miércoles, 1 de septiembre de 2010

EL PISO DE ABAJO


"Señor: Le ruego que no utilice el agua, cada vez que lo hace me sale por el ventilador de mi bar, creo que se trata de una rotura en el bajante.
Gracias: el vecino del bar Maricielo".
Había acabado de ducharme cuando observé la nota que asomaba por debajo de la puerta entrada, mi mujer estaba entrando en el cuarto de baño para ducharse y no me atreví a decirle nada, habíamos pasado la tarde en la playa y estábamos llenos de arena .
Disfrutábamos las vacaciones en nuestro apartamento de la playa. Hacía dos días que habíamos llegado... !Apenas aterrizas y ya un problema! -pensé fastidiado-.
Dejé que mi mujer se duchara tranquilamente y me fumé un cigarrillo intentando recordar dónde había puesto el número de teléfono del presidente de la escalera, pensé que todo se resolvería automáticamente y que sólo sería una leve incomodidad típica de vacaciones .
El bloque de apartamentos en que estaba nuestro piso se hallaba situado en el casco viejo del pueblo, un segundo piso sin ascensor, lo habíamos reformado a nuestro gusto y la verdad es que nos había quedado muy bonito, además estaba a cincuenta metros de la playa. "Un cuarto para cambiarnos" como solía decir mi mujer a sus amigos de izquierdas para no darles en los morros con que tenía un pisazo a cincuenta metros de la arena y además a buen precio.
La verdad es que lo compramos poco convencidos, más por invertir que por otra cosa, nunca nos había llamado la atención lo de tener una segunda residencia -"Es de tontos" habíamos dicho un millar de veces en un millar de conversaciones con el grupito de amigos que van quedando a lo largo de la vida.
-¡Sale más barato un hotel de cuatro estrellas! Si lo cuentas en plan fino, incluyendo todo- solía decir Esteban el de La Caixa. Esteban era economista pero nunca pasó de empleado de medio pelo, aunque cuando se trataba de hablar sobre economía era el mismo Oráculo de Delfos.
-"Si cuentas todo,todo, y afinas la punta del lápiz -solía decir muy serio-alojarse en un hotel de cuatro estrellas sale mucho más a cuenta, además dispones de unas comodidades no comparables a un apartamento de tipo medio, estadísticamente hablando".
Luego se extendía hablando de valores residuales y de oscilaciones del mercado inmobiliario. Nosotros poníamos cara de entenderlo en medio de un silencio religioso que él agradecía con la mirada.
-¡Tenemos un problema!- Le dije a mi mujer mientras se ponía la ropa de pasear y mirar escaparates .
Lucía, mi mujer, tiene cuatro tipos de ropa cuando estamos de vacaciones, a saber:
Ropa de de playa: que consiste en pantalones cortos, varios bañadores y bikinis y un montón de camisetas que va acumulando año tras año, la ropa de salir a pasear consta de un montón de tejanos ajustados y camisetas de marca caras, de ésas de lucir poder adquisitivo, y por último la ropa de salir de noche, vestidos de vuelo estilo hippie o ibicenco sin nada debajo- "por si surge algo"- dice ella para erotizarme las vacaciones, finalmente lo que yo llamo “grandes galas” que consta vestidos elegantes y caros,para las reuniones de los amigos del verano y para darles en los morros a las mujeres de los amigos.
Yo ando todo el año vestido de payaso con traje camisa y corbata y me niego a ponerme otra cosa que no sea pantalones cortos, chanclas y camisetas horteras que Lucía odia con frenesí.

-En vacaciones no estoy para problemas, congélalo hasta Septiembre -me dijo pensando que me refería a un problema en el trabajo-
-Cuando abres el grifo o te duchas todo el agua va a parar al bar de abajo...
-¡Coño! -dijo sin recato.
Lucía suele ser muy educada y recatada todo el año menos en vacaciones; que se suelta el pelo y la lengua.
Leyó la nota y la dejó sobre la mesa como si aparcara el problema para resolverlo en una mejor ocasión.
-¡Vamos que van a cerrar las tiendas! Ya avisaremos al encargado de la escalera...
Obedecí y me puse el sombrero Panamá y las gafas extraoscuras, antes de salir Lucía me miró de arriba a abajo,
-¡Pareces Batman en vacaciones!...
Me limité a sacarle la lengua y a recordarle que cogiera las llaves y el dinero, yo en vacaciones no llevo nada encima casi nunca. Mis vacaciones en el "pueblo-playa-miniciudad" son una continua lucha con Lucía, ella quiere que me comporte como un hombre de mundo serio y ordenado, pero yo me dedico a mi verdaderavocación: hacer el payaso, me dedico a hacer reír al personal con mis ocurrencias, y así soy un poco
feliz, a ella no le hacen gracia mis chistes, se los sabe todos.
Cuando me deprimo me da por por la filosofía y reconozco que soy un pesado, los que me conocen ya saben lo de mis altibajos, los que no me conocen a veces ponen cara rara.
De todas formas solo me deprimo un par de veces al año.
Lo de las payasadas no es más que una consecuencia de mi profesión, soy jefe de ventas de una multinacional del juguete.
No soy un jefe de ventas de los de ahora, ni el hijo del jefe, ni estoy diplomado por ESADE. Comencé de vendedor raso y arrastré mi culo por todas las jugueterías del país vendiendo clicks de Famobil y Comansis toro sentado con el fuerte y las vacas. Hay que ser un poco niño para vender juguetes.
El día que mi jefe me sacó de la calle y me encerró en un despacho con una secretaria fea pero muy eficiente vale decir que mi jefe es un venerable anciano amigo de la familia de mi mujer, a la que quiere como a una hija.
Triplicó mi sueldo, pero le cortó las piernas al niño que llevo dentro.
Con silla de ruedas el niño aún se ríe y hace gamberradas.
Lo de la secretaria fea aún no se lo he perdonado ni a mi jefe ni a mi mujer, y es que el brazo de Lucía es largo y sinuoso como una pitón reticular...
Salimos a la calle a eso de las siete de la tarde, a esa hora la gente que llena la playa por la mañana se apiña en las calles “típicas” del pueblo haciéndolas intransitables, llenando el ambiente con olores de colonia barata mezclados con aftersun, masajes for men, olor a mar y sudor, y otros olores inconfesables.
Los habitantes del pueblo, los de toda la vida hacen vida aparte y odian secretamente a los turistas,aunque vivan de ellos.
Hacen el paripé y son muy amables pero nos odian, lo sé .
Yo los veo como una especie de secta satánica, de sociedad secreta solo penetrable por los iniciados.
Nos acechan asomados a las puertas de sus comercios de toda la vida como arañas con su tela extendida a la caza del "turista-mosca" que les permita vivir trabajando seis meses al año.
Lucía se había abierto paso entre la multitud de un grupo de turistas rusos y gordos capitaneados por un guía que enarbolaba un paraguas rojo y no paraba de casi gritar palabras ininteligibles.
Cuando Lucía va de compras yo me suelo rezagar unos cuantos metros atrás y la dejo hacer, mientras contemplo a la gente para ver lo que hace.
Se había parado en el escaparate de una tienda de bañadores, me había dicho que este año se llevaban los bañadores elásticos, cada año se compra un par y varios bikinis, ya había pasado la moda del topless.
Yo me había parado en medio de la calle cuando una rusa de doscientos kilos casi me derriba, me gusta que las señoras gordas me empujen, es como chocar con un balón de playa poco hinchado, pero esta vez casi me tira al suelo. Balbuceé un sorry y ella me miró desafiante.
Afortunadamente Lucía no se compró nada, como casi siempre todo estaba muy caro.
Cuando comienzo las vacaciones necesito varios días para adaptarme y parar el reloj, de hecho lo dejo en mi mesita de noche y no lo recupero hasta el fin de las vacaciones, si logro relajarme los primeros días todo funciona bien y descanso, y me relajo. Aunque a veces no lo logro y me dedico a pintar horribles cuadros azules, o a hacer bricolaje, cosa que a mi mujer le encanta, Lucía es insaciable con el tema bricolaje.
No me gusta relajarme mucho, si lo hago me convierto en un zombie, me gusta mantener un poco de tensión, me hace sentir vivo.
Me dí cuenta mientras sorteaba otro grupo de turistas jubilados que olían a viejo y pipí, que lo de las goteras en el bar de abajo no me dejaría aflojarme hasta tenerlo resuelto.
De vuelta a casa Lucía me lo recordó, yo hubiera preferido llamar al presidente de la
escalera por teléfono, pero, entre buscar el número entre los papeles del apartamento y bajar un piso, opté por lo segundo.
Mientras bajaba por la escalera me esforcé en recordar el nombre de mi "vecino-presidente" para poder preguntar por él, ya que sólo lo había visto un par de veces.
Rebusqué en el disco duro de mi memoria... mi neurocórtex se negaba a funcionar causado seguramente por mi "relajamiento vacacional", tal vez Viridiano...no,no Nepomuceno...No, no es tan raro. Al fin mi cerebro se iluminó : Eleno, sí señor, el señor Eleno.
El señor Eleno había sido había sido elegido presidente de la escalera a perpetuidad ya que prácticamente él y el dueño del bar de las goteras eran los únicos que vivían allí todo el año.
El señor Eleno trabajaba de vigilante nocturno en un hotel del pueblo, anteriormente había sido guardia civil de los de antes: " benemérito de tricornio y bigote".
Cuando decidimos hacerlo presidente a perpetuidad aceptó a regañadientes.
-Vale- dijo solemne- pero no me toquen mucho los cojones que los de la ciudad no se hacen el cargo de que esto es un pueblo.
Llamé a la puerta -Primero C - esperé un tiempo prudencial, y al cabo de un rato apareció la figura del del ex benemérito recién levantado intentando saber quién era yo.
-Buenas tardes señor Eleno- dije confiando no haberme equivocado de nombre.
-¿Sí? -Se limitó a decir al tiempo que se rascaba el culo con la mano derecha.
-Soy el vecino del segundo B, me he encontrado una nota del señor del bar de abajo, al parecer tenemos un problema en el bajante de los desagües.
-Sí ya me lo ha dicho esta mañana- respondió sin invitarme a entrar-Ya he llamado al administrador para que llame al técnico, no se si podrá venir pronto con la faena
que tiene con el mantenimiento de los hoteles.
-Es una urgencia, creo que pagamos servicios de urgencias -me defendí viéndolas venir.
-El Toni está siempre de servicio en Agosto pero como sea algo grave...
-Creo que le cae agua por el ventilador del bar -dije preocupado-
-Sí, encima del billar, tiene el billar "parao", cubierto con un plástico y varios cubos.
-Lo siento-dije preocupado por las pérdidas económicas.
-El pobre con lo que se gasto en la reforma de insonorización...Y ahora esto.De momento no use el agua, no vaya a ser que se produzcan daños -dijo con autoridad-
-Hombre...-me atreví a decir- si viene esta noche el técnico...
-No creo, el Toni no suele venir por la noche, pero seguramente vendrá a primera hora de la mañana-dijo casi cerrando la puerta.

-¡YUNAMIIIIIIERRRRDAAAAAA! Tronó la voz de Lucía en cuanto le expuse el panorama de la reparación.-¡Que me pague un hotel de cinco estrellas si quiere que no use el agua!¡Hay servicios de urgencias para estas cosas!Pagamos un seguro para que estas cosas no le amarguen la vida y las vacaciones a la gente-siguió gritando mientras se paseaba por el salón como una leona enjaulada-
-Bueno mujer-dije yo conciliador y comprensivo- ten en cuenta que esto es un pueblo y no tienen los mismos servicios que en las capitales...
-!Me importa una mierda!- siguió despotricando con la lengua suelta y el pelo también- ¡Encima que no me dejan dormir por las noches, ese bar de mierda que recoge a todos los golfos del pueblo, encima me va a amargar las vacaciones...
YUNAMIERDA,TIO.
Lucía me ha llamado tío desde toda la vida, aunque yo me llame Ángel.
Me callé un rato y la dejé que se explayara a gusto.
Los platos del almuerzo de mediodía comenzaban a apestar en el fregadero.

-¿¡Qué hacemos con ésto!?- Dijo señalando la fregadera ¿Vamos a lavarlos al mar?
¡ESTO ES UNA MIERDA DE PUEBLOOOO!

Esperé un ratito mas para que se calmara y al fin dije con voz firme...

-Mira, lo que vamos a hacer...le dije

Cuando me pongo serio ella suele callarse y batirse en retirada, no se si lo hace para que yo solucione las cosas, o cree que en el fondo soy un tipo duro...

-Mira nena, esta noche nos vamos a cenar a "Can Pinyol", comemos algo ligerito y bueno, encendemos una velita nos relajamos y nos bebemos una botella de Albariño, paga la empresa. Luego-continué cariñoso-nos vamos a dormir tarde y mañana tú te vas a la playa y yo me quedo a esperar "al" Toni.
-¿Qué Toni?-dijo extrañada y un poco más apaciguada-
-El “arreglalotodo”, el “tésnico”... Ya he quedado con el señor Eleno
-¿Qué Eleno?-Dijo riendo al fin-
-El boss de la escalera.
Y ella empezó a rugir como una leona en celo.Lucía usa el rugido a modo de terapia para calmarse. Acto seguido se soltó el pelo como a mi me gusta y se puso un vestido hippye estampado con millones de flores, los zapatos alpargata con tacón y ese collar de abalorios que tanto me gusta. Mientras bajábamos la escalera le subí un poco el vestido.
-¿Llevas bragas?-le dije con cara de chico malo-
-!No! -dijo ella vengativa- a ver si encuentro un italiano guapo que me lleve a ver la luna a la playa.
Ya en la calle la agarré por la cintura y le dije al oído con mi mejor acento italiano...
-¿"Está sola signorina?¿li piace una notte romántica"?...

Ella acercó su boca a mi nariz y me rugió otra vez...
Entramos en el comedor de "Can Pinyol" y el camarero que nos conocía de otros años nos hizo pasar al comedor de la terraza que daba al mar.

-La mejor mesa de la casa la tenemos siempre reservada para ustedes en estas fechas de verano...-me dijo un poco en broma, el comedor estaba vacío-
Un poco temprano para cenar, ¿ponemos algo para picar?-dijo sacando la garra de desollar turistas-
-Sí, que parecemos franceses-dijo Lucia-
-¿Va bien la temporada? -pregunté para tener un poco de conversación-
-¡Un infierno don Ángel! ¡Este año será un infierno de gente! Mucha gente y poco dinero¡Cada vez hay mas gente de alpargata!-gimió lastimero-

Vaciamos una botella con los entrantes, ostras,almejas,erizos...
Cuando nos trajeron los bichos con pinzas que habíamos pedido de segundo plato el comedor ya estaba lleno, y la segunda botella de albariño Fefiñanes vacía .
El helado de limón casero regado con marc de cava hizo el resto...
Lucia había echado a volar como las gaviotas y me miraba como si fuera la primera vez.
-Me pregunto que hace una mujer tan guapa como yo con un tipo como tú-dijo con la voz un poco vacilante por efecto del albariño-¡Qué suerte has tenido en la vida al encontrarme cabrón!
Yo sabía que se encontraba en pleno subidón, el alcohol le produce este efecto eufórico.
-El Señor me puso en tu camino para cuidarte, para ser tu esclavo y tu bufón...
Me gusta adoptar este papel de alfombra cuando Lucía se pone así.
Cuando el camarero me trajo la cuenta le dí la tarjeta de crédito sin mirar la cuenta en un gesto de confianza
-¡Haz lo que quieras con ella! -le dije displicente-
Él la recogió con sonrisa lobuna al tiempo que me decía...
-¿Y el placer de gastar? ¡Gastar es vivir! ¡Es uno de los mayores placeres de la vida!-dijo el Sócrates de la hostelería.

No miré la cuenta, si miro la cuenta me pongo de mal humor, guardé la cuenta en el bolsillo de atrás y me despedí del camarero filósofo, la verdad es que habíamos cenado como los Sátrapas, los cocineros de Can Pinyol tenían una muy buena técnica para descongelar pescado.
Salimos a la calle tambaleándonos
Un matrimonio maduro nos miró con una mezcla de envidia y indignación.
-¡Un restaurante tan fino y dejan entrar borrachos! -musitó la vieja mientras el marido miraba el culo de Lucía-

No recuerdo si fue Lucía la que me llevó a la playa o fui yo, son secretos que guarda el Albariño Fefiñanes y sus criadores.
-Vamos a mirar la luna a la playa, le dije a la “ragazza”
-Parece una tajada-dijo Lucia- tajada como yo...
-Tajada de sandía- corregí.
-¡Tajada de albariño!
-! Ja ja ja ja ja!- y le dio un ataque de risa tonta.

Nos habíamos sentado en la arena y comenzado a tontear con las manos cuando del mar surgió una luz blanca que a mi se me antojó una aparición, enseguida me dí cuenta que era la barca del Joanet que venía de pescar calamares, esperé a que varara en la arena y cogí la quilla con firmeza al tiempo que metía el gancho en la argolla de la proa.
-¿Quieres calamares?-me dijo reconociéndome-
-No, que son congelados -reí-
-¡Los mejores del mundo, turista! ¡en la capital no los pilláis ni borrachos!

Hicimos broma un rato y mientras él arrastraba la barca con el polipasto eléctrico miramos y tocamos los cientos de calamares que aún se movían en el fondo de la barca.
Lucía alucinaba con el pescado recién sacado del mar.
La oscuridad se volvió a apoderar de la playa, Lucía se había tendido en la arena y yo me había sentado a su lado para hacerle de almohada.
-¡Me gusta follar cuando estoy borracha! -me espetó-
-¡No seas cochina !-Le dije yo en plan mojigato-Eres una mujer adulta y casada, tienes una enorme cama para éso -le dije resistiéndome y deseándo
al mismo tiempo.
-¡Cuando éramos novios no eras tan remilgoso!-dijo melosa-
-Vale, pero flojito y sin chillar que te conozco, le dije besándola tiernamente
Se sentó encima de mi cubriéndome con su ancho vestido de flores y mientras se balanceaba como quién monta un caballo me dijo al oído todas esas cosas que me gusta que me diga....
Dormimos un rato y mas tarde nos bañamos a la luz de la luna como dos adolescentes.
Nos arrastramos hasta el piso y la acosté vestida encima de la cama
Las vacaciones son una maravilla, pensé mientras me dormía al son del bakalao del bar de abajo,mezclado con la conversación de dos borrachos.
Me pasé la noche soñando con calamares y luces de colores
Me despertó el ruido de una lluvia torrencial, o éso me pareció, teniendo en cuenta mi resaca, me acerqué al cuarto de baño y la lluvia resultó ser la ducha que se estaba dando Lucia, la bañera estaba llena a rebosar, se había dado uno de sus baños relajantes con sales y todo.
-¡Mira como me pusiste anoche, cochino!-dijo haciéndose la enfadada-
-La culpa fue tuya”signorina” borracha
-Tú, que te aprovechaste de una pobre chica que no estaba en condiciones de defenderse.
-Disimulas muy bien so golfa -le dije siguiendo la broma-
Me duché en el otro cuarto de baño y cuando me estaba secando me acordé del bar de abajo, del bajante, del Toni, del señor Eleno y la madre que los parió.
Me asomé al baño de Lucía, que ya se estaba secando el pelo,la bañera estaba vacía .
-Hoy lloverá-le dije-
-¿Hace mal tiempo?
-Por lo menos en el bar de abajo -dije mordaz-
-¡Que le den por el culo!-Lucía había sacado las uñas y las tenía afiladas.

Estábamos desayunando cuando sonó el timbre de la puerta,me temí lo peor
En el umbral de la puerta apareció lo peor:el dueño del bar, del ruido y de las goteras,ya casi no me acordaba de su cara.
Se llamaba Marcelo, por eso el bar se llamaba Maricielo, más hortera no podía ser
Me miró como si fuera a pegarme...

-¡Me ha llamado la señora de la limpieza para decirme que tengo el bar inundado!-dijo gritando-
-¿Qué no leyeron la nota?-dijo recuperando el resuello-¿Qué no les avisó el señor Eleno?-acusó-
Yo con toda mi cara le dije:
-Creí que ya estaba resuelto, que el Toni lo había arreglado a primera
hora...
-¡Yo así no puedo trabajar! Dijo desolado
-Yo así no puedo disfrutar de mis vacaciones, atronó la voz de Lucía a mis espaldas embutida en el albornoz negro que le regalé por Navidad
-¡Es una fuerza mayor ustedes tienen que dejar de tirar agua!
¡Me van a destrozar el bar!¡Bajen a verlo, está todo lleno de agua y el tapete del billar empapado! -el Marcelomaricielo se estaba poniendo verde botella-
-Ha sido un mal entendido,dije yo poniendo paz
No creímos que fuera tan grave, ni que el servicio de reparaciones fuera tan lento...
-¡Es grave,muy grave!-dijo amenazante y rojo violáceo.-Su compañía de seguros tendrá que hacerse cargo de los daños-sentenció-
-¡La compañía de seguros de la comunidad! Dijo Lucía, que entendía de esas cosas
-Lo mejor que podíamos hacer es que usted llame al Toni, seguro que le hará más caso que a mi, que usted es del pueblo y sabe como van las cosas por aquí , dígale que la cosa es grave, y si no puedevenir llame a otro...
-O que llame el señor Eleno, que tiene más autoridad-dijo Lucía en plan cachondeo-
-El señor Eleno está durmiendo, trabaja por las noches y no se le puede molestar-dijo protector.
-Bueno, bueno, vamos a esperar que venga el Toni a ver si lo resuelve ya-dije yo cansado de tanto rollo.
-¡¡¡Pero no tiren agua!!! hasta que venga ¡no tiren más agua! ¡que me buscan la ruina!
-Vale,vale,vale.- le dije yo un tanto inseguro.

El Toni apareció a eso de las dos de la tarde, estábamos terminando de comer y la fregadera estaba a rebosar de platos y vasos, yo había puesto los tapones para no liar mas el tema, mi mujer estaba con las pinturas de guerra y afilando la daga florentina que guarda en su corazón salvaje.
Llamó y entró sin pedir permiso, con la cara de estar haciéndonos un favor especial,ya en el pasillo preguntó dónde estaba la cocina, entró en ella y inspeccionó las tuberías de desagüe.
Movió la cabeza fastidiado
-¿El agua baja bien?-Preguntó como un médico en busca de síntomas-
-Sí, la fregadera traga,dije yo.
-Entonces el problema es del piso de abajo, seguro que el bajante está roto y por eso sale por su peso hasta el techo del bar-dijo el erudito- El bajante se ha roto o está obstruido, rebosa y... Lo mas seguro que pongamos una rata desde el piso
de abajo.
-¿Rata?-dije yo extrañado-
-Sí, una especie de catéter conectado a un potente desatascador neumático, si ponemos aire a presión quizás funcione... No es muy recomendable porque puede estallar el tubo.
-Pues ala, manos a la obra-dije yo optimista-
-¿Están los vecinos de abajo?-preguntó-
-No sé ,dije yo, no los conocemos -Puede que el señor Eleno tenga llaves-aventuré-
-A ver-dijo el Tony-
El plomero-técnico bajó al piso del señor Eleno y al rato subió con el rostro preocupado.
No hay llaves-dijo- se vé que la señora del primero es muy desconfiada, además me ha dicho que hace casi diez años que no viene, se ve que tiene al marido enfermo y que el hijo que tiene está un poco "pa ya"
-¿Pues a ver qué hacemos? Es una fuerza mayor...
-Yo sin llaves no puedo hacer nada, si las consiguen puedo volver, aunque no se cuando, con la temporada al rojo vivo...
Y se fue.
Se me puso cara de tonto, no sabía si llamar al benemérito o a la policía, se lo dije a Lucía y me contestó riendo.
-Con esta gente lo mejor es dejar que la cosa se pudra, , que le
caiga al del bar,tengo que fregar estos platos- y ni corta ni perezosa se puso a lavar los platos mientras tarareaba una misteriosa canción entre dientes.
-Vale, pues que se pudra-dije yo mosqueado-yo me voy un rato a la playa a ver si quedo con "Juanito pescador" y me saca a pescar, que ya estoy hasta los huevos del rollo del bajante, que corran ellos si quieren...
Y me fui escaleras abajo tan pancho, aunque conociendo a mi mujer....un poco preocupado
Cuando volví me encontré a "Marcelo -Maricielo" esperándome en la puerta rojo como Lucifer.
-¡Su mujer me ha mandado a la mierda! - gritó casi histérico-
-¿Qué ha pasado?-quise tranquilizarle-
-¡Que ha echado agua otra vez y yo he subido para decirle.... ¡Y ella me ha mandado a la mierda!¡Y a mi nadie con cojones me manda a la mierda!-recalcó-
Tiene suerte de ser una mujer, que yo me conozco, que a las buenas soy muy bueno pero a las malas soy muy malo...
Ya se habían parado algunos viandantes oliendo a sangre.
-!Además de perjudicarme como me están perjudicando encima me insultan y me man...
-Esto está llegando muy lejos-dije yo muy muy serio-
Nosotros no podemos estar sin agua y usted no puede estar con el bar inundado, hay que buscar una solución ya -dije tajante-
-He llamado a la urbana -dijo resuelto-
-¿A la policía?
-Sí, esto hay que arreglarlo por las malas, ustedes no se hacen cargo de lo que estoy pasando-dijo afligido-
-Bueno, cuando lleguen me avisan y de paso les dice que abran la puerta del piso de abajo, ellos tienen llaves maestras.

Subí y me encontré a Lucía hecha una furia y sin tiempo a preguntarle me dijo que el muy imbécil se había puesto a gritarle NO-TIRE-MAS-AGUA así, en fracciones y a grito pelado.
-Y entonces yo lo mandé a la mierda !Ya ESTOY HARTA!,-dijo levantando la voz-
!Harta!,!No he venido aquí a librar batallas de vecinos, son mis vacaciones y son SAGRADAS!.-gritó-
-Pues el Maricielo ha llamado a la policía
-¿Quién ha llamado a la policía?
-El Maricielo
-¿Que Maricielo? El Marcelo
-¿El del Maricielo se llama Marcelo y por eso se llama Maricielo el bar?
-Sí.
Lucía estalló en un ataque de risa histérica
-Si no fuera porque tengo el bajante roto me meaba de risa
Y se siguió riendo como si estuviera poseída por un diablo juguetón
-Pues a mi me están dando ganas de cagar y no puedo aguantarme
-¡Caga chaval y no te cortes!-dijo con cara de malvada-
Apenas había tirado de la cadena cuando la policía municipal,el señor Eleno y "Marcelo Maricielo" aparecieron en el rellano llamando al timbre como si el edificio estuviera en llamas.
Lucía abrió la puerta y entraron todos en tropel, hablando cada uno por su cuenta
Los vecinos del ático se habían asomado a la escalera , eran inquilinos y pasaban de todo, se habían limitado a llamar a la agencia que se lo alquiló.
-¡Ya les dije que no usaran el agua ni el water! -gritaba el Maricielo -
-Yo se lo he dicho varias veces -corroboró el benemérito señor Eleno-
-¡Mi bar está destrozado! -mentía el Maricielo-
-¡Y además me han insultado!- acusaba fuera de sí-

Los policías municipales intentaban calmar a Lucia y al Maricielo que estaban a punto de llegar a las manos
En eso llegó el Toni,previamente avisado por el señor Eleno que le dijo que viniera pronto, que se iba a liar la gorda-
El Toni venía acompañado de dos especialistas en atascos curándose en salud por si las cosas se ponían mal, siempre es mejor repartir las culpas.
Yo miraba expectante y un poco asustado, más que nada porque sabía que Lucia tiene la mano muy ligera, ella da el primer bofetón y espera a que yo pare el del contrincante.
Tome carrerilla verbal y grité:
- ¡¡VAMOS A VER SI ARREGLAMOS ESTE LIO DE UNA PUTA
VEZ!!
Todos callaron, Lucia me miraba como a su héroe
-A ver...Me dirigí a los municipales que ya no sabían qué hacer
-¿Ustedes pueden abrir la puerta del primero C ?
-No sin una orden del juez-dijo el mas veterano-
-O una fuerza mayor-dijo el más joven, que había estudiado en la academia de policía-
-Esto es una fuerza mayor -sentencié.

Estábamos apiñados en el rellano y poco a poco fuimos bajando al piso de abajo
-Abran la puerta de una puta vez-les dije a los policías -O llamen al propietario que lo autorice por fax, que no es tan difícil
El Maricielo hablaba por lo bajo con los policías conminándolos a que abrieran la puerta.
-No podemos hacerlo Marce-le dijo en confianza- No podemos, nos pueden meter un puro-dijo el policía más joven y cliente habitual del bar de copas-
-¿Y si decimos que la han abierto los okupas, y que hemos entrado porque la vimos abierta ?
-Que no Marce, que eso es un marrón-dijo viendo volar las copas gratis del dueño del tugurio-
-Yo les he llamado varias veces y ni siquiera me cogen el teléfono-dijo el ex-benemérito-Son gente muy rara, pagan puntualmente los gastos de la escalera pero hace mas de diez años que no aparecen por aquí.-Hace tiempo sí venían más, luego dejaron de venir, eran una vieja y su hijo, ella parecía un sargento y le reñía continuamente, supongo que lo compraron para invertir...
-¿Bueno, qué hacemos?-terció el Toni, que contaba las horas, el desplazamiento y el IVA y comenzaba a tener dudas con el cobro.

Se me había subido la sangre a la cabeza y estaba hasta las narices de tanto embrollo
En el capazo de herramientas de los reyes del desatasco asomaba el mango de un pesado martillo pilón de los que se usan para derribar paredes...
El golpe en medio de la cerradura dejó sin aliento a todos...
La puerta casi había cedido y nadie me detuvo cuando asesté el segundo golpe
La puerta se abrió de par en par
-Nosotros no hemos visto nada-se apresuraron a decir los urbanos-
-Si nadie denuncia... Nosotros no hemos visto nada
-Vale,vale-dijo el Maricielo palmoteando la espalda del poli de las cervezas gratis
-¡Madre mía! -dijo uno de los desatascadores-
-¡Con dos cojones! -dijo el compañero emocionado por el morbo de la aventura y pensando que a él no le iba a pasar nada porque era un mandao.

Entramos con cuidado, el señor Eleno entró el primero haciéndose cargo de la situación.
-No toquen nada- advirtió con tono experto- sólo lo necesario y nos vamos.

Los “técnicos” se dirigieron a la cocina a investigar el maldito atasco
El señor Eleno tranquilizaba al Maricielo:
-Ya les llamaré y les diré que nos encontramos la puerta abierta por unos okupas, y que entramos por si habían robado algo...
Lucía había entrado y estaba entretenida recorriendo todo el piso (por aquello de la curiosidad femenina y para calmarse los nervios)
Las habitaciones estaban llenas de polvo y el piso revuelto como si sus habitantes se hubieran ido precipitadamente, las camas deshechas y los platos sin fregar, casi fosilizados.

-¡Qué guarros! -murmuraba.

Entró en el cuarto de baño esperando encontrar más polvo y más mierda.

El grito de Lucía estremeció asta los cimientos del bloque.
Todos acudieron en masa al cuarto de baño donde procedían los gritos,
Lucía estaba aferrada al marco de la puerta de entrada del baño y no dejaba entrar a nadie, tenía las manos agarrotadas en él y no paraba de gritar.
Todos pugnábamos por entrar en el lavabo como si nos hubiera entrado una diarrea súbita.
El señor Eleno le desasió la mano con autoridad temiendo lo peor.
La tomó por las manos y me la entregó, Lucía se abrazó a mi llorando y gritando
Don Eleno fue el primero que vio el motivo de los gritos de Lucía...
En la bañera yacía una persona medio momificada, casi cubierta de cal viva.
Los urbanos estaban tomándose unas cervezas a cuenta del Maricielo en el bar de abajo mientras evaluaban los daños del billar.
-¡Suban,suban!-les habían avisado-
-Ya está liada, seguro que se han pegado-aventuró el más veterano-
-Tendríamos que haberlos llevado a comisaría-dijo el más joven apurando la jarra de cerveza de gañote.

Después todo fue muy rápido, policías de verdad de paisano, policías nacionales acordonando la zona con cintas de colores, sirenas, policía científica de la capital, curiosos en busca de morbo...
El Maricielo contestaba con cara de funeral a los policías abstemios en acto de servicio.
Preguntas,preguntas, indicios...
Cuando la policía detuvo al propietario del piso de abajo lo negó todo y su madre, la sargento, mucho más, dijeron que ellos no sabían nada, que hacía diez años que no asomaban por el pueblo. Se hacían los tontos, pero no resistieron mucho, comenzaron a contradecirse hasta derrumbarse.
El laboratorio de la policía hizo el resto.

Chico apocado y dominado por la "madre-sargento" se casa en contra de los deseos de mamá ;con una puta disfrazada de buena chica.
La puta le saca la pasta al niño mimado, y mantiene a su amante en plan sultán
La "madre-sargento" pilla a la puta con su amante en el lecho conyugal a la hora de la siesta mientras el hijo está pescando calamares para su pichoncita.
La madre se lo dice al niño de mala manera
Más o menos así:
-" !Cabrón, que eres un cabrón!, !la puta esa te está sacando los cuartos y encima te pone cuernos de caribú!...
El niño se cabrea y una tarde de calor sofocante le rebana el cuello con una hoz de cortar corcho que tenía en el comedor para hacer bonito.
Al principio le entró pánico, pero al rato se acuerda de una película de la Mafia
La mejor receta para ocultar un cadáver:
1:Se busca una segunda residencia, ya la tenía.
2:Desangrar el cadáver en la bañera con mucha agua
3:Practicar cortes profundos en el abdomen, y dejar salir intestinos.
4:Quemar con varios litros de alcohol, pero con cuidado que no huela demasiado.
5:Cubrir con cal viva y cerrar el piso para siempre
La chica no era muy voluminosa.

-Y yo que pensé que estaba haciendo reformas cuando lo vi trajinar con los sacos de yeso-decía elseñor Eleno- No era yeso, no señor. De no ser por el atasco podía haber sido el crimen perfecto.
La madre del asesino no fue a la cárcel, tenía casi ochenta y cinco años.
El "Maricielo" cerró el bar unos días mientras arreglaban el bajante, sin duda atascado por la cal y lasangre del cadáver.

Me llevé a Lucia a casa, me daba repelús vivir en ese piso.
Luego me la llevé a un crucero de esos de vestido largo y cena del capitán, para que olvidara el susto.
Ella dice que soy su héroe y me mira como una novia enamorada.
He puesto el piso a la venta. Voy a ver si Esteban, el de La Caixa, tenía razón.
F I N
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fotografía de Plinkk