sábado, 26 de febrero de 2011

Paisajes




Jazmina se despertó en la playa, no había podido dormir por el calor, y a eso de las cinco de la mañana se fue a dormir a la playa para despertarse con la salida del sol.

-¡Mierda! -dijo muy enfadada-

Ya la claridad se había apoderado de todo el ambiente, pero no vio el sol reluciente despuntando en la raya del horizonte como ella esperaba, solo una luz lechosa una especie de niebla muy blanca y un poco brillante que hacia que el mar adquiriera un aspecto espectral y amenazador, no era azul ni verde, un color metálico que no lograba definir.

Ella esperaba la gama de los colores a que estaba acostumbrada, naranja, rojo mezclada con los azules y verdes que tanto le gustaban y que le alegraban el día.

Gris... Como decía su amigo Meter el pintor,"-blanco con un poco de negro,si le pones un poco de carmín tienes un gris caliente,el carmín y el rojo siempre calientan"-bromeaba.

Se levantó entumecida por la humedad de la noche y quiso meter los pies en el agua para despejarse un poco, luego vería si se bañaba desnuda como hacia muchas veces, se detuvo, sabía que el agua estaba helada, no soportaba el agua fría, se preguntó que estaba pasando, era verano, en verano el agua esta siempre caliente, además estaba sucia, casi negra.

Intentó recordar lo que había pasado la noche anterior, por más que se esforzó no pudo, su memoria no le respondía, no recordaba nada.

Parecía que acababa de nacer, ni siquiera recordaba su nombre.

Presa del pánico quiso irse a casa.Un par de calles y ya estaría, se volvería a dormir y cuando despertara mamá le pondría el desayuno como cada mañana, y como cada mañana le reñiría por sus “excursiones” nocturnas, por sus amigos impresentables y por su modo de vestir hippye.

Pero supo que no podía ir a ninguna parte, por éso se quedó allí clavada en la arena de pie sin moverse, esperando...

No sopló el viento de Levante ni de sur,ni siquiera el Terral, no acudieron las gaviotas cada vez más audaces a casi rozarle los pies descalzos, ni se movieron las barcas de los pescadores. No vinieron los borrachos a molestar y a pedirle un cigarro, nadie... Ni siquiera apareció la máquina que limpiaba la playa y alguna vez la había despertado... Ni los turistas mañaneros a darse el primer baño.

Jazmina hizo más esfuerzos intentando recordar,tal vez había tomado algo que no debía la noche anterior, alguna vez había tomado anfetaminas y LSD... Tal vez el alcohol no le había sentado bien o quizá peor, se estaba volviendo loca.

Pero supo que no.

Se tranquilizó mucho cuando vio al hombre que se acercaba, sus pasos sonaban en la arena como cuando comes galletas integrales.

Vestía una camisa azul gastada, llevaba una gorra como los marine, lo había visto otras veces en las barcas preparando palangres y desliando redes, sabía que se llamaba Joan.

-¡Hola princesa! -le dijo jovial-

Jazmina se extrañó mucho,sólo su padre le llamaba así y le daba mucha rabia, pero pensó que su padre habría tenido alguna conversación con él y lo habría comentado.

Pensó que su padre era un bocazas. De pequeña le gustaba, su padre era el rey y ella naturalmente la princesa.

Luego vinieron las lluvias y las lágrimas, los pechos y el vello púbico, la consciencia del poder de las mujeres, las miradas de los hombres...

Tuvo que matarlo, él aceptó la muerte con naturalidad, sabía que debía morir para que ella pudiera reinar sobre sí misma, sólo el rey impide el reinado de las princesas...

Joan se acercó a ella hasta casi rozarle, su cálida presencia le recordó la manera que tenía su padre de arroparla cuando tenía frío, era muy friolera de pequeña, la tapaba y se inclinaba sobre ella con todo su corpachón hasta casi aplastarla, ella se hacía la dormida, casi nunca la besaba, decía que él no era de besos, aparentaba ser un tipo duro como los de antes pero todo el mundo sabía que era un flan.

-¡Esta niña está falta de besos! -decía su madre cuando la veía triste-

-¡Tu tienes la culpa!-le decía a su marido cuando le preguntaba que le pasaba a la niña.

-Sabes de sobra que los besos de los padres son muy importantes para las niñas, no es lo mismo que los besos de las madres, las niñas son de los padres.

-No soy de besos -comentaba el padre cabreado.

Pero si no es por los besos-replicaba la madre- es por el olor ¿Cuantas veces te tengo que explicarte lo de las feromonas?

Y ella le volvía a explicar que el olor del padre daba seguridad a las chicas.

-Una chica insegura no se casa casi nunca, una chica insegura sola hace bobadas y se pasa la vida de fantasía en fantasía ¡le puede pasar cualquier cosa! -casi le gritaba-

-Pero... Es que me da vergüenza -le decía su marido azorado-

-Todo lo que quieras pero tienes que hacerlo-insistía la madre-

-¿No querrás que se convierta en una libertina? Las chicas tienen que aprender esas cosas desde pequeñas, el primer hombre que se les acerca es el padre, si tienen una mala experiencia con él luego todos le parecen malos...

-Por lo menos tienes que besarla diez o doce veces al día...

-¿Tantos besos ? -decía con cara de agobiado-

-¡Como mínimo! -insistía la madre-

-Es tu deber de padre si quieres sacarla de blanco de casa y entregarla a un buen chico que la quiera y tener nietos que alegren tu vejez ¡so capullo!...

La madre de Jazmina sabía insultar de maravilla, a veces su marido la provocaba un poco para que lo hiciera...

Pero el padre de Jazmina insistía que las madres eran las que entendían mejor a las chicas, que se tenían más confianza, que las entendían mejor, que eran ellas las que les tenían que explicar sus cosas, eso de la regla y qué hacer para no quedarse preñadas...

Entonces ella se enfurecía y le decía si su padre le había enseñado cómo hacerse las pajas, y él reconocía que no poniéndose rojo como un tomate.

-¡Éso ya se lo explicarán sus amigas mil veces mejor que yo! -decía muy enfadada con su marido que no entendía nada-

Pero él no hizo los deberes de padre y cada vez se distanciaba más, cuando le salieron los pechos y le vino la regla él dejó de entrar en su habitación.

-Las chicas necesitan su intimidad- le dijo a su mujer cuando le echó en cara el abandono de la educación de su hija.

-¡Una mierda! ¡Lo que menos necesitan a esa edad es intimidad! ¡Sólo fingen! La adolescencia es pura exhibición, la niña se pasa el día haciendo espectáculos sólo para ti y tú no le haces ni puto caso.

-¡Es que yo soy un obrero! No un intelectual como tú-protestaba el padre de Jazmina-

-¡Para éso no hay que estudiar, hasta los pájaros enseñan a volar a sus crías, no es una cuestión intelectua, es una cuestión sentimental, lo que pasa es que tú no quieres trabajar el tema y te crees que esto va solo.

Pero el no hizo caso, le daba vergüenza, y dejó que la vida siguiera su curso...


Jazmina le preguntó al viejo Joan si hoy no salía a pescar, más que nada para romper el hielo y iniciar una conversación.

-Sabes que no puedo...Le contestó como si esperara algo de ella

Ella un poco desconcertada le dijo:

-Claro, el mar está un poco raro hoy...

-Hoy es día de travesía, le contestó Joan

-¿Travesía? Respondió Jazmina intrigada

-Sí, hoy vamos de travesía... Tú y yo.

-Yo me voy a casa, estoy un poco cansada,contestó Jazmina un poco mosqueada por las confianzas que se estaba tomando el pescador.

-Me he dormido en la playa y... -Le dijo casi despidiéndose

-Sabes que no tienes casa aquí,-dijo Joan poniéndose serio

-¡Se equivoca! ¡Me confunde con otra persona! … Vivo aquí cerca con mis padres...

-Tus padres ya no están, se fueron hace mucho tiempo,creo que se separaron...Después tu madre murió de aquello que tenía en el pecho...

Jazmina fue recordando su pasado

Poco a poco recordó las llamadas de su madre, su angustia por la separación,no tenía a nadie y su padre había desaparecido asustado como siempre.

-Luego vino lo del cáncer de pecho...

-Ya no quiso llamar a nadie,era una intelectual, sabía que a los enfermos nadie los quiere, aunque la gente haga esfuerzos para aparentar lo contrario.

Jazmina estaba viajando por la India

Tomando aquellas pastillas que le hacían ver las cosas de colores...

Rompió todos los vínculos con su vida familiar

No dejó dirección alguna

No tenía casa

Mi casa es el mundo,mi techo el cielo...

En la India siempre hace calor, puedes dormir en cualquier parte.

Joan sabía que Jazmina estaba recordando y la dejó hacer.

Dejó las pastillas y se pasó a la coca cuando fueron a Costa Rica, luego los amigos le dijeron que la heroína era mejor y más barata.

Hay que probarlo todo...

Sólo se vive una vez...

La vida es una puta experiencia...

Tuvo que hacer de todo para comprar la dosis.

La suya y la de sus compañeros.

Tenía que tomar más dosis para poder soportar aquellos gordos babosos que navegaban encima de su cuerpo de mar.

Sus amigos murieron de sida y sobredosis.

Tuvo que regresar.

Recordó todo y pensó que había nacido de nuevo en el infierno.

-¿Y mi padre?-preguntó sabiendo que Joan lo sabía todo-

-Se cansó de ti y de tus rollos, de tus sablazos, de tus robos...

-Se casó de nuevo con una mujer que lo puso entre la espada y la pared

¡Tu hija o yo! -le dijo el día que Jazmina le robó las joyas para comprar jaco.

¡Así no se puede vivir!...Y Jazmina tuvo que irse

En España llueve a menudo, el mundo puede ser la casa de uno pero aquí hay goteras...

Los amigos que no habían muerto o no estaban enfermos de sida se habían reciclado,tenían esposas o maridos, algunos tenían niños, algunos llevaban corbata...

-Aquí no te puedes quedar...

-Los niños se asustan por tu aspecto no están acostumbrados...

-A mi no me importa pero a mi mujer le da mal rollo...

Durmió varios días en la calle...

En su inseparable saco de dormir, con su jeringuilla sucia, con sus zapatillas de la India.

Al final regresó a la playa de su niñez donde había sido tan feliz, donde su padre le enseñaba a pescar, donde buscaban piedras corazón y piedrecítas de Santa Llúcia...

A la sombra del castillo que los protegía...

Cerca de las barcas de los viejos pescadores, se sabía de memoria los nombres de las barcas...

Cala bona,Bella Carla,Xaloc...


Estuviste golpeando la puerta de tu antigua casa, los turistas que la tienen ahora alquilada se asustaron mucho y llamaron a la policía, los policías se dieron cuenta que estabas con el mono y te dejaron ir, estaban acostumbrados...

Jazmina se había sentado en la arena respirando sincopadamente, había recuperado toda la historia de su vida.

-Te encontraron muerta en la playa...Al principio todo es un poco raro uno no se da cuenta que estás muerto...Se dicen tantas cosas sobre la muerte...Pero es hora de partir...

Si quieres puedes quedarte, sólo tienes que querer...Si te quedas será como estar encerrado en un paisaje dentro de un cuadro, aquí es una marina.

-¿Y si elijo irme?¿Qué me pasará?

-Nadie lo sabe, yo sólo te llevaré en mi barca a la otra orilla, allí detrás de la raya -dijo Joan señalando el horizonte-Yo elegí quedarme, morí ahogado en una tormenta súbita que me sorprendió, cuando pescaba se volcó la barca y me enredé en las redes, ahora ayudo a los que mueren por aquí...Me gusta este trabajo. Si te quedas me harás compañía.

A Jazmina siempre le había gustado viajar

Su padre siempre le hacía bromas diciéndole que detrás de la raya del horizonte había un mundo maravilloso donde se cumplían todos los deseos.

-Creo que me iré... -Dijo resuelta-

La vieja barca de Joan apareció de la nada, estaba llena de trastos,redes viejas,palangres, nasas, anzuelos y peces muertos.

-Un día de estos tengo que limpiar todo esto -dijo el viejo un poco avergonzado-

Jazmina subió a la barca de un ágil salto como lo hacía de pequeña y se sentó encima del montón de redes.

La barca zarpó rumbo al horizonte con Joan al timón.

En la playa de la realidad aparecieron miles de piedras corazón y millones de piedrecitas de Santa Lucía que como todo el mundo sabe son restos de cáscaras de caracoles marinos...

Nadie recogió las piedras corazón , casi nadie las colecciona.

Salió el sol de Agosto un minuto después que el día anterior.

Las gaviotas y las palomas se apoderaron un rato de la playa, solo un rato, los turistas no tardarían en invadirlo todo con sus toallas de colores y sus sombrillas, con las sillas y los flotadores de colores inundando el ambiente con olor a crema protectora contra el sol.


F I N