a la mierda! - gritó casi histérico-
-¿Qué ha pasado?-quise tranquilizarle-
-¡Que ha echado agua otra vez y yo he subido para decirle.... ¡Y ella me ha mandado a la mierda!¡Y a mi nadie con cojones me manda a la mierda!-recalcó-
Tiene suerte de ser una mujer, que yo me conozco, que a las buenas soy muy bueno pero a las malas soy muy malo...
Ya se habían parado algunos viandantes oliendo a sangre.
-!Además de perjudicarme como me están perjudicando encima me insultan y me man...
-Esto está llegando muy lejos-dije yo muy muy serio-
Nosotros no podemos estar sin agua y usted no puede estar con el bar inundado, hay que buscar una solución ya -dije tajante-
-He llamado a la urbana -dijo resuelto-
-¿A la policía?
-Sí, esto hay que arreglarlo por las malas, ustedes no se hacen cargo de lo que estoy pasando-dijo afligido-
-Bueno, cuando lleguen me avisan y de paso les dice que abran la puerta del piso de abajo, ellos tienen llaves maestras.

Subí y me encontré a Lucía hecha una furia y sin tiempo a preguntarle me dijo que el muy imbécil se había puesto a gritarle NO-TIRE-MAS-AGUA así, en fracciones y a grito pelado.
-Y entonces yo lo mandé a la mierda !Ya ESTOY HARTA!,-dijo levantando la voz-
!Harta!,!No he venido aquí a librar batallas de vecinos, son mis vacaciones y son SAGRADAS!.-gritó-
-Pues el Maricielo ha llamado a la policía
-¿Quién ha llamado a la policía?
-El Maricielo
-¿Que Maricielo? El Marcelo
-¿El del Maricielo se llama Marcelo y por eso se llama Maricielo el bar?
-Sí.
Lucía estalló en un ataque de risa histérica
-Si no fuera porque tengo el bajante roto me meaba de risa
Y se siguió riendo como si estuviera poseída por un diablo juguetón
-Pues a mi me están dando ganas de cagar y no puedo aguantarme
-¡Caga chaval y no te cortes!-dijo con cara de malvada-
Apenas había tirado de la cadena cuando la policía municipal,el señor Eleno y "Marcelo Maricielo" aparecieron en el rellano llamando al timbre como si el edificio estuviera en llamas.
Lucía abrió la puerta y entraron todos en tropel, hablando cada uno por su cuenta
Los vecinos del ático se habían asomado a la escalera , eran inquilinos y pasaban de todo, se habían limitado a llamar a la agencia que se lo alquiló.
-¡Ya les dije que no usaran el agua ni el water! -gritaba el Maricielo -
-Yo se lo he dicho varias veces -corroboró el benemérito señor Eleno-
-¡Mi bar está destrozado! -mentía el Maricielo-
-¡Y además me han insultado!- acusaba fuera de sí-

Los policías municipales intentaban calmar a Lucia y al Maricielo que estaban a punto de llegar a las manos
En eso llegó el Toni,previamente avisado por el señor Eleno que le dijo que viniera pronto, que se iba a liar la gorda-
El Toni venía acompañado de dos especialistas en atascos curándose en salud por si las cosas se ponían mal, siempre es mejor repartir las culpas.
Yo miraba expectante y un poco asustado, más que nada porque sabía que Lucia tiene la mano muy ligera, ella da el primer bofetón y espera a que yo pare el del contrincante.
Tome carrerilla verbal y grité:
- ¡¡VAMOS A VER SI ARREGLAMOS ESTE LIO DE UNA PUTA
VEZ!!
Todos callaron, Lucia me miraba como a su héroe
-A ver...Me dirigí a los municipales que ya no sabían qué hacer
-¿Ustedes pueden abrir la puerta del primero C ?
-No sin una orden del juez-dijo el mas veterano-
-O una fuerza mayor-dijo el más joven, que había estudiado en la academia de policía-
-Esto es una fuerza mayor -sentencié.

Estábamos apiñados en el rellano y poco a poco fuimos bajando al piso de abajo
-Abran la puerta de una puta vez-les dije a los policías -O llamen al propietario que lo autorice por fax, que no es tan difícil
El Maricielo hablaba por lo bajo con los policías conminándolos a que abrieran la puerta.
-No podemos hacerlo Marce-le dijo en confianza- No podemos, nos pueden meter un puro-dijo el policía más joven y cliente habitual del bar de copas-
-¿Y si decimos que la han abierto los okupas, y que hemos entrado porque la vimos abierta ?
-Que no Marce, que eso es un marrón-dijo viendo volar las copas gratis del dueño del tugurio-
-Yo les he llamado varias veces y ni siquiera me cogen el teléfono-dijo el ex-benemérito-Son gente muy rara, pagan puntualmente los gastos de la escalera pero hace mas de diez años que no aparecen por aquí.-Hace tiempo sí venían más, luego dejaron de venir, eran una vieja y su hijo, ella parecía un sargento y le reñía continuamente, supongo que lo compraron para invertir...
-¿Bueno, qué hacemos?-terció el Toni, que contaba las horas, el desplazamiento y el IVA y comenzaba a tener dudas con el cobro.

Se me había subido la sangre a la cabeza y estaba hasta las narices de tanto embrollo
En el capazo de herramientas de los reyes del desatasco asomaba el mango de un pesado martillo pilón de los que se usan para derribar paredes...
El golpe en medio de la cerradura dejó sin aliento a todos...
La puerta casi había cedido y nadie me detuvo cuando asesté el segundo golpe
La puerta se abrió de par en par
-Nosotros no hemos visto nada-se apresuraron a decir los urbanos-
-Si nadie denuncia... Nosotros no hemos visto nada
-Vale,vale-dijo el Maricielo palmoteando la espalda del poli de las cervezas gratis
-¡Madre mía! -dijo uno de los desatascadores-
-¡Con dos cojones! -dijo el compañero emocionado por el morbo de la aventura y pensando que a él no le iba a pasar nada porque era un mandao.

Entramos con cuidado, el señor Eleno entró el primero haciéndose cargo de la situación.
-No toquen nada- advirtió con tono experto- sólo lo necesario y nos vamos.

Los “técnicos” se dirigieron a la cocina a investigar el maldito atasco
El señor Eleno tranquilizaba al Maricielo:
-Ya les llamaré y les diré que nos encontramos la puerta abierta por unos okupas, y que entramos por si habían robado algo...
Lucía había entrado y estaba entretenida recorriendo todo el piso (por aquello de la curiosidad femenina y para calmarse los nervios)
Las habitaciones estaban llenas de polvo y el piso revuelto como si sus habitantes se hubieran ido precipitadamente, las camas deshechas y los platos sin fregar, casi fosilizados.

-¡Qué guarros! -murmuraba.

Entró en el cuarto de baño esperando encontrar más polvo y más mierda.

El grito de Lucía estremeció asta los cimientos del bloque.
Todos acudieron en masa al cuarto de baño donde procedían los gritos,
Lucía estaba aferrada al marco de la puerta de entrada del baño y no dejaba entrar a nadie, tenía las manos agarrotadas en él y no paraba de gritar.
Todos pugnábamos por entrar en el lavabo como si nos hubiera entrado una diarrea súbita.
El señor Eleno le desasió la mano con autoridad temiendo lo peor.
La tomó por las manos y me la entregó, Lucía se abrazó a mi llorando y gritando
Don Eleno fue el primero que vio el motivo de los gritos de Lucía...
En la bañera yacía una persona medio momificada, casi cubierta de cal viva.
Los urbanos estaban tomándose unas cervezas a cuenta del Maricielo en el bar de abajo mientras evaluaban los daños del billar.
-¡Suban,suban!-les habían avisado-
-Ya está liada, seguro que se han pegado-aventuró el más veterano-
-Tendríamos que haberlos llevado a comisaría-dijo el más joven apurando la jarra de cerveza de gañote.

Después todo fue muy rápido, policías de verdad de paisano, policías nacionales acordonando la zona con cintas de colores, sirenas, policía científica de la capital, curiosos en busca de morbo...
El Maricielo contestaba con cara de funeral a los policías abstemios en acto de servicio.
Preguntas,preguntas, indicios...
Cuando la policía detuvo al propietario del piso de abajo lo negó todo y su madre, la sargento, mucho más, dijeron que ellos no sabían nada, que hacía diez años que no asomaban por el pueblo. Se hacían los tontos, pero no resistieron mucho, comenzaron a contradecirse hasta derrumbarse.
El laboratorio de la policía hizo el resto.

Chico apocado y dominado por la "madre-sargento" se casa en contra de los deseos de mamá ;con una puta disfrazada de buena chica.
La puta le saca la pasta al niño mimado, y mantiene a su amante en plan sultán
La "madre-sargento" pilla a la puta con su amante en el lecho conyugal a la hora de la siesta mientras el hijo está pescando calamares para su pichoncita.
La madre se lo dice al niño de mala manera
Más o menos así:
-" !Cabrón, que eres un cabrón!, !la puta esa te está sacando los cuartos y encima te pone cuernos de caribú!...
El niño se cabrea y una tarde de calor sofocante le rebana el cuello con una hoz de cortar corcho que tenía en el comedor para hacer bonito.
Al principio le entró pánico, pero al rato se acuerda de una película de la Mafia
La mejor receta para ocultar un cadáver:
1:Se busca una segunda residencia, ya la tenía.
2:Desangrar el cadáver en la bañera con mucha agua
3:Practicar cortes profundos en el abdomen, y dejar salir intestinos.
4:Quemar con varios litros de alcohol, pero con cuidado que no huela demasiado.
5:Cubrir con cal viva y cerrar el piso para siempre
La chica no era muy voluminosa.

-Y yo que pensé que estaba haciendo reformas cuando lo vi trajinar con los sacos de yeso-decía elseñor Eleno- No era yeso, no señor. De no ser por el atasco podía haber sido el crimen perfecto.
La madre del asesino no fue a la cárcel, tenía casi ochenta y cinco años.
El "Maricielo" cerró el bar unos días mientras arreglaban el bajante, sin duda atascado por la cal y lasangre del cadáver.

Me llevé a Lucia a casa, me daba repelús vivir en ese piso.
Luego me la llevé a un crucero de esos de vestido largo y cena del capitán, para que olvidara el susto.
Ella dice que soy su héroe y me mira como una novia enamorada.
He puesto el piso a la venta. Voy a ver si Esteban, el de La Caixa, tenía razón.
F I N
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fotografía de Plinkk