jueves, 3 de julio de 2008

MIERDA

-Ya le dije a tu hermana que ese tipo le traería muchos disgustos –dijo el doctor Bloum a su hijo mayor.
-¡Es un soldado, papá!, y los soldados sólo entienden de terror y fuerza, todo lo resuelven a porrazos y a tiros, es un reflejo profesional, además a Lía ya le conviene un poco de disciplina –dijo Look, el hijo de Bloum.
-¿Qué necesidad tiene tu hermana,(una buena chica de buena familia), de casarse con semejante patán? –insistió Bloum.
-No es mal chico, un poco primitivo y elemental, pero no es mal chico.
-Sí, –dijo Bloum- ella dice que es sincero y espontáneo,pero la verdad es que sólo es un ignorante que ni tan siquiera sabe mentir con elegancia, ni guardar las más elementales normas de educación y convivencia.
-¿Qué ha ocurrido esta vez?-le cortó
-Aquiles se ha gastado la paga del mes en bobadas, se han peleado como locos y los han echado del piso otra vez, creo que necesitan un nuevo aval…
-¡Estoy harto de firmar avales! A Lía más le valdría dejar a ese tipo y volver a casa otra vez-dijo Bloum cabreado.
-Lía no volverá a casa papá, tú ya lo sabes, te lo ha dicho mil veces, antes preferirá irse de mendiga a la calle que volver a casa después de la que lió con el bodorrio, el viaje de novios y todo el rollo, que parecía que se había casado la princesa de Gales con el general Aquiles. Lo mejor será que la avalemos otra vez, ya se recuperará y pagará.
-Y si no paga pagaré yo. No me importaría si fuera sólo para ella, pero me jode que ese capullo me chulee la pasta. De todas formas es la última vez, ya estoy harto.
-¡Venga papá! –dijo Look riendo- ¡si estás forrado!
-Tu hermana rechaza mi dinero y me llama facha, pero te usa a ti de intermediario para que yo le resuelva sus líos.

Look trabajaba como ayudante de su padre, los dos eran médicos.Él tenía razón, su padre estaba forrado, y tenía más dinero del que podía gastar, aunque a él el dinero le importaba poco o nada.
Los médicos de la ciudad de Gurb eran considerados imprescindibles- "La salud es lo primero", se podía leer en los eslógans por toda la ciudad.
Blooum y su hijo eran el ejemplo de toda la profesión, dedicaban casi todo su tiempo a investigar nuevas técnicas de cirugía, y de tarde en tarde hacían alguna operación delicada.
Blooum era especialista en cirugía y biología, y Look (su hijo)era anestesista y neurocirujano, aunque también había cursado la carrera de psiquiatra. Últimamente anestesiaba a sus pacientes con técnicas de hipnotismo y sofrología,para evitar los problemas que causaba la anestesia.
Sus operaciones eran un ejemplo para toda la profesión médica, sus conferencias estaban siempre llenas de médicos con ganas de aprender las nuevas técnicas del tánden Blooum y Look.
Sin embargo Lía nunca quiso saber nada de la profesión de su familia, su padre la obligó durante un tiempo a estudiar medicina pensando que ya se le pasarían las manías, pero desistió, ella se negaba a asistir a las clases, y vomitaba con sólo pensar en la sangre.Un día le dijo a su padre que no insistiera más y él aceptó resignado.

La dejó en paz, a la espera de que ella misma resolviera los problemas de su vida.
Cuando la esposa de Blooum se marchó de casa aburrida de tanta medicina y ciencia Lía se convirtió en una chica salvaje y maleducada, hacía lo que le venía en gana y probaba todo lo que le apetecía.
Blooum se horrorizaba cuando los amigos de Lía invadían su casa, le habían dejado la todo patas arriba varias veces con sus grotescas fiestas de sexo y droga.
Finalmente Blooum se cansó y le cortó las alas, le alquiló un apartamento y le dio una asignación mensual, lo justo para que viviese dignamente.
Lía se cabreó mucho al principio y dejó de hablarle, aunque mantuvo abierta la línea de su hermano para comunicarse con su padre.

La vida de Lía continuó siendo un desastre, no sabía lo qué hacer y se pasaba todo el tiempo llamando la atención, su apartamento parecía un vertedero de basura, siempre estaba lleno de amigos que la chuleaban, de gente que apenas conocía y que sólo se acercaban allí para participar en sus fiestas y en sus orgías sexuales.
Poco a poco sus amigos se fueron cansando y Lía se quedó sin público que le riera sus gracias a cambio de unas copas o de unas noches de alojamiento, además había engordado bastante y los chicos no querían sexo con ella.
Se deprimió y se encerró en casa, no quería ver a nadie, se pasaba el día deambulando por la casa calmando su desasosiego a fuerza de comer y beber refrescos dulces.
Look la visitaba de tarde en tarde e intentaba ordenarle un poco la vida, pagaba las facturas atrasadas y se quedaba a charlar con ella.
Look quería de verdad a su hermana, se entristecía al verla tan gorda y tan abandonada, sin ganas de hacer nada, aburrida y tumbada todo el tiempo.
Lía le lloraba un poco y él intentaba hacerle un poco de terapia, a veces le daba algún calmante, pero no se atrevía a dejarle el frasco de pastillas.
Una tarde Look le llevó a Lía su ordenador usado, con la intención de que se aficionara a algo y dejara de dar vueltas por el piso como un animal enjaulado.
Al principio Lía no le hizo demasiado caso, a pesar de su desinterés Look se pasó la tarde explicándole su funcionamiento con paciencia.
Caía la noche cuando Lía ya sabía conectarse con seguridad en la red, Look le dejó un manual práctico en la mesa y se marchó aliviado al ver que su hermana mostraba interés por algo.
Lía se pasó la noche navegando por los intrincados mares de la red.
Escribía una pregunta y el ordenador le daba miles de sitios donde encontrar la respuesta. Se empolló el manual y en pocas semanas se convirtió en casi una experta.
De pronto ya no se encontró sola, se sentía acompañada por millones de personas, podía chatear, ligar, preguntar y hasta comprar desde su escritorio.
Fue en la red donde encontró la publicidad de la secta:"Si estás solo, si no sabes que hacer con tu vida, ven con nosotros…"
Una granja con paisaje idílico, hermanos comprensivos y bondadosos, comida vegetariana, sexo libre y comunitario…
Lía no lo dudó, se puso en contacto con el paraíso prometido y una mañana fue a visitarlos. No tuvo ninguna duda: se trataba del paraíso,la solución de su vida.
Se quedó, ni siquiera volvió para llevarse el equipaje. Se desnudó como le indicaron, le pusieron una túnica blanca, debía dejar atrás toda su vida anterior para volver a nacer…
Los días siguientes fueron los más felices de su existencia.
Durante varios días fue el centro de todas las miradas de los chicos de la comunidad, todos querían acariciarla y hablar con ella, dormir con ella, vestía una bata blanca de seda sin ropa interior debajo... Volvió a sentirse el centro de atención de la comunidad.
Llamó a su hermano y le dijo que ya no necesitaba el apartamento, que había encontrado su camino, que había encontrado su sitio. No le dejó la dirección.
Look se extrañó bastante al escuchar el mensaje de su hermana, pero la dejó hacer y no le dijo nada a su padre, tampoco canceló el apartamento, ni su asignación mensual, conocía a su hermana y quiso ser precavido.
Pasaron un par de semanas y Lía fue llamada a secretaría, allí le explicaron dulcemente que debía hacer donación de todos sus bienes materiales a la comunidad, ella les dijo que no tenía nada, que había roto con la familia y que no disponía de ningún ingreso.
Sabían que su padre tenía dinero.
Le preguntaron si tenía algún seguro a su favor.
Alguna asignación…

Lía les habló de su asignación, y ellos lo arreglaron todo vía online.
-Debería hablar con su familia –le dijeron- Necesitamos ayuda para mantener el paraíso…
-Mi padre no me dará nada, no me quiere.-replicó ella-
-Nosotros sí te queremos,Lía, aunque deberás ayudarnos con un poco de dedicación.

Poco a poco la fueron incorporando al equipo de trabajo, le fueron enseñando los rudimentos de la jardinería y la horticultura, más tarde le explicaron lo de la plantación de opio…
Doce horas de trabajo y el paraíso se tornó un infierno.
Doce horas interminables al día de trabajo duro de campo…
Después de una semana dijo que quería volver a su casa…

-No puedes irte hermana-le dijeron- te queremos y no podemos perderte.
-No sabía que tendría que trabajar tanto-dijo ella.
-Gracias a ti esto es posible, te queremos y no renunciaremos a ti-fue la respuesta.

Aguantó unos días más…
Le dolía la espalda y se dio cuenta que era una esclava.
-Me voy-dijo una tarde muy cabreada.
-Hermana, no te puedes ir, ya lo sabes –le dijo la portera.
-¡Quita de en medio coño! –le dijo a la portera-
-¡Me voy de aquí, esto es un engaño!

Aparecieron los chicos grandes, se la llevaron a una habitación sin ventanas, le pegaron sin dejar señales, la amenazaron y le inyectaron una dosis de heroína.
La dejaron varios días sin comer.
Le dijeron que si lo volvía a intentar le inyectarían una sobredosis y la dejarían tirada por ahí.
Ella tuvo que ser buena durante algún tiempo.
Supo que estaba en el infierno.

Look pensó que ya hacía demasiado tiempo que Lía no daba señales de vida, y decidió ir a su apartamento a ver si encontraba pistas de su paradero. Aunque su padre le había dicho que la dejara en paz y que ya encontraría su camino, él no estaba tranquilo. Buscó pistas por todo el piso y se sorprendió al ver que no se había llevado nada, ni siquiera la documentación ni las tarjetas de crédito, toda su ropa estaba allí.Le dió un vuelco el estómago cuando observó que ni siquiera había desconectado la luz y ni cerrado la llave de paso del gas.
Buscó y rebuscó por todo el piso pero no encontró nada, encendió el ordenador y hizo un rastreo en el historial de las últimas semanas.
No tardó mucho en comprender que estaba en lo que ella llamaba el paraíso, las numerosas entradas en la web de la secta le indicaron que estaba allí.
No tardó mucho en personarse en la gran mansión, a las afueras de la ciudad.
Preguntó por ella y le respondieron que las personas que vivían allí no tenían nombre, les dio una descripción precisa de su hermana, pero se negaron a responderle.
Él los amenazó con avisar a la policía, y ellos le invitaron a salir del edificio amablemente…
Look habló con su padre, y después de discutir un rato Bloom llamó a un especialista en sectas.
El especialista negoció con los chicos del paraíso. Acordaron que les devolverían a la chica si pagaban los gastos de su estancia.

-!Más caro que el mejor de los hoteles! –dijo Bloom al enterarse del precio-
Intentaron renegociar pero el precio no bajó…
Adujeron que más caro les saldría curarla de sus nuevas adicciones.
Indignado Bloom habló con el intendente de la empresa de policía, éste le debía un favor, una vez Blom operó a uno de sus mejores policías de un tumor en el cerebro y quedando éste como nuevo.
El jefe de la de la empresa de los policías les dijo que no sería fácil, que usarían las armas si era necesario.
-Esta gente pertenecen a un estatus especial.
-Sólo quiero sacar a mi hija de ahí, no hace falta que bombardeen el edificio-dijo Bloom sin saber en lo que se estaba metiendo.
-Tenemos unos especialistas-dijo el jefe-
-De acuerdo, lo que sea con tal de que me la traigan entera.

El jefe de la agencia de policía preparó cuidadosamente la operación.
La policía de la ciudad de Gurb estaba compuesta por varias secciones, desde que pasó lo del cambio ya no dependían directamente del Estado ni del Ayuntamiento, se habían transformado en una empresa privada con infinidad de sucursales, que se ocupaba de poner orden en la ciudad.
La empresa formaba a sus candidatos en escuelas de policía y después los dividía por especialidades. Desde que el orden de la ciudad estaba en manos de la empresa NODELIX (así se llamaba) la delincuencia se había reducido mucho, incluso ya estaban pensando en una reducción de plantilla.
El alcalde decía orgulloso que todo funcionaba así de bien porque NODELIX se dedicaba en cuerpo y alma a la educación, trabajaba muy bien y además no desbarataba los presupuestos de la ciudad.
El alcalde de Gurb no era un alcalde electo, para ser alcalde de Gurb se convocaban oposiciones, y el que las ganaba se convertía en “alcaldable” y se le integraba en un reducido grupo, a la espera de que el alcalde titular se jubilara o no cumpliera el programa al que se había comprometido.
De hecho el ayuntamiento también se había convertido en una empresa, aunque se mantenían las formas antiguas del bastón de mando y las inauguraciones con corte de cintas de bandera,y todas estas tonterías a las que ya no asistía casi nadie.
El alcalde no era más que el director general de la administración de la ciudad de Gurb.
La ciudad (de tipo mediano, solamente seis millones de personas ) funcionaba razonablemente bien, todos hacían lo que tenían que hacer. En el tema económico se hacían previsiones a corto, medio y largo plazo, y se procuraba cumplirlo dentro del tiempo razonable, la gente se portaba bien en general.
Ya no existía el capitalismo; origen de todos los males de la humanidad, las clases medias se impusieron en todas partes, y los ciudadanos se educaban desde niños en la idea de que el exceso es malo.
Cuando la gente se pasaba de la raya cometiendo actos incívicos o cometiendo delitos se procuraba reeducarla, enviándola a una empresa ubicada en el campo, que sustituía a las cárceles. Allí se procuraba que entraran en razón, en los casos más graves, crímenes y terrorismo se les aplicaba la pena de muerte de una manera indolora…
Ya no existían los jueces. Un ordenador convenientemente programado se encargaba de tan desagradable tarea.
Si matas, mueres…
Si cometes faltas graves de convivencia, vas a la empresa de reeducación…
Si no te reeducas sales de la ciudad, para no volver jamás.

El jefe de la empresa de seguridad mandó llamar a Aquiles.
Aquiles era un policía–soldado, un especialista en violencia, los soldados–policía formaban parte de una reserva especial, sólo para casos excepcionales, sus plantillas se habían reducido mucho, y sus intervenciones eran cada vez más infrecuentes.
El jefe le extendió un cheque como paga extra, y le entregó un número pin para que accediera al programa de la misión que le confiaba.
Aquiles estuvo toda la noche haciendo planes para la operación.
Llamó a seis soldados, con seis bastaría…
El plan era de lo más sencillo: Llamar golpear y llevarse a la chica.
Aunque la violencia estaba muy mal vista, algunas veces había que recurrir a ella. Hay personas que no entienden otro idioma que el palo, y a la institución del paraíso ya se le había avisado varias veces. A la administración no le importaba que se llevara a los chicos para hacerlos trabajar como si fueran esclavos, ni les importaba en demasía que les llenara la cabeza de ideas imposibles a algunos inadaptados, a veces cumplían con una...digamos... tarea social para quitar de en medio a algunos elementos indeseables.
Ya se les había avisado de que no se pasaran con el tema de los “rescates”, ni con los hijos de las personas importantes, debían ser comedidos si querían continuar con el negocio.
Aquiles y sus policías–soldados llamaron a la puerta y esperaron.
-¡Buenas noches hermano! –dijo el portero de túnica blanca.
Aquiles miró la sonrisa babosa del portero y no tuvo ganas de diálogo, le encantaba la violencia y se dejó llevar por sus instintos.
Borró la sonrisa de un puñetazo en los dientes del portero-hermano-sonriente.
Entraron en el edificio como un elefante en una tienda de cristalería, golpeando y mientras gritaban el nombre de Lía. Los que les salían al paso seguían la misma suerte que el portero. Cuando llegaron los chicos fuertes de seguridad los soldados de Aquiles emplearon sus armas, fusiles de cargas anestésicas que anularon cualquier oportunidad de pararlos.

-¡Lía! ¡Lía! – Llamaban con voz de trueno-
Aquiles la encontró en su celda, vigilada por una hermana de túnica blanca que no opuso resistencia.
-¡Dame las llaves idiota! –Dijo amenazante Aquiles-
La chica se las dio sin rechistar.
-¿Eres Lía?-preguntó Aquiles-
-Sí –contestó ella.
-Te vamos a llevar a casa-se limitó a decir el soldado.

Ella no supo qué hacer y sólo atinó a abrazar a Aquiles, él se conmovió y la tomó en sus brazos como una pluma llevándosela al exterior.
Salieron del paraíso y los soldados de Aquiles les hicieron el pasillo. Estaban de buen humor y no mataron a nadie, sólo se llenaron las mochilas de cocaína, tuvieron la suerte de encontrar el laboratorio. Luego le darían su parte a Aquiles…
El Gurú del paraíso llamó al jefe de la policía y protestó mucho.
El jefe de la policía no le hizo ni caso, lo negó todo.
Los dos se amenazaron mucho pero no se mordieron nada.
Y la cosa no pasó a mayores.
Look se llevó a su hermana a una clínica de desintoxicación y Lía mejoró enseguida…
Aquiles le trajo flores.
Ella le había dado su dirección de correo y estuvieron chateando: ella le daba las gracias y él le decía que había sido un honor…
Lía se había quedado fascinada por las formas de Aquiles, por su cuerpo atlético y su mandíbula tallada como de roca.
Bloom estuvo encantado cuando aparecieron en su casa cogidos de la mano con cara de imbéciles diciéndole que se querían casar a la vieja usanza.
Con flores de azahar y vestido blanco…
Con fiesta y tarta…
Con dos niños que le llevaran la cola…
Con anillos.
Y Bloom se los quedó mirando con una sonrisa boba, incapaz de decir que no a nada, enternecido por las miradas de los enamorados.
Besó a su hija y abrazó a Aquiles dándoles su bendición.
Llamó a Look y le dijo que se ocupara de todo, Look sabía que su padre era un sentimental y se entusiasmó con la idea de una boda a la antigua usanza.
Preparó todo para el gran día.
Todos los invitados llevaron traje de pingüino, los camareros se confundían con los invitados (éste fue el único fallo)
Look les regaló un viaje de bodas a los fiordos de Noruega
Bloom le asignó una pensión a Lía para que pudiera respirar un tiempo.
Con la pensión y el sueldo de Aquiles podían vivir como unos pobres decentes.
Respiró aliviado después de la boda, y se fumó uno de esos habanos prohibidos.

Vivieron unos meses subidos a una nube de color rosa, Aquiles se desvivía por complacer a Lía, y ella se esforzaba para parecer una buena ama de casa, incluso había pensado en tener un niño como los antiguos, sin madre de alquiler y esas cosas que estaban de moda.
Pero Aquiles se cansó pronto de navegar entre las grasas de Lía, al principio le pareció divertido copular con una chica gorda, sus amigos se reían un poco de él aunque sin mala intención, los amigos de Aquiles estaban acostumbrados a sus cosas.
Un día le dijo con mucha delicadeza que debería adelgazar.

-Éso es muy difícil, mi amor –le dijo distraidamente.
-Es una cuestión de disciplina, cariño-insistió él.
-Se tardan años en cambiar el metabolismo, además luego hay que someterse a cirugía, y eso duele…
-Tu padre es un gran cirujano…
-He visto verdaderas carnicerías.
A Lía le horrorizaba la idea de operarse de nada.

-Entonces yo puedo ayudarte. Con ejercicio y disciplina en un año podemos lograrlo.
Ella le dijo que sí para que la dejara en paz.

Aquiles montó el plan, un régimen severo y gimnasia a todas horas, Lía se sometió unos días, pero a la semana le dijo que se encontraba mal, que le dolían todos los huesos y que quería dejarlo.
Aquiles no estaba acostumbrado a las deserciones y se enfureció por dentro.
Se negó a hacer el amor con ella.
Pero Lía lo masturbaba y le chupaba el pene para calmarlo.
Él se hacía el dormido.
Comenzó a salir por las noches con sus amigos y a tomar los polvos azules que le hacían ver las cosas de muchas maneras, casi como un arco iris, aunque en él siempre predominaba el color rojo.

-O me follas o te vas –le dijo una noche Lía.
Aquiles se quitó la máscara de seda y detrás de ella apareció la máscara de hierro, la máscara de hierro de soldado.
La golpeó de una manera extraña, de una manera dolorosa, sin dejar señales apenas…
Una paliza técnica, así la llaman en los manuales de tortura.
-Si no quieres ser mi mujer serás mi esclava-le dijo.

Ella se lo contó todo su hermano llorando a moco tendido.
Como era habitual Look se lo contó a su padre, y éste resignado hizo unas llamadas para que Aquiles se tranquilizara un poco.
Aquiles salió en una misión de combate durante casi un mes.
Antes de marcharse la amenazó:
-Cuando regrese tienes que pesar diez quilos menos.Es por tu bien-sentenció.

Lía no dijo nada y se colgó otra vez en el ordenador.
FOROS DE LA REVOLUCION –leyó –
Y entró en la página.
Al principio no encontró gran cosa, la situación política en la ciudad de Gurb era de lo más aburrida, todo estaba controlado, y la gente se sentía bastante bien, la disidencia sólo se manifestaba en detalles de convivencia. Ya hacia muchos años que la gente se había acostumbrado a la "mano férrea con guante de seda", todo estaba organizado de una manera lógica y razonablemente justa, las guerras eran algo que había pasado a la historia y los conflictos entre la ciudad y las zonas del exterior eran raros, y si los había se resolvían rápidamente y de una manera discreta.
Pero Lía siguió profundizando en las páginas de política.
La política se había convertido en una especie de juego de salón, la gente despotricaba y criticaba al régimen de las más variadas formas, pero en el fondo todo el mundo asimilaba el sistema, todo el mundo encontraba un sitio en la sociedad.
No había alternativa al sistema y todo el mundo lo sabía.
Si pertenecías a la ciudad de Gurb tus problemas estaban resueltos, si querías estudiar estudiabas y si no querías la ciudad tenía multitud de oficios sencillos en los que ganarse la vida de una manera cómoda, la sociedad de Gurb y sus dirigentes profesionales resolvían todos los problemas básicos.
Lía sabía que éso era así, lo había aprendido desde pequeña, en el colegio y en el instituto. Las clases sociales existían, pero apenas se notaban.
Todo el mundo podía acceder a casi todo, la socialización del capitalismo había llegado a tales niveles que ser demasiado rico apenas era posible, y además no estaba bien visto.
El trabajo sucio lo hacían “los del exterior” y de éso apenas se hablaba.
Los países habían dejado de existir.
La tecnología resolvía los trabajos pesados y sucios.
Las ciudades se relacionaban entre ellas de la misma manera, las ciudades pobres trabajaban para las ciudades ricas, aunque de una manera equilibrada, se había llegado a la conclusión política de que exprimir a los trabajadores no era conveniente, todo se moderó y se llegó a un equilibrio satisfactorio para todos.
Sólo había un problema:
Todo era muy aburrido.

Lía llegó a esa conclusión después de muchas horas de navegar por la red.
Casi jugando construyó su página.
La llamó MIERDA.
Hizo un alegato al aburrimiento que ocupó varias páginas,hablaba sobre lo aburrido de la vida y del callejón sin salida que era.
Al día siguiente se sorprendió de la cantidad de visitas que tuvo,por un momento se sintió importante, imaginó el poder de influencia que podía ejercer sobre los demás, y se le puso la carne de gallina.
No se conformó con las visitas a la página, y se le ocurrió proponer una convocatoria.
-¿Pero una convocatoria para qué?-se pregunto asustada-
Necesitaba algo que llamara la atención.
La mente se le iluminó, ¡ya lo tenía! !Una convocatoria para cagar en grupo!
Aconsejó a los convocados que vistieran una túnica marrón-la túnica se había convertido en un atuendo habitual en la vestimenta desde hacía algún tiempo-.
Sólo le quedaba proponer el sitio, la concentración debía ser en un lugar que llamara la atención, donde fuera un escándalo…
La cita fue en la catedral.
La catedral de la ciudad de Gurb tenía más de mil doscientos años de antigüedad, más que un lugar de culto era el referente de la ciudad, más que una iglesia era un museo, un vínculo de los tiempos pasados. Ya no era solamente católica, las religiones se habían amalgamado de tal manera y de una forma tan razonable que a la iglesia se iba más para meditar que para rezar. El cristianismo, el budismo y el islamismo se habían refundido en una sola religión desde hacia muchos años , la cultura y la ciencia hicieron el resto.
De todas formas la catedral era un sitio de respeto y silencio, todavía se celebraban ceremonias el los días señalados: Navidad, Ramadán, el aniversario del nacimiento de Buda... también se solía hacer la toma de posesión de los nuevos presidentes de la ciudad.
A las siete de la tarde no solía haber mucha gente en la catedral, el obispo- administrador se extrañó de tanta afluencia de público, le pareció extraño que todos vistieran túnica de color marrón,pero pensó que se habría formado alguna secta nueva, y no le dio mas importancia, colgó su túnica dorada y se marchó a su casa.
Lía no se dio a conocer, era una más entre las casi quinientas personas que se habían congregado en la catedral, pensó que así era mejor. Nadie preguntó nada,el silencio era impresionante, un chico bastante gordo se agachó y comenzó a cagar protegido por su túnica, había ingerido una considerable cantidad de pan integral durante casi una semana y ya no podía aguntar más. Fue la señal que nadie convino. Todos se acuclillaron para cagar en silencio, y el hedor a mierda se fue extendiendo por todo el recinto…
Salieron todos ordenadamente, nadie dijo nada, algunos habían pisado los excrementos de sus compañeros y se limpiaron los pies a la salida.
El obispo administrador salió en todos los canales de televisión indignado por la monumental gamberrada, pedía castigo y expulsión de la ciudad para todos los culpables, el alcalde presidente de la ciudad amenazó con los más severos castigos.
La foto con la catedral llena de mierda salió en todos los periódicos de la ciudad de Gurb.
La red ardía… La página de Lía se colapsó… No pudieron localizarla, había aprendido mucho y usaba las más sofisticadas técnicas de los piratas informáticos.
Lía esperó algunos días antes de conectarse y ver su página, cuando lo hizo se dio cuenta de la envergadura de su acción, estaba excitada, notaba que tenía poder sobre los demás y éso le producía una sensación casi erótica.
Se acordó de que Aquiles pronto volvería, se inquietó recordando su amenaza .Le pareció verlo con su uniforme y su actitud amenazante, de todas maneras apenas había comido desde que se enganchó de nuevo en la red.
Se pesó en la balanza del baño y comprobó con alegría que había perdido el peso que Aquiles le impuso, había estado tomando laxantes para poder cagar en la catedral, a causa de su nerviosismo habitual siempre había padecido estreñimiento y retención de líquidos. Se sentía mejor y más ligera, casi volaba pensando que era la líder del movimiento de protesta más absurdo de la historia de la ciudad de Gurb.
Cuando Aquiles regresó ella lo recibió con sumisión, había puesto la balanza del baño en la puerta de entrada del apartamento y lo recibió subida en ella, a Aquiles le pareció gracioso y la llevó en brazos hasta la cama allí la desnudó y le quitó la ropa a zarpazos hasta dejarla desnuda, todo lo que le hizo Aquiles la relajó mucho y pensó que quizás no era tan malo ser el descanso del guerrero.
Mientras Aquiles estuvo en casa apenas tocó el ordenador, si él la sorprendía mirando la pantalla ella le decía que estaba siguiendo un régimen de un médico que publicaba sus métodos de adelgazamiento por la red, y que gracias él había perdido tanto peso.
Aquiles sentenció que en treinta días debería perder otros diez quilos más…
Ella le dijo que los primeros diez quilos son fáciles de perder pero los diez siguientes no lo son tanto.
-Diez-dijo autoritario-
-Haré lo que pueda-dijo ella-
-He dicho diez,Lía–le dijo con aquella mirada que tanto temía-

A veces Aquiles desaparecía varios días sin dar ninguna explicación, cuando volvía la interrogaba con la mirada , ella procuraba evitar el rayo de sus ojos, entonces él oscilaba el dedo a modo de advertencia,y ella bajaba la cabeza con sumisión.
Aquiles había recibido la misión de descubrir el origen del movimiento de la mierda en la catedral, él pensaba que sólo era una gamberrada de gente aburrida. Su anterior misión había sido fácil, se trataba de unas colonias que se habían instalado en la frontera, en la tierra de nadie. Oficialmente no se podía decir que se trataba de una invasión, sólo eran unos asentamientos de nómadas dedicados al tráfico de la nueva droga, la de los cristales azules, la droga de la felicidad: si la tomas eres feliz…
No pudo evitar probarla cuando masacró el asentamiento, no es que estuviera totalmente prohibida, solamente era que no querían venderla a un precio razonable.
Las excursiones de los ciudadanos de Gurb a los asentamientos de la periferia no se podían consentir, las drogas en Gurb eran legales desde tiempos inmemorables, casi desde su fundación, el equilibrio político de las ciudades –estado se basaba en el "vive y deja vivir"... dentro de un orden razonable.
Además los que habían sintetizado esa droga tan atractiva no querían facilitar la fórmula a los laboratorios, nadie sabía de qué estaba compuesta y los análisis que se habían hecho no daban los resultados satisfactorios.
De hecho lo que molaba de la droga azul era la manera de venderla.
Nada es verdad ni mentira, todo es según el cristal con que se mira-decían los camellos- si miras la vida a través de los cristales azules verás la verdad que te lleva a la felicidad.
La peor enfermedad de la ciudad de Gurb era el aburrimiento, casi todas las cosas básicas estaban resueltas menos el aburrimiento.
Desde que los asentamientos de la periferia habían desaparecido los cristales azules se habían puesto por las nubes, cuando más escasean las cosas más se desean.
Aquiles tenía casi dos kilos de cristales, la guardada en un sitio seguro, pero no tenía práctica en la distribución, y esperó a que las cosas se calmasen.
Sabía lo que le esperaba si lo descubrían.
Cuando pasaba varios días sin aparecer por casa Lía aprovechaba para preparar nuevas acciones, había escondido la túnica marrón dentro de la pantalla de un ordenador antiguo que no usaba Aquiles, él nunca sospecharía ni encontraría tal escondite. Segura y entusiasmada con su liderazgo de mierda se sumergió de nuevo por la red aprovechando las esperadas ausencias de Aquiles.

-VAMOS A CAGAR EN LA PLAZA DE LOS SUEÑOS PERDIDOS –escribió en la pantalla – y puso la fecha y la hora…
La plaza de los sueños perdidos era el centro de la ciudad, una enorme plaza de arquitectura fría, el piso de mármol blanco se mantenía siempre impoluto, los servicios de limpieza con su maquinaria automatizada lo limpiaban y pulían varias veces al día.
En el centro de la plaza una enorme estatua de cinco metros de altura reinaba por encima de la gente que paseaba, los ciudadanos se sentían orgullosos de su plaza, a veces se hacían conciertos con instrumentos antiguos, violines trompetas y oboes, existía una escuela especial con métodos antiguos para dominar estos instrumentos que se guardaban cuidadosamente en el museo de la música.
Sólo se celebraba un concierto al año, los instrumentos eran delicados y se podían estropear, nadie asistía en persona a esos conciertos, todo el mundo los veía por televisión, la respiración de tanta gente podía afectar a la sonoridad, además el espectáculo era mucho más hermoso con la plaza vacía y los músicos en medio de la plaza desierta, tocando siempre la misma sinfonía: La sinfonía de los sueños perdidos.La sinfonía de los sueños perdidos unía a los habitantes de Gurb, su música aglutinaba todos los sentimientos patrióticos por encima de todas las demás cosas.

Aprovechando una de las ausencias de Aquiles, Lía sacó de su escondite la túnica marrón y la alisó cuidadosamente, se la probó delante del espejo y vio que le quedaba un poco más ancha que la última vez, se la quitó y la metió en una bolsa consciente del peligro que corría si en ese momento Aquiles la hubiera sorprendido.
Se encaminó a la plaza de los sueños perdidos y al llegar la encontró extrañamente vacía, pensó que la gente se había asustado y que nadie acudiría a la llamada , a la protesta pestilente…
Cuando fue la hora que se había convenido una multitud con túnicas marrones se apiñó en la plaza, Lía también lo hizo, la gran plaza se vio desbordada de gente que al unísono y sin que mediara palabra alguna se agacharon para defecar en multitudinario grupo.
Todo fue muy rápido, cuando la policía llegó todo el mundo había desaparecido dejando el pestilente recuerdo de su presencia.
Toda la plaza se tiñó de marrón, las pisadas de los protestantes de la mierda habían contribuido a esparcir los excrementos de todas las clases, diarreas inducidas, cagallones duros de gente estreñida, mierda verde procedente de los muchos vegetarianos…
Hasta la estatua del compositor de los sueños perdidos parecía haber cambiado la expresión de dulzura por la de asco.
La conmoción en toda la ciudad fue de las que hacen historia, nunca en la larga vida de la ciudad de Gurb había sucedido algo parecido, todas la instituciones sacaban fuego por las muelas, toda la sociedad pedía castigos y expulsiones.

-¡Si no están contentos que se vayan al exterior!-clamaba a toda página el diario de la tarde-
Los analistas de la sociedad hacían teorías sobre el aburrimiento de la juventud.
El doctor Vervoten dijo en la televisión que el aburrimiento era una reacción de la psique:
-Si estás aburrido te sientes mal, y si te sientes mal quieres dejar de sentirte mal entonces la mente reacciona con nuevo vigor y se vuelve creativa-teorizó- .
Costó varios días de ardua limpieza para dejar otra vez la plaza limpia, movilizaron la reserva de policías –soldado que de paisano intentaban infiltrarse en el movimiento.
Todo fue inútil, Lía había silenciado su sitio en la red y no pudo ser localizada de ninguna manera.
Aquiles estaba de los nervios, los jefes le llamaban constantemente pidiéndole resultados, y no le dejaban tiempo para organizar la red de los cristales azules.
La silla del alcalde-presidente había temblado varias veces y ya se notaban movimientos en el escalafón de posibles sustitutos.
Lía se sentía feliz, por fin había triunfado como quería, a una orden suya una multitud de gente se movía y hacía cosas( aunque de momento sólo cagar),se reía del nerviosismo de Aquiles y fingía hacer régimenes de adelgazamiento y mucho ejercicio.
Él no le hacía caso, no había hecho ninguna detención, ni tenía la más remota idea de quién pudiera organizar el movimiento de los chicos de la mierda.
Aquiles era un tipo duro, había sido adiestrado desde pequeño para serlo, duro e implacable, era uno de los pocos en la ciudad de Gurb que conocía el mundo exterior, que había estado fuera de las burbujas de las ciudades autónomas, sabía de la las cosas de la vida de verdad, no como la mayoría de la gente que sólo conocía la realidad de las cosas filtradas por los medios.
Le gustaban las misiones en el exterior, fuera sólo imperaba la ley del más fuerte y éso le hacía sentirse cómodo, en el exterior no existían las leyes que protegían a los más débiles, podía hacer lo que quería con tal de llevar a cabo su misión.
Nadie le pediría explicaciones por un muerto más o menos.
El tener que actuar dentro de la ciudad implicaba riesgo, si por casualidad el jefe de la mierda era hijo o familiar de alguien influyente, o simplemente rico, podría tener problemas, no por parte de la ley…Los sicarios particulares eran una especie de institución secreta que hacían cualquier cosa por dinero.
El equilibrio de las cosas en las ciudades autónomas era sutil.Demasiado sutil para su cabeza.
Pero Lía no quería estar permanentemente en el anonimato, nadie de los que habían ido a cagar a la plaza de los sueños perdidos sabía quién había inventado el movimiento de la mierda, las preguntas sobre el origen del movimiento circulaban por la red.
Todo movimiento se debe a una ideología
Todas las cosas se hacen por algo.
Los servicios de psicología pública comenzaron a elaborar teorías al respecto.
Quizá nuestra sociedad es demasiado aburrida..
Tal vez falten canales de expresió..
Quizás nuestra juventud está atravesando una fase anal tardía y por eso se expresa de una forma tan escatológica.
Mano blanda, mano dura el gobierno seguía buscando.

Aquiles había estado torturando a un falso culpable que firmó todo lo que le puso delante Su jefe inmediato le tiró los papeles por la cabeza cuando estaba esperando el resultado del informe.
Le dijo que siguiera buscando.
Lía quería protagonismo,antes de que otros se adjudicaran la autoría del movimiento y se llevaran la gloria.
Por éso cedió a la tentación de ser la líder del movimiento de la mierda una vez más , aprovechando una de las ausencias de su marido se sentó delante del ordenador y lanzó un mensaje.
Pero los adeptos de la túnica marrón estaban asustados, los que habían ido a cagar a la plaza lo habían hecho más por hacer una monumental gamberrada que por una acción política o de descontento, otros lo habían hecho (dando la razón al profesor Verbothen) por puro aburrimiento.
Cuando Lía convocó a los chicos de la mierda a cagar dentro del Ayuntamiento nadie se atrevió, demasiado riesgo, los policías –soldado estaban por todas partes, demasiado arriesgado.La pena por un delito de sedición era la de expulsión de la ciudad.
El fracaso sumió a Lía en un profundo mal humor, no alcanzó a comprender que el éxito de las demás concentraciones se debía al factor sorpresa, estaba ávida de gloria revolucionaria, y no tomó las precauciones necesarias para no ser localizada en la red.
Los compañeros de Aquiles se dieron cuenta enseguida del marrón en que se había metido su jefe de operaciones de violencia, y se lo dijeron con tiempo para que lo arreglara sin que se enteraran los jefes.
Aquiles les dio las gracias, el corporativismo siempre había dado buenos resultados en la sección de Aquiles.
Repartió muchas dosis de cristales azules entre sus compañeros.

Cuando Lía escuchó la puerta y supo que Aquiles había regresado a una hora inhabitual se apresuró a enmascarar su ordenador consultando una página de dietética japonesa.

-¡Mierda, mierda, mierda! –gritó Aquiles nada más entrar por la puerta.
-¿Ocurre algo cariño? –dijo Lía con voz sedosa .

Aquiles miró a Lía y enseguida captó en sus ojos el intento de ocultar algo.

-!Tú…eras tú…desde aquí, desde mi casa…-atinó a decir-
-¿Yo qué?-preguntó Lía antes de recibir la bofetada-
De la boca de Aquiles salieron los peores insultos, le dio una patada mientras le preguntaba dónde estaba la túnica…
Lía se acurrucó en un rincón con las manos en la cara para protegerse de los golpes de su marido.
El se puso encima de ella y acercó su cara a la suya mienttras le dijo con voz silbante:
-¡Cuéntamelo todo! TODO!!!! –gritó.
Ella siguió en posición fetal con los dientes apretados
Aquiles puso patas arriba toda la casa hasta que encontrar la túnica marrón, todavía olía un poco a mierda…
Aquiles se sentó delante del ordenador mientras farfullaba insultos y amenazas
Localizó todos los mensajes.
Sus dedos corrían veloces por el teclado siguiendo el rastro de los mensajes de Lía.
Se tranquilizó un poco pensando en su posición profesional, y en los negocios de los cristales azules, necesitaba pensar…
Lía se levantó y corrió hacia la puerta de salida en un intento de huir, pero Aquiles había cerrado la puerta con llave.
Se levantó y se hartó de darle golpes sin marcas, lo hacía en silencio, mientras pensaba en encontrar una salida al problema.

-¡Se acabó! –dijo Aquiles entrando en el despacho de su jefe.
El jefe de los policías –soldados lo miró con incredulidad.
-Encontramos el ordenador donde salía todo, al final ha resultado ser un niñato aburrido el que mandaba los mensajes de la mierda… Se tiró por la ventana cuando estábamos derribando la puerta.
-¡Espero que no sea otro montaje! –dijo el jefe-
-No, esta vez ha caído de verdad, la otra vez fue un fallo de investigación, aquí lo tiene todo-dijo dejando sobre la mesa un lápiz de memoria.
-Espero que no sea hijo de nadie importante –rezongó el jefe-
-Un desgraciado… -se atrevió a decir Aquiles-

Parecía todo perfecto, el trabajo de los hombres de Aquiles no tenía ni un fallo, los especialistas en informática y los asesinos profesionales hicieron un trabajo perfecto. A Aquiles le costó una buena porción de cristales y el pobre chico apenas tuvo tiempo de nada, cuando quiso darse cuenta ya estaba volando…

Look escuchó la voz de Lía por el teléfono, apenas le entendió nada sólo acertó a entender:
-Ven Look me va a matar…
Cuando Aquiles ya más tranquilo regresó al apartamento encontró a Look sentado en el sillón del salón con una copa en la mano.
-Tenemos que hablar –le dijo secamente –
-Aquiles asintió sin decir palabra
-Mi padre quiere verte, tenemos que arreglar esto de una forma civilizada…
Fueron a la casa de Bloom, en el trayecto no se dijeron nada, Aquiles pensaba que aún podría sacar una suculenta suma de dinero a cambio de no formar un escándalo.
Cuando llegaron Look hizo pasar a Aquiles a una salita contigua a la consulta de Bloum, y salió diciéndole a Aquiles que se tomara una copa mientras esperaba.
Aquiles se sentó y no se tomó nada, quería estar sereno para no cometer ningún error, su cara se había convertido en piedra, siempre le sucedía cuando tenía que tomar una determinación grave, se sentó y esperó con la espalda recta.
Cuando se dio cuenta del olor ya casi estaba anestesiado, poco a poco se fue aflojando y se deslizó lentamente del sillón hasta caer al suelo, entonces aparecieron los enfermeros de Bloum y lo colocaron en la camilla ajustando las correas.

Cuando despertó la luz cenital del quirófano le cegó los ojos y al girar la cara vio a Look y a Bloum con las batas verdes de cirujanos, intento soltarse de las correas y enseguida comprendió que era imposible, intentó serenarse, y dijo que todo se podía arreglar…
-No me cabe la menor duda –dijo Bloum detrás de su mascarilla de cirujano-
Cuando el bisturí cortó el tendón de su pierna izquierda entendió y suplicó por un poco de anestesia, Look suturaba con cuidado y cosía con destreza…
Cuando terminaron de cortarle los tendones de los brazos y de las piernas Aquiles había enloquecido de dolor y estaba ronco de aullar, tuvieron que anestesiarlo para poder cortarle las cuerdas vocales…
El jefe de los soldados –policías había dado permiso para todo…
Aquiles era una incomodidad de la que librarse.

Cuando lo sacaron en una silla de ruedas para ingresarlo en un hospital para dementes pobres Lía quiso verlo una vez más.
Su padre no se opuso.
De sus ojos amoratados salieron lágrimas y más lágrimas…
-¡Dámelo papá¡ -dijo llorando-
-Yo lo cuidaré, soy su mujer, soy su esposa, dedicaré mi vida a cuidarlo…
Y BloUm no se opuso.




FIN




Se terminó el día 26 de Febrero del 2008-02-26

HAKYM



Links tenía problemas de personal, nadie quiere hacer de panadero hoy en día, y más de ayudante o mozo.
El oficio es engorroso y sucio; hay que limpiar, barrer y fregar constantemente. Antes los panaderos limpiaban y barrían sin ningún problema al terminar la tarea, era algo natural, que se había hecho toda la vida.
Desde que los panaderos tradicionales se habían jubilado todo estaba sucio de harina pisada y restos de pasta de pan por todas partes. Cuando Links les llamó la atención le dijeron que se buscara una chica de la limpieza, que ellos eran “técnicos en panadería industrial” titulados por la escuela de alimentación y técnicas nutricionales E.A.T.N. (siglas que lucían en el bolsillo de la chaqueta de trabajo como si fuera un aviso de que los respaldaba un sindicato que podía complicarle la vida a Links).
En realidad eran panaderos “robot” –como decía Links-hacían un curso de seis meses y ya querían cobrar como un ingeniero.
Links no pudo contratar a ninguna chica para la limpieza porque nadie quiere limpiar obradores llenos de harina pudiendo limpiar despachos de gente limpia que apenas ensucia nada cobrando lo mismo. No encontraba a nadie, y los inspectores de sanidad ya le habían advertido seriamente de que no podía continuar así; a pesar de que Links sabía manejarlos bien metiéndoles sobres con dinero en los portafolios que “casualmente” se dejaban olvidados en su despacho, los inspectores al volver miraban dentro, y si estaba el sobre no levantaban acta… No obstante le advertían sobre la suciedad del obrador. A veces le avisaban que pasarían a inspeccionar, entonces Links se pasaba toda la noche limpiándolo.

Dorty estaba recién casado con la hija de Links, a Links no le gustaba su yerno, pero quería nietos que continuasen el negocio. Dos meses después de la boda Dorty admitió que no tenía ningún medio de vida…Links lo puso a trabajar en la empresa con la esperanza de que un día lo relevara y tener una jubilación tranquila .Lo de trabajar fue un decir, ya que Dorty se pasaba el día vagueando en el despacho de su suegro y bebiéndose la colección de whiskys raros , Links se callaba y aguantaba con la esperanza de que la situación cambiaría, pensaba que toda empresa tiene sus parásitos .De todas formas su hija trabajaba por los dos, prácticamente ella llevaba la empresa, desde que se casó con Dorty incluso trabajaba más a causa del remordimiento que tenía por culpa de la conducta de su marido.
La hija de Links , Maria Luisa, disculpaba a su marido ante su padre diciéndole que no estaba acostumbrado a trabajar como ellos, que nunca había trabajado porque sus padres eran ricos y ahora se le hacía muy difícil acostumbrarse a trabajar, le pedía un poco de paciencia diciéndole que las mujeres pueden hacer cambiar a los hombres …
Maria Luisa era una ingenua de las de toda la vida como suele decirse, siempre buscaba el lado bueno de las cosas y toleraba que su marido se pasara los días y bastantes noches fuera de casa, no daba explicaciones de donde iba pero casi siempre estaba en el bar de la esquina pegándose faroles con los amigotes del barrio. Dorty le decía que no soportaba el olor a pan recién salido del horno a todas horas, le molestaba el ir y venir de las chicas de la tienda y el trajín de los repartidores y las envasadoras .
-Me agobia tanto barullo-decía –
María Luisa estaba al cargo de la tienda que había querido conservar junto a la pequeña fábrica de pan, aún siendo la hija del dueño se comportaba como una compañera de trabajo con las demás chicas, bromeando y cuchicheando con ellas, y si alguna le decía algo de su marido ella le respondía entre risas que era demasiado delicado para esos trabajos .
Cuando se casaron, los padres de Dorty vieron “el cielo abierto” se libraron de él con una cantidad de dinero que él se gastó a manos llenas en el viaje de bodas solo para aparentar que era rico, María Luisa se lo pasó en grande. El viaje de bodas fue digno de unos príncipes…
Fue Dorty el que aconsejó a su suegro de que resolviera el problema de la limpieza del obrador de la fábrica contratando a un emigrante ilegal.
-¿Un emigrante ilegal? –Dijo Links dudando-
-Sí hombre, todo el mundo lo hace.
-No sé –dudó el viejo panadero-
-Será la manera de que se le bajen los humos a los del sindicato, cuando vean que hay gente dispuesta a trabajar a bajo precio se pondrán las pilas.
-No sé, podemos tener problemas con los sindicatos…
-No pasa nada suegro, todo el mundo lo hace, cada día vienen más y trabajan por casi nada, en su país lo pasan mal y vienen aquí como si fuera el paraíso.
Además el gobierno lo está fomentando, hacen la vista gorda, es la única manera de competir con los países emergentes ¿Cómo vamos a competir con los sueldos que pagamos? Ellos trabajan de sol a sol por la comida y poco más, además la multa por tener un ilegal es de 500 euros hace dos años te metían mas de 5000 si te pillaban…
Son obedientes y agradecidos y no se afilian a ningún sindicato…-Remachó Dorty-
-Links no lo veía claro pero accedió encargando a su yerno la gestión.
Cuando Maria Luisa se enteró de los planes de su padre para contratar un emigrante le pareció bien, dijo que es mejor que trabajen aquí que malvivan en su tierra, que hay que ver como viven en esos sitios que salen en la tele a la hora de comer…
Por la noche Dorty le dijo a María Luisa que tenía el proyecto de contratar a más ilegales
- ¡Nos ahorraremos casi un sesenta por ciento de la nómina -le dijo dándose importancia-
Ella no le contradijo, aunque pensaba que los trabajadores tienen que estar bien pagados para que trabajen bien, quería de verdad a sus empleados de siempre, se había criado con ellos y a los nuevos les cogía cariño enseguida…
Cuando apagaron la luz Dorty le hizo el amor como siempre, de una manera fría y rápida .A María Luisa no le gustaba la manera de hacer el amor de Dorty por eso seguía tomando las pastillas rojas de su mesita de noche, aún no estaba segura de querer tener hijos con Dorty, a pesar de que su padre estaba loco por tener nietos y ella no podía negarle nada –tenía pasión por su padre- no estaba segura de que Dorty fuera el padre ideal… Se había casado muy ilusionada pero a medida que pasaba el tiempo e iba conociendo más a su marido se daba cuenta que el no la quería de la misma forma, quería ser querida de otra forma, de una forma mas cariñosa y dulce.
Se hacia un poco de lío pero su bondad natural le impedía ser más exigente, era una buena chica y todo lo resolvía con dosis masivas de amor del bueno.
Dorty encontró a Hakym por medio de un amigo de un amigo con el que tomaba copas por las noches, le habían aconsejado que contratase a uno de raza negra;"porque son más ingenuos que los sudamericanos y menos maliciosos que los marroquíes y los argelinos, están acostumbrados a trabajar de verdad, y casi nunca protestan aunque los trates duramente, además les cuesta mucho aprender el idioma y así se tiran tres o cuatro años que no se enteran de nada".
De los que le recomendaron se quedó con Hakym porque era el más joven, y además tenía un aspecto limpio y sumiso, tan sólo tenía veintitrés años pero se le veía fuerte y sano, le propuso un sueldo ridículo y enseguida dijo que sí, decía a todo que sí con una sonrisa enseñando su blanquísima dentadura…
Dorty se preguntó cómo demonios pueden tener estos dientes tan sanos si no se los lavan, seguro que no conocen los cepillos de dientes, sin embargo –se dijo- yo llevo toda la vida cuidándome la dentadura y gastando un dineral en dentistas y se me caen…
Hakym se adaptó enseguida al trabajo, limpiaba las dependencias de trabajo de la pequeña fábrica de pan de una forma rápida y metódica, en profundidad, todo relucía como nunca y las máquinas parecían nuevas en manos de Hakym…
Links estaba muy contento, ya no tendría que poner sobres en los portafolios de los inspectores de sanidad y si añadía que Hakym cobraba poco, todo era miel sobre hojuelas, se alegró de haber confiado en su yerno y pensó que los tiempos cambian, que los empresarios paternalistas estaban pasados de moda.
Pero no podía evitar su manera de ser, tal vez porque él había trabajado hasta reventar para levantar su negocio, a veces se quedaba solo en el obrador pensando en su historia, en los malos tiempos, cuando todo cambió…
Cuando pasó lo que pasó…
A pesar de todo supo aprovecharse y no tuvo que cerrar en los malos tiempos…
Todo el mundo parecía ser rico y el dinero no valía nada, todo estaba patas arriba la gente había perdido la moral.
Casi nadie quería trabajar de panadero cuando aún se trabajaba con hornos de leña el trabajo de noche era pesado y nadie quería hacerlo, hay que ser de una pasta especial para pasarse tantas horas delante de la boca de un horno…
Se acordaba cuando pasó lo de la iglesia católica…
Fue una catástrofe…
Unos historiadores camuflados de curas descubrieron en el archivo vaticano todas las mentiras y crímenes de la iglesia…
Fue un escándalo y la gente ya no creyó en nada, sólo creyeron en el dinero y el poder…
Pero seguían comiendo pan…
Ya nadie creía en Dios, pero seguían comiendo pan y Links no encontraba panaderos que quisieran trabajar.
El Papa y los cardenales se fugaron con la pasta del tesoro del Vaticano, jamás los encontraron…
El cielo dejó de existir y por tanto el infierno también…
Bueno, no es que dejara de existir, pero se quedó sin clientes y perdió su razón de ser .
Todos los pobres diablos se quedaron en paro, los diablos rasos ( los de más rango) se colocaron de asesores políticos y algunos en la banca, pero los diablos rasos, los pobres diablos no sabían que hacer, además se habían quedado sin fondos para hacer funcionar el infierno y las calderas se apagaron…
Los bancos los embargaron e hicieron un parque temático que tuvo mucho éxito.
Los pobres diablos no se adaptaban a la vida normal y dieron muchos problemas por aquel entonces…
Tenían frío, se les veía por todas partes tiritando de frío, mendigando unas monedas para comprar butano para las estufas.
Algunos habían hecho estafas, como lo de vender el alma a cambio de una estufa, pero casi nadie picaba ya…
Poco a poco se fueron haciendo panaderos, era un oficio ideal para ellos, al fin y al cabo eran los reyes de la noche y siempre habían vivido cerca del fuego, para ellos, pobres diablos rasos, fue una buena salida profesional. Al principio Links estaba muy contento con ellos –contrató a varios – aunque no duró mucho la situación , eran malos por naturaleza , cuando Links se descuidaba se meaban en la pasta del pan o se quedaban dormidos dentro del horno mientras la pasta fermentaba y se estropeaba, más tarde fueron cambiando de profesión, algunos se fueron a trabajar a las centrales nucleares, a las fundiciones, otros de macarras de putas viejas a las que explotaban sin piedad, otros al mundo de las drogas…Links sintió mucho que se fueran porque en el fondo eran muy divertidos, se pasaban la noche contando chistes guarros y las largas jornadas de trabajo se pasaban en un plis plas.
Tuvo que recurrir a la escuela del sindicato de panaderos que eran unos mafiosos y unos puntillosos, no sabían trabajar sin aditivos químicos y le decían que hacer el pan de forma tradicional era de anticuados, que era más rentable poner persulfato amónico, que así el pan tenía mucho volumen y poco peso, no obstante a pesar de las dificultades Links siguió haciendo el pan a su manera, como su padre le había enseñado, llevaba la harina en las venas como solía decir.
Siempre había lamentado no tener a un hijo que le sucediera y ahora que las fuerzas le abandonaban sólo aspiraba a tener un nieto varón al que enseñarle todo lo que sabía, pensaba que las cosas del mundo iban demasiado rápido y quería bajarse en la próxima parada, le costaba dormir por las noches, tantos años trabajando por las noches tantos años durmiendo de día le habían cambiado el sueño, cuando se quedaba solo, cuando todos dormían se encerraba en su despacho a leer y a beber un poco de whiky de su colección y ver con indignación como menguaba por las incursiones de Dorty.
Dorty…¡Su puta madre! –pensaba –se lamentaba que su hija no se hubiera casado con un buen chico trabajador que hubiera continuado el negocio y hubiera llenado la casa de niños…¡Esta niña es tonta! ¡Casarse con semejante gilipollas! –se lamentaba ya un poco achispado por los culillos de whisky que le quedaban.
Hakym pasó la primera semanas sin que apenas nadie le hiciera caso, sólo era el negro que venía a limpiar cuando los panaderos ya habían terminado, a veces las chicas de la tienda se reían un poco de él porque se le llenaba toda la cara de harina y parecía una cosa rara , había aprendido muy rápidamente a hablar el idioma –ya sabía un poco- practicaba con las chicas del envasado diciéndoles buenas tardes en vez de buenos días y algunas –las más simpáticas – le corregían, aunque manteniendo las distancias, ¡ se decían tantas cosas de los emigrantes!...No fuera a tomarse confianzas.
A María Luisa le llamó la atención la piel de Hakym, casi azul de lo negra que era, se refería a él como al chico azul, así se evitaba de llamarle el negro como le llamaban todos.
A María Luisa le gustaba estar en todas la secciones, controlar todos los procesos de producción y así, si alguna chica cogía la baja ella podría trabajar en su sitio.
A veces se quedaba un poco por la noche pero pronto le venía el sueño además no soportaba a los panaderos del sindicato, eran unos tipos groseros y desagradables…
Le gustaba acostarse pegada a la espalda de su marido, así se sentía más segura, pero Dorty y a veces venía bastante tocado por la bebida y los polvos azules de la nariz, que aunque se vendía ya en las farmacias y eran legales, a ella no le hacían ninguna gracia, cuando María Luisa le recriminaba su conducta él le decía riendo que estaba estudiando la vida nocturna y se acercaba a ella como un gato mimoso diciéndole al oído que ya tenía ganas de que tuvieran hijos, que sabía la dirección de un laboratorio que les certificaría lo de la compatibilidad genética…
Desde que pasó lo que pasó la seguridad social no pagaba los gastos médicos de los que no eran compatibles desde un punto de vista genético, no es que fuera obligatorio lo de la selección de genes, pero nadie se casaba con un alérgico si él también lo era, así se evitaban gastos médicos. A los alcohólicos y a los drogadictos ni siquiera los admitían en los hospitales…
Lo cierto es que la selección génica había mejorado mucho la salud pública, y ya se veía normal esta manera de ver las cosas.
Eso sí, los enfermos de verdad estaban muy bien atendidos y sanaban pronto.
La eutanasia se había puesto de moda entre los viejos, nadie quería ser un viejo decrépito y preferían morir con dignidad a base de morfina o otras drogas anestésicas, así también se ahorraba mucho, y los viejos dejaron de ser una carga para la seguridad social.
Links le preguntó a Akym qué clase de pan se comía en su tierra y el chico azul le contestó que se hacían unas tortas de harina de mijo que se cocían en unas piedras, y que su madre era la que las hacia en su pueblo.
-Mía madre hace más buenas las tortas de mi pueblo, las de mía madre son las mejores –le decía esforzándose para hacerse entender-
-¡Buenas, buenas , buenas –decía Akym cerrando los ojos y recordando cómo su madre molía la harina y amasaba la mezcla de mijo y trigo con un poco de sal y yogurt de leche de cabra que ella misma hacia –
Links no paró hasta que encontró todos los ingredientes que le dijo Akym y una tarde le dijo al muchacho que amasara la mezcla como lo hacía su madre en su tierra, mientras el chico amasaba, él calentó con leña un pequeño horno que sólo utilizaba para cocer pizzas, el suelo era de piedra y a Hakym le pareció ideal para cocer los panes.
Ya era casi de noche cuando las tortas africanas salieron del horno, Links había ayudado a amasar a mano las tortas y los dos se habían puesto perdidos de harina, Links se rió al ver al muchacho con la cara llena de harina pero no quiso decirle por qué.
Links llamó a María Luisa para que diera su opinión sobre las tortas y ella las probó encontrándolas buenísimas, Hakym sonreía mostrando su blanquísima dentadura y diciendo que habían salido casi tan buenas como las que su madre hacía, Links les encontró algún defecto técnico pero le gustaron mucho, decidió mandar algunas a las sucursales que tenía en los barrios donde había mas emigración a ver que pasaba.
Al día siguiente todas las notas de pedido de las sucursales incluían un pedido de tortas africanas y Links mandó imprimir unos letreros en los que ponía en francés PAIN AFRICANE, los clientes africanos comenzaron a frecuentar las tiendas de Links.
Links aumentó el sueldo de Hakym y lo relevó de las labores de limpieza por las tardes, él y el muchacho azul se pasaban la tarde amasando con las manos como en los viejos tiempos y Hakyn que ya se había soltado con el idioma le contaba historias de África, que el viejo escuchaba en silencio.
Links se extrañaba mucho de que Hakym no hubiera visto en su vida leones o rinocerontes, el chico le explicaba que su família vivía en un pueblo que estaba muy lejos de la selva y de la Sabana, que tenían sus costumbres y sus fiestas como todo el mundo.
-Lo que pasa es que estamos técnicamente muy atrasados –le decía –
Aún molemos el mijo a mano…
-Bueno… Nosotros hacemos el "all i oli" a mano pudiéndolo hacer con la batidora-decía Links riendo-
-En África hay cosas que se tenían que haber hecho hace mucho tiempo y no se hicieron,
Los ricos muy ricos, los pobres muy pobres, no hay gente del medio , ni muy ricos pero tampoco muy pobres-explicaba Hakym-
-Todo mal, todo muy mal-concluía el chico-
Algunas tardes María Luisa los ayudaba a colocar los panes en unos expositores de madera que se había hecho construir por un artesano indio, ella misma las había diseñado con motivos africanos de muchos colores chillones.
El chico azul como ella lo llamaba despedía una armonía que le gustaba mucho, además veía que su padre era feliz a su lado haciendo pan como a él le gustaba, amasándolo con las manos y cociéndolo con leña, se paraba a verlo como manejaba la pala de madera para meter los panes dentro del pequeño horno de piedra.
Los panaderos de la EATN se enteraron de la actividad de Hakym y le advirtieron a Links que no se podía tener ilegales haciendo trabajos cualificados, y Links les contestó que él era el que hacia el trabajo, y que el muchacho sólo ayudaba y limpiaba, además-les dijo muy serio- hay mucha demanda de pan africano y hay que estar al día.
Ellos se callaron y amenazaron…
Con mirar normas…
Con hablar con el sindicato…
Consultar con la inspección.
Links un poco harto les dijo que era el jefe y sabía lo que hacía en su casa.
Los chicos de la EATN acordaron comenzar un poco más temprano para espiar a Hakym, llegaban cuando aún no había terminado y observaban el pan africano que tan bien se vendía.
Una tarde en la que Links tuvo que ausentarse los panaderos del sindicato sorprendieron a Hakym terminando su labor, se había quedado un poco a recoger la harina que llenaba las mesas lo hacia con una escobilla de mano.
Le rodearon riéndose del pan que había hecho…
-¡Vaya mierda de pan que coméis los negros! –le dijeron mofándose-
Hakym sabía que debía callarse y hizo como si no entendiera-
-¡Parecen mierdas de elefante!-Dijo uno de ellos un poco pasado de carajillo-
Hakym permaneció inmóvil un poco asustado…
Comenzaron a tirarle harina y pasta de levadura para ponerlo blanco.
-¡Te vamos a hacer la vaca! –gritó uno-
-¡Éso éso, como en los tiempos antiguos!-gritaron-
En los tiempos antiguos se estilaba hacerles la vaca a los aprendices nuevos, se trata de bajarles los pantalones a los nuevos y llenarles los genitales de harina huevo batido y otros productos pegajosos una novatada cruel y humillante, una especie de rito de iniciación grosera y bestial.
Hakym no opuso resistencia, de hecho no lo encontraba peligroso y se dejó hacer, sólo puso cara de asustado que es lo que querían, sólo asustarlo, entre dos lo sujetaron y los otros estaban preparados con la harina y el huevo batido, uno de ellos le bajó los pantalones con la intención de llenárselos de porquería
-¡Hostias! –dijo el que le había bajado los pantalones –
Los demás se quedaron parados sin saber que hacer por la sorpresa.
Entre las piernas de Hakym se encontraron con un pene de una longitud que nunca habían visto.
-¡Cooooño! –dijeron los demás entre admirados y envidiosos –
-¡Estos negros la tienen como los animales! –dijo uno de ellos-
-Son como animales, no son como nosotros –dijo el cabecilla-
Lo dejaron y no continuaron con el “ritual”
Hakym se vistió y fue a ducharse en silencio, pensó que se trataba de una costumbre local de aceptación, pensó que se había visto en peores situaciones en su tierra.
Desde aquel día todo cambió para Hakym, aunque los panaderos tenían pacto de silencio entre ellos a uno se le fue la lengua y lo comentó en presencia de las envasadoras, y ellas no tardaron en decirlo a las dependientas y las dependientas reían y cuchicheaban por los rincones y en el cuarto de cambiarse…
Hakym notaba las miradas de las chicas, no le miraban precisamente a la cara…
Todas miraban de cintura para abajo intentando medir la magnitud de lo que les habían contado.
A todo esto había que añadir la habitual exageración de estos casos…
Las chicas tenían mucha confianza con María Luisa, para ellas no era la jefa si no una compañera más, se lo contaron con pelos y señales, y con la consiguiente dosis de exageración…
Desde aquel día María Luisa no faltó ni un día a la cita del pan africano, ayudaba a Hakym y a su padre como nunca, se ponía a amasar en medio de los dos, y si una mano rozaba con la del chico azul le daban escalofríos en la espalda y se ponía colorada, un día su padre le dijo que a que se debía tanto sofoco y ella le dijo que el calor, entonces su padre le dijo si estaba…
Hakym entendía la indirecta de Links y se reía de buena gana, y le decía que él era el octavo de doce hermanos, María Luisa le decía que era una locura tener tantos hijos y el le respondía que si jefe Links tuviera doce hijos no necesitaría pagar obreros…Links le daba la razón riendo de buena gana.
Cuando terminaban los panes Hakym se quedaba a cocer los panes y Links se retiraba a dormir, María Luisa le decía que se quedaba a esperar a su marido ,y él le decía que no se acostara muy tarde sabiendo que su yerno llegaba a la quinientas…
Mientras el chico azul sacaba el pan del horno de piedra María Luisa se sentaba al lado del horno y preguntaba a Hakym por su familia y sus amigos de África, si estaba casado o tenía novia, o si se pasaba hambre…
Hakym le explicaba que en África ya no se pasaba hambre, que plantaban cosas baratas y esperaban la plaga de la langosta, entonces todo el pueblo salía con una redes finas que colocaban con palos largos y cazaban a las langostas con las que se hacían unos paquetes prensados a los que se añadía coco, desde que los científicos descubrieron el valor alimenticio de las langostas ya no se pasaba hambre.
-¿Entonces porqué emigráis? –preguntaba ella-
-¿Por qué corre el agua del río?¿Por qué viaja el viento?-contestaba muy serio el chico azul-
Y a María Luisa le parecía una respuesta muy romántica…
No pudo más y le preguntó otra vez si tenía novia o estaba casado, él le respondió que no, pero que sus padres le estaban buscando una de muy buena familia, por eso había venido a Occidente, si ahorraba mucho pronto se podría casar…
Ella le dijo que no le parecía bien que sus padres le buscaran novia y él le respondió que era costumbre y que confiaba que sus padres le buscarían la mujer adecuada…
-Espero que sea guapa-dijo abriendo mucho los ojos-
-Mi padre dice que matrimonio es demasiado serio para que lo decidan jóvenes sin experiencia, ellos saben lo que me conviene, lo que es mejor para mí…
-¿Y ellas?-preguntó –
-Aceptan, sólo sé que aceptan, yo no puedo saber lo que piensan las mujeres.
Hakym la miró a los ojos como intentando saberlo…
-Sólo quiero que quiera tener hijos conmigo, que me respete y no se vaya con otros hombres, que no tenga hijos de otros hombres…-dijo muy serio-
Permanecieron un rato en silencio mientras sacaban los panes del horno, sólo se escuchaba el crepitar del pan recién cocido, el obrador estaba solo y los panaderos aún tardarían horas en venir.
María Luisa se acercó a Akym hasta que sus pechos tocaron el torso del muchacho azul y Hakym comprendió…
Ella lo besó tiernamente en los labios y lo arrastró sin dejar de abrazarlo hasta el almacén de los sacos de harina, una vez allí se libraron de parte de la ropa sin ningún miramiento, ella quería saber más que otra cosa en este mundo si era cierto lo del tamaño del pene de Hakym y, en la oscuridad del almacén de harina pudo comprobar como crecía entre sus manos, como ocupaba su cavidad vaginal abriéndose paso con una fuerza y un vigor que ella nunca había sentido, los ojos del chico brillaban en la oscuridad, ella dudaba si cabría “todo” dentro…
Hakym la cogió por los glúteos y la levantó en vilo para dejarla caer sobre sí mismo terminando de introducir lo que aún quedaba de su pene, ella sintió una mezcla de dolor y placer y hizo en un instante una odiosa comparación con sus otras experiencias sexuales…
Y dio la importancia que debía al tamaño…
Se sintió inundada de semen y se acordó de que no había tomado precauciones pero no le importó lo mas mínimo, disfrutó del momento y del tamaño con toda la intensidad de que fue capaz, dejándose poseer, queriendo ser poseída…
Terminaron sudorosos y llenos de harina.
Maria Luisa y Hakym repitieron varias veces lo del almacén de harinas y nadie notó nada, nunca comentaron su aventura con nadie.
Un día María Luisa le preguntó a Hakym si le parecía bien lo que hacían en el almacén y el le dijo que sí…
-Yo quiero, tú quieres… Eso está bien, no hacemos mal a nadie, sólo a tu marido, pero un hombre tiene que vigilar a su mujer y él no lo hace.
-Él va con otras…-Dijo la chica-
-Si no hay hijos no hay daño, todo bien…
En mi tierra, antes de que las chicas sangren, los chicos y las chicas hacen éso a la hora de la siesta, nadie dice nada, es como un juego y todos aprendemos a hacer las cosas desde pequeños…No hay hijos, ellas no pueden aún, es como un juego.
Hakym le contó a María Luisa las costumbres de los Morán.
Antes los guerreros Morán cazaban un león para demostrar que eran hombres, ahora ya no hay leones y por éso dicen que ya no pueden ser hombres, por éso algunos toman esas cosas que los hacen dormir todo el día.
Dorty estaba muy extrañado de que María Luisa le hubiera dejado en paz, antes andaba todo el día detrás de el, ahora no le recriminaba si volvía tarde y le rechazaba cuando la buscaba sexualmente, necesitaba tener pronto un hijo con ella para consolidar su posición en la empresa, se extrañaba verla siempre de buen humor y apenas le hacía caso, es como si lo hubiera archivado como un papel molesto…
Una noche llegó temprano y se acostó a la par de ella hablándole seriamente de lo de tener hijos.
-Sabes que los de la Seguridad Social aconseja de que no los tengamos –dijo ella evasiva-
-Sólo es un consejo, lo máximo que nos puede pasar es que no paguen las facturas de las enfermedades que pueda tener el niño en el futuro, tu padre las pagará gustosamente.
-¡Somos ricos, María Luisa! ¿Qué pueden importar unas facturas de hospital?
-¿Somos? –contestó la chica bastante mosqueada-
-Bueno, por ley natural tu padre no durará siempre, en el futuro todo será nuestro ¿no?
dijo Dorty casi alarmado-
-No voy a tener un hijo enfermo –casi gritó-
-Además tu no me quieres, sólo estás conmigo por el dinero de mi padre y además vas con otras mujeres…
-¿Yo?-dijo Dorty azorado-
-Si, tú…
-Bueno, sólo alguna vez, pero con chicas limpias, siempre les pido el certificado de prostitución de la seguridad social…
-Además desde que pasó lo que pasó eso ya no es pecado-rió entre dientes-
Era inútil discutir y se acostó al otro extremo de la cama diciéndole a Dorty que le dolía mucho la cabeza, el supo que era una seria advertencia de que no intentara acercarse…
Dorty pensó que su mujer estaba muy rara, que algo había ocurrido para que una chica de su clase cambiara de repente de esa forma, antes de dormirse se prometió averiguar qué es lo que estaba ocurriendo.
Mientras todo eso ocurría, Links seguía amasando por las tardes junto a Hakym escuchando las cosas de su tierra, sus costumbres y sus maneras de ser y de entender la vida, de tanto en tanto corregía al chico sus faltas de pronunciación y el repetía la frase correctamente como un niño en la escuela, cada vez sentía más afecto por aquel muchacho que le trataba con tanto respeto, casi con veneración, el chico azul le contaba las leyendas de los dioses animistas que explicaban de una forma sencilla, casi naíf, cómo se formó el mundo, cómo los dioses crearon las montañas , los ríos y los animales.
Links le escuchaba fascinado.
Hakym le contó una tarde que los ancianos de su pueblo eran las personas mejor tratadas de todos, los cuidaban, les obedecían y veneraban como poseedores de la experiencia y el saber ancestral,pero ellos cuando se sienten sin fuerzas viajan a la selva y se internan en ella para que los leones se los coman, ellos piensan que entran así a formar parte del alma del león que se los come, ahora se hace menos porque ya no hay apenas leones-le dijo con tristeza-
Links pensaba que lo hacían para no ser una carga para sus hijos, pero no dijo nada y se dejó llevar por la belleza de la historia.
María Luisa le dijo a Hakym que le llevaría al zoológico de la ciudad para que viera los leones, quedaron una mañana y Hakym aceptó ilusionado como un niño.
Pasaron la mañana dando de comer a los monos y a los papagayos, y el chico azul conoció animales que nunca hubiera imaginado, lo estaban pasando en grande hasta que llegaron a las jaulas de los leones, le dio una especie de ataque de melancolía, Hakym lloraba como un niño mirando los ojos de los leones encerrados en las jaulas de cuatro metros cuadrados.
Ella quiso consolarlo diciéndole que habían nacido en cautividad y que ya estaban acostumbrados.
El chico azul le dijo que necesitaban ser reyes de un territorio para poder vivir…
De regreso a casa María Luisa le preguntó si se casaría con ella y Hakym le respondió muy serio que no, que cómo pagaría el viaje a su pueblo de los dos para que sus padres aprobaran el matrimonio, además sus padres ya tendrían dada la palabra a alguna chica de su pueblo y no tendrían dinero para pagar el rompimiento de la promesa…
-¡Sería imposible!-le dijo muy serio-
-Mi padre lo pagará todo, so tonto –dijo María Luisa riendo-
-No puede ser, -dijo Hakym muy serio- tengo que pagar yo o mis padres, los hombres mantienen a las mujeres, si no es así no hay respeto.
Maria Luisa no dijo nada más.

-Sé que te estás follando al negro –le dijo Dorty a su mujer cuando se fueron a dormir
-¿Cómo lo sabes?-dijo ella sin inmutarse-
-Me lo han dicho los chicos de la EATN… Te mandé vigilar, te vieron en el almacén.
-Dijo Dorty acusador-
-Es un chico limpio-se vengó ella-
-Y negro…-Dijo Dorty con mala leche.
-Se que te hace ilusión lo de la polla enorme, lo comprendo y te perdono pero tiene que terminar, no es bueno para la empresa-Dijo firme y condescendiente-
-Vete a la mierda –Dijo María Luisa fríamente-
-Por la tarde María Luisa se fue a ver a Hakym a la hora de amasar el pan africano y solo encontró a su padre amasando, le preguntó por Hakym, y su padre le dijo que no había venido, y que le extrañaba pues siempre era puntual .
María Luisa buscó entre los papeles de la oficina la dirección de Hakym y salió a toda prisa a buscarlo maldiciendo entre dientes a su marido.
El chico azul estaba haciendo las maletas cuando María Luisa lo encontró después de mucho preguntar por entre las calles del barrio pobre, Hakym se quedó muy sorprendido de la presencia de la chica, ella le preguntó quién lo había despedido y él dijo que nadie, le contó que Dorty le había dado mucho dinero de parte de Links por lo del pan africano que estaba muy contento de él pero que ya no lo necesitaban porque Links ya sabía hacerlo igual que él, también le dijo que con el dinero que le había dado Dorty ya podía irse a casa y que estaba muy contento y agradecido a todos…
-Tu padre aprendió pronto, pero no debe dejar el pan tan cocido, crudo sabe mejor, tú se lo dices que a mi no me hace caso…
-Hakym había cerrado la maleta.
-María Luisa le dijo que no se fuera, que todo había sido cosa de Dorty porque se había enterado de lo suyo en el almacén de harina…
Insistió en decirle que se quedase, que ocuparía el puesto de Dorty, que ella sería su mujer y le respetaría siempre, que tendría hijos para él, que traerían a sus padres de África…
-Tú ya tienes marido-dijo Hakym- él ha demostrado que te quiere, eso es buena señal, muy buena señal, él ha pagado mucho para tenerte, ha pagado lo que costaría tener cinco esposas en mi pueblo, cuando más se paga más se quiere…
María Luisa supo que nada detendría a Hakym , estaba dispuesto a ir en pos de su destino africano, hizo un último intento acercándose a él para que le hiciera el amor y así retenerlo como hacen las mujeres…
-¡Sólo una vez más!-suplicó-
-Él la miró duramente y le dijo: No estaría bien, Dorty ha pagado por ti, mucho dinero por tenerte, no estaría bien, él merece respeto por lo que ha pagado…
María Luisa se quedó sentada en la pequeña cama mientras Hakym salía en busca de su tren, de su avión, de su autobús…
Llegaría triunfante a su pueblo, cumpliría su destino, honraría a sus padres, tendría orgullo y respeto…
La chica se acordó del león enjaulado…
De regreso a casa María Luisa pensó que tal vez tendría un hijo del chico azul, pensó que sería como un regalo de un buen chico…Quizá, tal vez…
A dos manzanas de su casa ya se olía a pan cocido, estaba llegando a casa, el olor a pan le indicaba el camino, pensó que era un poco como su padre, tenía harina en las venas…
Dorty salió a recibirla con un cesto lleno de explicaciones…
Maria Luisa le dijo:- Lárgate de mi casa imbécil!!
Y decidió no ser nunca propiedad de nadie.


fotografía de "Hakim"
EL HOMBRE INVISIBLE

Se despertó pesadamente, como si siempre hubiera estado dormido, se sentó al borde de la cama y encendió la luz de la mesilla, la lámpara de flexo expandió su tenue luz por toda la habitación, miró el reloj y observó que se había parado entre las doce y la una, lo sacudió un poco para cerciorarse de que no funcionaba mientras maldecía en silencio a los despertadores electrónicos ¡nunca se sabe cuando se van a acabar las pilas!...
Mecánicamente se miró en la muñeca pero enseguida se acordó de que hacía tiempo que había renunciado a ponerse reloj en la muñeca –le producía picores y alergias – se había acostumbrado a mirar la hora en el teléfono móvil.
Sabía que no tenía que ir a trabajar, aunque ya hacia varios años que estaba jubilado no se acostumbraba a permanecer en la cama más allá de las siete y media de la mañana. Algo en su interior le despertaba y le obligaba a levantarse, lavarse, afeitarse y salir a la calle. Algunas veces había hecho el mismo recorrido hasta la oficina como tantas veces en su vida laboral, pero ahora todo era diferente, incluso la oficina había desaparecido y en su lugar creció un imponente rascacielos supermoderno con muchas tiendas y bancos, nada que ver con el antiguo edificio de ventanas arqueadas y cornisas donde se posaban las palomas.
De todas formas se levantó y se vistió, se asomó a la ventana y vio que el día comenzaba a clarear, quiso despertar a su mujer pero vio que dormía profundamente, ni siquiera se percibía su respiración. Ella siempre dormía hasta tarde y si él se lo recriminaba ella le contestaba que no tenía nada que hacer y que para aburrirse mejor estaba en la cama.
El aburrimiento de ella…
Desde que sus hijos se habían ido de casa ella deambulaba como una sonámbula por la casa haciendo las faenas como un robot. Un psicólogo le había dicho que padecía el síndrome del nido vacío y que se tomara unas pastillas pequeñitas; ella nunca se las tomó, también le dijo que procurara distraerse, salir y todas esas cosas…Los chicos apenas venían a visitarlos, trabajaban mucho y salían mucho, además sus mujeres no tenían ningún interés por la vida familiar.
Mientras tomaba café en la cocina observó que el reloj también allí estaba detenido a las doce y media, quiso pensar que era una casualidad, pero algo le decía que no. Se asomó al balcón de la fachada, la calle estaba desierta-pensó- demasiado temprano –quiso pensar-pero algo le decía que no…Aunque fuera domingo siempre hay alguien en la calle, además había salido el sol y brillaba de una manera extraña como si fueran las doce y media del día y según sus cálculos biológicos no serían más de las ocho de la mañana .Se miró en el espejo de la salita para ver si se encontraba mal, se vio algo borroso y lo atribuyó a la vista cansada para tranquilizarse, tuvo el impulso de llamar a su mujer y contarle que algo no iba bien pero no lo hizo…
Cuando bajaba por las escaleras no vio a nadie, casi siempre cuando bajaba a la calle o subía al piso se cruzaba con alguien, ni un niño, ni un recadero, ni siquiera a la vecina que parecía que vivía en la escalera y que controlaba todas las idas y venidas del vecindario. Todo estaba desierto y en silencio.
La puerta de la calle estaba abierta de par en par. Eso le extrañó bastante ya que casi siempre estaba cerrada por lo de la seguridad, en las reuniones de los vecinos nunca faltaba la advertencia de que se cerrara la puerta. El vecino del cuarto piso siempre decía que si el enemigo estaba fuera del castillo se podía controlar pero si por el contrario penetraba en el bastión todo estaba perdido…Don Rufo –apócope de Rufino-siempre hablaba como un hombre antiguo casi como un caballero de los de antes.
Eso irritaba a los vecinos más jóvenes de la comunidad que no querían que las reuniones de vecinos se eternizaran.
Salió a la calle y se fijó en un autobús parado en medio de la carretera, le pareció raro y se acercó para ver…
Por la parte exterior de la ventanilla pudo observar el espectáculo dantesco de cincuenta muertos que se iban de excursión, los que estaban situados en los asientos del pasillo estaban tumbados con los cuerpos ladeados a derecha o izquierda según se mire…

Algo horrible estaba pasando, algo general-pensó- no un accidente o un escape de gas algo muy gordo…
El no salió corriendo ni se puso a gritar, no fue a casa a ver si su mujer estaba muerta ni siquiera pensó en la seguridad de sus hijos y por supuesto de sus nueras que no querían darle nietos.

Caminó por la calle adentrándose en la ciudad –la conocía como la palma de su mano-.
Cuando salió a la calle miró a derecha e izquierda como tenía costumbre pero ni a derecha ni a izquierda vio a nadie, ni un coche, ni una moto…
Se asustó muchísimo. Todas sus luces rojas se encendieron de pronto, se dio cuenta de que algo grave, muy grave estaba pasando…Volvió sobre sus pasos subió las escaleras de dos en dos y entró en tropel en la casa. Tropezó en la mesilla de la salita y apenas sintió dolor en la espinilla, pasó a la habitación y encendió todas las luces.
Aparentemente su mujer dormía aún la contempló un rato y luego la destapó cuidadosamente estaba extrañamente quieta y no se atrevió a tocarla…
Quieta y blanca, sus labios no tenían color entonces la tocó y su cuerpo estaba muy frío extrañamente frío.
¿Qué se hace cuando se te muere tu mujer? –Se preguntó – sin avisar sin ponerse antes enferma…Corrió hacia el teléfono, marcó un número de urgencias y sin esperar contestación gritó en el auricular llenándolo de saliva, no contestó nadie ni el aparato hizo ninguna señal, marcó otra vez y suplicó: ¡Por favor que venga alguien!...
No había nadie al otro lado de la línea, colgó y llamó a sus hijos pero el teléfono, no emitía señal alguna de comunicación, aterrado se asomó a la ventana y gritó, ya no se acordaba de la última vez que gritó y su grito sonó gutural, un grito que nacía en las tripas y que se abría paso como un animal encerrado, pensó que gritando pronto aparecerían las ambulancias, la policía, los vecinos alarmados…
Pero nada de eso ocurrió, frenético bajó al portal en busca de ayuda pero nadie acudió a sus llamadas, silencio y quietud, parecía que el mundo se hubiera parado de golpe, miró hacia el sol y seguía fijo en el firmamento, como si lo hubiesen pintado.

Entonces corrió como un loco por las calles, entrando y saliendo de los establecimientos que permanecían abiertos. Todos los empleados y clientes estaban muertos, los cafés de la mañana aún humeantes en las mesas, los cigarrillos encendidos en los ceniceros y en el suelo, las máquinas tragaperras permanecían en marcha aunque con una luz mortecina como si a la luz le faltara una fase.
Se acercó a una chica que estaba tumbada en una silla con el bolso aferrado en sus manos, el café con leche que se iba a tomar todavía estaba caliente, la tocó levemente y cayó al suelo, desmadejada, su escueta falda se le había subido hasta la cintura por efecto de la caída. Por un momento tuvo la intención de levantarla y hablarle pero le pareció un acto inútil, la contempló un rato, era una mujer preciosa, como esas chicas de las que salen en las revistas o en la televisión, esas chicas que cuando las miras parece que las molestes, tuvo la tentación de tocarla, de acariciarla un poco incluso de mirar en su bolso para saber lo que llevan esas chicas en el bolso… Pero no lo hizo, una extraña tranquilidad le había invadido, salió nuevamente a la calle y se preguntó una vez más el motivo de tantos muertos ¿porqué han muerto todos? ¿Por qué todos menos yo?
Intentó razonar lógicamente y pensó que a lo mejor había sido una cosa local, quizá una arma secreta, quizá solo había afectado a su barrio o tal vez solo a la ciudad eso hizo renacer sus esperanzas, se acercó a un automóvil que estaba atravesado en medio de la calzada, abrió la puerta del conductor y un tipo enorme cayó al suelo como un saco de patatas, con mucho esfuerzo logró sacar el medio cuerpo que permanecía dentro del coche y con los pies lo apartó pasando por encima del cuerpo y ocupando el asiento del conductor. Las llaves permanecían en el contacto, intentó ponerlo en marcha y la máquina no emitió ninguna señal, el depósito estaba lleno, y todos los demás indicadores estaban correctos pero el coche no se puso en marcha. Le hubiera hecho ilusión conducir uno de esos coches, siempre había soñado tener un coche como ese, incluso una vez preguntó en una tienda cuanto valían el vendedor le miró como a un piojoso y cuando le dijo el precio le miró de una manera despectiva…

Acarició el volante sabiendo que no se pondría en marcha, manipuló el cambio de marcha automático y incluso intentó poner en marcha la radio que no emitió ningún sonido ni ninguna información, introdujo un disco en el equipo de audio y ni siquiera parpadeó, encima del asiento del acompañante había un paquete de cigarrillos caros abrió el paquete y se puso un cigarrillo en los labios, buscó un encendedor y encontró uno en la guantera al ir a encenderlo se le cayó de la boca, descuidadamente había mirado por el retrovisor interior y había visto la sillita de un bebé con un niño echado hacia delante como si estuviera recogiendo algo del suelo, salió del coche y abrió la puerta trasera, incorporó al niño y sus ojos abiertos sin vida parecía que le miraban, tendría unos dos años o así , los niños a esa edad te roban el corazón…
Extrañamente insensible dejó el coche donde estaba el cadáver del niño y siguió calle abajo pero ya sin mirar dentro de los establecimientos y las viviendas, algunas con las puertas abiertas, seguramente la muerte les sorprendió al salir de casa, se preguntó como se sintieron en el momento de de morir, como a la mujer que había visto junto a una anciana sentadas en el dintel de la puerta de sus casa , estaban las dos como desfallecidas casi sentadas, que pasaría por sus mentes –se preguntó- ¿notarían algo? ¿Sentirían dolor? O tal vez solo se apagaron de golpe como si a la luz de su vida se le hubieran fundido los fusibles.
Comenzó a hacerse preguntas…
¿Por qué están todos muertos menos yo?
¿Qué es lo que está pasando? ¿Acaso es el fin del mundo?
Y al decir mundo se preguntó si estaba pasando lo mismo en todas partes, tal vez solo ha sido una cosa local, alguna epidemia a la que ya soy inmune, o un ataque bacteriológico de un país extranjero.
Por eso siguió andando, buscando algo vivo, aunque fuera una mosca o una hormiga cualquier cosa que respirara y se moviera.
Escuchaba las pisadas de sus propios pies rozando el asfalto, caminaba por medio de la calle sorteando los automóviles atravesados en la calzada pensó que todos los pájaros estaban muertos aunque no veía ningún cadáver tal vez intuyeron lo que iba a pasar y escaparon a tiempo. A veces los animales sienten cosas que los humanos no percibimos. Llegó a un estanque de una plaza que solía frecuentar y se fijó en el agua, estaba quieta , extrañamente quieta como si estuviera muerta también, metió la mano para tocarla y apenas se le mojó, no estaba fría ni caliente, además tenía una transparencia inusual, cristalina, casi imperceptible.
Frente a la plaza del estanque reinaban unos grandes almacenes de esos de muchos letreros de rebajas y ofertas únicas con chicas sonrientes, las puertas estaban atestadas de cadáveres, tuvo que entrar pegado al dintel de la puerta principal, seguramente lo que había pasado les sorprendió cuando abrieron las puertas, era tiempo de rebajas y los primeros días la gente se agolpa en la entrada para ser el primero en llegar y conseguir mejores precios.
A veces había ido a esos almacenes a curiosear-eran bastante caros y su paga no era como para tirar cohetes- en invierno se estaba calentito y en verano el aire acondicionado era una delicia, le gustaba sobretodo la sección de librería, ojeaba los libros que le hubiera gustado leer, sobre todo los de historia, la chica que trabajaba allí de dependienta hacía la vista gorda una vez se acercó a él y le dijo que si podía ayudarle era una manera de decirle que si iba a comprar, cometió el error de decirle que eran demasiado caros para su economía y un día el guardia de seguridad le preguntó de mal talante si pensaba leerse todo el libro…
Ahora todo el almacén era para el solo, recorrió varias secciones abriéndose paso entre los cadáveres que yacían en el suelo de las mas variadas formas, miró una caja que se había quedado con el cajón abierto estaba rebosante de billetes casi tuvo la tentación de cogerlos pero pensó que el dinero no le serviría para nada.
Se movía por las secciones del gran almacén como un autómata, sin pensar, sin capacidad autocrítica por estar tan insensible, tan raro, sin hambre sin sed sin deseos de nada, como pasando por encima de las cosas como pasaba por encima de los cadáveres, se acercó a los ascensores y no funcionaban, las escaleras mecánicas tampoco, subió por las escaleras de emergencia sin gran esfuerzo se notó liviano-no había reparado en eso-había subido las escaleras con gran facilidad, recordó que antes no era así, siempre le costaba mucho subir escaleras y recordó como le dolían las piernas por la noche a veces su mujer le había dicho que se hiciera baños de agua fría y caliente que así se estimulaba la circulación sanguínea pero el no lo hacia lo encontraba complicado y trabajoso desde que se había jubilado todo le parecía difícil. Lo cierto es que se encontraba bastante más ágil en unos minutos alcanzó la azotea de los grandes almacenes desde allí se divisaba la mayor parte de la ciudad, la terraza estaba desierta solo algunos muertos detrás de la barra de la cafetería y la señora de la limpieza que murió agarrada al mocho de fregar, la gran terraza era el centro de moda de la ciudad allí solían ir las señoras a tomar refrescos y a dejarse ver el nunca se atrevió, los precios eran intencionadamente caros para seleccionar a los clientes la vajilla y los vasos eran muy vistosos, todos llevaban las letras doradas con el nombre de los grandes almacenes tenía la ilusión de llevar a su mujer a merendar algún día para que se animara pero ella le dijo que no tenía ganas y que era muy caro, además no tengo ropa adecuada no se va a esos sitios con ropa de mercadillo… Ella solo se animaba un poquito cuando le hablaban de ropa, a pesar de la edad conservaba un tipo esbelto y fibroso, a él no le gustaba mucho tanta fibra le hubiera gustado mas una mujer mas blandita, mas blanca mas animosa.
En las terrazas de los grandes almacenes siempre hay uno de esos telescopios que echando una moneda puedes ver a distancia, el lo hizo, repasó las partes de la ciudad que pudo mirando con avidez el menor atisbo de vida…
No encontró nada que se moviera…
Ya tendría que ser de noche pero lucía ese sol mortecino indicando en el cielo las doce del mediodía…
Se ha parado la tierra –pensó-
O se está apagando el sol…
Pero no puede ser, si algo de eso hubiera ocurrido todo hubiera terminado en un cataclismo de grandes mareas y si se hubiera apagado el sol todo estaría oscuro…
No puede ser, aunque el sol se esté apagando ¿porqué se ha muerto todo el mundo menos yo? Recordó las imágenes del Apocalipsis de los libros de religión de cuando era pequeño, el cielo se había abierto y de el salían legiones de ángeles justicieros que ponían a los buenos a la derecha y los malos a la izquierda lanzando a estos últimos a las calderas del infierno donde les esperaban tormentos eternos…
No puede ser…
No puede ser-se repetía-
Y miró otra vez al cielo para ver si el señor del triángulo en la cabeza aparecía y le explicaba algo…
No puede ser…
Bajó de la terraza y pasó por la sección de electrodomésticos, quiso ponerlos en marcha todos para ver si en algún remoto lugar todavía quedaba algo de vida, pero enseguida se dio cuenta que era inútil nada funcionaba correctamente, la electricidad seguía funcionando apenas, como si le faltara una fase y de una manera rara.
Las luces le daban un tono amarillo a las cosas, como si todo se estuviera pudriendo, se fue a la sección de telefonía móvil y probó los modelos más avanzados las baterías de litio los GPS … Ni una palabra de nada que pareciese humano, ni siquiera los ruidos habituales de los aparatos cuando funcionan mal. Nada se ponía en marcha.
Una extraña euforia se estaba apoderando de el poco a poco, al principio lo atribuyó al nerviosismo por lo excepcional de la situación pero a medida que pasaba el tiempo-si es que pasaba – se notaba mas lúcido, mas ágil, y además no notaba las necesidades propias de las personas, no tenía hambre ni sed.
Salió de los grandes almacenes pasando otra vez por encima de los cientos de cadáveres que estaban apiñados en las puertas de entrada y salida, un guardia de seguridad le miraba con ojos de muerto, estaba aún de pié, apuntalado en un anuncio gigante que anunciaba: Vive la vida, viaja con nosotros, paraísos a precios de escándalo…
Le pareció un sarcasmo de lo mas cruel pero no pudo evitar una sonrisa , se acercó y sacó la pistola que le pendía de la cintura, desde que estuvo en el ejercito no había tenido una pistola en sus manos, la encontró muy ligera , las que había tenido en el ejercito eran de metal pesado, negras pavonadas, nada que ver con la que tenía en sus manos, ligera y anatómica, a medida de su mano, sus dedos encajaban perfectamente en el culateen y el guardamonte protegía perfectamente su dedo índice que acariciaba el gatillo, le costó bastante encontrar la palanca del seguro, la miró y remiró, al fin lo encontró integrado en un dispositivo al lado del sitio que ajustaba el dedo pulgar, estaba hecha de un metal muy ligero parecido al aluminio, parecía de juguete, sin querer accionó una palanca con el dedo meñique y el cargador de dieciséis balas se descolgó de la culata, con un movimiento rápido lo volvió a encajar con la palma de la mano izquierda, un ruido metálico sonó en todo el recinto…
Por lo menos esto si funcionará-se preguntó a si mismo en voz alta-
Y su voz resonó en el espeso silencio del gran almacén…
Apuntó cerrando un ojo a una cristalería del fondo del local pero le pareció que estaba muy lejos y buscó un blanco mas asequible, la gorra del guardia, si disparaba de mas cerca se la volaría de la cabeza como en las películas, se lo pensó mejor, si herraba el tiro le podría reventar la cabeza al guardia que aunque estaba muerto no sería un espectáculo agradable…
Disparó a un escanciador de vino de lujo que estaba a cuatro metros de el, el ruido del disparo atronó todo el local, era el único ruido ajeno a el que escuchaba desde hacia tiempo, se alegró de tener un arma de defensa y realizó varios disparos más, se guardó el arma en el bolsillo del pantalón no queriendo desperdiciar balas, una pistola no sirve de nada sin balas, buscó en el cuarto del retén de los guardias de seguridad y encontró una cajita llena de balas en un cajón cerrado con llave, las llaves las encontró en el bolsillo del guardia de mirada severa…
Salió de una vez del gran almacén, comenzaba a agobiarle el verse rodeado constantemente de cadáveres , se sentó en un banco del parque que estaba frente a los almacenes y sacó la pistola, la contempló una vez mas y accionó el seguro no fuera caso de que se le disparara y se terminara el mundo al no quedar nadie vivo-rió para si mismo- dejó la pistola a su lado, encima del banco de madera y metal y comenzó otra vez a hacerse preguntas y a elaborar teorías, lo hacía en voz alta, hablándose a sí mismo y su voz resonaba entre los árboles y las papeleras del parque.
¿Por qué los cadáveres no se pudren? ¡Todo lo que se muere se pudre! –gritó-
Y su voz sonó una vez mas, fuerte y clara, quizá un poco mas fuerte y clara que las otras veces, su propia voz le molestó un poco, era una voz atronadora, se extrañó de su tono de voz ya que siempre había hablado en tono bajo, a veces su mujer se quejaba de que no le escuchaba bien, le decía que tenía voz de tímido y tenía razón, nunca en su vida había levantado la voz levantar la voz le parecía de mala educación, además levantar la voz siempre genera violencia .
¿Y el tiempo, que pasa con el tiempo que no pasa? – Se dijo a modo de trabalenguas-
Miró una vez más al cielo, el sol mortecino seguía a las doce del mediodía.
Ya no le servían las teorías de un ataque bacteriológico ni de una catástrofe climática
Sencillamente era imposible…
Acarició la pistola, pensó que no solo la tenía para una posible defensa además podría ser una solución para no sufrir, nunca había soportado bien el dolor, ni el físico ni el sentimental, por eso dijo en voz alta: SI ME QUERÉIS HACER ALGO DOLOROSO NO ME PILLARÉIS VIVO! Y disparó varias veces al aire.
Pensó que estaba enloqueciendo y comenzó a caminar sin rumbo fijo, a medida que caminaba se daba cuenta de su agilidad y su fuerza , si tenía que mover algún objeto lo hacia sin esfuerzo apenas, apartó varios cadáveres de la entrada del ayuntamiento levantándolos casi en vilo, entró en el ayuntamiento por la puerta principal, un guardia con uniforme de gala estaba tumbado con la boca abierta pegada al suelo, un hermoso sable enfundado le llamó la atención pero no lo tocó, entró en el edificio subiendo las lujosas escaleras de mármol pasando la mano por la barandilla de madera labrada con onduladas formas estilo rococó, conocía el edificio, una vez lo visitó con su mujer en una jornada de puertas abiertas, pasó la mano por la cabeza del león de madera donde finalizaba la lujosa escalera y cayó en que no había viso ningún animal muerto, eso le hizo abrigar nuevas esperanzas, sabía que los animales tenían un sentido especial para las catástrofes y seguramente habían huido a tiempo, tenía que ir en busca de los animales –pensó- quizá ellos tengan la respuesta.
Siguió entrando y saliendo de las estancias del ayuntamiento, admirando los cuadros y los murales de las paredes, entró en la sala de plenos, estaba vacía, entró en los lujosos despachos de los jefazos, en el despacho del alcalde, la secretaria que le organizaba las visitas se había deslizado de su silla y había caído bajo la mesa, sus gordas piernas le asomaban entre un montón de expedientes que seguramente antes estuvieron encima de la mesa, un pié lucía un elegante zapato, de los caros, el otro estaba descalzo. Miró si el alcalde había muerto también pero no lo encontró, sentía curiosidad por ver a un personaje famoso muerto, el alcalde no cesaba de aparecer en la televisión local no había ningún evento en la ciudad por poca relevancia que tuviera que no contara con la presencia del alcalde y las cámaras de la televisión local, el alcalde dedicaba casi toda su legislatura en asegurarse la próxima por eso ya llevaba casi once años en el poder municipal.
Se sentó en el sillón del alcalde y miró en los cajones, si la ocasión no hubiera sido tan trágica hubiera mirado más detenidamente y curioseado los secretos de la ciudad en busca de chanchullos y demás cosas pero no era el caso y pronto se aburrió de dar vueltas por las dependencias municipales y salió otra vez a la plaza del ayuntamiento salpicada de cadáveres de todas las edades y posturas.
Pensó en las palomas que solían haber en la plaza, los niños las espantaban corriendo y los que venían de los pueblos se hacían fotos con ellas atrayéndolas con comida para que se posasen en el hombro o en la cabeza.
¡Tenían que estar en alguna parte!
Se agachó en el suelo para mirar si había alguna hormiga o algún bichito vivo o muerto miró bastante rato entre el césped y entre los árboles pero por mucho que escarbó no vio nada, ninguna señal de vida, solo él estaba vivo.
¿Por cuánto tiempo? –se preguntó-
Volvió a reflexionar –esta vez ya mas tranquilo – sobre su persona, no tenía hambre ni sed y desde que se había despertado no sintió en ningún momento ganas de orinar ni de defecar, apretó un poco sus intestinos para corroborarlo pero no sintió nada.
Las plantas y los árboles también están vivos, la idea se le apareció en la mente cuando aún estaba escarbando en busca de algún animalito en el suelo, se había acercado a un enorme tilo que estaba en un lateral de la plaza del ayuntamiento, lo miró detenidamente y aunque las hojas estaban mustias el árbol seguía con una presencia imponente, pero como averiguar si un árbol está vivo, el aspecto del enorme tilo era el de una planta cuando ha estado mucho tiempo sin ser regada, las hojas y las ramas mas pequeñas estaban caídas como desmayadas, estaba de pié pero no sabía si estaba vivo.
Se abrazó al árbol con la esperanza de encontrar una respuesta, quería captar su tono vital de alguna manera, permaneció largo rato en esa posición de abrazo hasta que se cansó de permanecer de pié sin que nada sucediera.
Siempre, por poca que sea, corre algo de brisa, algo de viento que hace mover las hojas de los árboles, aún en los días más cálidos el aire siempre se mueve un poco…
¿Qué ha pasado con el aire?-se preguntó melancólico-
Todo se ha parado menos yo…
Estoy soñando…
¡Claro! ¿Cómo no me había dado cuenta antes? ¡Esto es una pesadilla! ¿Es un puto sueño! ¡Sólo un maldito sueño!...
Pronto despertaré.
Esto sólo pasa en los sueños, seguramente lo ha producido las pastillas que tomo para dormir-.¡Seguro que están caducadas o el médico se ha equivocado! ¡O el farmacéutico! Es un sueño, es un sueño, un maldito sueño…
Se acordó de una vez que soñó que caía en un pozo sin fondo y que se despertó gritando y otra vez cuando era pequeño que soñó que iba a la escuela sin pantalones y cuando se despertó había mojado la cama, son sueños, los sueños son la cloaca de la mente-lo había leído en una revista científica- los sueños son los desechos del pensamiento que se mezclan en la mente y cuando te relajas se eliminan de esa manera…
Si no soñáramos nos volveríamos locos…
Lloraba abrazado al árbol esperando despertarse, esperando aparecer al lado de su mujer triste, a su vida cotidiana, a su lucha para llegar a fin de mes…
Sólo un sueño.
Pero a medida que pasaba el tiempo aferrado al árbol algo le decía que era “algo” más que un sueño, era demasiado real, además cuando se sueña uno no se da cuenta que está soñando y poco a poco se desvanecía la idea del sueño de la pesadilla…
Se deslizó por el tronco hasta caer al suelo, el césped cuidado de la plaza del ayuntamiento también tenía el aspecto ajado de las demás plantas, como si estuviera desconectado en parte de la tierra, como si no recibiera alimentación.
Ya no pensaba para sí, todo lo que pensaba lo decía en voz alta para hacerse un poco de compañía, sin acordarse de la comida ni de la sed que debería tener se alejó del parque y del ayuntamiento, se palpó en su bolsillo derecho y tocó la pistola y las balas que estaban sueltas en el bolsillo, mientras caminaba un montón de teorías se formaban en su mente a cual más descabellada, pensó que a lo mejor lo que estaba pasando era un ataque extraterrestre, seres de otros planetas que invadían la tierra y que su forma de vida era incompatible con la de la tierra, a lo mejor el viento, la noche, y las plantas no formaban parte de su naturaleza y por eso las estaban matando o eliminando de alguna manera… A lo mejor habían pensado en conservar un espécimen –yo- para estudiar la genética de la raza humana, pero pensó que el no era el mas adecuado, un hombre al borde de la vejez…A lo mejor no entendían nada de edades ni de humanos y lo hicieron a voleo…
Miró una vez mas al cielo buscando enormes naves espaciales llenas de alienígenas invasores pero todo seguía igual, a lo mejor no contaban el tiempo, a lo mejor el tiempo no tenía ningún sentido para ellos o quizá trataban a la especie humana como a una raza peligrosa a la que había que eliminar…Quizá nos habían estado observando desde hacia siglos…
Tal vez, tal vez… Pero seguía sin ocurrir nada.
La teoría de la invasión del espacio se fue instalando en su mente, aunque a medida que pasaba el tiempo y no ocurría nada fue perdiendo fuerza.
Y el cada vez se sentía más fuerte, más ágil, mas inteligente, a su mente acudían palabras que nunca antes había pronunciado ni aprendido como si adquiriera conocimientos por una fuerza infusa, sin esfuerzo, eso por una parte le hacía sentirse bien y cada vez más seguro de sí mismo, en un momento lo atribuyó-volviendo a la teoría de la invasión alienígena – a que los hombres del espacio estaban manipulando su mente para que comprendiera lo que estaba pasando, pero algo le decía que lo que estaba pensando siempre había estado dentro de él…
Se tocó sin querer un brazo y lo notó fuerte y fibroso, se quitó la chaqueta y se arremangó la camisa para comprobar que sus brazos antes delgados y blandos se habían tornado fuertes y musculosos como las de un hombre joven y fuerte, eso le extrañó como es natural pero se alegró del cambio, sacó la pistola y las balas del bolsillo de la chaqueta y la dejó tirada en el suelo, tampoco sentía frío, tampoco sentía calor.
Andaba por el centro de la calle hablando consigo mismo cuando le llamó la atención una gran tienda de esas que venden animales, se dirigió hacia el establecimiento para ver si había alguno, normalmente –pensó con entusiasmo- los animales de las tiendas están enjaulados y no habrían podido huir así sabría si los animales habían escapado o habían desaparecido…
Entró en la tienda y no tuvo que apartar ningún cadáver, el único muerto que había era el dependiente que estaba boca arriba detrás del mostrador con la boca abierta, era un chico joven, vestía una bata verde con el anagrama de la empresa impresa en el bolsillo superior, la tienda estaba distribuida en largos pasillos de jaulas, la sección de los perros, la de los gatos, la de los pájaros –alejadas de los gatos para que no se estresaran- y arrimadas a la pared los acuarios de los peces iluminados con la luz mortecina a la que estaba acostumbrado a ver en todas partes. Buscó ávidamente algún animal vivo, fuera pez, perro, gato o pájaro…
Todas las jaulas estaban cerradas…
Las peceras llenas de agua…
¿Qué está pasando? –gimió de una manera silbante-
Y quiso convencerse una vez más que estaba soñando…
No había ni rastro de los animales que se suponía que deberían estar en las jaulas cuando pasó lo que pasó…
Parecía que todo estaba contra él, pero ¡porqué! ¡Qué es lo que he hecho para que me pase una cosa así! – Gritaba y babeaba desesperado-
Se sentó en el suelo poniéndose en posición fetal con la cabeza entre las rodillas llorando y dándose cabezazos en las rodillas, sin saber que hacer…
Desesperado.
Sin ninguna esperanza.
Desfallecido ante tanta soledad…
Y permaneció allí mucho tiempo, nunca supo cuánto, el tiempo había dejado de existir se había parado, se estaba desvaneciendo aunque el aún no lo percibía.
Estuvo mucho rato en esa posición esperando despertarse, esperando comprender, esperando tener alguna esperanza algún sentido, de todas formas estaba acostumbrado a esperar y a buscar sentido a la vida, desde que el trabajo había dejado de agobiarle de hacer de él un robot, una pieza de una maquinaria que apenas comprendía. Desde que se encontró tanto tiempo libre en sus manos no paraba de pensar en el sentido de la vida antes no lo hacia, estaba distraído con la vida cotidiana, con los problemas de los hijos con las tristezas de su mujer, con los problemas económicos, se preguntaba mientras paseaba por las calles mirando escaparates y cosas que no podía comprar y en su mente siempre había una especie de musiquita como una canción desconocida como un pon-pon-pon machacón que le conectaba con las meditaciones sobre el sentido de la vida, no sólo de la suya sino de la vida en general.

Se preguntaba sobre para qué sirve vivir, las cosas tienen que servir para algo, y él mismo se respondía que hay cosas que no sirven para nada y no obstante existen, se resistía a creer que las cosas no tienen ningún sentido y se rompía la cabeza buscando respuestas. No tenía una buena formación cultural si leía tratados de filosofía o artículos de revistas se perdía en un bosque de términos que sólo entendía a medias y se pasaba el tiempo mirando en el diccionario, luego se cansaba y lo dejaba, al principio cabreado y más tarde aburrido de tanto intento frustrado, sin embargo había llegado a la conclusión de que nadie podía saber el sentido de la vida que sólo eran conjeturas y teorías. A veces había hecho alguna incursión en los textos religiosos pero los consideraba poco creíbles y anticuados, sólo servían a su parecer, para tener a la gente atemorizada y sujeta como si fuera un rebaño.
Se levantó del suelo, hubiera querido dormir un poco pero no sentía sueño, eso de no tener hambre ni sueño era lo que mas le preocupaba, pensó que serían los nervios de la situación, se preguntó cuánto tiempo había pasado desde que pasó lo que pasó y no fue capaz de medirlo, todo estaba en un estricto presente.
Una vez había leído en una revista que el tiempo no existe, que sólo es una medida para organizar a la sociedad, el pasado no existe, ya ha pasado –decía el artículo- el futuro aún tiene que existir por lo tanto no existe, sólo el presente es cierto.
Ahora lo estaba comprobando, aunque le quedaban dudas, sobretodo al pensar que el presente no tiene sentido sin el pasado ni el futuro.
Había salido de la tienda de los animales se encontraba en la calle otra vez con todo el espectáculo de la ciudad muerta, entró en una tienda de bicicletas y cogió una, la mejor la más deportiva la mas cara, quiso comprobar si era posible moverse con ella por las calles de una manera mecánica aunque fuera por su propia tracción , pudo comprobar que era una máquina estupenda, el sillín se adaptaba perfectamente, los frenos eran perfectos de ésos de marca cara y las ruedas estaban hinchadas a su justa presión.
Hacia mucho tiempo que no montaba en bicicleta y eso le hizo recordar la primera vez que su padre le compró una, tenía dos ruedas pequeñas en la rueda trasera para ayudar en el equilibrio de los primeros días, sus amigos le llamaron nena y el se las quitó eso hizo que se cayera varias veces pero ya nunca más le llamaron eso…
La bici se deslizó por el asfalto, ligera no en vano era de un material de lo más sofisticado: aluminio y titanio según rezaba en la etiqueta comercial. Tocó varias veces el timbre y resonó raro, dejó de hacerlo y sólo se escuchó el roce de la goma de las ruedas en el piso de la calle, probó los frenos y funcionaban bien, se alejó del centro de la ciudad pedaleando fuertemente, lo hizo en sentido de bajada para que fuera más fácil
Después de casi media hora de pedaleo se percató de que no se cansaba, había subido algunos repechos de calles un poco empinadas y no le habían supuesto esfuerzo alguno su respiración era normal además no estaba sudado, se tocó el pecho para ver si su corazón se había acelerado y notó que sus pulsaciones eran normales, eso le hizo pensar que no solo estaban cambiando las cosas, él también estaba cambiando, las cosas para mal y el para mejor. Frenó de golpe y se encontró de cara con el mar, le causó gran impresión el aspecto del mar, parecía de aceite, no se movía, ni se olía, el mar siempre huele a mar, siempre se mueve siempre “respira” …
Fue entonces cuando pensó que estaba muerto…
Estaba muerto y había ido al infierno…

Eso era, estaba muerto, -pensó- la muerte era eso, la soledad rodeado de muertos que no se pudren, con ausencia de animales, condenado para toda la eternidad cada vez mas fuerte y más vivo rodeado de muertos.
Se sentó sin estar cansado en una pequeña playa cerca del puerto, añoraba las gaviotas y las palomas que solían volar en busca de las migajas de los bañistas, echaba de menos sus vuelos planeando suspendidas en el cielo; En invierno las gaviotas se apoderaban de la playa formando colonias de centenares de ellas, los chillidos de las gaviotas resonaban en la playa solitaria ahora la playa parecía rara, parecía otra cosa.
¿Qué ser podía ser tan cruel para castigar a alguien de esa manera?-se preguntó indignado-
Yo no he hecho nada malo-se dijo a si mismo- me he pasado la vida trabajando y cuidando a mi familia, todo lo que he conseguido ha sido honradamente, no he sido cruel con nadie, no he robado, no he matado…
¡Te has equivocado de hombre! – Le gritó al cielo-
Y su voz resonó en la soledad de la pequeña playa
Y el mar siguió sin moverse
La blancura lechosa del cielo no le respondió nada.
Tal vez esté en el limbo-pensó- el limbo es un sitio entre el cielo y el infierno donde todo se suspende en espera de no sé qué, es un sitio neutral, un sitio donde no ocurre nada.
Tal vez sea un sitio para meditar, para pensar en el sentido de la vida.
¿Pero cuánto tiempo?

Tal vez el tiempo ha dejado de existir, a veces había pensado como serían las cosas sin el tiempo…
Sí, el viejo cura de la catequesis había dicho que el limbo era un sitio intemporal, una zona neutra donde mandaban a los inocentes, a los niños que morían sin bautizar…
Un sitio para meditar.
Era verdad todo lo que le habían contado de pequeño en la catequesis, existía el cielo y el infierno incluso el limbo, un sitio para pensar en los errores en las cosas mal hechas un sitio tranquilo para pensar sin necesidad de comer ni de beber, un sitio donde no es necesario dormir ni amar… Solo yo y el decorado de mi vida, la tramoya.
Estaba convencido con la teoría del limbo.
Estaba muerto y le habían mandado al limbo para meditar sobre su vida…
Se sintió aliviado por la idea, se reconoció muerto, eso le hizo animarse un poco y adoptó la actitud de esperar acontecimientos.
Haber que es lo que pasa.
No tengo nada que temer y por primera vez en su vida sintió que no tenía miedo a nada –pensó- nada de lo que ocurra lo voy a poder evitar estoy en manos del que ha “montado esto” pasará lo que tenga que pasar…
Y se tumbó en la arena de la pequeña playa.
A esperar
Pero no pasó nada, nada pasa cuando no existe el tiempo.
Se cansó de estar tumbado en la playa y pensó que a lo mejor su castigo sería un infinito aburrimiento, una eterna sala de espera, una no existencia consciente…
Una eterna tortura…
No obstante cada vez que se examinaba a si mismo se encontraba más fuerte y más ágil incluso había crecido, su camisa estaba a punto de estallar a causa del crecimiento de su s músculos y notó que el pelo le había crecido en lo que antes había sido una reluciente calva, se sintió muy contento por esos cambios y se instaló una vez mas en “el haber que pasa”.

Se había acostumbrado a hablar en voz alta, todo lo que pensaba lo decía en voz alta para paliar la insoportable soledad.
También por si alguien le escuchaba…
Añoraba el sueño y el hambre incluso el cagar y el mear…

Se miró los pies y observó que no tocaban la tierra, entre sus zapatos y la arena de la playa había unos pocos centímetros que los separaban, sin asustarse dio una pequeña patada hacia el suelo para reafirmarse cosa que consiguió pero el otro pie quedó ligeramente mas elevado que el otro…
¿Podía volar? –se preguntó alborozado-
Podía, le bastó un leve impulso para remontarse a medio metro del suelo.
Se impulsó un poco mas ayudándose con los brazos como si fuesen alas y rápidamente se elevó varios metros quedándose suspendido en el aire.
Decididamente se convenció de que estaba muerto y en el limbo.
Volar le permitiría ver todo desde arriba, practicó un poco y descubrió que no necesitaba mover las “alas” para desplazarse, bastaba con pensarlo con sólo querer hacerlo…Se divirtió un rato volando como Superman con el puño en alto, dudó si tenía que levantar el puño derecho o el izquierdo, si levanto el puño derecho es como Superman y si levanto el izquierdo soy el comunista volador –se dijo riendo -.
Realizó varias pruebas, de vuelo rasante, de altura de velocidad…
Podía volar como quisiera, como un pájaro o como un cohete, se sintió feliz y divertido realizó varias pasadas a gran velocidad por la ciudad y no vio nada que le llamara la atención, solo cadáveres y coches parados atravesados en las calles, ni un solo movimiento que indicara que había algo vivo.
Voy a viajar –se dijo en voz alta-
Siempre le había gustado al idea de viajar, no se lo pudo permitir nunca y los pocos viajes baratos que había hecho no le habían gustado nada, siempre con prisas y a lugares baratos, se acordó de una vez que fueron a Italia en un viaje de la asociación de vecinos él se apuntó más que nada porque le hacia ilusión ir a Venecia, se tragó todo el viaje acompañado de gente que no conocía, de viejos que cada cuarto de hora iban al lavabo de graciosos que cantaban como los niños cuando van de excursión …
Todo por ver Venecia, se leyó todo lo que encontró en la biblioteca sobre Venecia y el renacimiento, le prometió a su mujer un paseo en góndola por el canal de los suspiros…
Se imaginó un paseo en góndola con el gondolero cantando una canción triste…
Preparó dinero para la propina del gondolero…
Pero era un viaje barato y los pusieron de seis en seis en las góndolas, era patético, los acomodaron en pequeños taburetes y apiñados en la góndola les hicieron un recorrido económico-sólo tres puentes – además los gondoleros no cantaron nada, pusieron una grabación, un disco, una cinta… Sintió vergüenza de no ser capaz de llevar a su mujer a un viaje decente, ella no dijo nada, como siempre no se quejaba pero en sus ojos se podía leer la decepción, cuando llegaron al hotel no quiso hacer el amor en la cama italiana, ni siquiera dijo que le dolía la cabeza como otras veces, se encogió como un hovillo en un extremo de la coma y se durmió, el nunca la sintió mas lejos…
Él se quedó en el otro extremo y no durmió en toda la noche…
Olvidándose de todo se dispuso a dar la vuelta al mundo como si fuera Peter Pan, tomó altura y extendió los brazos como un pájaro las alas, salió de España y enfiló la costa azul hasta llegar a Italia pasando por Francia en vuelo rasante, en todas partes vio
el mismo panorama , gente muerta y todo parado…
Se detuvo un rato en Venecia y le pareció mas triste que cuando la visitó, los gondoleros muertos dentro de las góndolas con parejas abrazadas.
Remontó el vuelo y atravesó los Alpes sin sentir frío , pasó por Rusia en busca del estrecho de Bering y se adentró en Alaska en busca de Canadá , bajó un poco para ver los grandes lagos y las cataratas del Niagara …Se posó sobre el Empire Estate de Nueva York …Visitó la Casa Blanca para ver si se había muerto el presidente de los Estados Unidos, efectivamente, yacía en el suelo del salón oval junto al secretario de estado…
Fue en Argentina cuando se dio cuenta que no necesitaba orientarse solo con desearlo ya se dirigía al sitio que quería, de regreso a casa pensó en la historia de Superman…
Una nueva teoría por encima de la idea del purgatorio surgió en su cabeza, pensó que a lo mejor él no era hijo de sus padres como le ocurrió a Superman, que le habían traído de otro planeta y que al ocurrir el fin del mundo sólo él había sobrevivido a todos y que ahora todos sus poderes se estaban manifestando por alguna razón que desconocía.
Había dicho: Volver a casa y apareció en el portal de su casa, no estaba seguro de si el regreso a su casa lo había realizado volando, apareció allí con solo desearlo…
Sus poderes estaban aumentando…
Quiso saber hasta que punto.
Quiso saber lo que sabía, se preguntó a sí mismo una multiplicación de siete cifras, al instante supo el resultado y supo que estaba en lo cierto…
A medida que probaba su capacidad mental se daba cuenta que su mente se despertaba que crecía, como si su cerebro hubiera estado dormido durante milenios, sin usarlo…
Era un amanecer mental, al principio una claridad tenue, se asustó un poco de su clarividencia y se ordenó a si mismo de que no fuera tan rápido un poco más despacio-se dijo- pero se dio cuenta que lo rápido y lo despacio no tenía sentido cuando el tiempo deja de existir…
Ya no se atrevió a pensar seriamente en lo que estaba pasando, sabía que tendría la respuesta al instante.
Hizo un paréntesis y subió a su casa, a la que había sido su casa durante tanto tiempo y se acercó a la cama donde yacía su mujer muerta..
La línea entre la vida y la muerte dejó de tener sentido.
Se sentó al borde de la cama contemplando el cuerpo de su mujer y recordando los días felices que había pasado con ella, los días en que se pasaban el día riendo y haciendo el amor, los días que nacieron los niños, las excursiones baratas con un coche chatarra …
Cuando se bañaban los cuatro juntos.
Cuando inventaban cuentos para conformar a los niños.
Recordó los tiempos en que tenían ganas de vivir…
Grandes proyectos de futuro.
Vida, cualquier cosa para vivir aunque solo fueran sueños…
El sol ya se había instalado en su mente y brillaba con esplendor…
Supo que todo era una farsa una mentira construida por él.
Su mujer sus hijos y todos los demás eran él mismo, no producto de un sueño pero tampoco producto de una realidad, realidad y sueño dejaron de tener sentido cuando hubo terminado el juego…
Y volvió a ser el que era.
Despertando de un sueño que un día quiso soñar, construyendo un mundo con gentes a su imagen y semejanza… Con sólo quererlo, con sólo pensarlo…
Había existido desde siempre, sólo con su omnipotencia.
Él y la nada…
Principio de todas las cosas, a veces se preguntaba si era hijo de la nada.
Nunca pudo saberlo
La nada es la nada y en ella no hay ninguna respuesta, no tiene principio ni tiene fin ni siquiera orden ni caos…
Por eso construyó todo aquel mundo ordenado, con amor y con odio, con luz y oscuridad, puso su voluntad como se pone una semilla, lo demás va solo…
Solo las bases para que creciera a su voluntad, de una manera natural, haciendo retoques y creando historias bellas, crueles, hermosas…
Creando formas a su capricho.
Bosques, lagos, montañas…
Mares, ríos, flores, miradas y pensamientos…
Incluso dioses para explicarlo todo…
Le había quedado tan bien que quiso formar parte del juego, por eso quiso nacer como un ser insignificante, vulgar, normal…
Se llevó un poquito de su divinidad en forma de alma para no perder la memoria, para no quedarse atrapado para siempre en su propio juego, un sistema de alarma que le recordara quién era cuando el juego dejara de tener sentido.
Se estaba aburriendo y su alma se lo dijo…
Por eso todo comenzó a desaparecer poco a poco.
Miró a su alrededor y todo había desaparecido, el juego había terminado.
Se desperezó y bostezó un poco, con solo desearlo creó un universo sin gravedad para dormir un rato flotando en él…
No necesitaba dormir ni soñar pero quiso hacerlo.
Se dejó llevar por los vientos cósmicos recién creados.
No se preocupó cuánto tiempo tardaría en despertar para hacer algo, el tiempo era algo que el se había inventado en su reciente juego.
Ahora después o nunca eran una tontería.
De la nada salió una bandada de gaviotas
Estaba soñando…




F I N


Se terminó en día 2 de Marzo del 2006-03-02