Cuando Jeremiah le dio una cita a Gwndoline pensó que había sido un poco optimista, sintió un poco de miedo al ridículo,no son edades para esas cosas -pensó inseguro -
Todo había sido tan fácil...Las redes
sociales lo hacen todo tan fácil...
Le había ocultado cinco años, su
aspecto físico lo permitía. Siempre había sido deportista y y
nunca había estado enfermo.
Estaba separado, ni se acordaba de su
ex- mujer, gozaba de una buena posición económica y no tenía que
trabajar.
Cuidaba mucho su aspecto en la red
social... Fotos de vacaciones en buenos hoteles, siempre lucía ropa
de marca y recalcaba sin dar demasiada importancia que tenía una
preciosa villa frente al mar.
Exageró algunas cosas pero nada que no
se pudiera arreglar en caso de un encuentro en persona.
La chica parecía culta, no hacía
faltas de Ortografía y sabía de lo que hablaba cuando conversaban
de literatura y arte.
Había tenido malas experiencias con
mujeres vulgares – cazadoras de cabelleras las llamaba -
Cuando se cansaron de las interminables
horas de chateo, decidieron darse el número de los teléfonos.
Me encantaría escuchar tu voz Jeremiah
-dijo una noche Gwndoline -
El dijo que a él también...
Gwndoline tenía apenas cuarenta años,
Jeremiah sesenta...
Nunca había estado con una chica tan
joven...
Habían hablado de todo, se contaban
todo sinceramente, incluso conversaciones de sexo respetuosas
Jeremiah nunca se había enamorado,
nunca había perdido la cabeza, siempre había mantenido el control
sobre eso...
Pero esa chica se había hecho
imprescindible en su vida, tenía que reconocerlo...
¿Que hace una preciosidad como tu
perdiendo el tiempo con un viejo? Le había dicho una noche de
larga conversación.
Se está muy bien contigo, dijo por
toda respuesta.
Yo también estoy muy bien contigo
-dijo él -
Yo más – dijo ella -
No, yo más – recalcó él- seguido
de una retahíla de jajajajajajajajajajajja
Y siguieron jugando a coquetearse, al
doble sentido de las palabras...
Me gustas tanto...
Eres lo mas importante de mi vida...
Luego besos de letras, mas tarde sexo
virtual, respetuoso, delicado...
Imaginándose, tocándose con letras...
No tardaron en escribir: Necesito
verte, necesito mirarte...
Luego los miedos,los enfados la
desesperación por la distancia
Habían abierto todas las puertas, ya
eran pura confianza.
Cuando Gwndiline le contó su divorcio
y su situación económica, Jeremiah creyó oler el interés por su
dinero y lo encontró normal. Era muy joven y guapa, las chicas
guapas se interesan por los viejos por esas cosas, lo encontró
normal y no le importó demasiado, sonrió melancólicamente y pensó
que nunca se llega al fondo de los pensamientos de una chica...
Cuando Jeremiah le confió sus temores
por la edad, Gwendoline le dijo la palabra mágica...
La edad no importa cuando se ama de
verdad...
El sonrió frente a su ordenador y
asintió
Hemos ido muy lejos – dijo ella –
ya no podemos parar por esas cosas, por esas tonterías de la edad
Espero que no seas impotente – rió
con letritas -
Estoy muy bien de eso -dijo
escuetamente-
Si eso, compra pastillas de esas de los
pitufos que dicen que van muy bien -siguió riendo -
¿Pitufos?
Si, de esas azules...Me encanta el
sexo, ya lo sabes...
Me pongo húmeda con solo hablar
contigo por aquí...
Ya sabes...Las chicas enamoradas
pierden la vergüenza …
Pero enamorarse no es solo sexo, hay
mas cosas...
Entonces Jeremiah comenzó a sentir
algo en su estómago,algo que nunca había sentido de verdad...
Se sentía deseado, se sentía
querido...Se sentía amado.
Todo lo demás no importaba.
Se había duchado a conciencia, nunca
hasta ahora había sido tan minucioso en limarse las uñas...
Maldijo el espejo y la luz cenital que
denunciaba su calvicie,estuvo largo rato mirándose y intentando no
ser demasiado autocrítico con su cara envejecida... Todavía estoy
bien... - Se dijo al fin -
Tenía una cita con una mujer muy
joven...Tal vez demasiado joven...
Tuvo un pequeño ataque de pánico y
pensó en no ir... Darle plantón, desaparecer
Es una locura – pensó -
Había comprado ropa nueva y zapatos
italianos y se juró a si mismo que caminaría erguido...
Ensayó una sonrisa seductora y palpó
la cartera para estar seguro que la llevaba.
Ella venía en el tren...
Pensó en ella, ¿Como sería en
persona? ¿Como se comportaría cuando se encontraran?
Había ensayado en voz las palabras que
pensaba decirle, incluso las sonrisas
Se sentía inseguro pero contento...
Se guiñó un ojo a si mismo, miró la
hora en su móvil y marchó decidido a buscar a su chica...Como un
adolescente enamorado...
Llegó con veinte minutos de tiempo, se
orientó en la estación y bajó al andén
No quiso tomar nada mientras esperaba,
no quería que su boca oliera a nada cuando se acercara a ella.
Su interior se debatía en
contradicciones...
Lo que se consigue con el dinero –
pensó -
Se regaló una sonrisa de suficiencia y
de seguridad, controlaba la situación...
Un par de besos, hablar un rato,
conocerse, simpatizar y llevarla a cenar frente al mar...
Después de lo que nos hemos dicho
-pensó – todo será mas fácil .
Un moderno tren entró en el andén
silenciosamente, venía atestado de gente, costaría encontrarla
Iré con un vestido azul mecánico -le
había dicho ella – No quiero que me confundas
Eres inconfundible Gwndoline, te
encontraré por tu olor, hueles a mi...
Mmmmmmmm le había dicho ella la última
vez que hablaron
Estoy segura Jeremiah, yo también
oleré a ti...
Es preciosa...Mucho mas que en las
fotos... Elegante, alta...¡Que pelo mas bonito!...
Se acercó hacia ella con ánimo de
saludarla correctamente pero ella al verlo dejó las maletas en el
suelo y corrió hacia él con los brazos abiertos en cruz, se colgó
de su cuello y pegó su boca en la suya...
Todos los besos de película pasaron
por la mente de Jeremiah en un instante
Ella se despegó de él un instante
para mirarlo de pies a cabeza, él aun no se había recuperado del
abrazo, del contacto de sus pechos apretados en su plexo...Gwndoline
se sumergió con su mirada en él como nadie lo había hecho nunca...
Lo besó otra vez y esta vez terminó
el beso con un leve mordisquito en los labios de él.
Toda su desconfianza había
desaparecido...
En sus interminables conversaciones a
veces se habían dicho: ¿Y si no te gusto en persona? Y se habían
reído mucho con eso.
Me gustas -dijo ella -
Me gustas -dijo él -
Entrelazaron sus dedos y caminaron en
busca del automóvil, se miraban sin decirse nada...
Sentían la alegría de estar juntos,
llenos de cosquillas y mariposas de preciosos colores.
Cuando se está en ese estado, los
enamorados pierden la conciencia de la realidad y se instalan en una
preciosa burbuja azul, en la burbuja donde nada importa, solo
necesitan sentirse queridos y notarlo. Es una energía que fluye, una
extraña alegría que hace que todo sea distinto, que lo hace todo
extraordinario..
¿Donde me llevas? - dijo ella para
salir del silencio -
Al mar – contestó él – a mi casa
del mar, a ese sitio que te he hablado tantas veces...
Ella se paró y le volvió a besar,
esta vez suavemente …
Te quiero Jeremiah...
Ya no podía estar mas sin ti – atinó
a decir él -
Está cerca, apenas una hora...
Deja de mirarme – dijo Gwndoline
riendo mientras Jeremiah conducía -
¡Nos vamos a estrellar, mira la
carretera!
El sonrió divertido …
Cuando se acercaban a su destino, todos
los árboles se pusieron mas verdes,los marrones de los campos de
cultivo tenían el color subido y perlado por la escarcha de la
mañana.
¡Que sitio mas bonito! -Exclamó ella
-
Espera a ver el mar...
Y el mar apareció detrás de una
curva, con blancos de neblina mezclados con azul...
Pararon en el pueblo y pasearon tomados
de la mano, luego comieron pescado y bebieron vino blanco en un
restaurante a la orilla del mar, casi en la playa.
Se sentaron frente a frente, mirándose
con risitas de complicidad...
Jeremiah ya no estaba nervioso, el
último vino blanco brillaba en las copas y en los ojos de
Gwendoline, pasaron todo el tiempo buscándose la mirada y los
defectos...
Queriendo saber sus maneras,pendientes
el uno del otro.
No eres tan viejo – dijo ella
seriamente -
Soy como soy, si pudiera comprar veinte
años lo haría a cualquier precio...
Es mejor asi, -dijo ella- De joven
apenas te das cuenta de nada, no aprecias las cosas...
En serio – dijo ella- me gustas, eso
es lo que importa, se está muy bien contigo, eso es todo, lo demás
no importa...
Eres la pieza que me faltaba...
Eso lo dicen todos los enamorados –
dijo Jeremiah riendo de buena gana – parece de manual …
Anda, vamos a casa, estarás cansada
del viaje.
La casa de Jeremiah estaba a primera
línea de mar, no era una casa importante,una casa mas con jardín y
bastante aislada de las demás.
La tomó de la mano y le enseñó la
casa, estaba todo muy limpio...
Se está muy bien aquí -dijo ella
saliendo a la terraza -
Paso la mayor parte del verano aquí,
el invierno es muy frío, cuando sopla el levante todo se pone
imposible, es un infierno de viento y ruido del mar.
Cuando entraron en la habitación
principal, grande y con ventana al Sur ella se quedó extasiada por
la claridad y los azules del mar...
Se ve el mar desde la cama... -Dijo él
-
El la tomó por la cintura desde atrás
y la besó en el cuello con suavidad...Ella pasó sus manos hacia
atrás estrechándolo hacia ella, apretándolo a su espalda.
Cayeron en la gran cama italiana
abrazados de brazos y piernas, la ropa desapareció como si nada y
todo se puso a mejor...
Se tenían tantas ganas...
Jeremiah ni se dio cuenta que tenía
veinte años mas que Gwendoline... Ni se le ocurrió pensar en esas
cosas...
Los dos se metieron en el sitio mas
peligroso de los sentimientos salvajes...Se sintieron queridos.
Amar es algo mas que sexo, amar es algo
mas que frotar los cuerpos, es salir de la realidad, es salir del
mundo...Por eso es tan maravilloso.
Cuando estás en el paraíso del amor,
quieres permanecer. No se hicieron preguntas, solo querían
permanecer juntos compartiendo su vida.
Ella puso su olor en la casa de
Jeremiah y se mezcló con el olor de él...
Inventaron un nuevo perfume, un nuevo
olor un nuevo perfume vital para poder vivir juntos...
Un perfume es una mezcla de olores...
Ya olían a ellos...
Jeremiah apenas se daba cuenta de que
hacía el amor dos veces al día – por la noche y por la mañana –
todas las dudas sobre su potencia sexual se habían diluido entre
las piernas de Gwndoline
A veces se dormían escuchando los
gorriones y las avefrías que se acercaban a la terraza a pillar las
miguitas de sus comidas, cada vez mas confiados, cada vez mas
atrevidos.
Se quedaban absortos escuchando el mar
y los graznidos de las gaviotas, a veces venían las abejas
Gwendoline les ponía miel en la barandilla para ayudarlas a pasar el
invierno.
Se asomaban a la ventana a mirar el
azul, cada día diferente... Buscando explicaciones a tanta belleza.
No querían hacerse preguntas, solo
querían ser felices.
Una tarde todo comenzó a ir mal...
Cuando comes mucho el hambre se calma,
todo se pone en su lugar, en orden... Levantarse e ir a trabajar y
todas esas cosas tan prosaicas.
Jeremiah era razonablemente rico y sus
negocios iban solos, apenas una vez a la semana a firmar .
La vida cotidiana, la vida doméstica
es una asesina de mariposas. El microclíma de cultivos de amor se
fue viciando de cosas cotidianas y vulgares de costumbres
individuales de pequeños detalles de importancia relativa.
Debo volver a casa – dijo Gwendoline
después de diez días de paraíso -
Tengo que trabajar, no soy rica –
dijo asomando una sonrisa de conformidad -
Vivimos casi a doscientos kilómetros
el uno del otro, quiero despertar contigo todos los días de mi vida
- dijo él desolado -
Mi trabajo no es una gran cosa pero de
algo tengo que vivir...
Puedes quedarte a vivir aquí y
compartir todo con naturalidad...
Jeremiah... Hace solo diez dias que
estamos juntos, que nos conocemos...
Y no quiero ser una mantenida...
Tengo dinero suficiente para para que
podamos estar juntos aquí, no necesitamos trabajar ; El dinero se
comparte con naturalidad no importa quien tenga mas, si no fuera así
solo se casarían los ricos con las ricas...No tiene importancia eso.
Lo único que importa es estar
juntos...
Lo pensaré - dijo ella – pero
mañana tengo que irme a arreglar mis cosas ¿si?
¿Voy contigo y te ayudo?
No, son cosas mías, arreglaré mis
cosas y pensaré despacio y si quieres estar conmigo buscaré un
trabajo por aquí...
Necesito trabajar, necesito hacer
cosas... ¡No vamos a estar todo el día follando! -dijo con
picardía-
En una semana lo resolveré...
Tu piensa también...
Tengo veinte años menos que
tu...Pueden pasar cosas por eso...
¿Hay queja por eso? - dijo abrazándola
y apretándola muy fuerte a él -
Se te van a poner los ojos azules de
tanta Viagra...
Solo la tomé el primer día...Estaba
nervioso...
¿Si?
Y él ya casi la había desnudado.
Le volvía loco la sensación de
sentirse deseado por una mujer tan joven.
Es de verdad -pensó – me quiere, no
es posible fingir tan bien.
En la ausencia de Gwendoline, Jeremiah
nunca se había sentido tan solo, tan inquieto, tan celoso...
Se montaba películas en su
cabeza...Películas de terror, de engaño, de misterio.
Ya todas las canciones de amor estaban
hechas para él, expresamente y a medida, todos los poemas de amor
dejaron de ser cursis y también reconoció que sabía suspirar...
Quería mantener el control de sus
sentimientos pero le era imposible.
Se había trasladado al apartamento de
su ciudad, le era insoportable vivir en la casa del mar sin ella
Gwendoline no estaba y nada tenía
sentido.
Cuando ella lo llamó diciéndole que
iría a vivir con él le faltó nada para dar saltos como un niño.
Contó las horas que faltaban para el
regreso de su chica...Permaneció en silencio durante dos días
guardaba todas sus palabras para ella.
Ella llegó con más maletas que la
primera vez
Cuando la abrazó todo se iluminó otra
vez...
-Te he echado de menos.
-Yo más -dijo ella -
No, yo más … - Dijo él -
Regresaron a la casa del mar como dos
recién casados, tomados por la cintura …
Un tipo los miró pensando: Otro viejo
que se ha comprado un bombón...
Mañana llegarán todas mis cosas, no
podía traer todo, mi ordenador y un par de muebles
He dejado todo atrás, no ha sido
fácil,mi barrio me gustaba, mis amigos dicen que estoy loca y que no
saldrá bien...
Tu deja que las cosas pasen, no te
preocupes por nada – dijo displicente -
Todo irá bien...Muy bien.
Y Gwendoline se quedó para hacer feliz
por siempre a Jeremiah, le amaba y no se hacía preguntas
no lo importaba nada su dinero,solo
significaba estar cómoda, no andar todo el día pensando como llegar
a fin de mes.
Ya había pensado en todo eso de
ponerse a trabajar y compensar el bienestar económico que Jeremiah
le proporcionaba.
Apenas había pasado un mes y la
cotidianidad la costumbre y el aburrimiento ya habían hecho acto de
presencia, no de visita, llegaron para quedarse
Todo lo extraordinario se fue
convirtiendo en habitual...
El mar siempre frente a ellos los
miraba con cara de conformidad, intentando ayudar un poco, las
hortensias ahora cuidadas con esmero por Gwendoline no dejaban de
regalar risitas de de color azul y rosa, las avefrías y los
chichipanes los gorriones y alguna gaviota comodore también
siguieron acudiendo para ayudar, cada mañana, puntualmente, al rayar
el día...Querían ayudar a mantener el paraíso...Ellos saben …
-Voy a buscar trabajo, he hecho unos
currículums – dijo ella una mañana -
-¿Qué sabes hacer?
-No sé, un poco de todo...
-Miraré en alguna tienda o en algún
hotel, pronto será temporada...
Puedo hablar con algunos amigos, aquí
conozco mucha gente
-No – dijo ella – prefiero hacerlo
por mí misma
-Está todo muy mal pagado, no vale la
pena... - Dijo él -
-¿Qué necesidad tienes de trabajar? No
tendremos tiempo para nosotros, no podremos salir a viajar, el
trabajo ata...
-Ya me has mantenido bastante, quiero
tener mi economía, se están acabando mis ahorros y me da vergüenza
pedirte dinero...
-Pero si tenemos dinero...
-Tienes dinero...
-No es fácil para mi esta situación,
no quiero ser...
tu puta – pensó sin decirlo -
Jeremiah le hizo una tarjeta de
crédito.
-Úsala mientras encuentras trabajo-y ella aceptó con confianza...
- De todas formas preferiría que compartiéramos todo con naturalidad.
- De todas formas preferiría que compartiéramos todo con naturalidad.
Era la primera vez que hablaban seriamente.
En el fondo a Jeremiah le había
gustado la decisión de Gwendoline,
Está conmigo por que me quiere, pensó , no es
por mi dinero, esto sí es una prueba de amor …
Cuando Gwendoline encontró trabajo en
una cafetería a Jeremiah no le hizo mucha gracia
-!Una cafetería!..-Dijo poniendo cara de
enfadado – trabajar en un bar... ¡Qué necesidad tienes de éso? No
es un trabajo adecuado para tí...
-Pero si solo es un bar de desayunos –
dijo ella molesta – sólo es media jornada …
-Te quiero para mi a tiempo completo...
-Te vas a aburrir de mí – dijo dándole
un beso -
-Mantener el nivel de intensidad en el
amor es imposible. Enamorarse es como una explosión, estalla y se
expande no se puede permanecer en el estallido constantemente.
Gwendoline se levantaba temprano para
ir a trabajar y a Jeremiah le encantaba retozar con ella por la
mañana.
-Te quiero Jeremiah, pero no quiero
estar aquí todo el día encerrada...
-Me encanta estar contigo, me encanta tu
compañía pero me aburre tanto de lo mismo...
-¡Claro, te aburres de mi porque soy un
viejo!
A veces Jeremiah iba al bar donde
trabajaba Gwendoline, la miraba a lo lejos sin creerse que dormía
cada noche con ella, sintiéndola como una ensoñación, como ajena a
él.
Luego en casa con ella se volvía a
recuperar, tomaba fuerzas para estar a la altura, para no tratarla de
una forma paternal.
Las cosas comenzaron a oler a impostura
a teatro. No se sabe cuando estalló, las cosas comprimidas suelen
estallar.
Tal vez porque Jeremiah cometió el
error de preguntarle : ¿Por que me quieres? O tal vez ella puso en
la balanza de la relación sus pocos años...
Las cosas que tienen que suceder al
final suceden, es como las estrellas, se comprimen, estallan y se
apagan vagando tristes por el espacio.
-¿Qué piensas? ¿Que te quiero por tu
dinero? ¿Por esta casa y todas las cosas que tienes?
Él calló sin querer otorgar...
-¿Éso piensas? Que soy una aprovechada?
¿Que soy una puta? -¿Una puta disimulada de novia?
-¡No! - dijo él -
-¿Quieres saber porque te
quiero? ¿Lo quieres saber?
-Sí – dijo él superado -
Porque me gustas, no me
hago más preguntas, sólo por éso...
Si piensas que estoy contigo
por tu dinero podemos hacer una cosa – dijo furiosa -
Cada vez que me folles me
das cien euros, así te quedarás más tranquilo...
Y Gwendoline se fue a llorar
a la terraza, el mar se había hecho nube y los pájaros gritaban
horrorizados...
Al rato ya no sabía porque
lloraba pero seguía llorando... Lloraba por la puta vida que lo
organiza todo, que mete el orden dentro de las camas que quiere
impedir que un hombre viejo toque las caderas de una chica joven sin
levantar sospechas, que quiere impedir que una chica joven vaya
orgullosamente tomada por la cintura de un hombre mayor sin suscitar
sonrisas y miradas de escándalo.
Una puta...Eso es lo que
cree... -Dijo entre lágrimas-
El salió a la terraza para
consolarla y disculparse...
-Ya sé que los paraísos son
caros – dijo ella con palabras de sabor a sal de lágrimas – Ya
sé que hay que pagarlos...
Me gusta ésto, me gusta
vivir aquí frente al mar... Pero me gusta porque estás tú
conmigo...
-Me gustas, me encanta como me tratas,
nadie me ha tocado como tu, con esa delicadeza, me pones loca con tus
maneras delicadas, con tu ternura... Me pones loca cuando me metes
los dedos en el coño buscando mi punto g , se que estuviste mirando
la mejor forma de hacerlo en internet...Te preocupas que me corra a
la vez que tu, me mimas, me enamoras con tus detalles.
-¿Cómo no quererte? Y encima con este entorno maravilloso,
de ensueño...Ya sé que es un paraíso pagado, lo sé, ya se que la
puta pasta hace eso posible...No puedo remediarlo...Te quiero...
Jeremiah permanecía en silencio sin
saber que decir
No soy tuya, nadie puede ser de
nadie...Pero también sé que soy tu paraíso...
-También tú tendrás que pagar tu
paraíso...
Te cobraré cien euros cada vez que me
folles, si lo haces dos veces al día ciento cincuenta, que tampoco
quiero abusar de tí...
También haré las tareas de casa y
cocinaré...Despide a la asistenta.
Jeremiah no supo que decir, no quería
llorar, no sabía, nunca había llorado...
La estaba perdiendo sin perderla por su
desconfianza
Dejaron pasar un tiempo para que se
calmaran las cosas. Ella dejó de trabajar y se comportaba como
siempre.
Las parejas suelen hacer las paces en
la cama, una pareja sin sexo se queda en nada.
Cuando terminaron de hacer el amor ella
le dijo mimosamente en el oído: Me debes cien euros...
Hay cosas que sientan muy mal después
de follar por eso cuando Jeremiah se levantó por la mañana le dejó
cien euros en la mesita de noche.
Ella los guardó con una sonrisa
amarga, solo quería darle una lección, solo quería que entendiera
que las cosas buenas no son de pago.
Pasaron los días y el cajón de la
mesita de Gwendoline se había llenado de billetes de cien euros.
Una tarde Gwendoline salió de compras,
compró todo lo que sabía que le gustaba a Jeremiah, cosas de valor,
cosas caras; Se gastó todo el dinero recaudado, hasta el último
céntimo...
Hizo su maleta y no lo volvió a ver
mas.
FIN