viernes, 29 de noviembre de 2019

PUROS HABANOS





Tengo una notable adicción a los puros habanos, de hecho, cuando comencé a fumar a los catorce años, lo hice con un puro habano de la marca Partagás.
Mi padre siempre recibía regalos de puros habanos para pagarle favores de pequeñas trapisondas en la administración pública.
Mi padre, pilló una úlcera de estómago y dejó en el olvido una maleta llena de puros habanos que guardaba debajo de la cama.
Mis primeras experiencias con los puros fueron bastante desagradables, me mareaba, pero poco a poco me acostumbré a esos deliciosos puros, mi padre, ni se imaginaba que me los fumaba.
Me encanta el olor y el sabor de los puros habanos...
Siempre me dejo crecer las uñas del dedo corazón y el pulgar para cortar la embocadura, es una manía, nunca he utilizado un cortapuros.
Cortar el puro y dejar resbalar la embocadura por mis labios haciéndolo rotar en mis labios me produce placer, casi mas que fumarlo.
Hacía viento y me metí en un portal para encenderlo, es importante encenderlo bien desde el principio, una buena brasa inicial es importante

¡Klic, clak ! Hacía viento, me metí en un portal para encender mi mechero CIPO, su sonido es música para mi.

El puro era de la mejor calidad, un Cohiba de los llamados espléndidos no tan grandes como los Lusitania ni tan aparatoso como los Churchill,
Un regalo de mi amiga Mecha, una cubana afincada en España con problemas de papeles.
Mecha, había venido a este país en busca del paraíso capitalista pero estaba en el infierno del limbo legal.
Hice unas llamadas y le resolví la papeleta; me dedico a los negocios y siempre hay hilos donde tirar.
Mecha me preparó una cena romántica sobre las rocas de una cala solitaria, con cava y velitas de esas que no se apagan. Nos bañamos desnudos y se acercó mucho, las chicas siempre tienen algo con que pagar los favores.
Yo noté sus intenciones – había bebido demasiado cava barato- y entre risas le recité al oído el poema de la casada infiel de García Lorca que termina así...

...Y no quise enamorarme por qué
teniendo marido, me dijo que era mozuela
cuando me la llevé al río...

Estábamos muy borrachos y nos partimos el culo de risa...
Sé que en Cuba tiene marido y dos preciosas niñas.
_ No es necesario, Mecha, además la luna nos está mirando y puede castigarnos...
A veces me gusta permitirme esos lujos sentimentales.

Paseaba mezclado entre los turistas por la calle principal del pueblo balanceando mi mano armada con el habano que lucía una hermosa brasa.





De mi mano hasta el suelo hay una distancia aproximada de 68 centímetros, la misma medida de la preciosa niña rubita de ojos azules que andaba varios pasos detrás de mi.
No me dí cuenta, apenas noté un pequeño golpe cuando la brasa se metió en el ojo de la niña, continué el paseo totalmente ajeno al remolino de gente que se había formado en torno a la niña que gritaba con las manos en los ojos.
Cuando sus padres se dieron cuenta del horror yo ya había salido del paseo en busca de mi coche.
Nunca mas volví a ese pueblo, y no suelo leer la sección de sucesos de los periódicos locales.

Los años pasan rápido y mis negocios de joven eran un tanto arriesgados.
Reuní toda la pasta y liquidé todos los negocios que podían darme problemas, monté un precioso bar de alterne en un pueblo mediano del interior con montañas nevadas y todo eso.
Habían pasado trece años, ya había echado raíces en el pueblo.
Mi bar, -el pato azul- era discreto y con clase, por la tarde cócteles y Jazz; cada semana traía un grupo que tocaba en directo.
Las chicas son buenas y no permito que hayan malos rollos de drogas. Me dan un porcentaje cada vez que se llevan a un “pollito” a las habitaciones de arriba y todo va como la seda, son muy limpias y profesionales.
Tengo dos camareros altos y fuertes, de esos de confianza, de esos que primero hablan y pacifican antes de dar un puñetazo; siempre les doy una paga extra si sacan a algún borracho pesado.

En otoño, después de la vendimia, los propietarios de las bodegas y de las viñas hacen una comilona de hombres y acaban la fiesta en mi bar.
En esas fechas, los clientes siempre me dan la lata pidiendo chicas nuevas. Cada año suelen venir
“golondrinas” de paso, casi nunca se quedan, no resisten el invierno de este pueblo.
Solo se quedan las de siempre, algunas tienen hijos y maridos consentidores que hacen como que no se enteran que su mujer trabaja de puta.
Yo no hago nada especial, todo fluye, todo va con cierta naturalidad.

Antes de admitir chicas procuro seleccionar a las nuevas haciendo un pequeño “kasting”, vaya una pequeña entrevista.
Mirarles que no tengan marcas de pinchazos de heroína o moratones de palizas de chulos
No soporto a los chulos... Ellas son libres de hacer lo que quieran sin que nadie las explote o las fuerce .

Estaba escuchando un disco de Charlie Parker mientras saboreaba un poco de Jak Daniels con hielo acompañado de un habano Partagás robusto, de esos del número cuatro con vitola azul, cuando uno de los camareros me avisó que una chica quería hablar conmigo.
La hice pasar a mi despacho y pregunté.
Antes de que dijera nada dijo: Quisiera trabajar aquí una temporada ¿puede ser?...
_ ¿De camarera?
Es que no tenía aspecto de puta, vestía normal...
_ De lo “otro” , dijo esbozando una sonrisa de complicidad
Era preciosa, de esas chicas que parecen sacadas de una revista de moda
_ ¿Tengo que quitarme la ropa para que me vea? - dijo muy puesta ella...
_ No, ya veo que es usted preciosa...
Le hice las preguntas de rigor sobre chulos y drogas y ella contestó no, no no...
Las chicas la pondrán al día sobre las normas y costumbres de la casa, esto es un pueblo y hay que ser discretos...
_ Hay hotel en este pueblo? -preguntó sabiéndose aceptada-
_Hay varios, pero si quiere yo tengo una habitación vacía en el piso de arriba, no le cobraré caro si
se porta bien; es mi zona privada, a veces vienen amigos a verme y duermen ahí. Nada de compañías masculinas en esa habitación...
_ Me la quedo, me portaré bien y no ronco – sonrió-
La miré al salir, lucía un contoneo que hacía soñar con el cielo con patatas fritas...
Calculé a ojo que tendría unos veinte años o algo mas, tengo que pedirle el DNI -pensé- no sea que esté metiendo una menor en el negocio...
Por la noche suelo pasar cuentas; tengo algunas máquinas tragaperras medio legales distribuidas en bares de carretera al 40% con los dueños, el negocio va bien, no me gustan los tipos que se enganchan a la máquina y cuando les sale el premio lo vuelven a echar. Los ludópatas siempre dan problemas. Tenemos un interruptor que para la maquina por avería cuando alguien se engancha se para y se les da una cantidad equivalente negociada a la baja, asi no denuncian y se acabó el problema.
El cliente ideal es el de paso, echa unas monedas del cambio y se va.

La chica nueva, llamó a mi cuarto – despacho para pedirme la llave, arrastraba una maleta mediana
Pensé que si iba tan ligera de equipaje no estaría mucho tiempo en la casa.
Antes de entrar me dijo: Si te aburres silba, te haré un precio especial...
_ No metas la polla donde comes la olla – le dije en plan tipo duro- además yo no follo, hago el amor y eso tiene que ser gratis...
_ ¡Oh! -dijo ella- eso es maravilloso...
Y se metió en la habitación con una risita...
_Dormirás bien, aquí en el campo hay silencio...
_ Huele a meados de cerdo, cerraré las ventanas …
_Ya se sabe, las granjas y el viento – me excusé-
Cerré la puerta, en el aire del rellano se instaló un aroma a deseo que yo quise negar murmurando entre dientes … Solo es una puta, solo una profesional.

Me emplee a fondo con las cuentas de las máquinas, pensé que el 10% de las ganancias se las llevaría el inspector de juegos de azar y me pareció justo. Corromper a un inspector es andar por la cuerda floja pero yo soy un ábil funambulista de los equilibrios precarios...
Algo se movía temblorosamente en mi estómago pensando en la chica de la habitación de al lado.
Solo tenía que silbar...
Encendí un Romeo y Julieta panatelas, por la noche no son buenos los puros demasiado grandes, un poco de ron, otro poco... Media botella...
El alcohol te come el terreno con la falsa promesa de la calma, del sosiego.
Casi estaba dormido cuando creí escuchar unos sollozos en la habitación de al lado.
Intenté imaginar como habría sido la vida de esa chica, hasta llegar a ese oficio, pero el ron ya había hecho su efecto narcótico vapuleando mis ganas de consuelo.
Solo tenía que llamar...

Las demás chicas del local, enseguida “adoptaron” a la chica nueva, su juventud les suscitaba sentimientos maternales. La pusieron al día y le contaron sus vidas.
Pronto se llenaría el local de clientes en busca de sexo y diversión.
Me pregunté cuanto tiempo llevaría en el oficio la chica nueva, se la veía muy desenvuelta.
Sentí alivio cuando las chicas me dijeron que la nueva estaría cuatro días sin “trabajar”
Cosas de chicas, me dijeron guiñando un ojo...
Estaba preciosa con el vestido elástico rosa vestida de puta; las compañeras le contaban las manías y las maneras de los clientes habituales entre risas y cuchicheos.
Me gustaba mirarla con los zapatos blancos y las gafas negrísimas redondas parecidas a las que usan los alpinistas.



En el bar, cuando una chica tiene la regla, las chicas se cuelgan un diablillo rojo, un muñeco de peluche con cara de malo muy gracioso, es un aviso de que solo se permite conversación y poco mas. Fue un invento de la Patro, la mas veterana; también se usa para alejar a los clientes indeseables.
También suelen decir: _ Hoy no hay tema, tengo la matanza de Texas entre las piernas...
En los pueblos enseguida corren las noticias, y la chica de las gafas negras era la notícia...
La imaginé debajo de alguno de esos patanes gordos, viejos brutales de manos callosas pidiéndole
mamadas, o sexo anal...
Sentí celos, nunca había sentido nada igual, supe que no sería capaz verla subir las escaleras de las habitaciones cogida de la cintura por uno de esos tipos...
_ Ya que no estás “operativa” podríamos salir a cenar – le dije con la mejor de mis sonrisas...
_ ¿Me estás seduciendo? - Dijo sorprendida-
Me puse serio y la miré a la cara intentando encontrar su mirada detrás de las gafas
_ Se me ha olvidado como se seduce a una mujer, las putas son tan fáciles... - Le dije sincero-
_¿Se come bien por aquí? - dijo desviando la conversación-
_ Si, tengo un amigo que tiene un restaurante que se come de cine
_Voy a ponerme un abrigo, hace frío...
Media hora de coche y llegamos al pato azul, un sitio con lago y garzas.
Atardecía, el sol ya se estaba despidiendo con una paleta de colores grises, azules y rojos
Paseamos un rato antes de entrar en el restaurante, unos conejos se cruzaron en el camino dándonos un buen susto. Nos acercamos a los cañaverales para ver las garzas blancas que destacaban en el agua, el silencio se impuso por encima de todos los demás ruidos.
Yo me ocupé de parar el tiempo para que soñara un poco.
Las golondrinas todavía no se habían ido y revoloteaban a centenares cazando mosquitos, parecía que jugaban a perseguirse.
El agua del estanque brillaba, había luna nueva.
_Es un sitio precioso, parece una escena de película – dijo ella -
_Es solo un estanque, pero parece un lago...
Entramos en el restaurante vacío y mi amigo cocinero nos instaló en una mesa con vistas al estanque
¿Caracoles? - dijo el cocinero que hacia las veces de camarero-
  • Claro, a la llauna, con esa salsa que haces tan buena... Y trae una botella de esas que presumes tanto.
No me gusta agobiar con preguntas, solo pregunto si intuyo que quieren que se las haga
_ Me estoy enamorando de ti... - le dije muy serio-
_ Estoy muy acostumbrada a que los hombres se enamoren de mi, cuando descubren mi profesión a
unos les da alegría, a otros, pena y asco, tu ya lo sabes, si eres una puta es todo mas fácil...
_ Los que se enamoran de mi sin saber que soy una puta salen corriendo cuando me quito las gafas.
_ ¿Eres una Górgona que convierte a los hombres en estatuas de piedra con la mirada? -dije riendo-
Se quitó las gafas de alpinista...
_ Nadie soporta esa mirada...
Era difícil mirar su ojo hundido con el contorno negro como una mancha de tinta...
Hizo ademán de volver a ponerse las gafas negras
_ No te las pongas, yo si puedo sostenerte la mirada …
_ Me quemaron el ojo por accidente cuando tenía seis años, además tuve una infección grave, fue
imposible ponerme una prótesis, casi me muero.
Bebimos el delicioso vino de la botella de presumir, nos mirábamos a hurtadillas hablar...
Nos hicimos amigos del silencio que lo envolvía todo, solo de cuando en cuando el sonido de las cáscaras vacías de los caracoles.



No quiero que trabajes de “eso” no lo podría soportar... Podría contratarte de secretaria y casarme contigo...
Ella me besó tiernamente de camino al coche, no se había puesto las gafas...
Antes de entrar en su habitación, la chica le puso el diablillo rojo en la mano y e regaló la sonrisa mas bonita del mundo.
Cuando amanecía, me levanté a mirar la calle, su coche no estaba en el aparcamiento, se había ido.
No salí a buscarla, las personas son libres de irse o quedarse.
A las doce del mediodía el comandante de la guardia civil me llamó para que acudiera al cuartel.
La encontraron muerta en el lago de las garzas las golondrinas y los conejos...
_ Decúbito supino, dijo el comandante de puesto, mirando al cielo, ahogada... Pobre chica...
_ Todo indica suicídio, ni una marca de agresiones, sexuales, ni violación, era virgen...
Me puso un vaso de coñac y me miró cómplice, es cliente habitual con descuento en mi bar...
_ Toma, es un puro de los buenos, de esos que tanto te gustan, le perdoné una multa al estanquero...
_He dejado de fumar... - le dije-
_Voy a ver si localizo a la familia... ¿Tu sabes de donde venía?
_ No -dije yo- ya sabes, vienen, están un tiempo y se van, nunca pregunto por esas cosas...
Me alejé del cuartel por las calles vacías, intentando no pensar, hacía frío y alcé el cuello de mi anorak.

F I N