miércoles, 11 de julio de 2012

LOS GRITOS DEL CIELO

Dalila no daba crédito a sus ojos cuando terminó de leer la nota que aparecía en la pantalla del enorme televisor que presidía el pequeño salón de su casa... Nunca había recibido un aviso de orden de la comunidad de vecinos Es peligroso que discutan así, no le va a llevar a ninguna parte su falta de control en la manera que discuten puede ser peligrosa para su relación de pareja. -¿Quién coño se metía así en sus vidas?... Cierto es que la pasada noche Sansonite se había pasado un poco con ella, pero de hecho éso no tenía demasiada importancia, formaba parte de su manera de hablar... Los argentinos ya se sabe... Son un poco bocones... Estaba celoso, le había dicho que ese tipo que iba por el bar se la estaba ligando, que sus amigos se lo habían dicho, y que no quería que el tipo apareciera nunca más por el bar. Ella le dijo que sólo era un cliente, que hay que ser amable con los clientes... Sansonite la llamó puta, puta, puta, que te gusta mucho que te miren, que te gusta provocar...Ella se enfadó mucho, no le gustaba la palabra, siempre había odiado la palabra puta, pero se le calentó la boca, y le llamó muchas veces hijo de la gran puta, cabrón y imbécil de mierda... ¡Ah, y también maricón!... Los dos sabían que no era de verdad, sólo una manera de hablar, una forma de expresión incontrolada. Después de la discusión el se fue, la dejó sola con su enfado para volver cinco horas después muy borracho, durmió en el sofá con la tele puesta. Pero a pesar de la pelea, Sansonite madrugó y se fue a trabajar como cada día.. Sansonite trabajaba de domador de ratas en un local de diversión de la ciudad, organizaba peleas de tres ratas contra un gato grande, siempre ganaban las ratas... Dalila trabajaba de camarera en un bar inocente, servía cafés y bocadillos a los chicos que trabajaban en la construcción, por la tarde cervezas y tapitas de cereales salados. Era una buena chica. Hacía lo que tenía que hacer, no se desanimaba nunca. Se dejaba llevar por la corriente de la vida, no se hacia demasiadas preguntas, siempre estaba inmersa en una melancolía suave que la transportaba a otros mundos... Filisteos venía por las tardes a tomar una cerveza, siempre se sentaba en un rincón apartado, sólo tomaba una, le duraba toda la tarde, leía un rato, daba las gracias por todo y cuando se iba recogía las plumas que se le habían caído de las alas... A veces venía acompañado de dos amigos,compañeros de trabajo,ángeles como él... Por eso Dalida supo que trabajaban en la construcción. Desde que pasó lo que pasó en el cielo, los ángeles se pusieron a trabajar en la construcción, las empresas se ahorraban los andamios y eran muy buscados para trabajos verticales en los rascacielos de trescientos pisos... Al principio trabajaban muy animosos y cumplían estupendamente con todo el trabajo pero a medida que el tiempo pasaba se entristecían más y más a causa de no entender por qué había pasado... De golpe se vieron en la tierra sin ninguna explicación, cuando dejaron de ser una novedad tuvieron que buscarse la vida en los más variados trabajos... Se mezclaron con los seres humanos como pudieron, eran buenos y bondadosos pero pronto se dieron cuenta que esas cualidades no cotizaban al alza en la vida cotidiana. Cuando Dalila llegó a casa comprobó que Sansonite no había ingresado su parte del alquiler del apartamento, pensó que ya estaba otra vez tomando esos malditos cristales azules que lo ponían tan nervioso y desagradable. Por la noche cuando él regresó se lo dijo y comenzó la tormenta, al principio el comenzó a divagar pero, a medida que ella insistía en su interrogatorio, él estalló en gritos y insultos... Sólo tomo los cristales azules cuando estoy deprimido-confesó- Es la única manera que tengo de olvidar la mierda de vida que llevamos, las apuestas no van bien, la gente quiere más violencia y más sangre... Sansonite tenía la habilidad de gritar lastimosamente, casi lloraba cuando lo hacia, emitía una especie de músiquilla verbal... -¡¡Te vas a romper por dentro!! -le gritaba Dalila. -¿Qué vamos a hacer si nos echan del apartamento? -Seguía ella con sus reproches. -Yoquesé, yoquesé,yoquesé -gritaba él mirando al suelo- -Tú no tienes problemas, las chicas siempre tenéis algo que vender. El tipo ése de las alas te llevará al cielo. Seguro que ya te ha metido mano. -¿Tú eres idiota? ¿cómo te atreves a insultarme así?-Dalila tiró de su camisa descubriendo su hombro... -¿Qué pone aquí so idiota? -le dijo mostrando un tatuaje dibujado en un pecho- Sansonite leyó... -¿Qué pone? ¿qué poneeee? -gritaba poniéndole el pecho casi en los ojos- -Soy de ti, -dijo el arrepentido- Pues éso, idiota, pues éso... ¡Qué tetas más bonitas que tienes! -dijo susurrando- Y luego lo de siempre... Sansonite cogía a Dalila por las nalgas y la levantaba en vilo,ella cruzaba las piernas en su cintura y buscaba su boca con avidez, él le mordía los labios de aquella manera que la hacía enloquecer mientras ella le acariciaba el pelo... La ropa siempre quedaba esparcida por todo el piso, se la quitaban a manotazos torpes y rápidos como si fuera la primera vez que se encontraban. Hacían el amor con furia como dos animales salvajes,a Dalila le encantaba la manera de empujar de Sansonite parecía que quería comérsela besándola y lamiéndola por todos los sitios, la dejaba deshecha y satisfecha, llena de rojeces y moratones... Se sentía totalmente exprimida Luego calma, unos días de miradas amorosas.. Luego el día a día, la cotidianidad, el tedio y la perra vida... Cuando Dalila conectó la televisión por la mañana antes de irse a trabajar se puso furiosa, no entendía la necesidad que tenía la comunidad de vecinos de meterse en la vida de los vecinos de aquella manera... La nota rezaba así en la pantalla: Estoy seguro que ustedes se aman... Deben civilizar mas su amor, el matrimonio debe ser un nido de amor y comprensión mútua. Procuren buscar en sus corazones la chispa que encendió su amor la primera vez... ¡¡¿Pero es que tienen que controlarlo todo?!! -pensó Dalila- Se sentía controlada en la intimidad de una manera que le molestaba, le hacía sentir vergüenza, la relación con su marido era cosa suya, de acuerdo que a veces se pasaban con las discusiones, pero estaba todo controlado, no pasaba nada...Sansonite era un poco bestia pero follaban de maravilla y en el fondo era inofensivo... Poco tierno...éso sí... nada tierno Como cada tarde Filisteos y sus compañeros ángeles tomaban cervezas en el bar donde trabajaba Dalila, a ella le divertía mucho las conversaciones de los chicos con alas, sus quejas, las preguntas sobre lo que estaba pasando con la existencia de los ángeles en la tierra... -¿¡¡Qué vamos a hacer!!? -Se preguntaban entre ellos una y otra vez- -Nada sabemos -les contestaba Filisteos con resignación- Estamos en la misma situación que los humanos, nadie sabe quienes somos,por qué existimos, hacia dónde vamos y de dónde venimos... -¡¡Ya casi no recuerdo cuando vivíamos en el cielo!!! -se quejaba uno de los seres alados- -¡¡Sólo sé que allí me sentía seguro y feliz!! Poco a poco se embrollaban en una complicada discusión sobre la existencia... -Tampoco sabemos si vamos a morir...-Se preguntaba uno de los ángeles un poco mas bajito- -¿Qué será de nosotros?¿qué va a pasar?...Todo se ha complicado, parece que cuando la gente dejó de creer en nosotros y en Dios todo fue colapsando. -Las creencias de la gente que mantenía nuestra existencia dejaron de tener sentido. -Decía Filisteos- -No me hagáis mucho caso, son cosas que yo pienso... -¡¡¡Pero somos ángeles!! ¡¡¡Servimos para alguna cosa!!! ¡¡Somos espíritus puros!!! -Protestaban a coro angelical sus compañeros- -¡¡¡Los ángeles de la guardia están trabajando de escoltas!!! -¡¡¡Y nosotros en la construcción!!! -¡¡¡La iglesia no nos reconoce!!! -Ya ya...-Decía conciliador Filisteos-Hay gente que piensa que somos extraterrestres venidos de otros planetas, piensan que el gobierno les oculta nuestra naturaleza. Nos miran como a bichos raros... Nos explotan. Poco a poco los ángeles se fueron marchando a sus casas, la noche no gustaba a los ángeles, sentían miedo y preferían acostarse temprano... Filisteos se quedó un rato más, estaba avergonzado de que sus amigos no se hubieran dignado a recoger las plumas que se esparcían por el suelo Dame una escoba y un recogedor -le pidió a Dalila- Estos chicos están perdiendo la educación... Deja,deja... Ya lo recogeré yo... -Anda, tómate otra cerveza que te invito- le dijo Dalila con su mejor sonrisa- -Mejor un vaso de leche, la cerveza no me sienta muy bien-dijo Filisteos accediendo a la invitación- El bar estaba vacío, anochecía... -Me encanta esta hora -dijo Dalila- Todo se queda en silencio todo se para... -¡¡Uuuufff es verdad!! me vuelve loco tanto ruido la vida en la tierra no es fácil... -¿Es verdad que los ángeles no tenéis sexo? -Preguntó Dalila de sopetón. El sexo de los ángeles era un enigma que circulaba por toda la ciudad, se hacían chistes sobre éso y a veces se había publicado algún artículo en los periódicos digitales. -Ejem...-Carraspeó Filisteos poniéndose colorado-De hecho no podemos reproducirnos...Somos seres no nacidos, somos seres creados... Ni siquiera somos seres... -Pero ¿tenéis?.-Insistió Dalila poniendo cara de pillina- Filisteos se puso muy colorado, su rubor contrastaba con la blancura de sus alas Dalila se había acercado, casi rozaba con su pecho la nívea ala de Filisteos... -No tenemos deseos sexuales si te refieres a éso...-Dijo Filisteos azorado- -¿No? ¿ninguno? -Se preguntó extrañada- -¡Qué lástima, con lo guapos que sois! Y ¿Ni siquiera podéis enamoraros? -No lo sé, nunca he experimentado tal sentimiento... Lo máss parecido -creo- es el inmenso amor que siento hacia todo... El deseo de hacer el bien, es un sentimiento que va conmigo... -¡A ver si vais a ser gays...! - Dijo entre risas mientras se dirigía a buscar las llaves para cerrar el bar- -No bromees con éso, respeto a los gays, pero me parece un tanto antinatural lo que hacen... -Saldremos por la puerta de atrás..Dijo Dalila mientras cerraba la puerta principal y apagaba las luces con un mando a distancia, todo se quedó en penumbra apenas alumbrado por las luces de seguridad. Filisteos se levantó dispuesto a salir con Dalila -¿Quieres que tomemos una cervecita más? Paga la casa... -Dijo Dalila sin ganas de irse- Bueno... Estoy muy bien contigo,me gusta tu tono de voz, no es estridente como el de la mayoría de las personas. La voz de Dalila era suave y melodiosa cuando estaba tranquila. Se sentó cerca del ángel apoyando la cabeza entre sus largas manos -Cuéntame cosas del cielo... cómo era tu vida en el cielo... -No recuerdo casi nada, no tengo memoria del pasado, sólo se lo que soy pero no se que es lo que pasó ni por qué...De veras, y lo peor de nuestra existencia es no saber... -Venga,no te pongas triste, el día menos pensado volveréis al cielo, quizás habéis venido para arreglar esta mierda de vida que llevamos en la tierra... -No digas palabrotas... -Dijo el ángel por decir algo - Pero es la verdad, esta realidad es muy dura, parece como si el mal se hubiera apoderado de la tierra, nadie sabe nada de nada: nacer, reproducirse y morir. ¿Éso es todo? La realidad es el resultado de un sueño... -se embaló Dalila -Siempre he pensado éso, si sueñas algo bueno al final se cumple.-Se acercó a él y le acarició las alas. -Son suaves y sedosas... -Pesan, aquí en la tierra pesan más , será el efecto de la gravedad. -¡¡Pero ahorráis mucho dinero en transporte público!! -Dijo soltando una carcajada- Los dos rieron de buena gana. - ¿Podrías levantarme si me llevaras en brazos? -Se atrevió decirle Dalila- -Podemos probar,dijo Filisteos. Dalila se abrazó al ángel y el movió las alas con fuerza. Apenas remontaron unos metros, justo hasta el techo del bar, luego la depositó suavemente en el suelo, Dalila permaneció unos instantes agarrada al cuello de Filisteos aún en el suelo, el contacto con el cuerpo del ángel la hizo estremecer, sintió un extraño escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. Permanecieron unos instantes así abrazados hasta que el ángel se apartó suavemente Salieron a la calle y Filisteos la acompañó a la parada del autobús, Dalila le dio un beso en la mejilla para despedirlo, cuando llegó el autobús Filisteos levantó el vuelo y se perdió en la noche. Cuando Dalila llegó a casa Sansonite estaba jugueteando con su rata campeona, le ponía la boca en el hocico haciéndole muak muak, a Dalila le daban mucho asco las ratas de Sansonite por éso cuando la sintió entrar la metió en la jaula, a veces la dejaba suelta toda la noche y por la mañana saltaba sobre su cama y les lamía la cara... Sansonite estaba más tranquilo y bastante arrepentido de los gritos y de los insultos, Dalila se alegró de éso y le preparó la cena como si tal cosa. Mientras comían hamburguesas de ración (amasijos de materias desconocidas pero muy buenas para la salud) Sansonite le contó a Dalila que los terroristas habían derribado otro edificio recién terminado y que pronto habría mucho trabajo... Los promotores subvencionaban a los terroristas para que derribaran algún edificio de cuando en cuando para para seguir construyendo y así mantener a la población ocupada... Habían muerto muchos trabajadores, de hecho sólo se salvaron los ángeles , alguna ventaja tenían las alas... -¿Los ángeles mueren si son alcanzados por una bomba?-preguntó Dalila- -No se sabe, nunca ha ocurrido, parece ser que tienen un sentido especial para prevenir el peligro esos tíos, bueno...Tíos. o lo que sean, que mira que son raros... Dalila tenía un peluche que Sansonite la había regalado cuando comenzaron a salir juntos, una gatita muy sexi que portaba un letrero que decía:Hoy tengo ganas de ti . Siempre lo tenían en la cama, debajo de la almohada, si alguno de los dos tenía ganas de hacer el amor lo colocaba en la almohada del otro y así se expresaba claramente sin necesidad de éso de me duele la cabeza.Lo usaban como un juego, a veces ella se lo encontraba en su sitio y lo escondía para hacerle rabiar... -¿Muñeco? ¿qué muñeco? ¡Yo no he visto nada! ¡Con las ganas que yo tenía! A Dalila le encantaba mezclar el humor y el sexo, reírse, hacerse cosquillas... A Sansonite le encantaba que Dalila le dijera palabrotas de sexo duro mientras le mordía la oreja... Esa noche Dalila no dejó el peluche en la almohada de su chico,antes que apagara la luz se lo entregó amorosamente en sus manos... Suave, hoy quiero que seas suave -le dijo susurrando- Sansonite hizo todo lo posible para ser suave y delicado... Besos tiernos y delicados.Caricias leves Ella estuvo un rato en el cielo acariciada por un ángel... -¿Cómo sería hacerlo con un ángel? Soñaba que el ángel la llevaba hacia las nubes batiendo sus fuertes alas, desnudos. abrazados...Soñaba con el físico de varón perfecto del ángel... Con los músculos perfectamente torneados, con un plexo solar perfecto, con la cara de buen chico... Cuando Sansonite la penetró con toda la delicadeza que fue capaz, ella se preguntó como sería eso con un pene de ángel... ¿Sería grande? ¿Tendría un calor especial? ¿Tocaría el cielo con un orgasmo de ángel?... Cuando Sansonite la abrazó después de hacerle el amor Dalila imaginó como el ángel la abrazaba con sus alas, dándole refugio, protegiéndola de todo mal... Como todas las tardes Filisteos y sus compañeros tomaban sus cervezas en el bar de Dalila, sus discusiones sobre su situación en la tierra se alargaban, se retorcían... Filisteos les comentaba apoyándose en la biblia los capítulos de Job: -...”Y los ángeles fornicaron con las bestias de la tierra y de ese apareamiento nacieron los hombres...¡¡Esto ya ha ocurrido otra vez...!!-Les insistía Filisteos- ¡¡¡Pero no sabemos, no somos conscientes!!!¡¡No sé nada!! ¡¡¡No sé lo que pasa ni lo que ocurre!! Sólo sé que desperté en la tierra, así como me ves ahora, a todos nos ha pasado lo mismo... Las discusiones se complicaban y se eternizaban... Poco a poco los compañeros de Filisteos fueron abandonando el local, salían murmurando su disconformidad con las teorías de Filisteos...Apenas salían a la calle alzaban el vuelo dejando unas pocas plumas en la puerta del bar. No se sabe si Dalila tardaba en cerrar o Filisteos esperaba a que Dalila cerrara para estar un rato en su compañía. Lo cierto es que estaban solos en el bar vacío... Todas las noches...Mientras Dalila recogía... -¿Sabes? -dijo Filisteos después de carraspear- me gusta quedarme un rato contigo, así, con el bar vacío, todo está en paz, y cuando paras los motores y todo se queda en silencio y en penumbra me dan ganas de quedarme aquí... Dalila se sonrió,la forma de hablar del chico-ángel era un tanto incoherente, le salían las palabras del corazón directamente, hablaba tal como sentía... ¡Jó! ¡Que primor de criatura! -se decía Dalila en sus adentros- -A mi me gusta mucho que te quedes -dijo acercándose al ángel con la bayeta en la mano- me siento muy bien cuando estás aquí,siento ganas de ser buena-dijo entre broma y veras- -¿Es que no eres buena chica? -Simplemente me gusta que todo vaya bien...Pero me hago un lío entre el mal y el bien la mentira y la verdad... -dijo ya más seria- Dalila se había acercado al ángel, Filisteos seguía sentado, apenas había bebido cerveza -No se que hacer con mi vida... -Dijo el chico ángel- No se para lo que sirvo... -No te tortures, las cosas si existen tienen su razón de ser.. -A veces pienso que sería mejor ser un ser humano normal, vivir como vosotros, morir algún día... -Tampoco es una ganga-dijo Dalila.-Nuestra vida no es fácil, hay demasiada gente egoísta viviendo en la tierra, la lucha por la supervivencia nos hace ser como las bestias... Filisteos se había levantado, cuando un ángel se levanta las alas se abren un poco y a resultas de éso la mesa donde estaba su vaso se tambaleó cayendo al suelo, azorado quiso recogerlo pero Dalila se acercó con la escoba y el recogedor -No pasa nada, dijo, hago esto por lo menos diez veces al día... -Lo siento... Soy un patoso... -¿Te pongo otra? No, gracias, apenas bebo, es que me siento ridículo bebiendo leche aquí... -Me gustó mucho cuando me levantaste volando anoche... -Saliste de tu curiosidad... Nunca habías volado así... -Lo que más me gustó fue abrazarte... -He sentido tu energía todo el día, me has dado ganas de vivir, alegría de vivir... El ángel resplandeció en la penumbra...Dalila se maravilló con la visión. -Siempre nos pasa, cuando hacemos algo bueno brillamos. No se exactamente por qué, pero intuyo que hago lo que debo hacer. Es lo que me hace mantener la esperanza deque algún día sabré para lo que sirvo... -Cuando no estás te echo mucho a faltar... Mucho,mucho,mucho... -dijo Dalila arrobada-Me siento como cuando era pequeña,como cuando era una niña feliz... Resbalaron unas lágrimas por el varonil rostro del ángel Dalila se acerco para bebérselas a besitos cortos y delicados...Tiernos,suaves... Cuando las lágrimas son de irritación solo contienen cloruro sódico, sal, sal común... Pero si son de emoción contienen adenocorticotropina,cloruro de potasio, cloruro de manganeso, endorfinas, prolactina y leucina-encefalina... Eso es lo que contenían las lágrimas del ángel... Y las de Dalila, que manaron de sus ojos cuando el ángel la abrazó con sus alas. -Te quiero... -Te quiero.. Se dijeron casi al unísono... Y se besaron de una forma suave y extraña... Dalila llegó al cielo, Filisteos ya había estado pero le supo a gloria. Salieron del bar y Filisteos adivinando los pensamientos de Dalila la tomó por la cintura, Dalila se aferró al cuello del chico-ángel, sin miedo, confiando su vida en él...Y levantó el vuelo... Amar es confiar el uno en el otro, confiar, no tener dudas... Llegaron a casa de Dalila abrazados... El trayecto fue un paréntesis de abrazo de amor al margen del tiempo y del espacio... Cuando Filisteos desapareció en la negra noche Dalila sintió un vacío como nunca había sentido. La mañana siguiente, Dalila se levantó con hormigas en su estómago, quizás son imprescindibles en el estómago de los enamorados... Sansonite se había levantado temprano, tenía que ir a cazar ratas nuevas para su espectáculo y no la quiso despertar, las cazaba en las cloacas y les hacia pasar hambre casi hasta el límite de su resistencia luego les ponía un gato para que se fueran habituando a matar y a comer... Dalila atendió a los clientes con un ojo en la puerta, sabía que no aparecería por el bar hasta el final de la tarde pero no perdía la esperanza de que viniera en cualquier momento. La tarde se hizo interminable, las hormigas no paraban quietas en su estómago. Casi estaba el bar vacío cuando Filisteos apareció con sus compañeros ángeles... Dalila dio un respingo y se puso colorada... Cuando Filisteos miró a Dalila brilló un poco... Sus compañeros se tomaron la cerveza que tanto les perjudicaba y se fueron discretamente moviendo la cabeza con preocupación. Ni Filisteos ni Dalila percibían la presencia de los demás parroquianos, los dos habían soplado una burbuja y se habían ido a vivir dentro. Los enamorados desarrollan esa capacidad con la mirada... Dalila volvió a decir te quiero, quizás con la mirada o de palabra... Filisteos también lo hizo, abriendo todas las puertas de su corazón de ángel... ...Y se quedaron solos...Abrazados, temblando de emoción, sin saber muy bien qué hacer... Cuando Dalila besó al ángel lo hizo con toda la dulzura que fue capaz,el ángel casi no abrió su boca , no sabía besar... La chica se abrazó a él buscando una noche de amor con la seguridad de las puertas cerradas... Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando pensó en el sexo de los ángeles. Las manos del ángel se fueron a pasear entre la ropa de Dalila sin saber apenas donde las ponía...Dalila no sabia como desabrochar la túnica de Filisteos... Cuando la chica encontró la manera de acceder al pecho del ángel solo se atrevió a besar su torso pero cuando el chico-ángel tocó con la punta de sus dedos las puntas de Dalila ya no tuvo vergüenza y le cogió la cara con sus manos para darle un beso húmedo y profundo... Ni se acuerdan como se quitaron toda la ropa.. Ni Dalila sabe como el ángel entró dentro de ella... Solo recuerda que ella entró en su brillo y a la vez ella brillaba en una luz azul y tenue...Se amaban,se querían... Los dos se preguntaron, ¿qué vamos a hacer con ésto?... Ningún enamorado sabe qué hacer cuando ama sinceramente... Nadie sabe que hacer con éso... Mientras buscaban respuestas se amaron muchas veces, en distintos sitios, en las terrazas de los altísimos edificios en construcción...Entre las las nubes... En medio del mar... Dalila no se explicaba como el ángel podía volar sin apenas mover las alas, como se mantenía suspendido sobre una tempestad del mar o cómo era posible llevarla a casa en un segundo.. Dalila llegó a casa sofocada por llegar tarde, Sansonite estaba entretenido limpiando las jaulas de las ratas campeonas, no estaba acostumbrado a que ella llegara tan tarde, se estaba incendiando por dentro, sus amigos murmuraban sin decirle claramente que Dalila se pasaba las noches hablando con el ángel, riendo con él... Ella entró en el apartamento y sin musitar apenas un hola... -Llegas tarde -dijo él- -Si,he dado un rodeo, las calles cada día están peor... -No debes preocuparte,el ángel de la guardia te protege-dijo mascando ironía- Ella se calló y se puso “roja-culpable”. -¿Has cenado? -dijo para alejar el tema- Sansonite no contestó...Los silencios de Sansonite siempre eran preludio de tempestad... -¿Crees que soy idiota? -dijo Sansonite estallando- Ella calló... -¡¡Estás rara!! ¡¡Llegas tarde!!! Ella lo miró con lástima... ¡¡Era tan primitivo!! -¿Qué pasa con tantas risitas? ¿Qué pasa con ese palomo que te ronda? Noche de gritos, Sansonite se desgañitó insultando y amenazando a Dalila, ella no dijo nada y se fue a dormir encogida, esperando que pasara la tormenta... Se levantó tarde, Sansonite ya se había ido a trabajar con sus ratas, paseó nerviosa por el apartamento y preparó un te para entonarse... Conectó la televisión y apareció en letras grandes el aviso de la comunidad. Los sentimientos deben ser inteligentes Sin inteligencia somos como los animales Si no controlan sus impulsos entraran en una zona peligrosa de su relación... A continuación apareció en la pantalla las normas de convivencia de la comunidad de vecinos en la que se les advertía de que si continuaban con los gritos se procedería a su expulsión del bloque. Cuando nos invade el sentimiento del amor se esfuma cualquier intento de control lógico, el amado aparece de forma obsesiva en el pensamiento, el amor se instala cómodamente en la zona donde se encuentran nuestros circuitos de recompensa y castigo, cuando la pareja se encuentra a nuestro lado nos invade una sensación de éxtasis;Cuando está ausente, dolor y desesperación... La evolución no puede dejar que los seres humanos decidan si quieren o no procrear... Por éso hace que el amor sea tan adictivo y tan irracional. Dalila no sentía ningún miedo de los gritos de Sansonite, ni de sus amenazas, ni de su mirada de animal salvaje...Solo tenía celos... La más significativa prueba de amor... Enamorarse es un mecanismo de seguridad para pasar por encima de la inteligencia, para asegurar que se cumplen los objetivos a ese mecanismo se le llama amor... -¿Qué siente un ángel cuando se enamora? Filisteos sólo sentía confusión, se debatía entre su naturaleza divina y su naturaleza humana ;Siempre había sentido amor por todo, era su naturaleza. Pero nunca había experimentado esa clase de amor, los enamorados se sienten egoístas, no quieren compartir con nadie su burbuja de amor. Por un lado deseaba ser humano, ser mortal, igual que ella... Se preguntaba si en el caso de ser humano, ella se hubiera enamorado de él, dudaba, creía que ella se había sentido fascinada: los paseos aéreos, sus alas, su brillo... Los ángeles poseen la verdad y él estaba sumido en un mar de dudas... ...”Él le dijo que la amaba y ella preguntó ¿por qué?... Y lo estropeó todo... -Había leído en alguna parte- Dalila sólo sabía que le amaba, sin hacerse preguntas... Sólo quería darle su vida en una bandeja imaginaria...Entregarse toda en él... Pasó algo de tiempo,a pesar de que el tiempo no existe para los enamorados... Sansonite llegó a casa con dos ratas heridas, el gato adversario había ganado esta vez... -¿Sabes? -le dijo como el que no quiere la cosa- Ha ocurrido una cosa muy rara en la obra 17, uno de esos ángeles maricones se ha cortado las alas con una radial...Y va el tío y con las alas cortadas se tira del piso 387... no se acordaba que no tenía alas... Dalila no dijo nada, desde el mismo momento que el ángel se había estrellado contra el suelo ella estaba con él, dentro de él, y lo vivió todo como si fuese ella. -No se han adaptado esos chicos... -se limitó a decir-Ha quedado tan hecho polvo que ni se ha podido averiguar si era tío o tía... Dalila sintió dentro de ella lo que el ángel le había dejado con sus abrazos... Todo el amor del Universo se fue acomodando en su ser...

sábado, 11 de febrero de 2012

Una historia de amor como otra cualquiera

Bart le preguntó a Junkell :
-¿Te pasa algo?
Bart tenía mucha confianza con su jefe Junkell;más que patrón y empleado eran amigos, confiaban el uno en el otro, siempre había sido así.

-Te veo raro y preocupado, a ti te pasa algo...
-¡Lo ha hecho! -dijo Junkell secamente.
-¡Otra vez estáis de peleas! -Dijo Bart moviendo la cabeza-
Bart movía la cabeza de un modo muy personal, la bajaba hasta tocar con la barbilla en el pecho, moviéndola de un lado a otro como un péndulo.

-¡¡Se ha largado!! -casi gritó Junkell-¡¡Pero no me importa! ¡Se acabó!
-¿Qué os ha pasado esta vez? -Dijo Bart conciliador-
-Me ha dejado la tarjeta de su abogado pegada en el espejo del cuarto de baño musitó como ausente.
-Parece que esta vez va en serio,no es como las otras veces.¿Qué vas a hacer?
¿Has llamado a tu abogado?.
-Que me llame él si quiere,yo no voy a hacer nada...¡Es abandono de domicilio conyugal! ¡La voy a dejar sin nada! ¡Se va a enterar!....

-Seguro que está en vuestra casa de la playa, se le pasará enseguida -dijo Bart, quitándole importancia al tema-Ya verás como será un enfado tonto como los demás...
-¡ No,esta vez se acabó! -Dijo Junkell-

-¿Has escondido los aditivos? -Preguntó Junkell cambiando de conversación.

-No todavía no...
-Hay que hacerlo ya, los inspectores están al caer...
-¿Los pongo en el cuarto del sótano como la otra vez?
-No, no... la otra vez casi nos pillan... Fue por los pelos la cosa...
-¿Pues dónde los meto ?...-dijo Bart-
-Mételos en la furgoneta y la dejas aparcada en el garaje, ponle un letrero de averiada, y luego ya veremos...

Junkell era el propietario de una fábrica de galletas, las galletas de Junkell tenían un sabor tan peculiar e inconfundible que hasta el momento nadie las había podido copiar.Gracias en buena parte a sus "aditivos secretos": nuez de cola, marihuana y algo de té...mezclados con productos emulsivos a base de ácidos grasos y algo de bromato cálcico hacía que las galletas se vendieran estupendamente...
Eran casi adictivas...Las preferidas de los niños...
Según Junkel la fórmula era totalmente inofensiva ; la cocción mitigaba los efectos...
Sanidad Pública prohibía el uso esos componentes y mezclas, y sancionaba con cierre a quien los utilizara.
Sanidad y sus inspectores:la piedra en el zapato de Junkell.

Junkell compartía el secreto con Bart,llevaban veinte años trabajando juntos,casi desde el principio,cuando Junkell comenzó con el negocio de las galletas . De modo que los únicos que conocían la "fórmula secreta" clandestina de las galletas eran ellos dos.
Antiguamente las Autoridades Sanitarias no se metían en nada,se ocupaban de controlar el estado de limpieza del obrador y poca cosa más.
Todo era fácil antes, incluso llamaban por teléfono antes de la inspección.

Pero las nuevas normativas llegaron a la mesa de Junkell como un tsunami en forma de listados de materias prohibidas:
Sanciones, apercibimientos de cierre e incluso la cárcel para los casos graves...el estado de control había llegado para quedarse...la batalla parecía estar perdida.

Junkell se arriesgó a pesar de todo, escondió los aditivos prohibidos y declaró productos legales en su lugar.
Las inspecciones por sorpresa le ponían de los nervios, a pesar de todas sus precauciones, le hacían sentir como un auténtico delincuente.
Junto con Bart preparaban las mezclas por la noche, para evitar que nadie del personal cometería errores innecesarios. Ni a la inspección ni a la competencia se percatarían de nada.

A Junkell le gustaba pasear por la fábrica cuando todo el mundo se había ido a casa, deambulaba tocando las máquinas relucientes de acero inoxidable, pasando la mano por las largas mesas de la sala de elaboración,por la sala de envasado.

Esperaba a Bart, él traía los sacos de los aditivos prohibidos en su coche particular . Pasarían la noche solos, haciendo masas para el día siguiente.
Trabajando y conversando.

-¿Y cómo está la cosa? -arrancó Bart.
-¿Qué cosa ? -dijo Junkell fingiendo.
-¡Venga tío! ¡Lo de Rippley!
-¿Ha vuelto? -preguntó Bart esperando un sí por respuesta.
-No, y será mejor que no vuelva, si vuelve no se va a quedar -dijo fríamente.-¡Hemos terminado! ¡Ya estoy harto! -dijo mientras vaciaba un saco en la amasadora.

Los malos rollos con Rippley (la esposa de Junkell) venían de lejos, al principio cuando se casaron todo andaba bien, se podría decir que mientras fueron pobres y jóvenes todo fue normal en sus relaciones afectivas...
Entonces Junkell tenía un pequeño obrador donde elaboraba galletas artesanalmente, Rippley las envasaba en cajas y las repartía en bares y casas particulares, vivían con holgura y eran una pareja normal con ganas de abrirse paso en la vida.
Poco a poco se fueron haciendo de una fiel clientela.
Ampliaron y contrataron a Bart, un pastelero con muchos conocimientos sobre galletas raras y antiguas.
Probando y probando formularios antiguos dieron en el clavo, las actuales fórmulas mezcladas con los aditivos modernos resultaron todo un éxito.
Fue entonces cuando el negocio comenzó a prosperar.

Rippley nunca quiso tener hijos, le daba largas a Junkell...
-Vamos a esperar un poco que estemos más estables-le decía con voz de perla
-Aún somos jóvenes...

Junkell pensaba que todo era cosa de los instintos, que cuando los instintos de madre de Rippley lo decidieran entonces sería el momento.
Junkell pensaba que los instintos eran lo más importante en las personas, que la vida se decidía por los instintos.
Junkell dejó pasar el tiempo sin presionar a Rippley
A medida que la fábrica prosperaba, Rippley fue dejando de trabajar, no tenía estudios y no se interesaba por nada, durante un tiempo estuvo haciendo de administrativa en la empresa pero sólo creaba problemas, no sabía nada de contabilidad, ni quería aprender...
Junkell contrató a un contable y Rippley se quedó en casa.
La empresa siguió creciendo y Junkell se pasaba todo el día en el trabajo
El dinero crecía y crecía...Rippley contrató a una criada mayor para que hiciera todas las tareas de la casa...
Un día Junkell preguntó a Rippley a que se dedicaba todo el día,
ella se rió y le contestó que a nada...
-¡Somos ricos Junkell! le contestó con una lógica aplastante
-¿Qué necesidad tengo de fregar y barrer teniendo tanto dinero?
Junkell aceptó su lógica aplastante
-¿Para qué quieres tanta pasta? ¿Para vivir bien no?

Cuando Junkell le hablaba de tener hijos ella le contestaba displicente:
- Buuuuuufff que rollo, que pesadez...
Cuando Junkell se ponía pesado con lo de los hijos Rippley se esmeraba más en la cama y le hacía cosas nuevas que a Junkell le ponían loco.

En ese tiempo Junkell se sentía muy feliz con Rippley, todo marchaba bien...
Junkell se volvió un poco adicto al sexo, Rippley lo esperaba por la noche recién duchada y oliendo a perfume exótico.
Le montaba fantasías eróticas...Lo ponía a cien.
Mientras Junkell trabajaba sin cesar en la fábrica y hacía crecer sus beneficios Rippley gastaba dinero a manos llenas: Peluquería diaria, montañas de ropa de marca, joyas ...Y un perrito peludo con collar de pedrería...
Junkell odiaba al chucho tanto como el chucho odiaba a Junkell...
No soportaba que Rippley besara continuamente al chucho...en la boca.

Bart dijo que era un engorro lo de tener los aditivos escondidos en la furgoneta.
-Deberíamos volver a ponerlos en el sótano, quizás ya no vuelvan más este año -dijo -
-Uff,No me fío... si les da por venir ya sabes que miran en todas partes, parecen perros de caza los muy..., creo que se llevan un porcentaje por cada uno que pillan.
-Mejor será dejarlos ahí un tiempo, ya pensaremos algo.
-Creo que voy a tapiar ese sótano, solo sirve para criar ratas,y la antigua fosa séptica huele que apesta!...
-Tal vez si la mandásemos sanear...dijo Bart
-No, no déjalo-concluyó
-Necesitamos la furgoneta para el reparto -insistió Bart
-No, no -dijo Junkell expeditivo.

-¿Se ha llevado el perro? -cortó Bart siguiendo con la historia de Rippley-
-! A ti que te parece!¡Claro! -dijo Junkell levantando los brazos como en un concierto-¿Cómo se iba a olvidar el chucho asqueroso?.¡Se ha llevado el perro y todo su vestuario!
-¡Joder! -dijo Bart- Entonces la cosa va en serio...
-También el Mini y la Visa -Concluyó Junkell-¡Claro que va en serio! Le dije que se moderara con el gasto y se puso como una moto...¡Que se ponga como quiera! Yo ya tengo...
-¿Tienes qué? -dijo Bart alarmado-
-Tengo una especie de novia...Se llama Georgia...
-¿Cómo la conociste? -Preguntó Bart intrigado-
-En la carretera-contestó escuetamente-
-¿Cómo que en la carretera?
-Sííí..., en la carretera Bart, es una de esas chicas de la carretera...
-¿Una ...Puta? -titubeó Bart.
-Llámala como quieras,es preciosa, rusa, apenas habla español...Es preciosa de veras Bart, tiene los ojos verdes y el pelo rubio natural...
-Pero es una puta.
-Rippley también es una puta y ha vivido conmigo un montón de años...
-Tampoco hay que ponerse así-dijo Bart conciliador.

Rippley hacía tiempo que había adoptado la costumbre de cambiar sexo por cosas, si Rippley no le compraba lo que ella quería se enfadaba y abandonaba la cama de Junkell, estaba un tiempo sin hablarle y le dolía la cabeza continuamente.
A medida que pasaba el tiempo más depuraba la técnica de ese chantaje sentimental.
Rippley había engordado mucho mientras que Junkell se mantenía en su peso habitual,también conservaba todo su pelo sin ninguna cana.
Habían dejado de quererse,a veces todavía hacían el amor de una manera aburrida y rápida; Junkell optó por conservar a su esposa como un mal necesario...
Restringió los gastos de Rippley considerablemente, sólo una cantidad fija ,le dijo, y éso fue lo que enfadó tanto a Rippley.
Bart y Junkell habían terminado el trabajo, Junkell no fue a casa, pasó por la carretera solitaria a buscar a Georgia como habían convenido, ella lo esperaba en un recodo dando saltitos para mitigar el frío.
¡Es tan hermosa!-pensó mientras se acercaba a ella.
Georgia se cubría con un abrigo imitación de piel de marta cibelina que la cubría hasta los tobillos,cuando Junkell se acercó le dio un beso en los labios como a una novia...
-¡Mira!-le dijo-
Abrió el abrigo, su precioso cuerpo estaba totalmente desnudo,sólo una cadenita pendía de su cuello.
Junkell la miró de arriba abajo derritiéndose de gusto.
Georgia lo abrazó con dulzura y cariño, arropándolo, calentándolo con el abrigo y con su cuerpo desnudo.
-¿Dónde vamos hoy?-Preguntó Junkell.
-A la Perdiz Roja-dijo ella mirándole -Ya sabes que...
Junkell puso un billete grande en el bolsillo del abrigo de Georgia, ella hizo como que no se daba cuenta de la acción, no quería estropearle el momento a Junkell, todo tenía que parecer un encuentro entre enamorados.
Georgia era una auténtica profesional, era una suerte haber encontrado a un “enamorado” maduro Junkell ya rondaba los sesenta años-
Georgia tenía cuarenta,pero aparentaba treinta: alta, esbelta, cara de niña del Este...
Llevaba más de diez años en el país, pero apenas hablaba el idioma ¡había tan poco que hablar en su trabajo!-decía.
Era una puta bastante liberada,sólo tenía la obligación de llevar a los clientes al Hotel la Perdiz Roja que regentaba una organización semi-mafiosa, también del Este que le había prestado el dinero del viaje para poder entrar como turista. Georgia hacía tiempo que había saldado la cuenta con ellos y podía trabajar por libre, a su edad ya no importaba demasiado si los dejaba.

Mientras Junkell conducía por la oscura carretera, Georgia se había recostado entre las piernas de el como una gata cariñosa...
Mmmmmm -murmuró Junkell -
-El dinero que Junkell daba a Georgia compensaba con creces todos los extras que le hacía,cada tres o cuatro días Junkell requería los servicios de Georgia, su amada Georgia...
Ahora que Rippley no estaba gastaba más dinero de lo habitual en esas cosas.
-Me sale mas barato que con Rippley -pensaba para sí.-Es un buen trato,yo pongo el dinero y ella la carne... ¿Qué más puede ofrecer una mujer ? -cavilaba-
Cuando llegaron a la Perdiz Roja Junkell invitó a Georgia a champagne caro, que tomado en el bar del hotel resultaba carísimo, estaba muy bien visto por la organización, últimamente sólo aparecían camioneros y divorciados de medio pelo con poco poder adquisitivo...

Georgia sólo tuvo que quitarse el abrigo para quedarse desnuda, Junkell la abrazó aún vestido para besar su cuello.
Como cada noche que se encontraban Georgia hizo subir al cielo a Junkell durante una hora larga, lamió un rato el pene de Junkell, luego se ducharon juntos, a Georgia siempre le gustaba dar un poco de “propina” a sus clientes... Frotó un rato la espalda de Junkell y bajó hasta su pene para darle un cariñoso beso...
-¡Me vas a matar!- dijo Junkell notando una nueva erección.
-¿Cuántos años me dijiste que tienes? -le preguntó mientras lamía su pene
-Casisesenta... -balbuceó-
-¡Muchos jóvenes quisieran!...
Cuando se despedían Junkell la besó tiérnamente en la boca diciéndole:
-Te quiero...
Georgia lo miró haciendo un globo con su boca...
-No es bueno enamorarse de una chica como yo...
-¡Anda vete! Ya me llamarás...
-Quisiera tener algo más contigo-dijo Junkell
Ella lo miró profesionalmente...
A un viejo enamorado se le puede sacar mucho dinero-pensó-
-Deja,... es mejor así,me tienes cuando quieres... Créeme estas cosas nunca salen bien con una chica como yo. Seguramente estarás casado...
-Ya no, ella se ha ido.
-Déjalo Junkell, dijo ella muy seria, los hombres sois celosos, no saldría bien...
Georgia se había vestido,llevaba un vestido de mujer normal,nada sexi...
Junkell la miró como a una esposa...ella se fue
Quiso seguirla pero Georgia había desaparecido por el laberinto de pasillos de la Perdiz roja.

El letrero del hotel de las putas fue despareciendo del retrovisor de Junkell a medida que se sumergía en la oscuridad de la carretera .

Se sintió raro solo en su casa,abrió la nevera y estaba vacía,Rippley siempre la mantenía llena a rebosar.
Bebió un poco de agua y se acostó. Dormía mal, a veces la realidad se mezclaba con sus fantasías
Las inspectoras,Rippley, el perrito asqueroso...

-¡¡Tengo sesenta años!!! - se decía a sI mismo en la oscuridad-¡¿Qué me puede quedar de vida?
Pronto seré un viejo asqueroso,nadie me querrá...Me he pasado la vida trabajando...¿Para qué?

Medio despierto, medio dormido, se debatía desesperado entre las amenazas de las inspectoras y las palabras de Rippley...

-¡¡¡Déjame!!! ¡¡No me toques!! ¡¡me das asco!! ¡asco asco asco! -le había gritado histérica cuando cansado de ser rechazado en la cama intentó tomarla casi por la fuerza-

-¡Y todo por el maldito coche!
Ella quería a toda costa el Mini con cuadritos en el techo y de color fucsia...

Junkell le dijo que no, y ella estuvo casi un mes sin hablarle y dándole la espalda en la cama, sin abandonar la cama para hacerlo sufrir, para darle el mensaje.

-La técnica del folleteo no falla nunca,-le había aconsejado una amiga...-Los hombres son idiotas con el sexo...

Se despertó sudando,paso al cuarto de baño para lavarse un poco, la tarjeta del abogado de Rippley todavía estaba pegada en el espejo del lavabo, la estuvo mirando un rato antes de acostarse solo esperando el efecto de una de esas pastillas que hacen posible el sueño.

Georgia tomaba un vaso de leche en compañía de sus colegas,eran las cinco de la mañana,a esa hora en la Perdiz Roja todo se tranquiliza y las chicas charlan tranquilamente con sus guardianes y los camareros, casi todos rusos. Era la tregua diaria, los guardianes hacían su trabajo vigilaban para que las cosas funcionaran y fluyera el dinero necesario, las chicas trabajaban sin hacerle ascos a ningún cliente, los camareros llenaban las neveras para el día siguiente...
Un trabajo como otro cualquiera.
Casi nunca habían problemas si todos hacían lo que debían
Las chicas mas veteranas instruían a las mas jóvenes en las normas a seguir en la casa

-¡Qué suerte tienes Georgia?-dijo una de las chicas -¡Un enamorado maduro y con dinero!
-Suerte tú, que todos preguntan por tí y no tienes que salir a la carretera a buscar trabajo-le contestó Georgia melancólica-
-Camioneros y viajantes a cuarenta euros el polvo-contestó la chica que se llamaba Irina.-En cambio tú, ¡un rico enamorado! ¡te vas a forrar! -dijo entre risas-

-Sólo es un pobre divorciado solitario en busca de compañía...
-¡Mejor, podrías casarte con él, no sería el primer caso!¡Es rico, es viejo!
-Sólo quiere mi coño, no mi corazón... -dijo Georgia, poniendo cara de melancólica rusa.
-Casarse es para cuando se es joven, enamorarse,casarse,perder la cabeza ,tener hijos...
-Eso está bien limpio y bueno-dijo uno de los guardianes,metiéndose en la conversación-había bebido mas vodka de lo normal...

Era un hijo de puta, ¿se puede ser un hijo de puta que les pega a las putas indisciplinadas y ser un sentimental melancólico al mismo tiempo?....

-Luego vienen los días planos-continuó- los días aburridos, la vida cotidiana, ellas se ponen gordas los hijos crecen, los hombres buscan otras cosas...Fantasean.-Los ojos azules del guardián hijo de puta y melancólico brillaban, las chicas asentían...

A las cinco de la madrugada las chicas y sus guardianes hacen las paces con vodka.

-Todo tiene sus cosas buenas y malas -concluyó el guardián.

Las chicas asintieron y se fueron a dormir.

Junkell se levantó amodorrado por los efectos de las pastillas de dormir.
Se quedó un rato parado debajo de la ducha y se acordó de Georgia. Pensaba alquilarle un piso para que tuviera independencia.Tal vez algún día llegara a amarlo sinceramente, tal vez tuvieran un hijo, tal vez pudieran vivir juntos …
Se acercaban las vacaciones, la fábrica estaría vacía de personal durante casi un mes, cerrada, sin nadie...
Junkell pensaba despacio, no podía cometer fallos.

Las inspectoras de sanidad ya estarían bastante desechas dentro de la fosa séptica...
Todavía recordaba sus caras cuando descubrieron los aditivos ilegales escondidos en el sótano...
Se recordó a él mismo les suplicándoles para que no levantaran acta, casi lloró cuando le dijeron que iría a la cárcel...
casi escuchaba como se rieron de él cuando les ofreció dinero... mucho dinero...
Recordó como la más veterana le enseñaba la grabadora que llevaba dentro del bolso mientras la otra sacaba fotos y rellenaba el acta con las palabra : CIERRE DEL CENTRO DE PRODUCCION.

Recordó como se sintió por dentro, de pronto lo vio todo rojo, sin salida...

Las golpeó con el viejo rodillo de amasar, las tuvo que rematar, se movían. Les destrozó las cabezas, en un acto de aterradora crueldad.

Luego se quedó frío, insensible, como el que hace un trabajo que tiene que hacer...

Las metió en la fosa séptica y las enterró con cal viva -lo había visto en las películas-

Trabajó toda la noche para no dejar huellas.

Junkell se había ido a la fábrica todo el fin de semana para dejar los materiales de construcción, tenía la intención de tapiar la entrada del sótano.

De pronto Rippley apareció.Él se sorprendió, ella nunca venía a la fábrica...

Rippley le preguntó si había llamado al abogado...

Junkell se rió de ella.

-¡Cabrón, te voy a dejar sin un duro!-le dijo gritando.¡Sé lo de los aditivos! ¡Te voy a denunciar si no me das lo que te pida!¡Quiero la casa! ¡Quiero el coche! ¡Todo lo de las cuentas y una pensión! ¡Una pensión de puta madre!¡Te vas a cagar hijo de puta!....

Cuando Junkell le dijo lo de gorda asquerosa, Rippley se abalanzó sobre el intentando arañarle la cara con sus uñas de cerámica, Junkell le cogió las manos al tiempo que le daba una patada al perro -mierda que le mordía los bajos del pantalón.

El perro-mierda aterrizó desmayado cerca del horno de carros y Rippley se puso histérica gritando y llorando intentando hacerle la respiración artificial boca-boca

Junkell nunca recuerda con exactitud como la mató, cree que fue con una barra calibrada de acero que no recuerda para que servía...

Rippley cayó al suelo como un saco abrazada al perro.

El horno estuvo quemando toda la noche, a 300 grados , Junkell la roció con un litro de esencia de vainilla para que no oliera a carne.
Se sentó a esperar y casi se durmió...Luego: bolsas, agua, lejía, cloro...limpieza a fondo.

Escupió dentro de la fosa séptica cuando tiró los restos carbonizados de Rippley y el perro- mierda junto a los restos de las inspectoras...

Tiró la ropa a la basura, se duchó y se fue de putas... Así conoció a Georgia por primera vez...

Leyó un manual de como hacer paredes...
En los periódicos no denunciaban nada sobre desapariciones de inspectoras y por lo que respecta a

Rippley , ella ya no tenía familia cercana

Georgia, Georgia... Tal vez nos vayamos a vivir a Rusia...


F I N