martes, 2 de mayo de 2017

YA NO PUEDO MAS





La nube del ya no puedo más había estado flotando en la casa de Morgana desde hacía meses; en la cocina de las prisas, se mezclaba con el vaho de la comida-mierda congelada, con las pizzas envasadas de las prisas; flotaba entre la suciedad que tenía que estar limpia, flotaba entre las excusas del: Mañana lo limpiaré.
Las prisas, el stress de mantener cierta disciplina en la educación de los niños.
El “ya no puedo más” se mezclaba en su tono de voz cada vez que le pedía a sus padres que se quedaran con los niños sacándolos a empujones de la dorada jubilación.
A veces pensaba dormir hasta el hartazgo los domingos, dormir sin límites de tiempo, premanecer en la zona rem hasta calmar el “ya no puedo más”, hacer escampar la nube de su mente.
Una vida sin planes, siempre pendiente de los números rojos o negros de la cuenta bancaria, ganando o perdiendo la loca carrera de llegar a fin de mes.
Mierda de vida...
El “ya no puedo mas” siempre flotando encima de su cabeza, una nube tormentosa particular,con sus rayos,sus truenos y a veces su pedrisco que arruinaba la cosecha cotidiana.
A veces miraba a su marido, un marido de esos de toda la vida, elegido sin pensar, en un calentón.
Cada vez mas gordo, cada vez mas neutro, cada vez mas marido y menos amante.
El polvo semanal ayudaba a mantener la estructura familiar; a veces ,ella, en sus pensamientos íntimos, se decía a si misma que la polla de su marido era la última columna que aguantaba su matrimonio.
Desde que él se tiró un pedo cuando Morgana le hacía una felación, ella tenía sequedad vaginal y desgana.
El se limitó a decir: Las judias no son una buena idea para las cenas de los sábados sabadetes, y soltó una carcajada que resonó en el silencio de la habitación...
Morgana vomitó y tuvo que ducharse mucho rato, enjabonándose repetidas veces.
-¡Joder! Vamos a terminar de follar – dijo él- son cosas que pasan, si los matrimonios no se perdonan los pedos no son matrimonios ni nada.
Desde entonces, la nube tormentosa se instaló aún mas cerca de su cabeza con truenos de sonido de pedo.
La geografía del asco ya abarcaba todo, la comida, la ropa, todo olía a pedo de judias …
Desde aquel día, Morgana comenzó a acostarse tarde, cuando “el” ya estaba dormido; esperaba con la excusa de hacer lavadoras o adelantar trabajo para el día siguiente, limpiaba sobre limpio o simplemente se sentaba en el sofá a mirar la tele.
“El” pensó que las mujeres son demasiado delicadas.
Ya se le pasará...Ha sido sin querer -pensaba- cada día llegaba mas tarde con la barriga llena de cerveza y con mas conversaciones de hombres de bar, entremezcladas con fútbol.
Morgana se sentía mejor en el trabajo de administrativa, con compañeros limpios; guardaba en el bolso la nube del “ya no puedo mas” se ponía en los labios la sonrisa de mujer razonablemente y una mirada de normalidad, nadie notaba nada...
Comía menos, le daba un poco de asco la comida, también comenzó a asistir a un gimnasio de esos modernos, sudar le sentaba bien.
A veces ni se acordaba del motivo de su enfado
Los tíos son unos guarros – sonaba de cuando en cuando en su cabeza-




La vida aparte se había instalado en su hogar...
El deseo de “el” de tenerla otra vez en la cama como los matrimonios normales flotaba en el ambiente, los patéticos intentos de “el” chocaban con la mirada de hielo de Morgana.
Un día le trajo rosas con la esperanza de ablandarla y aparecieron en la basura...
“El” nunca pensó que Morgana sería capaz de eso...
Fue lo que mas le caló, estuvo un rato mirando las rosas rojas en la basura y entendió que su matrimonio había terminado.
No hizo nada, no dijo nada, sabía que todo era inútil, cuando tu mujer tira las rosas en la basura todo está perdido...

Morgana esperaba impaciente la hora de salida del trabajo, para disfrutar de una hora de sudor en el gimnasio.
Sus cuarenta y cinco años se estaban moldeando a mejor a base de torsiones , flexiones y bailes con balón grandote; su figura volvía a lucir frente a los grandes espejos con barra que usaban las chicas que ensayaban ballet.
Los hombres se volvían a mirarle el culo, se sentía como un bombón apetitoso.
El “otro” esperó a Morgana a la salida del gimnasio haciéndose el encontradizo, le había gustado esa chica de mirada triste.
Si miras a una chica y te sostiene la mirada es que está interesada, es de manual eso, lo sabía de toda la vida.
_Hola, no te había visto por aquí... -Le dijo con la mejor de sus sonrisas-
_Soy nueva en este gimnasio... - Dijo con la olvidada risita de ligar-
_ ¿Un café? - se atrevió él-
_ Bueno... Hace tiempo que no tomo nada con desconocidos...
_ Si no hablas con desconocidos, nunca conocerás a nadie …
Los dos rieron de buena gana camino del bar
Entre miradas, café, verdades y medias mentiras se fueron contando sus vidas …
Mostraron sus respectivos escaparates, las personas son como las tiendas, lo primero que se ve es el escaparate.
Se metieron en una burbuja de simpatía mutua, jugando a tirarse feromonas; Morgana ni se acordaba que los niños tenían que cenar.
Cuando llegó a casa su marido intentaba calentar una pizza torpemente, haciéndose un lío con los minutos de cocción...
Ella musitó entre dientes un “semehahechotarde”con la mirada en el suelo...
“El”le dejó que terminara la cena y acostara a los niños sin hacer preguntas, se acercó a la nevera tomó una cerveza y la abrió camino de la tele, se sentó en el sofá con un nudo en la garganta y el mando de la tele, en busca del canal del fútbol...
Sin ver la repetición de las jugadas, sin poner en tela de juicio el penalty dudoso que significaba la muerte con patatas fritas de su equipo favorito...
Mientras, Morgana relamía recuerdos recientes mezclados con yogurt de kiwi de esos que llevan flavonoides bifidus activos y además no engordan.
Rumiaba una futura cita con el “otro”, con una buena coartada, buscando huecos para tener unas horas libres, soñando sin pensar.

No hizo falta cita con coartada, el “otro” esperó a que se vaciara el gimnasio y apareció en el vestuario donde Morgana terminaba de ducharse, olía a cremita de esa buena, de oferta pero buena
No hizo falta decir nada, el deseo tiene idioma própio...
La toalla de Morgana cayó sobre el piso apenas el “otro” se acercó mirándola a los ojos...





Rápido, rápido, contra la pared...
Rápido, rápido, besos y caricias atrevidas, saltándose preliminares...
Sube a la banqueta de láminas de madera mojada...
Rápido, rápido... Abrázame con tus piernas en la cintura...
Rápido, rápido... Penétrame muy dentro, estoy muy húmeda... Yo te morderé el cuello …
Rápido...Puede venir la chica que limpia los vestuarios por un sueldo de mierda...
Corazón desbocado, rápido, bombeando sangre enamorada...
Sin condón, sin mesura...Sin mirarse apenas …
Quiero...

Y el “ya no puedo más” se calmó del todo, ni rastro de la nube tormentosa y fétida que volaba por encima de la cabeza de Morgana, sobre su cabeza la alcachofa de la segunda plácida ducha de esa noche
Cuando salieron todavía se dieron besos con prisas en el parking...
Prisas y sonrisa de chica mala, prisa para una nueva vida, prisa para librarse de “el”
Prisas...

Cuando llegó a casa con la cara vestida de rojo, encontró a su madre recogiendo los platos de la cena de los niños, con cara de hacer preguntas, esparciendo, “porqués” y “que está pasando” por toda la cocina.
Ya había acostado a los niños con cuento de abuela incluido, “el” se había ido al bar...
¿Qué está pasando? -pregunto con tono de madre conciliadora-
_ Siempre os habéis comportado como un matrimonio normal....
_Demasiado normal – dijo Morgana-
Los hombres ya se sabe – dijo mamá comprensiva, cupabilizando por principio al marido-
_ Hay que tener paciencia con ellos, al principio tu padre...
Antes de que le contara por enésima vez su vida matrimonial, mamá escuchó con alarma la cantinela del “ya no puedo mas” con lágrimas...
_¿Es grave? ¿Qué te ha hecho?- preguntó alarmada-
_ Ya no le quiero...
_¿Solo es eso? … Ya sabes que con los años los hombres...
_¡No puedo más mamá! -Le gritó-
_Baja la voz, no grites, los niños duermen...
Los niños... Las cadenas que nunca se sueltan, los niños, tu carne echada a pasear por la vida...
Mamá leyó la decisión en la mirada de su hija, intuyendo la presencia de otro hombre en su vida y se preparó para lo peor.

Tenemos que hablar...
Me quiero separar...
A “el” no le sorprendió en absoluto, lo estaba esperando hacía días.
Ella se sintió cómoda con tanta facilidad y pidió hora a un abogado especialista en divorcios, de esos que no son muy caros, si hay acuerdo mutuo.
_Todo irá bien si no hay conflicto – le dijo el abogado de traje gris y camisa rosa con corbata a juego y uñas de manicura impecable.
_Te dejo la documentación para que la leas y si estas de acuerdo la firmas -dijo con voz de hielo antes de salir presurosamente a trabajar-
“El” la firmó sin leerla, eso si, le tembló un poco la mano, no se sabe si fue por la emoción o porque
los albañiles no suelen escribir muy bien...


Había firmado sin leer; lo normal es esos casos; la casa para la esposa con los hijos pequeños, seguir pagando la hipoteca y una cantidad al mes para la alimentación de los niños....
Su contrato de fin de obra casi había concluido, no tenia ganas de buscar otra obra ¿para qué?-se preguntó-

Cuando Morgana le preguntó si había firmado los papeles del abogado “el” asintió con la cabeza
_¿Cuando te vas a ir?- Preguntó con frialdad-
_Cuando tu me digas -dijo sin mirarla-
_¿Puedo despedirme de los niños?...
_¡Pero si los vas a tener todos los fines de semana! No seas tan dramático...
_Ya... -dijo con voz queda-

Llovía cuando “el” se fue de casa, apenas sin equipaje. Entró en la habitación de los niños y los besó mientras dormían, dejó las llaves encima de la mesa y cerró la puerta despacito.
Cuando bajó al portal, no supo donde ir, se sintió arrancado de su hogar, pensó que nada valía la pena sin su familia.
No había alquilado un piso y sus padres habían muerto hacía tiempo, la idea de ir a un hotel y darse tiempo para pensar le pareció absurda.
Se metió en su coche, su coche sucio y destartalado, a veces cuando hacía chapuzas por su cuenta lo utilizaba como transporte de sacos de cemento y herramientas.
Se sentó sin arrancarlo, se arrellanó en el asiento y lloró con la lluvia torrencial, estaba mojado y tenía frío, solo la lluvia lo mantenía en la realidad.
En un instante pasó por su mente toda su vida familiar, su boda con la mujer preñada, los esfuerzos para situarse en el mundo del trabajo; recordó los domingos por la mañana cuando los niños asaltaban su cama entre risas, si los sorprendían abrazados o muy juntos se echaban sobre él al grito
¡Mi papá es mío! ...Juegos, risas, vacaciones sin poder...
Facturas, hipoteca, horas y mas horas en la obra, niños con fiebre en urgencias, funambulismo para llegar a fin de mes...
Morgana le había visto subir al coche, esperaba que lo pusiera en marcha y se fuera, sentía remordimientos …
A veces los matrimonios no funcionan-pensó-
Muchos matrimonios se separan y se llevan bien, no pasa nada...- se convenció a si misma-
Y se fue a dormir...
Despertó a media noche, estaba nerviosa y desvelada.
Se puso la bata y descubrió a su hijo de seis años mirando por la ventana, tenía la nariz pegada en los cristales.
_ Papá está en el coche...
Se le rompió el corazón a trocitos, como si tuviera una copa de fino cristal en el pecho, miles de cristalitos punzantes se clavaron en sus pulmones dejándola casi sin respirar...
Bajó en bata y zapatillas y se acercó al coche abriendo la puerta con rabia...
_¡Pensaba que habías alquilado un piso! -casi le gritó-
_¡Anda, sube a casa, que no es necesario dar espectáculos!
Se paró el tiempo un ratito, mientras caminaban los dos bajo la lluvia...
Las gotas de lluvia disimulaban sus lágrimas.

Una tregua, un poco de vida normal, las casas solo son un refugio, ducharse, secarse con una toalla
limpia,un sofá convertido en cama...
_Puedes vivir aquí hasta que encuentres algo...
_Gracias...



Dar las gracias a veces es como un bofetón...

Procuraban no verse, coincidir lo menos posible, cuando Morgana llegaba a casa “el” ya dormía, comida aparte o fuera de casa.
Recibos encima de la mesa, compartir gastos...
Vida distante, compartir sin compartir bajo el techo necesario.

Cuando todo se calma, se vuelve al deseo...
Morgana y el “otro” estaban cansados de follar en los parkings, en el asiento de atrás del coche -casi los pillaron una vez cuando quisieron repetir lo del vestuario, segundas partes nunca fueron buenas
El “otro” vivía con sus padres y no podía ser...
Necesitaban una cama

Una tarde con los niños en casa de los abuelos... “El” no viene hasta muy tarde....
_Venga... -Le dijo mimosa- unas horas juntos en la cama....
_Vengaaaa, es el tercero derecha, te espero desnuda...
_No vayamos a liarla -dijo el “otro”
_Estoy divorciada, pronto se irá, pero ya estoy harta de follar como los novios ¿vale?
_Vale …
_Pondré sábanas de hilo...
Desnudos en la cama, un paraíso de unas horas
“El” había llegado de improviso, necesitaba documentación para un nuevo contrato de obra; entró sin hacer ruido; siempre entraba así últimamente, se sentía un intruso, ya no era su casa...
Escuchó las risas, los suspiros los gritos del juego de los amantes...
Entró en la habitación de los niños sin hacer ruido, contenido, intentando entender que su mujer ya no era su mujer, se sentó en la cama con la cabeza hundida entre las rodillas, temblando...
Entró en la habitación que antes había sido matrimonial, dando una patada en la puerta...
Como un autómata...Dejándose llevar por el instinto animal...
Ni se acordaba donde encontró ese hacha oxidada que siempre hay en las casas y nunca se usa para nada...
Apenas la dejó caer, era muy pesada...
El “otro” estaba encima de Morgana finalizando el segundo polvo; fue instantáneo, apenas consciente del daño, el hierro del hacha se había hundido en la espalda del amante, abriéndose paso entre las costillas y las vertebras dorsales fulminando la vida del chico, todo su peso se desplomó sobre ella...
Lo apartó de un manotazo y asestó el segundo hachazo entre los pechos de Morgana con los ojos cerrados...
Su suegra y los niños le encontraron colgando del balcón, se ve que que ató una cuerda en la barandilla y a su cuello y se dejó caer...
Todo el espacio se llenó de luces de ambulancias inútiles y de coches patrulla alulantes...
De gritos y llantos de niños que lo vieron todo...
Todo se había parado, olía a sangre reciente y a ambientador casero; la botella se había caído al suelo desparramando el líquido que olía a rosas...
Morgana lo había comprado de oferta en el super para disimular el olor a pedo de judias que solo olía en su cabeza....


F I N