sábado, 2 de septiembre de 2023

ASTAROTH

 

 

Karl había encontrado ese libro apestoso en un mercadillo de viejo – digo apestoso por qué además de estar en un estado lamentable olía muy mal – cuando lo abrió para hojearlo, un olor pestilente ascendió a su nariz haciéndole retroceder. Le había llamado la atención el color de la portada, una estrella de cinco puntas negra, impresa sobre un fondo negro. Solo el tenue relieve de la estrella hacía que se distinguiera el color negro del fondo negro. Dos tonos de negro parecidos aunque no exactos. Lo tomó con la mano izquierda y con la derecha le hizo una señal de compra al vendedor. _ Un euro... Musitó el tipo que reinaba tras la gran montaña de libros basura. _ ¿Quiere una bolsa? Huele como si se hubieran cagado dentro... Karl aceptó la bolsa y depositó el libro dentro haciendo un nudo para que no le apestara el coche. Desde que se había jubilado, Karl, se había aficionado a frecuentar mercadillos de libros viejos en busca de tesoros literarios. Contemplaba con melancolía como las cosas valiosas y apreciadas en otros tiempos se habían convertido en chatarra inútil. Todo su mundo se estaba hundiendo a la par de los objetos que se amontonaban en los tenderetes. Discos de vinilo, casettes, tocadiscos con aguja... ¿Quien quiere todo eso si tienes toda la música del mundo con solo presionar una pantalla táctil? El mundo que estaba emergiendo no le gustaba nada, demasiada prisa,demasiado fácil, demasiado de todo... Antes de llegar a su coche entró en un supermercado y compró una botella de ron. Una vez que hubo salido la cajera le comentó a su compañera... _¡Ese viejo necesita una ducha!... ¡O se ha cagado encima! - dijo la otra cajeraLlegó a su piso pequeño y cómodo y preparó algo de comer. Comía solo para sobrevivir, la mitad de la comida acabó en la basura. Abrió una lata de comida de gato y se la puso en un plato. Tuvo que despertar a su viejo gato que dormía en el sofá _Venga, Jhon, come un poco, dijo tomándolo en brazos. Recordó que había encontrado ese gato medio muerto en el parque mientras paseaba con su mujer.al principio pensó que era una rata debido a su color gris oscuro. Se lo metió en el bolsillo de su abrigo, aguantando la bronca de su mujer que no paraba de despotricar sobre los inconvenientes de tener un gato en casa. Karl lo bañó con agua templada y lo secó con un secador y una toalla. Se le marcaban los huesos de lo delgado que estaba. Pensó en un nombre y le puso Jhon Lenon, con el tiempo se fue acortando y se quedó solo con Jhon. _¡Se va a morir, está hecho un asco ! Murmuró su mujer cuando Karl le puso un poco de leche tibia y jamón dulce. Cuando el gato se abalanzó sobre el jamón como una pantera, supo que viviría. A los pocos días ya estaba gordito, brillante y juguetón. Su mujer seguía murmurando hasta que un día se quedó dormida en el sofá y el gatito se acurrucó en sus tetas ronroneando. Le comió el corazón con patatas fritas, como suele decirse... Karl decía con sorna: Yo le limpio la caja de las mierdas, lo lavo, le doy de comer, lo entretengo con bolitas de papel, le salvé la vida y todos los mimitos son para ti... 2 La historia de amor de Jhon y la esposa de Karl duró cinco años... Una tarde los encontró en el sofá, su esposa había muerto dulcemente de un infarto sinusal y Jhon permaneció enroscado junto a ella con los ojos muy abiertos. Desde que ella murió, Karl había parado el tiempo... Un gran invierno se había apoderado de él helando su vida . Se acordó del libro de tapas negras y lo sacó de la bolsa de plástico... Ya no olía a nada. Se sirvió un par de dedos de ron, les puso dos cubitos, encendió la lámpara y se sentó en la mesa de su despacho. Pensó que sería uno de esos libros de esoterismo barato. Antes de abrirlo se detuvo a mirar la tapa con atención. Quedó fascinado por el color negro absoluto, abisal, deslumbrante, profundo... Un color negro deslumbrante, pensó que el color negro no deslumbra, hace todo lo contrario. La estrella de cinco puntas invertida se había fundido con el fondo negro. Había que forzar la vista para distinguirla, todo su relieve había desaparecido. Tuvo la sensación de asomarse a un abismo absorbente que lo atraía hacia la nada. Apartó la vista un poco asustado, el color negro ejercía en el una especie de poder hipnótico. Se sobrepuso pensando que tal vez su nivel de azúcar en sangre le había causado un ligero mareo. Un trago largo de ron le devolvió la calma y se decidió a abrir el libro. Ni rastro del nombre de la editorial, ninguna reseña sobre el nombre del autor. El encabezamiento de la primera página le produjo un escalofrío... RITUAL PARA DESPERTAR A ASTAROTH Continuó leyendo con una sonrisa de incredulidad en sus labios. Karl se enfrascó en la lectura del ritual, al principio como un juego y luego mas interesado. No había manera de parar de leer, la lectura se fue haciendo adictiva . En resumen se trataba de dibujar una estrella de cinco puntas con sangre del que hace el ritual y colocar una vela negra en cada una de las cinco puntas. También indicaba recitar una oración de cinco palabras con toda sinceridad y devoción... _ ¿Y ya está? - sonrióCerró el libro y se dijo: ¡Vaya una tontada, como en las películas de terror! _ bueno, a otra cosa mariposa -dijo en voz alta- y se arrellanó en el sofá en busca de una película interesante de la televisión. Al conectar la televisión la primera imagen que apareció en la pantalla fue una mariposa negra que ocupaba toda la pantalla. Un reportaje sobre naturaleza, pensó, Se alteró un poco cuando la imagen de la mariposa negra se quedó fija en la pantalla sin sonido. Solo fue un instante, Karl se levantó y le dio unos golpecitos al aparato, era una costumbre del pasado. Notó con estupor que la televisión estaba helada... Luego todo volvió a la normalidad... Las mañanas de un hombre solo son sumamente aburridas. Nada que hacer... Karl pensó en desayunar tostadas con un poco de jamón. Aprovechó el pan del día anterior cortándolo en finas rodajas con la sierra afilada de la cocina. Cuando cortaba la tercera rodaja el cuchillo se desvió haciéndole un pequeño corte en el dedo anular. 3 De su dedo brotó un hilo de sangre. Karl presionó la herida con dos dedos y buscó una tirita … Nada fácil abrir el cajón del botiquín, abrir la caja, y rasgar el estuche de las tiritas con una sola mano presionando la herida. Dejó de presionar el corte y salió mas sangre . Se puso la tirita pero no dejó de salir sangre goteando a través del apósito. Volvió a presionar sin saber que hacer, lo estaba poniendo todo manchado de sangre. _¡ Parece la matanza de Texas ! -pensó fastidiadoEsperó unos minutos presionando la herida y no se sabe si conscientemente, dibujó una estrella de cinco puntas sobre el periódico. Al momento dejó de sangrar. Dejó el periódico a un lado y se dispuso a limpiar todo lo manchado por la sangre. Terminó su desayuno y se olvidó del incidente. Se negaba a relacionar el corte con el libro negro. Día raro y lento, mediodía, comer y siesta larga. Un sueño negro como un cielo sin estrellas. Tarde zombie de televisión... Anhelaba la noche sin saber por qué. No quiso mirar el libro ni la estrella dibujada con su sangre en el periódico. Esperó la noche sin apenas hacer nada. Algo oscuro tiraba de él. Derritió un par de velas de cera que guardaba para los apagones de luz y le mezcló un tintero de tinta china negra y la volvió a formar utilizando un tubo. Una vez formada la cortó en cinco trozos dejando asomar las mechas. No estaba seguro de querer hacer el ritual de invocación, actuaba mecánicamente en una semiinconsciencia … … Y lentamente llegó a noche. Se asomó a la ventana para mirar al cielo sin estrellas, llenó sus pulmones de aire y colocó las velas negras en cada punta de la estrella de sangre y las prendió. Esperó sin impaciencia con las luces apagadas. Al momento escuchó un zumbido extraño... Cuando encendió la luz para saber su origen pudo ver cientos de moscas negras pegadas en en las paredes blancas de la sala de estar. La oración requerida para el ritual se había quedado grabada en su mente, a pesar de que la había leído una sola vez. La recitó lentamente como una oración y esperó Cuando las velas se consumieron, de ellas emanó un olor pestilente, el mismo que había olido cuando compró el libro. El enjambre de moscas negras comenzó a volar en forma de espiral concéntrico A Karl le recordó la forma de un agujero negro del espacio como en las películas de ciencia ficción de la tele. Respiró profundamente y recobró la calma, estaba extrañamente relajado. Encendió la lámpara del escritorio, las moscas habían desaparecido y la estrella de sangre dibujada en el periódico estaba cubierta de cera negra. No sentía miedo, una sensación de vacío se instaló en su interior. Se acostó vestido, antes de dormirse pensó que no se puede pedir explicaciones a lo inexplicable. Toda la historia de la humanidad pasó por su mente como una explosión mientras dormía. Despertó muy tarde, se asomó a la ventana y vio que el sol estaba extrañamente amarillo. _ ¿Eso es todo? - se preguntó en voz altaNotó que algo latía en su interior pugnando por manifestarse. Le hablaba sin palabras... Parecía que hablaba con si mismo contándose cosas que no sabía. Se preguntaba a si mismo y se respondía al instante. 4 Todo lo que se había preguntado a lo largo de su vida se agolparon en su mente … Todas... Detuvo un momento el alud de preguntas y respuestas e intentó razonar. Pensó que tal vez el libro de olor pestilente estaba impregnado de alguna sustancia lisérgica que le alteraba su percepción de la realidad. Se quedó un rato en una especie de limbo mental, dudando entre el creer y el saber, atribuyendo los fenómenos a esa posible droga pestilente. Volvió a tocar la pantalla del televisor. Temperatura normal, ninguna mosca negra en las paredes... Se acercó a la mesa donde había dejado el libro negro y ya no olía a nada. Miró la tapa y observó que el color negro había perdido intensidad. Sintió que algo oscuro había entrado en su interior Comenzó a entender que la posesión satánica no era lo que los libros de esoterismo contaban. El proceso de posesión era algo mas íntimo. Dedujo que se trataba de creer, de tener fé mas que de otra cosa. Se imaginó que era como una golosina irresistible que lo atraía hacia la nada, hacia la oscuridad. Una curiosidad insana, ansia de saber, ganas de ser travieso de saltarse las reglas establecidas por la realidad. _ Astaroth... musitó como en un susurro Se tomó un respiro, se detuvo una vez mas a reflexionar intentando no soltar de la mano a la realidad. Karl, estaba seguro que entrar en la zona oscura no era caer en un pozo de mierda y disfrutar de ello Necesitaba documentarse mas Encendió la lámpara de su mesa de lectura y se sentó frente al libro negro. Lo abrió y comenzó a leer. Astaroth es el duque de los ángeles caídos, un ángel que se corrompió cuando visitó el mundo de los humanos. Fue serafín y príncipe del orden de los tronos. Descendió al mal por su propia voluntad. Astaroth, asegura estar libre de pecado. No está claro su sexo, que no tiene pero se cree que es masculino y femenino a la vez. También se cree que está enraizado con la diosa babilónica Astarté . Es un engañador, leyó con curiosidad, trata de engañar a las personas con la pereza y la manipulación lógica. Es un rebelde, no es benevolente pero tampoco es malo. Parece ser que es como un ángel que se opone al demonio del poder. Es parte de la jerarquía del infierno que está compuesta por por la trinidad malvada: Belcebú,Lucifer y Satanás. Es aficionado a manipular intelectualmente. Cuando Astaroth es convocado, está dispuesto a compartir su gran conocimiento del pasado cósmico del presente y del futuro e intereses intelectuales. Es conocido por su aliento maloliente... Karl se quedó pensativo recordando el mal olor del libro negro. Hay que ponerse un anillo de plata pura debajo de la nariz como protección … Si no lo haces el resultado puede ser la muerte. Puso un punto de libro entre las páginas y lo cerró Estaba en el umbral entre la realidad y un mundo extraña que se abría ante el invitándole a entrar 5 Creer o saber – se preguntó- y se prometió estudiar un poco mas antes de decidirse Nunca se había interesado por las religiones ni por los temas esotéricos. Los consideraba algo necesario para combatir el salvajismo natural de los seres humanos. Un intento de explicar lo inexplicable. Una forma de responder a todas las preguntas que que todo el mundo se hace alguna vez. ¿Cual es la razón de la existencia? ¿Donde vamos? ¿Hay una vida después de la muerte?... Inventan dioses y ellos dan la respuesta a todas las preguntas y las religiones las interpretan según su conveniencia. _Comer y reproducirse, eso es la vida... Algo había respondido dentro de él... No estaba seguro si se había respondido a si mismo, era como si alguien dentro de el le estuviera contestando sus preguntas. Algo había cambiado dentro de Karl, no sabía como expresarlo. Era como si una corriente de viento helado hubiera entrado en su interior. _ ¿Por qué me has llamado?... La voz había resonado en su interior pero parecía que lo había hecho en la estancia donde se hallaba era una voz profunda, en una longitud de onda muy grave, inaudible para el oído humano pero perfectamente audible para Karl. Notó que el olor fétido que conocía se estaba apoderando del aire. Asustado salió a la calle a buscar aire nuevo. _ Puede que me esté volviendo loco – pensó mientras bajaba las escaleras precipitadamenteRecordó sucesos donde un demente escuchaba voces en su interior. Ya en la calle, ando sin rumbo intentando serenarse, necesitaba respirar, le seguía faltando el aire. Todo se había vuelto raro como un paréntesis que le invitaba a reflexionar. Alzó la mirada al cielo azul y vio una nube de estorninos negros que hacían extraños dibujos en el cielo siguiendo al líder. Algunos transeuntes se había parado a mirarlos embobados atribuyendo nombres a sus formas. Un corazón... Una cara... Una flecha... De súbito descendieron posándose en los arboles, graznando escandalosamente. Justo frente a los arboles, Karl, vio una joyería. Entró sin dudarlo y compró un anillo de plata pura. Insistió en la pureza de la joya. _ Son bastante mas caras, dijo el dependiente mostrando el contenido de una caja de anillos lisos. Karl, escogió el que tenía mas grosor. De regreso a su casa cortó el anillo abriéndolo un poco para que ajustara a su nariz. Se sentó en su despacho y volvió a abrir el libro negro. Retomó la lectura ya sin pestilencia. Cuando Dios creó a Estaroth, quiso que este ángel debería ser hermoso, culto y con deseos de sabiduría, que estuviera lleno de misericordia, además debería ser humilde y benévolo. Dios decidió seleccionar entre muchos ángeles a ese pequeño querubín de aspecto cariñoso y simpático. Le otorgó el don de aprender todos los conocimientos y le llenó de bondad. Sería el ángel de las ciencias, y le regaló el don de conocer el destino, tanto de los seres humanos como en lo celestial. Astaroth , acompañó a Dios por distintos lugares, recibió enseñanzas buenas por parte del creador 6 Astaroth, tenía una mente tan brillante e inteligente que le era fácil adquirir y guardar conocimientos. Estos le permitían percibir la realidad de quienes buscan su auxilio. Lleva toda la eternidad aprendiendo cosas, pesó Karl. Cerró el libro y respiró satisfecho por haber avanzado un poco mas en su aventura esotérica. Guardó el anillo en un joyero y abrió las ventanas para ventilar el despacho. El olor pestilente, los fenómenos locos y esa sensación de escuchar la voz interior le convenció de que había cruzado el umbral hacia un mundo desconocido. Intuyó que nada volvería a ser igual el resto de su vida. De la escasa vida que le quedaba... Ya era viejo y no tenía miedo... La tarde de color rosa y nubes grises le invitó amablemente a sentarse en la terraza en su sillón de mimbre. Jhon, el gato gris se había buscado la vida en un mullido cojín a sus pies. Ya no había luz suficiente para leer o hacer un crucigrama difícil. Se arrellanó en el sillón poniendo los pies en la barandilla del balcón, echando el sillón hacia atrás. Nada que hacer, solo acompañar el día al mundo delas tinieblas. Se miró las manos abiertas detenidamente, las movió como un prestidigitador o como un pianista antes del concierto. Sus manos... Somos lo que hacemos con las manos -pensóPor un momento intentó resumir su vida pero solo pensó: Una mierda de vida, haciendo lo que debía hacer, casi nunca lo que quería hacer. Imitar, aprender... Y el archivo de su memoria le descargó toda su vida en un instante. Habían pasado tantas cosas por sus manos... Le invadió una extraña melancolía que no había experimentado nunca. La aventura con el diablo Astaroth no le dejaba pensar con claridad. No estaba seguro si su contacto con el duque de las tinieblas había sido real o solo una alucinación que no alcanzaba a entender. Jesús hacía milagros para que le gente creyera – pensó con una pizca de ironía- con creer no es suficiente, hay que reforzar la fe con algo tangible. Volvió a pensar las manifestaciones del diablo, el olor mortal, las extrañas tapas negras del libro, el televisor helado, los estorninos negros... a se había puesto la tarde gris azulada y casi negra. Se sentía bien en la oscuridad, invitaba a dormirse, morir, apagar la luz de la vida. -¡Joder! Exclamó para si mismo, cuando eres joven no te das cuenta de nada. Un milagro diabólico estaría bien, algo evidente, a. lgo para saber mas que creer. Karl, se levantó y se fue a la cama, tenía sueño y no e apetecía nada ver la programación idiota de la televisión que ponían cada día. Se acostó desnudo y se durmió enseguida. Jhon el gato, se tendió a su lado formando una rosca con su cuerpo. Entró en sueños a una oscuridad densa como el alquitrán. Donde nada es necesario, donde la luz no se concibe, donde el sonido es impensable. La nada absoluta sin movimiento. Es fácil abrir las puertas del universo oscuro, solo hay que desearlo. 7 Todo va solo, no se necesita esfuerzo...Karl lo había deseado antes de dormirse. Fácil como arrojarse a un río de tinta china y dejarse llevar por la corriente. Karl se despertó bruscamente, no podía respirar, algo se había atravesado en su glotis. Un objeto duro. Se levantó a tientas y apoyó su estómago en el respaldo de la silla donde dejaba su ropa e intentó expulsar el cuerpo extraño que le impedía respirar. Tras varios intentos tosió y un tic -tac en el suelo le confirmó que algo duro había salido de su garganta. Tomó una bocanada de aire hiperventilando sus pulmones al tiempo que trataba de tranquilizarse. Encendió la luz y buscó el objeto. Lo encontró debajo de la mesita de noche... Cuatro dientes unidos a dos implantes dentales se habían soltado de su maxilar inferior. Un puente dental que le había puesto su dentista de confianza asegurando una garantía de por vida. Exploró con la lengua la cavidad vacía. No le dolía pero sentía un vacío molesto en la boca. Se enjuagó la boca con colutorio y volvió a la cama indignado por el mal trabajo del dentista. _Mañana a primera hora iré a la consulta, se va a enterar el idiota ese... _ Podía haberme asfixiado ¡joder!... Y volvió a dormirse poco a poco. Un hilillo de baba se deslizaba de la comisura de sus labios. Luego sueño, luego otra vez la oscuridad de la nada. Despertó despacio,como si regresara de un largo viaje por los caminos del inconsciente sin recuerdos. Los sueños resuelven y equilibran los estados de la mente. Se incorporó y enseguida observó el puente dental de cuatro dientes en la mesita de noche con los tornillos de los implantes de tugsteno. Tenía las encinas muy inflamadas, un poco sanguinolentas, pasó la lengua por la cavidad y tocó la zona con la punta de un dedo. Dolía un poco... No mucho. Buscó el teléfono del dentista y pidió cita de urgencias Estaba furioso, la recepcionista le había hecho demasiadas preguntas. _ ¿Se le han caído dos implantes a la vez? ¿Los tornillos han saltado? ¿Ha tenido un accidente? Al fin le dio hora para la misma mañana a regañadientes. Estaba todo muy lleno. Karl envolvió el puente dental en un papel servilleta y se fue hacia la consulta. En la sala de espera, Karl se removía nerviosamente, le dolían las encías y las notaba hinchadas. Al fin la amable ayudante del dentista le invitó a pasar a la sala de consultas, ayudando a Karl a sentarse en el sillón mecánico con luz cenital articulada. Le puso un babero higiénico y desapareció por una puerta. Al momento apareció el dentista; se conocían de hacía mucho tiempo... _Vamos a ver ese accidente... Dijo al tiempo que le invitaba a que abriera la boca. Observó con el especulo y acercó un poco mas la lámpara articulada. _Mmmmmmm -musitóLlamó a su ayudante para pedirle la última odontopantografía que le hicieron cuando le pusieron los implantes. Miró las placas detenidamente y consultó unas notas sobre el informe de densidad ósea. Varios “mmmmmmmmmmms” después se sentó junto a Karl. _¡No puede ser! - dijo- _¿Has tenido algún accidente o un golpe en la mandíbula? _No, me fui a dormir y a media noche casi me ahogo con la prótesis... -Dijo enseñándole los cuatro dientes con sus implantes. 8 _ Casi me los trago... _ Los implantes dentales de la mandíbula tienen una duración media de veinte años o mas, no es nada habitual que se suelten así como así... Es muy raro eso. Le hizo varias radiografías y le dio cita para dentro de dos días _Tengo que estudiar ese caso despacio, no es nada habitual, tal vez una infección del hueso maxilar _ No te preocupes, esto tiene garantía... De camino a casa Karl, notaba que algo le rozaba la lengua en el hueco de los implantes. Al llegar a casa lo primero que hizo fue mirarse la encía en el espejo, apenas dolía. Cuatro puntitos blancos asomaban en el lugar que ocupaban los implantes. Pensó que eran flemones o algún resto de raíces enquistadas. El día transcurrió neutro, ordenando la casa, sumido en su habitual aburrimiento. Lectura... crucigrama... Siesta... Televisión... Cena y cama. Otro día mas de mierda, susurró antes de dormirse. Ahora dormir era como zambullirse en un mar oscuro, adentrarse en un territorio desconocido a la espera de respuestas o aventuras. No necesitaba pensar lo que sentía, todo iba solo, directo a sus sentidos Antes de dormirse solía acordarse de cosas del pasado. A los que no tienen futuro solo les queda el pasado, pensó, pero ahora solo quería dormirse, sentirse abrazado por las sombras del negro absoluto. Cada noche se sentía mas atraído por la oscuridad. Si te haces preguntas, si tienes curiosidad por las cosas es que sigues vivo – había leído en alguna parte- _ ¿Como será eso de morirse? -pensó medio dormido- ¿Otras vidas absurdas? ¿Desaparecer en la nada? ¿Y ya está, fin, se acabó?... Al dormirse tuvo la sensación de caer en un pozo negro sin fondo, muy despacio. La misma sensación que la vez que hizo su primer salto en paracaídas en el ejercito. Tal vez un recuerdo asociado al sueño. Caer y caer sin llegar al fondo, un sueño clásico de inseguridad , según Freud . Solo en medio de la negrura absoluta, integrándose en ella, siendo oscuridad. ¿Hay olor en los sueños?... Despertó bruscamente con los dedos crispados en la nariz y buscando el anillo de plata como loco. Se esforzó en reponerse y razonar de que todo era un sueño. En la habitación no olía a nada, solo era una sensación en su cabeza. Se levantó y fue al lavabo a beber un vaso de agua. Enseguida lo notó, primero con la lengua y después ante el espejo con la boca desmesuradamente abierta. En el lugar del puente con implantes habían crecido dos molares y dos dientes firmes y preciosos. Nuevos y con ganas de morder. Los palpó con la punta de los dedos tocándolos con cuidado al principio y luego con firmeza poniéndolos a prueba. Astaroth había hecho un pequeño milagro. Un regalo de bienvenida para ayudarlo a creer. No había duda a menos que estuviera soñando Volvió a la cama y se durmió plácidamente, no se sabe si soñó algo. Astaroth sonrió travieso en la oscuridad. 10 Cuando despertó, creyó por un momento que todo había sido un sueño, pero al tocarse los nuevos dientes con la lengua se levantó de un salto hacía el espejo del lavabo. No había duda, los dientes estaban dentro de su boca, clavados, fuertes, nuevos... Esperó un rato mas para asegurarse que estaba despierto y los volvió a mirar en el espejo. No volvió a dudar mas, se sentía excitado por la expectativa de su relación con Astaroth. Se dispuso a seguir leyendo el libro negro, no sin antes comerse un bocadillo de jamón para probar los nuevos dientes. _¡Gracias! -musitó mientras comíaSe había acostumbrado a llevar el anillo de plata en el bolsillo superior de su americana para sentirse seguro. Oler el aliento de Astaroth podría matarlo. Amaba la noche sin estrellas y casi dormía toda la mañana. Volvió a abrir el libro negro que permanecía latente encima de su mesa. Ahora ya tenía la certeza de que otro mundo misterioso era posible. ¿Real? La realidad de Karl paseaba por la cuerda floja, haciéndole rey de los equilibrios precarios... Su sentido de la lógica hacía aguas por todas partes. Se estaba disolviendo como un azucarillo en un café caliente. Antes de volver a abrir el libro negro, comenzó a surfear encima de una gran ola de preguntas que afrontó sin miedo, sabiendo que ya no se podía ahogar. Supo que tendría respuesta a todas sus preguntas y ya no tenía miedo. Había abierto una puerta a lo desconocido y no dudó en traspasarla. Antes de volver al abismo del libro negro, respiró profundamente. Se sentó frente a él y apagó la luz, un acto de fe, no necesitaba la luz para leer. Abrió el libro y pudo leer. Otro regalo de Astaroth... No se olvidó de ajustarse el anillo de plata en la nariz. ...Y comenzó a leer Al pasar el tiempo, la humanidad acudía a Astaroth en busca de apoyo y sabiduría, anulaban a Dios, lo aislaban. La realidad era que el ángel que Dios había puesto como su mano derecha lo estaba suplantando y dejando de lado, conquistando su espacio. Astaroth era mas divertido y liberal. Poco a poco Karl se dio cuenta que no estaba leyendo, ya no necesitaba leer. Algo le estaba contando el contenido del libro y la vida del diablo directamente en su mente. Un calambre recorrió todo su cuerpo como si hubiera metido los dedos en un enchufe eléctrico. Dios había otorgado a Astaroth la potestad de manejar a su antojo la llamada línea del destino. Cuando un individuo requería su auxilio, tenía todo el poder para concederlo. El ángel se estaba comportando como un pequeño dios. Casi siempre, las palabras no expresan bien la realidad. Cuando se pronuncia algo inmediatamente cambia, se distorsiona y pierde el sentido. Todo lo leído, todo lo aprendido está formado con palabras y estas forman ideas que nos hacen imaginar las cosas. Creamos imágenes y formamos realidades imaginadas. Karl hizo esa reflexión para intentar entender. Sentía por medio de esa corriente que infundía ideas en su mente y creaba imagines visuales. Se hallaba en un estado natural buscando la verdad, la revelación de la verdad. 11 La idea surgió en su mente como una respuesta . El conflicto entre la luz y la oscuridad.i la luz ni la oscuridad tienen sentido la una sin la otra no pueden existir. Imagina una fuerza irresistible chocando con un objeto inamovible. Imaginar sin pensar, sin cargas culturales...Nada fácil para un humano, ver con la mente de eso se trata. El cerebro construye realidades con trocitos de experiencias. Karl suspiró una vez mas. Tal vez es la lucha de dos energías que en el fondo son iguales, la misma cosa. Un conflicto entre el caos y el orden que ha generado vida, que crea universos como campos de batalla. ...Tal vez. Sin control,sin sentido, creando leyes físicas sin proyecto ni dirección, creando entes extraños que luchan por prevalecer, sin saber por qué luchan. La existencia no tiene ningún sentido, solo es que sucede. Karl se percató de que algo estaba contestando a sus preguntas que dormían en su interior desde que estaba vivo. Formas y formas de vida a modo de bacterias que se unen para dividirse, sin saber, sin conciencia de ser. Inventando dioses y diablos, infiernos y paraísos. Abriendo puertas y mas puertas que llevan a otras puertas que hay que abrir y que no llevan a ningún sitio. Infinitos caminos que no llevan a ninguna parte. Astaroth no desea ser adorado, solo quiere mostrar la verdad. La verdad como un piano, que contiene incontables canciones que solo hay que saber tocar. Karl estaba aprendiendo a tocarlo, por así decirlo. Cerró el libro, tenía que asimilar con calma tanto conocimiento infuso. No podía analizar ni emplear la lógica, solo su intuición. Cenó un poco y se quedó dormido en un sillón, entre sueños y realidad. Entonces apareció Estarté, la parte femenina de Astaroth. Karl se dejó llevar por el sueño, confiado, sin miedo, con ganas de descubrir mas cosas. Desde la muerte de su mujer, Karl, apenas pensaba en mujeres, ya era viejo para conquistar chicas y la idea de sexo de pago siempre le había repugnado. No estaba seguro de estar dormido o despierto cuando notó la presencia de dos personalidades fundidas en una, una mezcla de sonidos de voz, masculina y femenina a la vez. La percibió en su piel arrancándole un suspiro de deseo que le produjo una erección brutal. Astarté y Astaroth le hicieron el amor fuera del tiempo de una forma que nunca había sentido. Cuando el tiempo deja de existir todo resulta mas fácil. Solo con imaginarla ya era hacer el amor con Astarté. Cuando despertó se sintió extrañamente enamorado sin ser capaz de razonar lo que sentía. Quiso entender lo que sentía y se acordó de una frase poética que había leído hace tiempo que decía: El dijo, te quiero, ella preguntó ¿por qué? Y lo estropeó todo... Los enamorados son capaces de todo por su amada, se admiran mutuamente presos de un sentimiento imposible de analizar. La amaba, mejor dicho, los amaba a los dos sin prejuicios de sexo. Sin límites, fuera del tiempo del espacio y de la materia... 12 Haciendo travesuras eróticas, flotando en la materia oscura, todo en un instante, todo en un presente sin tiempo. Como un estallido a cámara lenta. Sintió una extraña paz cuando cesó el torbellino de amor. Sintió que le había regalado a Estaroth y a Estarté todo su amor, todo el amor de que era capaz. Se había dejado ir en un orgasmo mezcla de sentimientos y pensamientos, haciendo los sentimientos inteligentes y los pensamientos sentimentales. Sabiendo lo que hacía y queriéndolo hacer. Los enamorados se hacen regalos, se regalan a si mismos todo lo que tienen. Amaba y se sentía amado a cambio de nada. El día amaneció luminoso, volviendo todo a la realidad. Todo estaba en su lugar encajando las piezas del puzzle de la vida de Karl. Se despertó relajado como un recién casado después de la noche de bodas. Su mente se esforzaba en proteger su estabilidad mental, haciéndole creer que todo había sido un sueño erótico. _Falta de sexo... Pensó sonriéndose a si mismo. Tardó un poco en darse cuenta que todo su piso estaba alfombrado de pétalos de dalias blancas y rojas, frescas y delicadas, llegando hasta sus tobillos, dando la sensación que besaban sus pies. Los enamorados se regalan flores -pensóSuspiró emocionado y supo que los suspiros llegaron como otro regalo a Astaroth y Astarté. Se preguntó si esos sucesos era estar poseído por el demonio y condenado a los infiernos para toda la eternidad. Los amaba pero sin perder el control de si mismo, sin sentirse manipulado. Lo hizo por propia voluntad, descubriendo su fuerza pero sin enfrentarse a ellos ni competir. Dejó de pensar para solo sentir. Abriendo puertas en su interior, entrando en estancias desconocidas descubriéndose a si mismo, iniciando un viaje hacia la verdad y a su cosmos interior. Deslizándose como un niño por un tobogán infinito. No sentía miedo alguno... No tenía que pensar, no necesitaba moverse físicamente, solo con su mente bastaba o tal vez con su alma. Percibía su entorno como una foto desenfocada. Entendió sin miedo que él y el diablo ya formaban el mismo ente. Se habían fusionado como algo natural. Se preguntó si estaba vivo o muerto y apenas se preocupó. Astaroth ya era la nave que le llevaba de viaje por el universo, integrado en ella, dándole patadas a todas las leyes físicas. Karl entendió con rapidez que cada ser contiene una puerta que conduce al todo, que se une a todos siendo uno. Nada fácil de entender sin la sabiduría infundida por Astaroth. No quiso preguntarse quién había hecho posible ese estado... Entendió que la vida no es un estado material, es un hecho. Uno y múltiple a la vez, recordó cuando era niño y le contaron que Dios era uno y trino. Estaba inmerso en la nada y se sentía bien. Era capaz de crear universos con solo pensarlo pero prefirió seguir aprendiendo. Entender... Apenas había tomado la decisión de aprender por el mismo Astaroth se alejó de él. Volvía a ser el mismo, solo, viejo, vulnerable sentado en su viejo sillón de plástico imitación de piel. 13 Ni rastro de las voces susurrantes del gran duque de los infiernos, que contestaba a sus preguntas, ni rastro de las caricias de Astarté su diosa enamorada. Sintió frío y un gran vacío dentro de si. Se levantó y abrió las ventanas, había perdido la noción del tiempo, de la tiranía del tiempo. Hacia sol y el cielo estaba azul. Sintió hambre y salió a comprar algo de comer. Repasó mentalmente todas las obligaciones cotidianas, estaba aturdido. Palpó el anillo de plata en el fondo de su bolsillo y lo apretó con fuerza, se sintió mejor... Se sintió expulsado del paraíso fácil y mágico que cumplía todo sus deseos de saber. Tal vez solo había sido un juguete en manos del diablo. Después de unos días de incertidumbre, concluyó que no quería seguir con su vida anterior. Hizo un pequeño equipaje con las cosa mas necesarias y decidió salir a aprender. Metió el libro negro en el fondo de la mochila y tomó su viejo automóvil con el depósito lleno y salió de la ciudad, en busca de la verdad. Había conducido varias horas sin apenas ser consciente dela dirección que seguía. Atardecía... Se detuvo en el amplio arcén de la carretera secundaria y se bajó del coche a estirar las piernas y respirar. Una gran extensión de campos recién labrados se presentó ante sus ojos, olía a tierra calentada por los últimos rayos del sol que ya se estaba ocultando en el horizonte. Ya habían brotado algunas amapolas junto a los lindes de lo que pronto serían campos de trigo. Ya despuntaban brotes verdes oscuros. La noche se hizo dueña de todo. Un bucle en el tiempo se produjo sin dar explicaciones a la realidad. Volvió la cabeza y vio que el coche había desaparecido, solo la mochila con sus cosas y el libro negro permanecía al borde de la carretera que ya era un camino de carros. Karl no se sorprendió en absoluto, tomó la mochila y caminó entre tinieblas con seguridad. Después de andar un buen rato vio a lo lejos reflejos de luz mortecina. Como una polilla de la luz, caminó hacia ella. Una aldea con río y puente de piedra, ladridos de perros a lo lejos, y una casa de muros de piedra. Llamó suavemente con a la vieja puerta accionando un extraño picaporte con forma de cabeza de león. Una docena mas de toc,toc,toc y se abrió un ventanuco por el que asomaron una cara con capucha y ojos de sueño. _¿Que quieres hermano? _Creo que me he perdido, necesito amparo, dijo Karl Tardaron un poco en abrir la puerta Tres frailes franciscanos y un gato gris le recibieron con semblante bondadoso _ Queda un poco de sopa y algo de pan, dijo el portero, puedes dormir en una celda de arriba. Sopa de ajo con pan duro, el fraile la calentó avivando las ascuas medio apagadas de la gran chimenea . _ ¿De donde vienes? -preguntó el fraile- _No sé, ando perdido... _Come y duerme, mañana todo lo verás diferente con la luz del día. Obedeció sin hacer preguntas, se tumbó en un colchón de hojas de maíz que crepitaron al sentarse. Cuando se estiró encima del jergón, un concierto de cric-crac de farfolla le ayudó a dormir. La noche jugó con él al juego de los sueños caóticos con espejos rotos a trocitos que reflejaban su cara insinuando realidades inventadas de poder ser uno y muchos a la vez. 14 Despertó sin despertar, había soñado sin estar dormido. Bajó a la planta baja y no vio a ninguno de los frailes que lo habían recibido por la noche. Las puertas de la entrada estaban abiertas de par en par. La luz de la mañana iluminaba toda la estancia. Salió fuera y circundó el edificio en busca de los frailes. En la parte de atrás los encontró encorvados trabajando en el huerto. Una mirada en su entorno, le hizo entender que ya no estaba en el mismo tiempo que cuando salió de su casa. Todo parecía antiguo, sin cables eléctricos, sin vestigios de tiempos modernos. El edificio estaba en medio de la nada sin construcción alguna alrededor. Calculó que había retrocedido varios siglos. Una burbuja en el tiempo, pensó. Se acercó a los frailes con un buenos días en los labios, solo le contestó el que lo había recibido la noche anterior. _ Es tiempo de silencio, hermano -dijoKarl se acercó a ellos para ayudar en las labores, los frailes asintieron con movimientos afirmativos de sus cabezas con capucha. Después de varias horas de labor, uno de los frailes dio una palmada y todos recuperaron el habla. _ Es una forma de trabajar y meditar, dijo el mas viejo. _ Quisiera agradecer su hospitalidad ayudando... Los frailes asintieron. Karl se sumó a la fila de frailes de regreso a la casa. Tomó la decisión de no hacer preguntas, pensó que lo mejor era dejar fluir las cosas. Se trataba de aprender, su curiosidad y sus ganas de saber ya no tenían límite. Se ganó lo que comía y su derecho a dormir a cubierto. Limpiando la casa, partiendo leña, retirando la poca basura, limpiando letrinas. Esta es una casa de meditación y reposo, le dijeron, no es una casualidad que hayas venido aquí. Seguía las rutinas como un monje mas, se acostumbró a usar los hábitos franciscanos de tosca tela, y solo hablaba cuando tenía algo que decir. Se extrañó que los monjes no rezaran y que el edificio no hubiera ninguna capilla. Karl solo percibía que se sentía bien en una burbuja de paz interior. Era como una piedra flotando en el espacio ingrávido, alrededor de ninguna gravedad que lo atrapase. Todas las tardes los monjes se sentaban encima de las piedras a ver caer el sol en el horizonte. Parecía un extraño ritual que nadie les había impuesto. _Puedes irte cundo quieras o quedarte para siempre, le dijo un fraile joven. El silencio resuelve dudas, es el camino a la sabiduría, dijo como quien dice una frase hecha. Encontrarse a si mismo es como fundirse con el resto del universo, no es cuestión de tiempo, puede durar un segundo o toda una eternidad. _ Sígueme, dijo el moje joven... Karl no había sido consciente dela extensión interior de la casa. Después de recorrer varias estancias se detuvieron delante de una pesada puerta tallada con relieves que Karl no supo interpretar. _Es la biblioteca, dijo escuetamente el joven fraile. Una gran chimenea de extrañas formas donde ardían grandes troncos de olivo, le extrañó como estaba construida, era demasiado suntuosa en comparación con la sencillez de la casa . Cientos de libros desordenados en estanterías y encima de una gran mesa de roble Nueve sillas con respaldo alto muy austeras con posabrazos rematados con cabezas de león igual que el picaporte de la puerta de entrada . Contó mentalmente el número de frailes, eran ocho, las sillas nueve... 15 _Faltabas tu, dijo el fraile con cara de niño... Y le dejó solo en la biblioteca. Se sentó en una de las sillas y prendió una vela que dormía en una caja con mas velas. Tomó un libro al azar y comenzó a leer. Examinando libros fue descubriendo que la mayoría eran manuscritos, páginas y mas páginas escritas sin ninguna referencia. Dedujo que cuando alguien llegaba a la casa de reposo, escribía toda la experiencia de su vida. El tiempo, el hambre o el sueño dejaron de tener importancia. Le bastaba un poco de sopa que el monje joven le traía por la noche para seguir leyendo. Silencio, meditación, aprendizaje... Conocimiento, relatos de vivencias, teorías, cosas mágicas. Cuando terminó de leer los libros mas interesantes, comenzó a escribir el suyo. Un libro forrado en piel con las páginas en blanco le esperaba encima de un anaquel. Antes de comenzar a escribir, dejó el libro negro de Astaroth, entre los demás libros. Al hacerlo el libro negro perdió intensidad, dejó de emitir negrura, parecía un libro mas perdido en los estantes. La casa tembló un poco cuando lo hizo, solo un poco, un temblor leve. Karl se sintió un poco liberado y notó que volvía a ser él mismo. También dejó el anillo de plata prendido entre las páginas del hueco del lomo. Asomaba un poco y era fácil adivinar su función. Cada noche gastaba una vela mientras escribía su historia el el libro de páginas en blanco. Despacio... Meditando lo que escribía, refugiado en una burbuja azul. Sin apenas importarle sus funciones físicas que las realizaba como un autómata. Sin importar el tiempo donde existía, tal vez en un pliegue del espacio temporal donde la física no tenía importancia. Todo lo que había experimentado junto a Astaroth lo fue plasmando letra a letra, aportando lo que pensaba de ello, sin sacar conclusiones ni teorías. A veces mientras dormía, notaba un ligero temblor en el ambiente, como un intento de la realidad que luchaba contra no se sabe que fuerzas. Una noche descubrió que el libro negro había sido leído. Lo supo por los restos de olor fétido de la presencia de Astaroh tan conocidos por el. Al cabo de unos días notó que uno de los monjes había desaparecido. Era el mas viejo, Karl pensó que el diablo le había concedido todo lo que anhelaba y se había fundido en el lado oscuro. Poco a poco fueron desapareciendo todos todos los monjes. Cuando el mas joven desapareció, todavía quedaban restos de pétalos de dalias blancas y rosas en el suelo de la biblioteca. Karl, permaneció en la casa mucho tiempo sin apenas hacer nada físico. Solo escribía tomaba el sol y cuidaba el huerto. Las piedras que formaban la casa poco a poco se tornaban azules como el lapislazuli, el color azul emergía de los cimientos como una humedad extraña y misteriosa. Nunca supo el tiempo que había permanecido en la casa; ya casi azul en su totalidad. El tiempo se había detenido de una forma que no podía entender. Casi había terminado de escribir su libro, apenas quedaban una páginas en blanco. _¿Qué es la vida? - se preguntó otra vezTodo lo que sabemos, todo lo que hemos descubierto, a lo largo de milenios, nuestras obras, nuestros sentimientos, la belleza, el arte. Todo es una búsqueda del sentido de la vida. Cuando alguien muere todo lo creado muere con él, cada uno de nosotros somos un universo que desaparece cuando morimos. 16 Tal vez seamos un dios desesperado por el aburrimiento, que construye mundos, que imagina universos, que crea historias para si mismo, jugando a interpretar muchos personajes en una obra inmensa. Que vive otras vidas sin memoria de su naturaleza divina y cuando mueren recobran su verdadera identidad, conservando la memoria de lo que ha vivido en la inconsciencia. Uno y trino, uno y muchos a la vez siendo el mismo en un todo. En medio del vacío, de la nada, imaginando contenido y creándolo. Existiendo en un estado de cosas inexplicable. Astaroth solo es el que despierta. Una puerta de emergencia por si se olvida, por si te gusta demasiado la identidad adquirida y quieres quedarte. Escribir y contarlo, es como hacer poemas para uno mismo, tu ya sabes... Una espiral, un rizo maldito que termina en ti mismo. Karl sintió el dolor de saber la verdad. Astaroth sonrió dentro de él sabiendo que los dos eran la misma persona en uno. Solo era un mecanismo que le había avisado que su sueño había terminado. Dejó el libro terminado en el anaquel junto a los demás libros y salió al exterior. Toda la realidad tangible estaba en un estado raro, inseguro, difuminado. La casa ya se había vuelto lapislazuli sin mácula de calcita. Un azul infinito que contenía todo el azul de su mundo. Como el cielo, como el mar... La casa azul intentó apresarlo entre sus piedras azules, atrayendole a un mundo tranquilo y confortable A un mundo sin preguntas, una tumba de piedra azul de no pensar, de no sentir, de no hacer... Karl se resistió a la tentación y tomó un camino de niebla y piedras grises y marrones. De arboles frondosos que dan sombra y anidan pájaros imaginados por el. Como un dios loco, a construir vidas a imaginar mundos a crear estrellas brillantes para que las miren los enamorados y los científicos se puedan hacer preguntas. El libro negro del despertar permaneció silencioso y apagado entre los demás libros de los monjes. Ya no lo necesitaba, solo era un despertador... 17 SEGUNDA PARTE Leo había construido su última casa de cristal y cemento. Una casa colgada en un acantilado Mediterraneo con paisaje de ensueño. Le dieron los permisos por los pelos y tuvo que soltarle una pasta al concejal que se dejaba querer entre el si, si, si y el no, no, no mezclado con unos “tal vez” Pero el tipo del encargo estaba empeñado en poner una caja cuadrada de estilo Bauhaus engastada en el peñasco de mar en las ventanas. ...Y tenía mas plata que el mismo sultán – como dice la copla – hizo como María de la O y la construyó en unos meses sin escatimar gastos e hinchando presupuestos al límite. _¡Con dos cojones ! - Dijo el amo de la pasta, alargándome un cheque con muchos ceros... Después de una obra, le daba como un bajón, un vacío hasta que sale otro reto. Se enfundó la adrenalina y llenó la maleta de cosas imprescindibles. Llamó a la oficina delegando los proyectos, subió a su potente todo terreno y salió de la ciudad en busca de sitios sin gente. Sin fecha de volver. Sin técnicos, sin planos ni reuniones. Apagó su teléfono móvil dejando un mensaje de no molestar y un desvío de llamadas a su eficiente secretaria. Condujo cuatro horas sin parar hasta que su espalda avisó del exceso de esfuerzo. Anochecía... Hacía mas de cuatro horas que no se cruzaba con ningún coche, el sol se estaba apagando en el horizonte sin montañas jugando a poner colores naranja, grises, y azules oscuros. Vio a lo lejos la silueta de un pueblo en medio de la nada, necesitaba descansar y tomo el desvío a la derecha. Entró en el pueblo con la noche a cuestas. Las luces de un mesón parador lo llevaron a su puerta. Mesón san Francisco, rezaba el rótulo de la puerta... Habitaciones, torreznos, gazpacho manchego, duelos y quebrantos... Leyó en una pizarra de esas que regalan las casas comerciales. Lo recibió una mujer que trajinaba vasos y platos detrás de la barra. Movía su sobrepeso como una bailarina. _Buenas noches – dijo Leo - ¿Tendría una habitación para esta noche? Voy de paso y se me ha hecho de noche. _ Todas están libres -dijo sonriente – Todavía no es temporada de caza y estamos vacíos. Le gustó su acento natural de voz profunda. _ ¿Cenará?... _Si señora, tengo hambre atrasada. Al rato apareció su marido vestido de cocinero. Un tipo duro pero de aspecto agradable. Leo entró su maleta y ella le enseñó una habitación muy grande y fría. _ Le traeré una estufa y un par de mantas, aquí las noches son frías... Sopa y huevos fritos con chorizo y media botella de tinto le quitaron todos los males. Se sentaron a cenar en una mesa cercana a la chimenea como la cosa mas natural del mundo y Leo agradeció la compañía. _ Comer solo no es buena cosa – dijo el mesoneroLeo agradeció la amabilidad y media botella mas de tinto manchego les soltó la lengua a los tres. Una copa de orujo hizo el resto. Se ve que las botellas de orujo contienen risas y confianza. Se contaron todas sus putas vidas casi desde la infancia. A las tres de la mañana subió a su habitación que ya no estaba tan fría. . 18 Se durmió vestido tapado con dos mantas de lana. Nunca había “oído” un silencio tan absoluto en toda su vida. Cuando despertó le costó un poco situarse pero después de una ducha caliente pudo asomarse a un pequeño balcón que daba al río. Una corriente de agua de apenas tres metros de anchura fluía silenciosa entre piedras y hierba crecida. Un cañaveral a lo lejos con cañas aun verdes hacía parecer al paisaje a un cuadro bien pintado. Una pareja de avefrías saltaba de piedra en piedra haciendo pit-pit y pat-pat. _¿Ha dormido bien? - Preguntó la mesonera que ya estaba preparando el desayuno. _Como un franciscano sin pecados – contestó Leo sonriendo- _ Me gustaría pasear un poco por el pueblo _Le gustará , Leandro le acompañará. _ No quisiera abusar, han sido tan amables... _ Si no hay nada que hacer hasta el fin de semana que se deja caer algún turista por aquí – dijo Mery que así se llamaba. _¿ Cuantos habitantes tiene el pueblo? _ No sé, fijos fijos unos setenta, tal vez menos. La mayoría se han ido a la ciudad, aquí apenas hay trabajo. _ La mayoría viejos – dijo Leandro- Campos trabajados con maquinas o abandonados, el campo es muy duro para la gente de hoy en día. _ Es un pueblo precioso – dijo Leo – cuando terminaron el paseo por el pueblo. _ Es verdad, los que estamos aquí parece que tengamos raíces en los pies – la voz de Leandro sonaba dura y tierna a la vez. Ya regresábamos al mesón cuando Leo vio la casa... Se quedó parado contemplándola con las manos en jarras sin decir nada. Leandro notó su interés. _Era una casa de reposo, un viejo convento de frailes franciscanos. Una casa deshabitada como la mayoría de las casas del pueblo. Lleva cerrada mas años que los que yo tengo. Los viejos del pueblo cuentan que también la habitó una señora muy rica, durante mucho tiempo, pero hace mucho de eso... _¿Podría verla por dentro? _ Claro, yo tengo casi todas las llaves de las casas vacías del pueblo por si pasa algo, total... La casa era muy austera, no parecía un convento, en todo caso una comunidad muy pequeña, tal vez una casa de retiro. Le llamó mucho la atención el color de las piedras, un raro granito de color azul grisáceo que se intensificaba con la luz del sol En toda su carrera de arquitecto nunca había visto unas piedras así. El exterior de la casa estaba extraordinariamente bien conservada. _ ¡Es una casa preciosa! - Exclamó Leo- _ Vamos a comer y a la tarde busco las llaves y la vemos por dentro, yo nunca he entrado – dijo LeandroMery ya había preparado una caldereta de cordero que hacía saltar las lágrimas de alegría. _ Creo que me quedaré otro día mas en el pueblo ¿puedo?... _¡Claro! - Dijo Mery mientras sacaba amenazante una bandeja con quesos de cinco variedades- _ Como si quieres quedarte a vivir en el pueblo, aquí falta gente y un arquitecto no nos vendría nada mal. Eso contando que tu familia quisiera... _Estoy soltero – dijo Leo entre risas – los matrimonios son aburridos... Leandro y Mery se miraron riendo. _ ¿Tu te aburres Leandro? 19 Mas risas en trío _ Si os parece bien yo también os acompaño, nunca he visto la casa por dentro. Leandro encontró las llaves herrumbrosas, cogió un bote de lubricante y se encaminaron hacia la casa. Les costó un buen rato y un bote de aceite lubricante hacer que girara la gran llave Desatrancar la puerta costó muchos empujones y la ayuda de una palanca de esas que se llaman pata de cabra. Leandro también también se había traído una linterna potente de esas modernas. Era un tipo muy previsor. El sol de las tres de la tarde entró a raudales en todas las estancias una vez hubimos abierto todas las ventanas con mucha dificultad. Leo se quedó de pasta boniato – por así decirlo- al ver el interior de la casa. Un enorme salón con una enorme chimenea de piedra negra con el frontal de mármol rosa labrado al estilo ingles. los suelos de granito negro muy pulido que denotaba un trabajo pulcro y minucioso La mirada profesional de Leo apreciaba cada detalle. Las habitaciones eran sencillas y sin muebles. Una sorpresa que dejó a Leo boquiabierto cuando descubrió la biblioteca. Una sala iluminada por grandes ventanales, cientos de libros en estanterías de oscuro roble. También contaba con una chimenea rústica que lo enamoró. _¡Joder, joder! -exclamaba Mery cada vez que abríamos una nueva puerta. Cuando salimos de vuelta al mesón, Leo le dijo a Leandro: La voy a comprar... _ No se puede, contestó... _¿No? - dijo Leo sorprendido- todo se puede comprar... _ No tiene dueño, no se sabe de quién es... _Las cosas siempre son de alguien, ya veremos... Leandro acompañó a Leo a ver al alcalde, tuvieron que andar un buen rato, estaba arando en el campo. _¿Pasa algo Leandro? - pregunto el alcalde un poco alarmado- _Nada, que este hombre quiere comprar la casa de los frailes... _ ¡No me jodas! - dijo el alcalde bajando del tractorDespués de las presentaciones el alcalde le explicó que era una propiedad abandonada. _Nunca han pagado impuestos municipales ni se sabe donde acudir para reclamarlos... _ Tendrá registro de escrituras en la cámara de la propiedad ¿no? _ Ni siquiera del terreno, la obra tampoco está registrada, se calcula que tiene mas de doscientos años... La tormenta de ideas que Leo se había formado en su cabeza con respecto a la casa había escampado un poco. Una larga llamada a su eficiente secretaria con datos precisos le devolvió el ánimo. Una merienda cena con duelos y quebrantos y con mas quesos y vino le devolvió el ánimo y las ganas de hacer cosas. _Creo que me quedaré una semana, le dijo a Leandro. _Al final te vas a quedar a vivir aquí – dijo soltando una risotada- _Esta casa me ha robado el corazón... Mery sonreía detrás de la barra. Leo miró a Leandro mientras ayudaba a recoger los platos. Un hombre alto de ojos azules y pelo rubio como la paja. Tenía cara de esos hombres que no necesitan mucho para ser felices. Hacen lo que tienen que hacer y eso les basta. 20 _Creo que voy a salir a dar una vuelta a conocer mejor el pueblo... _ ¿Vas a cenar luego? - Dijo Mery- _ ¿Queréis matarme? - dijo muy serio- tal vez tome una manzanilla doble... Sin ser consciente de ello, sus pies le volvieron a llevar a la casa de las piedras azules. Observó con ojo profesional el entorno del edificio. Una gran casa aislada con un río cerca, ubicación ideal, ni demasiado cerca ni demasiado lejos del pueblo. La pareja de avefrías que vio al amanecer se acercaron a el casi rozándole emitiendo los conocidos sonidos de : pit-pit, pat-pat. Levantó la vista y contempló el bosque cercano, húmedo y verde oscuro. Un bosque escondido entre la neblina, misterioso y prometedor. Aspiró y llenó de aire sus pulmones y supo que había encontrado su lugar en el mundo. Una llamada de su secretaria interrumpió sus pensamientos. _ Ya tengo toda la información de la casa , dijo 480 ppm – (480 pulsaciones por minuto, asi la llamaban en la empresa por su velocidad pulsando teclas) _¿Ya?... _ Si, ha sido fácil, hace mas de 78 años que la casa está abandonada, esas cosas pasan en la España vaciada. _ Ni rastro de ningún dueño, se ve que fue ocupada durante muchos años por unos franciscanos como casa de estudios o reposo y meditación. No se sabe por qué se fueron. Luego la ocupó durante un tiempo alguien que no se sabe nada de él o ella... _En resumen, ahora legalmente es propiedad del municipio por no haber pagado los impuestos durante tantísimos años... _ Te saldrá barata si la quieres comprar... _¿Que tengo que hacer? _ Ir al ayuntamiento y decir que la quieres comprar – dijo lacónica la secretaria- _ El alcalde ejecutará el embargo por impago de tributos y la pondrá en subasta. Una vez embargada se subastará al mejor postor. _Si no hay competencia te saldrá a precio de saldo... _Bonita tiene que ser la casa para que tu le pongas tanto interés – dijo 480-ppm- _ ¡Es preciosa! - dijo LeoY sin perder el tiempo se encaminó al ayuntamiento. El alcalde se encontraba reunido con el secretario itinerante. Al ser un municipio tan pequeño el secretario se ocupaba de varios municipios para resolver cuestiones jurídicas y de papeleo técnico en general. _Pase, pase, dijo don Lilo que asi se llamaba el alcalde, en este pueblo estamos como en familia, dijo afable atodol reconocerlo. Hablaron los tres durante un buen rato sobre la compra de la casa y después de muchas preguntas, concluyeron hacer el trámite de embargo y ejecución de la casa. _ En un plazo de quince días se resolverá todo, dijo al fin el secretario. _ ¿Piensa rehabilitarla?- preguntó el alcalde- _ Si, contestó Leo, respetando al máximo lo que se pueda. Parece increíble lo bien conservada que está... Unos vasos de vino y unos apretones de manos hicieron que Leo se sintiera como en casa. Mientras esperaba los trámites de la compra, pidió permiso para poder entrar en la casa. Leandro le dio la llave con la venia del alcalde. Ya la sentía suya, notaba que la casa lo abrazaba de alguna manera. 21 Algunas tardes entraba y recorría todas las estancias silenciosamente, proyectando mentalmente todas las reformas. Doce habitaciones, gran cocina, despensa, almacén, un salón comedor enorme, la biblioteca. También descubrió al final de una empinada escalera, una puerta que supuso que llevaba a una buhardilla. Estaba cerrada con un gran candado oxidado. Preguntó a Leandro si tenía la llave. _ Nunca he subido al granero, dijo, miraré si hay llaves A lo largo de dos semanas, Leo se hizo traer varias furgonetas con cosas que necesitaba para su proyecto. Cada vez estaba mas ilusionado en instalarse durante mucho tiempo en ese maravilloso pueblo perdido en medio de la nada y realizar ese proyecto de reconstrucción de la casa que le había fascinado. Una casa de campo para vivir largas temporadas... Siempre había vivido en apartamentos que mas parecían un estudio de trabajo que un verdadero hogar. Cuando el alcalde lo llamó se dio mucha prisa para llegar al ayuntamiento. Le estaban esperando el secretario y el alcalde. Sonrisas de buenas noticias para Leo... _ Bueno, comenzó el secretario, la casa ya es del ayuntamiento. No ha acudido nadie a la subasta que anunciamos en el boletín de la provincia. Leo asintió con la cabeza. La mitad de las casas de este pueblo están deshabitadas – dijo don Lilo el alcalde- el precio es ese, dijo alargándole un papel. Espero que le parezca bien... El precio era ridículo comparado con las casas de la ciudad Si acepta la casa es suya... También tengo una propuesta que hacerle, dijo don Lilo muy serio. Si acepta ser el arquitecto municipal durante un tiempo que ya estableceremos, le pagaríamos con la casa. El secretario itinerante y el alcalde se quedaron expectantes esperando la respuesta de Leo. Si no hay mucho trabajo... Dijo Leo sorprendido por la propuesta. El pueblo es una puta ruina, queremos hacer un plan de reconstrucción... Si la cosa se complica, puedo traer un par de arquitectos en prácticas de la empresa que están locos con eso de rehabilitar pueblos... Firme y la casa es suya. La semana que viene tenemos cita con el notario, dijo el alcalde con esa autoridad de los alcaldes de pueblo. Leo firmó sin dudarlo. Luego mas vinos y mas charla y apretones de manos. Antes de despedirse don Lilo lo abrazó emocionado. Cuando Leo regresaba al mesón de Mery con el documento de propiedad palpitando sintiendo el bolsillo pensó que hacía mucho tiempo que nadie le había abrazado con esa emoción. _¡ Que buena gente hay en este pueblo! Pensó sintiendo todavía la calidez del abrazo del alcalde. _ ¡Ya tengo casa! Exclamó al entrar en el mesón. Mas cena de cocido, mas vino, mas orujo para celebrar... Leo había encontrado un lugar donde vivir, donde echar raíces Un año sabático, se prometió a si mismo, incluso es posible que me instale aquí y pueda dirigir mi empresa desde aquí mismo. Estaba harto de ir de aquí para allá, visitando obras vulgares y cuadradas. Delegar y hacer lo que me gusta -pensó- mientras caminaba hacia la casa de sus sueños. 22 Abrió la puerta fácilmente, Leandro la había engrasado a conciencia. Antes que nada subió a la buhardilla con con un martillo y un escoplo en la mano. Un golpe seco y el candado rindió su bocado al enérgico golpe. Tuvo que usar la pata de cabra como palanca para desencajar la vieja puerta de roble. Leo no podía creer lo que apareció ante sus ojos. No era una buhardilla llena de trastos como suponía... Un hermoso claustro de finas columnas con ojivas impecables de mármol blanco como la nieve, una balustrada que daba al exterior donde se podía ver el monte y el río. Estaba construido de una manera que no se viera desde el exterior. El suelo de mármol también blanco níveo, permanecía limpio como si alguien lo hubiera limpiado hoy mismo. Pasó la mano acariciando la barandilla de los balustres y la casa pareció estremecerse levemente. Leo atribuyó el temblor a su emoción por la maravilla que estaba viendo. Golpeó el suelo con el pie para verificar la firmeza del piso. A veces las buhardillas. No comentó nada del descubrimiento del claustro cuando regresó al mesón. Llamó a una empresa de la ciudad para poner la casa a punto. Ajustes de puertas y ventanas, conexión a la red, modernizar la cocina, red eléctrica, mas ajustes y luces. En quince días la casa estaba habitable, el mismo arregló la puerta de la buhardilla, algo le decía que debía permanecer intocable. Cuando llegaron los muebles acondicionó su habitación con una amplia cama veneciana que se hizo traer de una tienda especializada. Mery le ayudó con la ropa de la cama y demás menaje doméstico. Liquidó generosamente su cuenta en el mesón y se dispuso a dormir su primera noche en su propia casa. La cocina olía a nuevo y la nevera estaba llena de cosas necesarias que Mery había traído para una casa decente – como ella decía muy puesta en su papel - Preparó una cena a su gusto y se sentó en la gran mesa del salón _Seis metros de mesa. Pensó... Puso música de jazz suave que envolvió toda la estancia, tuvo que bajar un poco el volumen ya que la acústica del salón aumentaba el sonido mas de lo debido. Antes de acostarse pasó junto a un gran mueble tapado con un lienzo blanco, no se había fijado antes, tal vez por el entusiasmo de los primeros días, era raro no haberse dado cuenta pero no le dio mas importancia. Retiró la gran tela blanca y se quedó una vez mas boquiabierto... Era un piano de cola, de gran cola, de esos de dar conciertos. Estaba cerrado, con llave, abrió la tapa y buscó entre las cuerdas del arpa de metal por si estaba escondida en algún resquicio. No la encontró y no quiso forzar la cerradura para no dañar lo mas mínimo el mueble impresionante lacado en negro brillante. ¡ Qué coño hace un piano en un convento de franciscanos...! - Pensó incréduloLas sabanas nuevas de algodón egipcio crujieron cuando se tumbó en la gran cama. Antes de abrazar el sueño, pensó en la soledad, dio varias vueltas en la cama midiendo su anchura. Demasiado grande para un hombre solo, pensó, La calefacción funcionaba a la perfección, los técnicos habían trabajado bien. Se sentía acogido por la casa, mi casa es donde yo estoy, pensó antes de dormirse. Entre sueños le pareció escuchar música de piano pero solo fue un momento, como si se tratara de una ráfaga de viento... Luego soñó con el desierto que acaricia la ciudad de Tombuctú, que forma dunas en el Shael, que pone azules a los tuaregs. 23 Leo soñó que que llegaba al puerto de Aden, el barco en que navegaba lo hacía en un mar de arena que nadie podía ver, solo veían agua. Cuando llegó a puerto, algo le impedía desembarcar, ponía excusas para no hacerlo, perder el equipaje, me han robado la cartera. Desde la barandilla del gran barco, podía ver una manada de leones de berbería que le atraían y a la vez le daban pánico. Lo miraban con ojos amarillos. Cuando Leo despertó notó que tenía arena del desierto entre las sábanas. Fina, amarilla, pegada a su piel. Había dejado las cortinas corridas y la luz de la mañana de primavera invadió todo de una manera extraña. Se levantó de la cama y abrió la doble puerta de entrada aspirando el aire de la mañana. Se fijó en el picaporte de la puerta, una cabeza de león dorado, le extrañó el hecho de no haber reparado en ello las veces que visitó la casa. Le hizo recordar el sueño de la noche anterior de los leones y las dunas del desierto. Acarició la figura. A pesar de los años estaba limpio y brillante, como recién fundido en oro. No quiso buscar explicación al origen de la arena del desierto en su cama. Una bandada de estorninos negros oscureció el cielo como arenas movedizas. También notó con inquietud que el color azul de las piedras de los muros de la casa había subido un poco hacia arriba como una extraña humedad. _¿Qué demonios hago aquí ? La pregunta le asaltó por encima de otros pensamientos, como una alarma. ...Bueno, pensó, dije un año sabático y eso voy a hacer. Lo digo, lo hago, era su lema de empresa. _ Si estoy bien aquí, me quedo, y si no, tendré una casa solariega para pasar temporadas... _Lo de la arena en la cama y el sueño raro ya se verá, a veces pasan cosas raras en la vida... Se vistió y se fue al mesón de Mery a desayunar y a calmar sus cavilaciones. Se sorprendió al entrar y encontrarse con tres clientes desayunando con las escopetas en las fundas colgadas de las sillas. Los perros atados en la puerta. Lebreles de orejas caídas y cuerpos musculosos que lo olfatearon como una presa. Mery salió de la cocina con la sonrisa puesta. _ ¡Hola vecino! Dijo con guasa. Se te ha terminado el servicio exclusivo, la temporada de caza del jabalí ya ha comenzado. _Genial, dijo Leo, la primera noche ha sido regular, he soñado mucho... _Es normal, es una casa muy grande que impone mucho, pero te ha quedado todo muy bonito y muy moderno. _ Eso... ¿Tu no conoces a alguna persona que quiera trabajar de empleada de hogar? Eso de limpiar y cocinar, no soy muy bueno con eso... Cásate, dijo Mery muy seria . _Si, que esa casa es muy fría, dijo Leandro desde el fondo de la cocina con risa de lobo feroz. _Ya te diré, seguro que alguien querrá... Limpiar y cocinar, digo, que eso de casarse es mas personal. Los cazadores que habían oído la conversación le saludaron con una sonrisa al salir. El wifi funcionaba como una autopista americana de seis carriles, Leo había instalado una antena de última generación por satélite. Trabajó toda la tarde gestionando su empresa satisfecho por poder trabajar cómodamente en la distancia . Se sentía bien, estaba haciendo lo que quería. Se tomó un té de jengibre para acompañar el atardecer sentado en el banco de piedra de la entrada de la casa. 24 Unas migas de galleta para que se acercaran los pájaros. Dos avefrías cayeron del tejado de la casa como si estuvieran esperando el banquete . Luego varios gorriones y un chichipan minúsculo que se acercó a unos centímetros de sus pies. Le encantó que fueran tan confiados, era como si supieran que no les ocurriría nada por acercarse. Observó que el color azul que teñía las piedras de la casa había aumentado unos centímetros. Nunca en su vida profesional había visto nada parecido. Buscó una piqueta en el almacén de herramientas y desprendió un trozo de la piedra azul de un golpe seco. Lo guardó en un sobre y buscó la en internet la dirección del Instituto Geológico de Albacete. Al día siguiente lo envió para que lo analizaran... Dos días después recibió los resultados en su correo. Lapislázuli, leyó incrédulo. El informe geológico incluía el comentario: Lapislázuli puro, 0,00 % de calcita. El lapislázuli es un mármol muy raro, casi una piedra preciosa que se encuentra en Afganistán y raramente en otros sitios. Es utilizada como piedra semi preciosa. Prácticamente toda esa roca, -no es un mineral- se encuentra en la región del Indokruh donde se explota con respeto y medios artesanos. Es muy raro en otros lugares. En el antiguo Egipto se consideraba una piedra sagrada e importante, adornando con ella los escarabajos sagrados y las máscaras funerarias. También se usaba en polvo para algunas medicinas. Es símbolo de pureza, salud y suerte. Potencia sueños y capacidad física, aporta calma, autoconciencia y claridad de la mente. Permite que el espíritu se eleve en momentos de meditación. En la edad media e incluso en la edad moderna, se usaba en polvo para hacer azul ultramar. En internet habían varias páginas que explicaban mil cosas sobre ese material tan enigmático. _¿Como es que esa piedra está emergiendo de la tierra fundiéndose con la piedra normal? Se había - se preguntó espantado. No comentó con nadie el hallazgo. Todavía hacía frío, era el principio de la primavera, se había acostumbrado a encender la gran chimenea del salón. Apenas encendía la televisión de pantalla grande que se había hecho instalar, mirar los grandes troncos encendidos lo hipnotizaba. Se había acostumbrado al silencio de la casa, le invitaba a meditar sobre si mismo. Llovía y el pueblo parecía mas lejano, solo las luces amarillas le indicaban su existencia. Daba la impresión de que la casa cada vez se aislaba mas, como si se alejara. Lluvia fina que no hace ruido, que no turba el silencio, que empapa todo sin apenas notarlo. El silencio avasallador lo hundió mas en el sillón nuevo de piel que había comprado en un anticuario de la ciudad. Respiró hondo y pensó en la piedra azul. Recordó que la primera vez que había visto la casa apenas habían unos centímetros de azul en las piedras de la casa. Tal vez alguna filtración rara, había pensado al principio. Tal vez se equivocaron en el instituto de Geología, quiso pensar... _ ¿qué otra cosa podría ser? -pensó preocupado por el fenómenoLa noche se hizo mas negra, mas impenetrable... Se levantó y echó otro leño grande en la chimenea, las llamas respondieron con chispas que se asemejaban a un enjambre de avispas rojas... Al levantarse miró por la ventana hacia el pueblo. Volvió a tener la impresión que la casa se había alejado un poco mas. 25 Subió el volumen con el mando a distancia y la trompeta de Miles Davis le ayudó a respirar. No tenía sueño ni ganas de analizar los fenómenos de la casa. Solo quería disfrutar de ellos. Se dejó llevar por la música que lo envolvía todo tras la música. _¿Qué voy hacer con mi vida ? -pensó en voz altaNunca se había hecho esa pregunta en serio. Había triunfado en las cosas materiales, era un arquitecto de prestigio, no podía quejarse en lo material. No había parado de hacer proyectos desde que acabó sus estudios. Pensó en su padre, un buen albañil que se sacrificó haciendo casas para que el pudiera estudiar. Los albañiles son arquitectos manuales. Mientras estudiaba ayudaba a su padre aprendiendo la práctica del oficio. Los albañiles que mandaba en las obras le respetaban mucho por eso. Cuando había alguna dificultad, tomaba la paleta y demostraba como se hacía. Luego solo planos y estudios. Añoraba cuando trabajaba al aire libre compartiendo bocadillos con los obreros. Respiraba mejor que en los despachos. Respirar el aire de la casa le hacía sentir bien, era como estar abrazado. _¿Que somos? ¿Qué hacemos aquí? ¿Por qué somos conscientes de que estamos vivos? -Pensó Leo muy despacioLeo rondaba los cincuenta años, ya pocas cosas de la vida le sorprendían. Pensó en los errores que había cometido en su vida y también en los aciertos... _Por encima de la media, se dijo sonriendo. Pero todo material. _ ¿Hay algo mas que lo material? Se alegró una vez mas de haber comprado esa casa extraña, necesitaba esa etapa nueva en su vida. Se quedó dormido frente a las brasas de la chimenea y se fue adormeciendo a la par que sus pensamientos. Soñar es como abrir una ventana a otros universos, es como viajar en una nave sin mandos que te lleva a otras realidades, como el viento, como un alud de nieve. Esa noche volvió a soñar con los leones de las dunas, con sus ojos amarillos mirándolo amenazante como una presa. Con tormentas de arena, con tuaregs azules de mirada verde. Con el picaporte de su casa de cabeza de león de sus sueños. Medio dormido se arrastró hasta su cama donde durmió vestido. Estaba desayunando en la cocina cuando escuchó los golpes del picaporte de cabeza de león. Le extrañó pues había instalado un timbre con cámara de seguridad. Acudió a la entrada y abrió la puerta. _ ¡Buenos días nos de dios! Dijo una mujer mayor vestida con una bata y un delantal. _Me manda la Mery que me dice que necesita a alguien para que le ayude en las cosas de casa... La mujer permaneció en silencio expectante. Leo la invitó a pasar. Se llamaba Sinforosa y le dijo que si eso la llamara Sinfo que es mas fácil. Sinfo hizo una panorámica de la casa mirando a todos lados seguida por Leo que la dejaba hacer. _Es muy grande, se limitó a decir... _Si nos ponemos de acuerdo vendré un par de días a la semana con una de mis hijas, yo ya soy mayor para tanto trajín. _ ¿Se va a quedar mucho tiempo? Si solo viene a temporadas, puede dejarme las llaves y cuando venga tendrá la casa a punto, propuso. 26 _De momento me quedaré una temporada larga, dijo Leo. También puedo cocinar, Mery me dijo que esta usted solo... _Vale, soy un poco torpe con eso de cocinar... _Es un hombre, es normal eso, musitó. Sinfo le gustó enseguida, una mujer mayor desenvuelta y decidida. Hablaba claro con voz de música. Al principio Leo se sentía un poco raro, nunca había tenido una mujer en casa desde que vivía con sus padres. Al poco tiempo ya parecía que que la conociera de toda la vida. Organizaba la cocina y le dejaba preparada la comida para toda la semana. Se sintió mejor desde que vino Sinfo. Mas acompañado y optimista. _Mañana haremos un poco de limpieza general – dijo una tarde antes de irse – vendrá mi hija a ayudarme. _Sinfo, carraspeó un poco antes de ponerse el abrigo para salir. _Mi hija es un poco rara, lo digo por si dice algo que le pueda molestar... _ Es que siempre dice lo que le sale de dentro sin pensar...Pero es muy trabajadora y alegre. _Tuvo unas fiebres raras de pequeña que la dejaron un poco... _ No se preocupe, vaya a su aire … Leo continuó con su trabajo en el ordenador. Un proyecto que le habían encargado. Se alegró de poder trabajar on-line desde casa sin problemas. Leo tenía una manía desde que empezó a estudiar arquitectura, colgaba una plomada cónica de acero en el techo de las casas que construía. También la colgó en el techo donde trabajaba ahora. Un fino cable casi invisible de acero sujetaba el cono de acero que pendía sobre su cabeza cual espada de Damócles. Equilibra el mundo, le dijo a Sinfo cuando le preguntó intrigada. _ ¿Todo el mundo? _Si, todo el mundo y todo el universo creado, le dijo guiñándole un ojo _¡ Virgen santa! -murmuró la mujer entre dientesAl día siguiente, Sinfo se presentó temprano acompañada de su hija. Leo ya se había levantado y desayunaron juntos en la mesa de la cocina. Sinforosa presentó a su hija en plan muy formal. Ella le dio la mano sin fuerza. _Se llama Esther... La hija de Sinfo tenía mirada de silencios y un cuerpo precioso de treinta años escondido bajo la ancha bata de trabajo. Andaba lentamente como una gata explorando territorio. Un pelo de noche oscura escondido bajo el pañuelo guardapolvo. _ Ni se te ocurra decir muchas tonterías de las tuyas, le había advertido su madre. _Paga bien y podemos tener trabajo para mucho tiempo... _Si, madre, le contestó la chica. Esther limpiaba silenciosamente y cuando quiso quitarle el polvo al piano preguntó: ¿Como se abre ese piano? Seguro que dentro hay una selva con bichos... _ No sé, contestó Leo, no he encontrado la llave... _ Está aquí, dijo Esther con voz tenue... _Estuve mas de una hora buscando ¡Qué suerte! Estaba a punto de romper la cerradura... _ La llave estaba en la cerradura... Dijo la chica con una sonrisa Leo abrió la tapa del teclado sin demora. 27 _ ¿Lo ha comprado nuevo? - Dijo Sinfo que se había acercado con curiosidad- ¡Está impecable! _Pobrecito, dijo Esther, estaba esperando que alguien lo tocase, los pianos tienen alma y sufren si no se tocan... Codazo leve de Sinfo... Leo pasó los dedos por las teclas tocando una escala delicadamente para sentir el sonido. Estaba afinado, muy, muy afinado... De joven, siendo un niño, Leo había tomado clases de piano, las suficientes para tocar de una manera audible cosas fáciles. _ Bueno, menos trabajo, está impecable , dijo Sinfo, a otra cosa batterflay, bueno, a otra cosa mariposa... Las dos mujeres continuaron con la limpieza y Leo se entretuvo tecleando en el piano como un niño con un juguete nuevo. A veces, Leo, coincidía con el alcalde y con personas del pueblo en el mesón de Mery. Unos vinos con picoteo y conversación. _¿Como te va con la casa? -Preguntó don Lilo- _Muy bien, ya está casi todo terminado, ha sido fácil. _Una cosa... ¿Seguro que no ha estado habitada hace poco? Dijo Leo sin mencionar los fenómenos extraños. _ Como no hayan vivido los fantasmas de los frailes, no creo... Dijo soltando una carcajada. _¿Si? ¿Y que coño pinta un piano de cola nuevo en un convento de frailes? - Dijo Leo muy serio- _Alguna donación de un rico para que le perdonaran los pecados, terció el hombre que acompañaba a don Lilo. _ Seguramente, contestó Leo sin profundizar mas en el tema _ ¿De verdad no hay documentación de la casa en el archivo municipal? _Pásate por el ayuntamiento y te doy la llave por si quieres mirar... El último archivero murió hace treinta años y apenas nadie ha entrado. Deben de haber tigres sueltos en ese local. La casa que contenía el archivo municipal, casi amenazaba ruina como la mitad de los edificios del pueblo. Le costó abrir la pesada puerta maciza. Leo se había provisto de un spray anti óxido que le fue muy útil. Una bocanada de olor a cerrado le golpeó la cara. Dejó la puerta abierta para ventilar y buscó el interruptor de la luz. Después de varios intentos se iluminó el local. Laberintos de estanterías de madera. Toda la historia del pueblo se presentó ante el con ganas de darse a conocer. Todo estaba razonablemente ordenado por fechas y situación. Buscó un mapa del pueblo para orientarse sobre la ubicación de las parcelas. También encontró unos manuscritos sobre la fundación del pueblo. Despejó y limpió una gran mesa acercando una lámpara de pantalla. El papel del mapa crujió al ser desplegado. Varios pececillos de plata corrieron aterrorizados en busca de oscuridad. Asentamiento ibérico, según excavaciones de hace cuarenta años, mas tarde vinieron los romanos que se establecieron cerca del río, luego godos, y visigodos, árabes y cristianización del lugar... Fecha de la construcción de la iglesia mezcla de gótico y romano, plano medieval,con santo milagroso y leyenda de apariciones, reliquias etc. etc. 28 Buscó algo mas actual... Como la mayoría de los pueblos, Gurb, - así se llamaba el pueblo- había crecido a la sombra de la iglesia expandiéndose de una forma mas o menos ordenada. Plaza, calle principal y calles adyacentes … Calculó que su casa estaría a unos cuatrocientos metros del centro del pueblo. Formaría parte de un ensanche en tiempos de expansión del pueblo, pensó. Buscó planos actuales de parcelas fuera del núcleo del pueblo o algo similar. Necesitaba orientarse geográficamente. Iglesia, plaza mayor, río, carretera serían sus puntos de referencia. El aire viciado del archivo municipal le hizo desistir de permanecer mas tiempo en el local. Lo dejó para otro día. Tenía hambre y sed, los días ya se habían hecho largos y algo mas calurosos. _ A ver que me ha preparado Sinfo para comer, pensó. Cuando salió del archivo miró la hora – las 12,30- contó los pasos y cronometró el tiempo que tardaba en llegar a la casa para usarlo de referencia y así poder ubicar la parcela de la casa. Cuando llegó a casa encontró a Esther trajinando en la cocina. _Mi madre no ha podido venir,dijo a modo de saludo la chica. _He calentado unos sancoxos... _ ¿Qué clase de comida es esa? Dijo Leo entre risas. _Cuando la coma lo sabrá, dijo muy seria. _¿Comes aquí? Dijo Leo invitándola a que se quedase. Venga, si, que comer solo es muy triste... _Vale, dijo la chica. Comieron frente a frente en la mesa de la cocina. _¡Joder que bueno está esto! Exclamó Leo _Mi madre tiene la mano partida con eso de los sancoxos... _La ensalada también está muy buena. Luego leche frita para postre, una delicia de canela y limón. Mas tarde café y un poco de orujo, Leo tuvo que insistir para que probara un poco del licor. _ ¿No piensa casarse nunca? - Dijo Esther de sopetón- _ No creo, eso de montar una familia es muy complicado. _ ¿ Entonces quién le va a enterrar cuando se muera? - Dijo Esther desolada- _ Pues mira... Nunca había pensado en eso, dijo Leo poniendo cara cómica. _Las personas deben casarse, es muy importante eso. _¿Tu piensas casarte? Respondió Leo. _ No, nadie me va a querer, soy rara... Un velo de tristeza cubrió su cara al decirlo. _¡Bah! Seguro que tienes lista de espera de pretendientes en el pueblo. _ En el pueblo solo hay viejos, los demás en cuando me conocen salen por patas. _¿Y que tienes tu de rara? _Cuando me tocan saltan chispas y se me ponen los ojos amarillos... _ ¡No puede ser! _ Que si, que les doy calambre, una vez uno casi se muere, estábamos mojados en el río y se ve que con el agua es peor... A leo se le escapó una sonora carcajada... _ A ver, pon un dedo que te toque, dijo Leo divertido. _Se tocaron con la punta del dedo índice los dos. 29 _ ¿Ves? No pasa nada, no hay chispas, eso debe de ser una manía tuya... _ Ya lo sé, así no pasa nada -dijo poniéndose colorada- solo es cuando hay “intención” , subrayó. Leo se quedó sin aire por un momento al mirar la cara sexi de Esther. _Es mejor no probar, dijo entre azorado y divertido. _Si, dijo ella, ya nadie se atreve a tocarme, en los pueblos se sabe todo enseguida. Leo se enfrascó en unos mapas con notas y Esther se despidió con un escueto hasta mañana. Se pasó el resto de la tarde haciendo cálculos para averiguar la ubicación de la casa respecto al pueblo. Había medido el tiempo que tardó a paso normal, 38 minutos... Calculó que la distancia entre la iglesia y la casa era de 600 metros mas o menos, buscó mas referencias, el río, el Norte, campos de cultivo etc. etc. Anotó todos los datos cuidadosamente y los guardó a la espera de confrontarlos con el mapa de las parcelas de propiedad. Trabajó hasta bien entrada la noche en proyectos de su empresa. Navegó un tiempo por la red buscando la historia de Gurb el pueblo donde vivía y que apenas sabía nada de el. No tenía sueño, estaba inquieto y entusiasmado sin saber exactamente por qué. Subió al desván, tenía en su mente un proyecto en hacer allí un estudio, un sitio para el solo. Al abrir la puerta y entrar notó que la piedra del claustro reflejaba la luna en un tono verdoso claro, casi transparente. Maravillado pudo comprobar que lo que creía que era mármol blanco en realidad era piedra de jade. _¡ Quién coño construyó esto! Exclamó en voz alta. El eco le devolvió sus palabras y las convirtió en música. Recorrió el claustro acariciando la preciosa piedra. Los acabados eran perfectos, casi un trabajo de joyería. Estaba maravillado, en sus visitas a países orientales había conocido esculturas de esa piedra, pero nunca se utilizaba para la construcción, es impensable construir un claustro tan caro. Permaneció largo tiempo mirando las estrellas apoyado en uno de los capiteles. Durmió sin soñar y se levantó sintiéndose especial al saberse poseedor del hermoso claustro. Desde hacía días ya le había dado la llave de la casa a Sinfo, ya se había hecho cargo de la casa y todo estaba perfecto. Comida, cama, limpieza, compras a un precio razonable. Antes de volver al archivo municipal, Leo se paró a tomar un café al mesón de Mery y Leandro. _ Gracias por mandarme a Sinforosa, ha resultado una ayuda genial para las cosas de casa, agradeció Leo. _¿Quién dices? _Sinforosa, la mujer que me mandaste, dijo que la habías recomendado tu... _Lo habrá oído en algún comentario en el pueblo pero no la conozco. _¿Es del pueblo? _ No sé, se presentó, y me gustó, a veces trae a su hija para que le ayude, lo hacen muy bien... _¿Es guapa la hija? Terció Leandro. _ Si es guapa, si... Contestó Leo con risa pícara _ A ver si te la están poniendo... _Mi no entender, dijo Leo haciéndose el extranjero en plan risas _Si, dijo Mery entre risas, es una forma que tienen las madres de aquí para casar a sus hijas... Eres un solterón muy apetecible... A ver si al final tendremos boda. 30 El archivo ya no olía tan mal, dejó la puerta abierta de par en para que entrara mas aire y siguió buscando mapas y legajos para confrontarlos con sus cálculos. También ojeó un par de volúmenes que hablaban de la fundación del pueblo ya desde una perspectiva mas moderna. Incluía varios mapas desplegables que le orientaron en sus pesquisas. En el siglo XVIII los arquitectos ejercían de alguna manera como urbanistas, trazando las calles, plazas y saneamientos. Esos datos le fueron muy útiles. En sus orígenes el pueblo tenía muchos habitantes, su principal fuente de riqueza era la ganadería. Ovejas churras para carne y merinas para lana, también viñedos y grandes extensiones de cereales. Notó que alguien entraba por la puerta abierta del archivo y reconoció la voz de don Lilo que le saludaba. _ Si quieres el puesto de archivero mayor el puesto está vacante ...Dijo socarrón... _¿Pagáis bien? Dijo Leo siguiendo la broma. _Nada, aquí solo pagamos dando las gracias... _No hay manera de encontrar la parcela de mi casa... _Si la construyó la iglesia ve tu a saber... _ Vale, pero debería haber alguna referencia, incluso la iglesia que es mas antigua tiene planos y fechas de construcción. _ Yo no te puedo decir mas, la casa siempre ha estado ahí. En este archivo está toda la historia de este pueblo, solo tienes que buscar... _Tal vez el cura tenga alguna cosa, ellos tienen sus propios archivos .Concluyó el alcalde. _ Le haré una visita... De regreso a casa, ya era mediodía. Tuvo la sensación de que la casa se había alejado un poco mas del pueblo; solo un poco. Al llegar, se fijó que el color azul de los muros había subido levemente. El increíble color azul rutilaba al sol de mediodía . Entró en la casa, las puertas estaban abiertas de par en par. Sorprendió a Esther sentada al piano tocando una extraña melodía. Leo se quedó parado apoyado en el quicio de la puerta escuchando encantado. Sus manos de dedos largos se deslizaban por las teclas con agilidad. _Las teclas son de criselefantina, dijo sin volverse... _¿Sabes tocar el piano?... _No, es la primera vez que toco un piano, solo quería tocar el polvo y... _¡Son tan suaves esas teclas! _¿De qué dices que son? _Criselefantina, marfil, es una manera poética de decir marfil... _He preparado berenjenas rellenas de trucha del río, espero que te gusten. Comieron sentados en la mesa de la cocina. _¿Como has hecho esa maravilla de plato? _Pues nada, berenjenas al fuego, he aprovechado unas ascuas de la chimenea, una truchas ahumadas que venden en la tienda, que las pesca su marido. Se mezcla todo y se rellenan las cáscaras de la berenjenas, bechamél y queso de cabra, es muy fácil. Ah y luego gratinarlas bien, que no es nada fácil un gratinar en condiciones... 31 Mientras tomaban el café surgió la pregunta... _¿Y a tu madre que le pasa? _Se ha ido... _¿Como que se ha ido?... _Si, siempre lo hace cuando se aburre de un sitio. _¿Y tu que vas hacer? _¿Yo? Nada, estaré aquí... _¿Tienes casa en el pueblo? _No, mi madre no pagaba el alquiler _He traído mis cosas, cobraré menos si me deja vivir aquí...- dijo Esther con naturalidadLeo recordó lo que le dijo Mery, eso de “ponérsela! Y se rió por dentro _Me portaré bien, dijo con ojos suplicantes. Esas cosas de poner a la chica son leyendas del pasado, dijo como leyéndole el pensamiento, las madres pobres se las ponían al alcance del señorito con la esperanza que se hiciera cargo de ellas. _ No es mi caso, yo soy virgen y te puedes electrocutar si intentas algo conmigo... _No soy de esos, dijo Leo muy serio, siempre pido permiso para esas cosas... _También soy un buen chico. Acomódate como quieras, hay habitaciones de sobra, ya hablaremos del sueldo. _ ¿En serio que no sabes tocar el piano? _En mi vida he tocado un piano, se lo juro... Lapislazuli, criselefantina, jade... Demasiadas cosas raras en esta casa -pensóEsther se fue a sus cosas y Leo a los planos y al ordenador _¿La buhardilla también hay que limpiarla? _No, solo hay trastos viejos, la dejaremos para mas tarde... _Vale, dijo la chica. Mientras trabajaba pensó que está bien tener a alguien en casa, Mery tiene razón es una casa demasiado grande para una sola persona. También pensó seriamente que estaban pasando demasiadas cosas raras que no alcanzaba a entender por mucho que echara mano de su pensamiento lógico. Recordó que tenía que ir a ver al cura a ver si le aclaraba algo sobre los que construyeron esa casa. Tal vez existieran referencias en los archivos de la iglesia. La rectoria estaba adosada a la iglesia, también amenazaba ruina. Llamó sin recibir respuesta y entró. El edificio de la vivienda del cura comunicaba con la iglesia, un pasillo comunicaba la casa con la sacristía donde encontró al cura en su despacho. _Buenas tardes, dijo Leo. El cura levantó la cabeza sorprendido. _Usted debe ser el arquitectos que ha comprado la casa ¿verdad? Leo asintió. Se presentaron amablemente, el cura se llamaba Larry, a Leo le extrañó el nombre inglés _Aqui me llaman el cura Larry pero si me llamas mosén también me entero. Gordito, bajito, viejo... Lo que se dice un cura de pueblo de toda la vida. _¿Como se siente en la casa y en el pueblo? Dijo el cura Larry 32 _ De eso venía a hablarle; he mirado en el archivo municipal y no he encontrado ninguna referencia sobre su construcción. _Tengo la esperanza que en sus archivos tuvieran alguna información ya que se trata de un antiguo convento franciscano. _Una casa de reposo donada por no se sabe quién, terció el cura _Nada que ver con la iglesia, se ve que vivían ahí los frailes locos o simplemente los raros. Yo nunca la conocí habitada, son cosas del pasado muy remoto. Tal vez en Albacete o en Madrid sepan algo. Los franciscanos hacen un poco de vida aparte con respecto a la iglesia. _ Por cierto, dijo el cura Larry, el alcalde me dijo que usted se había brindado hacer planos y proyectos para la modernización del pueblo. A esta rectoría le hace falta un repaso... _Ayudaré en lo que pueda, creo que don Lilo me espera para algo parecido, dijo Leo librándose de mas trabajo. Volvió a su casa contando el tiempo de su recorrido. Había tardado medio minuto mas que la última vez. También observó que en el muro lateral de la casa había aumentado la altura del color azul. Entró en la casa y buscó una tiza, hizo una marca para poder comprobar la progresión del color. Ya en el interior de la casa, escuchó a Esther tocando el piano. Sus manos se deslizaban por el teclado con la ligereza de un músico experto. Al oír que Leo entraba en el salón, dejó de tocar. _Me encanta lo que estas tocando, es una música genial. _Y única -contestó la chica con humor- jamás volverás a escucharla, solo estaba tecleando, no tengo ni idea de música. _La verdad es que cuando miro las teclas, me siento atraída, como si algo me empujara a sentarme y tocar. Leo se acercó al gran piano para observar con detenimiento su interior. Ningún indicio de su fabricación, ninguna marca, ni una mota de polvo. _Es como si alguien lo hubiera hecho a medida, pensó apreciando los detalles del instrumento. Se acercó al teclado, pulsando algunas de las 230 teclas de marfil. Una simple escala sonaba como una sinfonía. _Parece tener vida propia, pensó emocionado. Se sentó a tocar atreviéndose con alguna melodía que recordaba de sus clases de piano cuando era un niño. _Tu si que sabes tocar- Esther se había acercado a su espaldaApenas le había rozado cuando Leo sintió un descarga eléctrica que le recorrió todo el cuerpo, descargándose a sus pies. _¡Perdona, ha sido sin querer! - exclamó la chicaLeo sintió la descarga como algo agradable... _Te voy a enchufar a la red eléctrica y así ahorraré un dineral en recibos de luz _¿Quieres matarme? Esther se sentó en una silla apoyándose en el respaldo y se puso a llorar desconsoladamente. Leo se acercó sin pensar y puso sus manos en los hombros de la chica con ánimo de consolarla. Salió despedido a causa del chispazo. Esther estalló en sollozos intercalando hipidos muy graciosos, lloraba y reía... _Cálmate, dijo Leo mas sereno, todo tendrá su explicación... _Preguntaremos a la NASA si es necesario. 33 Consolar a distancia a una chica devastada no es nada fácil, los consuelos necesitan abrazos, besos... _Venga, venga, cálmate, lo de enchufarte a la red solo era una broma – dijo todavía mas liado- _ ¡Eso me gustaría! - gritó – que alguien me “enchufara”... Y salió corriendo avergonzada a llorar encima de la cama como en las películas antiguas. Leo se quedó apoyado en el piano con una mezcla muy rara de sentimientos chocando entre si y sacando restos de chispas. Volvió a sentarse al piano e intentó tocar una canción romántica que recordaba cuando recibía clases de ese complicado instrumento. Tocaba con agilidad, sin fallos, daba la sensación de que el piano tocaba solo. El piano y sus manos parecía que estaban conectados con algún fluido misterioso. Volvió a mirar dentro del piano, pasando las manos entre todas las piezas. Los martillos estaban perfectamente ajustados, la tensión de las cuerdas también, el arpa … Acarició el metal del arpa, no era de metal, demasiado brillante para contener una aleación de bronce y cobre. Era de oro como pudo comprobar días después al analizarla con una aplicación de su avanzado teléfono móvil. _¿Como es posible? Pensó al borde del pánico. A la hora de la cena, Leo subió a la habitación de Esther, llamó, la puerta no estaba cerrada y entró. La encontró sentada en el borde de la cama _¿Cenamos algo y vemos una peli? - Dijo conciliador- _¿Me vas a echar? _ Que no, mujer, me pondré guantes de goma y ya está. De esos que usan los electricistas para la alta tensión... _Bueno, dijo Esther conformada. La chica eléctrica estaba con la cara muy roja y los ojos hinchados de tanto llorar. _Venga, lávate la cara y vamos a ver que cenamos... _Eso de “enchufar” ha sido un pronto, se disculpó Esther, perdóname he sido una grosera, no vayas a pensar... _Es que tengo treinta años y nunca me han... _Venga, olvídalo, son cosas que salen así de dentro y es bueno sacarlas fuera... _Cenaron tiritas de carne de ternera muy finas con patatas picantes. Esther había calentado una losa de piedra en las ascuas de la chimenea. Puso la losa sobre la mesa y fueron echando las tiritas de carne sobre la losa a medida que las comían. _Tendríamos que poner un restaurante – dijo Leo mientras comía el delicioso plato- _Restaurante la chispa... Dijo Esther con la cabeza gacha que escondía una sonrisa de chica mala. A lo tonto a lo tonto, se metieron una botella de vino tinto de la tierra que Leo había sacado de su recién estrenada bodega. Después de cenar, se sentaron uno en cada extremo del amplio chester de cuero con miraditas y risitas, a ver una película en la tele de pago. _¿Qué película quieres ver? - dijo Leo- _No pongas una romántica, que con ese vino que he bebido, pueden haber accidentes eléctricos. _Pondré blad ranner, que es mi peli favorita... _¿Es guay? _Es del futuro, yo creo que el futuro será así. _¿Con mujeres robots que dicen si a todo? _Si, el paraíso con patatas fritas para los hombres... _¿Y no habrán calambrazos si hay cruce de cables?... _Si, como tu pero sin cruce de cables. Anda, mira la peli que te va a gustar... 34 Se quedaron dormidos antes de que el robot dijera “nosequé” de la puerta de Tanhausser... Esther soñó con tormentas de rayos y truenos y Leo con pianos mágicos. La casa los abrazó como los alcones a sus polluelos, bajo sus alas protectoras poniendo puntitos negros en la pantalla del televisor Purificando el aire para que respiraran vida. Tener sin poder tocar, uno en el extremo del otro del gran chester. Despertaron casi de madrugada y se fueron a sus habitaciones a seguir durmiendo solos. Un hilo rojo cargado de energía les unía a través de las paredes como un wifi de fuego. _Tendré que estudiar electricidad, pensó Leo antes de dormirse... Mañanas tranquilas esperando a ser llenadas de trabajo y de proyectos de vida. Desayunó con Esther con miradas y sonrisas de complicidad. _No me mires así que me pones nerviosa, mírame normal, le había dicho con voz calmada. _Tu me has mirado primero. Las personas deben mirarse aunque sea a distancia, dijo Leo mientras sorbía el café. Mas risas. Ella limpia y ordena y el se va al ordenador a dibujar planos. La mañana comienza a llenarse de trabajo. _ ¿Qué vas hacer de comer? Dijo Leo a un metro de distancia. _Arroz... _ ¿con qué? _ Con conejo, ¿Te gusta picante? Suelo ponerle una guindilla para animar... _Voy a por unos guantes de goma, si me animo vas a ver el chispazo... _Mira que eres tonto, dijo entre risas. _Es que... A las tardes cuesta empujarlas, Leo se acordó de la biblioteca, estaba aburrido y no sabía que hacer. No había ordenado las estanterías llenas de libros, apenas había entrado un par de veces, había estado muy ocupado con los cambios y los misterios. A buen ojo calculó que la biblioteca contenía unos 500 libros. Pensó en ordenarlos pero desistió al ver que no tenían demasiada relación. Tratados antiguos de filosofía en latín, poesía, literatura de autores que nunca había oído nombrar, fauna y flora de la zona... Seleccionó los que le parecieron mas antiguos pensando en valorarlos. Se fijó en un grupo de libros forrados en piel en los que no había ninguna referencia, ni editorial ni fechas. Solo el sello de la cabeza de león igual que el picaporte de la puerta. Estaban escritos a mano. Abrió uno al azar y vio que estaba escrito a mano. Con una letra pulcra, daba la impresión que era una especie de diario personal. Cuando me trajeron a la casa, yo ya no tenía fe, leyó en la primera página Continuo leyendo con dificultad, la caligrafía era un poco extraña y tuvo que ayudarse con una lupa. El diario del monje hablaba de tentaciones, de sacrificios, de penitencias de miserias, antes de ingresar en la casa. Parecía como si el fraile que escribía se confesara de ese modo, como si le sirviera de terápia o algo así. Leo se entusiasmó, pensando que era una forma de descubrir la historia de la casa y continuó leyendo. 35 Ni una referencia a la casa en si, ni al lugar donde estaba. El relato parecía escrito fuera del tiempo. Como una burbuja que encerraba todo. El compañero abad, me destinó al cuidado del huerto – continuó leyendo Leo- me dijo que de mí dependía que los demás pudieran comer, de ti y del tiempo. Con el tiempo aprendí a cultivar. Mientras esperaba la cosecha, busqué en el campo patatas salvajes y hierbas comestibles para hacer sopas nutritivas. Cuando desenterré las primeras patatas cultivadas por mi y las coles crecieron sanas, me sentí mucho mejor. Pensé que era útil para la vida, que mi vida tenía sentido. Volví a encontrar la paz después de tantos años de oración y penitencia. Leo siguió leyendo admirado, el fraile había aprendido mucho, casi había hecho un tratado de agricultura. Páginas y mas páginas sobre los nabos, las alcachofas, las judías, los tomates... Sobre el cerezo que plantó y la emoción que sintió cuando recogió doce cerezas que repartió gozosamente entre los frailes. El gusto que experimentaba cuando hacía pan con el trigo que había cultivado con sus manos. No descubrió nada en el relato del monje sobre la situación de la casa ni detalles sobre la misma.Ni una mención. Salió de la casa a ver si podía situar el huerto del fraile en las cercanías de la casa, algún vestigio, los frutales que mencionaba. Olivos, manzanos... Situados según el en las cercanías de la casa. El campo de trigo y de maíz que también mencionaba constantemente. Nada, ni una sola referencia... Leo cerró el libro y lo dejó encima de la mesa, para seguir leyendo mas tarde. Buscó a Esther como un gato en celo. Solo mirarla ya era hacer el amor con ella... Y ella lo sabía. Se había comprado unos guantes de electricista con la esperanza de poder tocarla. Le preguntó a Esther desde cuando tenía eso de las descargas eléctricas. Esther le contestó que desde que tuvo la primera regla. _Me puede tocar todo el mundo pero si me tocan con intención de “enchufarme” -dijo sin mirarlose produce el chispazo. _Hay varios chicos en el pueblo que cuando me ven salen corriendo. _¿Se lo has contado a algún médico? _No, ni a ningún electricista... - Dijo riendo- _ Una vez tuve un pretendiente electricista que se puso una botas especiales, de esas aislantes. Me tocó y casi se muere el muy listo, y mira que se lo dije que no funcionaría. _Seguro que es un castigo divino del señor de los cielos- dijo señalando el cielo con el dedo índice- _Leo avergonzado guardó los guantes en un cajón... _puedes tocarme sin “intención” dijo la chica con sonrisa de mala. _Ya no puedo, me he enamorado de ti... _Mira que eres tonto... Dijo la chica muy seria. Por las noches, después de cenar, Leo retomaba del libro del fraile hortelano. A fuerza de leer cosas de agricultura, pensó en hacer un pequeño huerto en la parte de atrás de la casa. Peguntó a Lilo, el alcalde si podía hacerlo. _¿Será por campo? … Claro que puedes hacerlo – dijo con una sonrisa socarrona- _Los de la ciudad soy bastante raros, todos los del pueblo quieren dejar los campos y tu... 36 _Tengo mucha curiosidad, dijo sin mencionar los libros de los frailes. A la mañana siguiente don Lilo apareció con su tractor dejando una parcela labrada como la palma de la mano. También le proveyó de útiles de labranza. Azadas, rastrillos, etc. etc. _ Si necesitas planté pásate por mi casa, tengo de todo... Leo agradeció el favor con una sonrisa de complicidad. _¿Te vas a hacer agricultor? - preguntó Esther extrañada- _Solo es por probar, dijo Leo, quería hacerme electricista pero el huerto es menos peligroso... _Te vas a eslomar... _Vienes al bosque a buscar setas? _No, tengo que plantar lechugas... Leo la contempló un rato mientras se alejaba cimbreando la cintura con la espalda recta. _Es preciosa, musitó. Había seguido minuciosamente las instrucciones que le dio el alcalde para organizar un huerto como dios manda y treinta lechugas lucían en el huerto en línea recta. También enterró a la distancia de un palmo, cincuenta alubias blancas. Se sentía satisfecho, tenía cosas que hacer, ya no se aburría tanto y de paso lo distraía de sus pensamientos eróticos con Esther. Leo se sentó en el banco de piedra de la entrada de la casa a esperar el regreso de Esther. Amenazaba tormenta de primavera avanzada, nubes negras con ricitos invadieron todo el cielo. Ya se escuchaban truenos a lo lejos. La tierra seca de los campos de cultivo se puso a sonreír a la espera de la ansiada lluvia. Olía a ganas de crear vida. Se preocupó por Esther y pensó en ir en su busca, tal vez en la casa hubiera un paraguas o un chubasquero. Antes de levantarse la vio venir a lo lejos con la cesta de las setas. Ya comenzaban a caer gotas de esas gruesas que hacen toc, toc en los tejados. Son el preludio de los grandes aguaceros. El rayo cayó sobre Esther, blanco, brillante, atravesándola de la cabeza a los pies. Leo salió corriendo hacia ella batiendo records de velocidad. No notó el silencio y la falta de aire en el ambiente. Parecía que todo se había detenido, incluso la tierra se contrajo en si misma asustada. Cuando llegó a su lado, notó que no respiraba, estaba desmayada, sin sentido. Golpeó el pecho de la chica con la palma de la mano e hizo presión en el pecho. Insufló su aliento en un boca a boca desesperado durante varios minutos hasta notar que comenzaba a respirar. La tomó en brazos y la llevó a casa poniéndola tendida en el chester. Buscó toallas para secarla y abrigarla sin saber que hacer mas... Ni se dio cuenta que podía tocar a Esther sin recibir un chispazo... Ella abrió los ojos sin decir nada, y lo miró fijamente al tiempo que lo abrazaba. La besó sin miedo, fuera llovía con la furia de las tormentas de primavera. _Creo que me he descargado con el rayo, dijo Esther con cara de susto, _ Me siento muy bien, dame un poco de agua, la quiero de lluvia... Leo sacó un vaso al exterior y mojándose esperó a que se llenara. Bebió casi sin respirar... Es que mientras estaba por el bosque soñaba que estaba en un desierto con leones. 37 Tenía tanta sed de ti... Estamos unidos por un vínculo maravilloso y extraño, dijo Leo mientras la desnudaba... Ella se estiró con los brazos en alto para facilitar la tarea. _Tenía tantas ganas de ti... _Tenía tantas ganas de ti, repitió ella. Jugando los dos a desabrochar cremalleras, haciendo saltar botones, corchetes, velcros. Esparciendo ropas sin pensar, solo sentir. La casa los acarició sin que ellos lo advirtieran, las piedras de los muros exteriores fueron tornándose un poco mas azules. Leo la tomó en los brazos y la llevó a la gran cama italiana de su alcoba. Los relámpagos iluminaban la casa a intervalos, seguidos de truenos que hacían estremecer los muros. Cuando los enamorados hacen el amor, no necesitan muchos preludios, enseguida necesitan penetrarse, fundirse en uno solo muy apretados. Las mariposas de sus estómagos se reúnen y hacen una fiesta entre sus humedades mezclando los colores de sus alas. Cuando terminaron, la chica dijo: Mas, mas, mas... Tenía tantas ganas. Los chicos necesitamos un poco de tiempo para recuperarnos, dijo Leo. _No tardes mucho, quiero mas, quiero toda la noche. _ Mas , mas, dormían y volvían a despertar, él pegado a su espalda como una cucharita a otra, ella despertándolo buescando su pene para saborearlo con su boca caliente... Se despertaron cuando comenzaba a clarear. Después de las tormentas se pone un cielo precioso, con el sol que asoma y las nubes que se van a mojar mas campos. La tierra de labor toma un color marrón oscuro con tonos brillantes. El agua y la tierra hacen el amor para crear mas vida. Despertaron con el sol en lo alto. Una alfombra de flores de almendro tapizaba toda la habitación... Se miraron maravillados. _Tal vez haya sido el viento de la tormenta el que los ha traído, los almendros ya están en flor – dijo Esther. _En esta casa pasan cosas muy raras... Yo también lo he notado... _¿Tienes hambre? - dijo ella- _Te haré el desayuno si me haces esas cosas tan bonitas con la lengua en las ingles ¿vale?... _Si señora, dijo el divertido, pero solo un poquito ¿vale? _Si, solo un poquito... Y el se dejó resbalar la pelvis, pasando la lengua suavemente por el interior de los muslos. Ella ronroneó al tiempo que abría un poco las piernas para dar facilidades. Abrió con los dedos la vagina y rozó con la punta de la lengua el clítoris. _ Goloso... Dijo ella. _Solo un poco, no te vayas a creer... Ella hizo caracolitos en el pelo de él y caricias en las orejas y se escurrió como un pez, doblándose con agilidad hacía su pene poniéndolo en su boca. Pronto se volvieron líquido los dos a la vez y durmieron un rato mas. ¿Qué hacer con la mañana cuando estás enamorado? 38 Es como tener sed todo el día, ansia de beber en sus labios constantemente, de olerla para poder respirar. Esther barría el suelo de pétalos de almendro. _Un poco raro eso de los pétalos ¿no? Dijo ella. _Tan raro como los chispazos, dijo Leo sonriente _Mucho mejor sin chispazos, ¿donde vas a parar? ¡ Muchísimo mejor ! _¿Y ahora que vamos a hacer con nuestras vidas? Preguntó Leo _Ya que estoy “puesta” de momento vamos a desayunar que ha sido mucho trabajo... Tostadas de pan de pueblo, jamón, zumo de naranja, café... Se habían olvidado de vestirse, se miraron con risas cómplices uno frente a otro sentados en la mesa nueva de la cocina. Poco a poco todo se volvió normal entre los dos. Les gustaba estar juntos, cercanos, era como si los residuos de electricidad de Esther se hubieran tornado una especie de imán que los atraía. Leo había comprado en la ciudad un medidor de cotas lasser, para comprobar las distancias. La sensación de que la casa se alejaba le tenía obsesionado. Desde que se enamoró de Esther, había notado que el azul de los muros había subido mas de medio metro desde la última vez que lo midió, ya no cabía duda. En las puestas de sol, la casa brillaba con reflejos azules de lapislazuli. Leo no comentaba con nadie esos extraños fenómenos. _Me gustaría ver el desván de la casa, dijo un día Esther, me gustan las cosas antiguas. Leo no puso ninguna objeción, quería compartir todo con Esther. Subieron al desván sin decir palabra, mientras Leo abría la pesada puerta advirtió a Esther que no se asustara. _ Tienes algún tesoro escondido en el desván? -dijo la chica con curiosidad- _No, solo es algo fuera de lo normal, no sabría como decirlo. ¡ Vamos a ver el misterio! -Dijo Esther divertidaEsther se había adelantado y entró la primera en el desván _ ¡Buuuuuufffffff ! ¡Cuanto polvo! ¡Cuanto trasto viejo! -exclamóLeo se quedó mudo al comprobar que el maravilloso claustro de jade y mármol blanco, había desaparecido y en su lugar habían montones de muebles viejos, sacos llenos de ropa vieja, sillas cojas, y refectorios con carcoma. _Casi mejor dejarlo como está, dijo la chica, aquí hay trabajo para varios meses … _Si, será lo mejor, dijo Leo reponiéndose. _Tendrás que subirme el sueldo si quieres que limpie ese trastero, - dijo Esther entre risasLeo se paró en medio de la escalera y volviéndose hacia ella le dijo: _No te pagaré nunca mas, me he enamorado de ti y todo lo que yo tenga es para los dos... _Ya estás “puesta” pero dentro de mi corazón. _Cuéntame cosas de ti... Se habían sentado frente al fuego de la chimenea en el chester crujiente. Esther apoyaba su cabeza en las piernas de Leo a modo de almohada. Los pies de Esther se apoyaban en el respaldo dejando caer su falda a la altura de sus muslos. 39 _Cuando era pequeña me gustaba mucho ir a nadar al mar, aprendí a nadar muy bien. Nadaba a los tres estilos, braza, crol, y espalda. También buceaba y sabía hacer el muerto, ya sabes, eso de ponerse tendida flotando mirando al cielo. A veces me quedaba dormida en esa posición. Cuando despertaba no sabía donde estaba, me daba la sensación de que me había perdido en el mar. _ Extendía los brazos y las piernas y me dejaba llevar, entonces se me pasaban todos los males. _Hacer el muerto en el mar es casi como volar... _Morir será algo parecido a eso, flotar y dormir, respirar un poco y dejarse llevar. Así todo va solo, todo va como tiene que ir. Leo la escuchaba acariciando su pelo. Le gustaba el tono de su voz, era como una música triste. _Pero un día un pez saltó y se metió en mi boca. Un pez pequeño, y azul. _ Le dejé jugar, moverse en mi boca durante un ratito, pero de pronto de fue deslizando por la garganta hasta mi estómago. _No le di mucha importancia, era un pez pequeño. Mucha gente come pescado crudo. Leo la escuchaba relajado acariciándole el pelo. Esther le tomó la mano y la escondió en su escote. _Me gusta que me toques las tetas, me hace sentir femenina... _¿Y que pasó con el pez? -dijo Leo con curiosidad- _Al cabo de unos días empecé a ponerme nerviosa, tenía ganas de ir al mar constantemente. No me importaba si era verano o invierno, solo me calmaba nadando. Comencé a bucear, creo que batí algún record de apnea. Cada vez mas al fondo. _Parecía como si el pez quisiera arrastrarme al fondo del mar... _Al final, mi madre me llevó a vivir tierra dentro, lejos del mar y el pez se fue hinchando y le salieron pinchos como a un pez globo. _Quería obligarme a que volviera al mar y pinchaba y pinchaba. _La gente decía que era rara y tonta, que me faltaba un hervor y esas cosas, que no era normal... _Los días de lluvia, salía desnuda a bailar bajo la lluvia y asi no me dolía tanto. El pobre pez quería agua. Se ve que cada vez que bailaba bajo la lluvia pillaba energía eléctrica y me cargaba como una pila. _¿Y ahora no te duele el pez? _No, ya no duele, tu eres el mar, y yo hace tiempo que soy un pez en medio del desierto con leones de ojos amarillos. _Cuando me abrazaste la primera vez después del rayo, fue igual que zambullirme en la profundidad del mar, noté que el pez de mi interior, estaba feliz y loco de contento. _Leo se sintió amado a la vez que protector, se inclinó y besó a Esther tiernamente hasta llorar de emoción. Días largos... habían construido una burbuja azul imaginaria,donde habitaban solo los dos, donde nada estaba prohibido. Leo siguió leyendo los manuscritos de los frailes, pensando que así averiguaría el origen de la casa y sus extraños fenómenos. El segundo libro que comenzó a leer trataba sobre cocina. El fraile que lo escribió había sido cocinero en un importante hotel de la ciudad. El fraile contaba en sus escritos que tuvo una crisis espiritual y cansado de la vida mundana ingresó en la orden franciscana. También fue cocinero en un gran convento. Leo se maravillaba al leer las fascinantes recetas de platos fascinantes. 40 Cientos de recetas, maneras de aprovechar los productos del campo, haciendo platos deliciosos con productos sencillos. Contaba que se sentía feliz cocinando para sus hermanos. Leo sonrió casi emocionado cuando leyó que antes de matar un pollo o una perdiz, le pedía perdón y rezaba una oración. Todo un tratado de cocina digno de cualquier restaurante de lujo. Igual que el otro libro, el tratado de cocina se interrumpió súbitamente. Incluso una receta se quedó a medio escribir. Luego páginas en blanco, amarilleadas por el tiempo. Leo sonrió al escuchar a Esther tocando el piano, se detuvo un rato para escuchar. No podía identificar la clase de música que interpretaba pero sabía lo suficiente de solfeo para saber que era de una armonía perfecta. Entró en el salón y se quedó maravillado al ver a Esther tocando desnuda con una alfombra de pétalos de dalias rojas y blancas a sus pies. _Tal vez las trajo el viento – dijo cuando notó la presencia de LeoLeo la abrazó por la espalda desnuda con delicadeza y ella no dejó de tocar la extraña música. Leo sintió que todo lo que había deseado en la vida sin el saberlo, se estaba realizando de una forma mágica. Dejó de hacerse preguntas para poder disfrutarlo. Desear cosas, momentos felices, soñar paraísos. Los sueños son la ventana que te asoma a otros universos donde todo es posible, donde las leyes físicas sacan una sonrisa. Tener todo lo soñado con solo desearlo. Leo ya no necesitaba medir la distancia de la casa respecto al pueblo, ni poner señales en las piedras lapslazuli, se notaba a simple vista que la casa se alejaba del pueblo como queriendo aislarse, al tiempo que se se volvía mas azul. Los trigos ya habían crecido un palmo y las espigas ya despuntaban entre las amapolas sonrientes. Esther solía ir al bosque cercano a recoger múrgulas y hierbas aromáticas y Leo la esperaba en la puerta de la casa sentado en el banco de piedra. Era un puro placer verla regresar con la falda al viento y la cesta llena. _¿Qué has encontrado hoy? Preguntó Leo acercándose para ayudarla. _¡Mira, es una bola de pelo! Algo gris se movía en el bolsillo de la bata de Esther. Lo tomó en la mano mostrándolo, cabía en la palma de su mano. _Estaba al borde del camino y me lo metí en el bolsillo... _¿Qué es? … parece un erizo... Al oír la voz de Leo la bola gris sacó la cabeza y abrió dos ojos muy azules y dijo: ¡Miauu! _¡Un gato! Casi gritó Leo _¿A que es precioso? _Parece una rata, rió Leo _Tiene dientes, ya sabe comer. _¿Qué comen los gatos? _De todo, carne y mas carne y un poco de leche _¿Nos lo podemos quedar? -dijo Leo entusiasmado- 42 Parece buen chico, la casa es grande, cazará ratones... Entraron en la casa y Esther le picó un poco de carne de pollo cruda y se la puso en un platito sobre la mesa. El gato se abalanzó sobre la comida como un tigre de Bengala sobre su presa emitiendo ronquidos _Se ve que tenía hambre atrasada, dijo Leo Cuando el gato limpió el plato se dirigió donde estaba Leo sentado y poco a poc fue trepando por la pernera de su pantalón para acomodarse en su falda. No se acomodó y siguió subiendo hasta su cuello, una vez allí se enroscó en su hombro ronroneando y se quedó dormido. _Se ve que le has gustado, dijo Esther _¿Es gato o gata? _Gato, es un machito precioso. _¿Le ponemos nombre? _Podríamos llamarlo bis, bis así es mas fácil... Leo le puso una manta encima del chester. Le había gustado mucho que se durmiera en su hombro Por la noche ya dormidos una bola de pelo gris escaló la cama sigilosamente, emitiendo un ronroneo que hizo despertar a Esther. Poco a poco se fue situando entre los dos con la cabeza apoyada en el cuello de Leo. _Es tan pequeño, está tan solo, pensó Esther antes de volver a dormirse. Apenas amanecía cuando bis, bis puso sus zarpitas en los ojos de Esther y su morro en la nariz reclamando comida. Esther se levantó soñolienta y le puso un plato de carne picada . Un beso en la oreja y volvió a la cama. Por la mañana jugaron los dos un buen rato con el incansable cachorro que no paraba de repartir zarpazos y mordiscos a partes iguales. Todo el mundo puede curar, leyó en el tercer manuscrito, de los frailes escribientes. No es necesario tener grandes conocimientos de medicina. La mayoría de enfermedades se curan solas, y las que no se curan solas, te matan, hagas lo que hagas. Solo hay que ayudar al cuerpo a recuperarse con ganas de vivir. Todo un tratado de psicosomática, pensó Leo... Otra cosa distinta, son las roturas de huesos, heridas, granos y pústulas. El fraile había hecho muchos dibujos de como coser heridas, como hacer una amputación o como evitar infecciones. También encontró muchas fórmulas y mezclas de plantas medicinales. Dibujos con mucha destreza artística. Fitoterápia con con amapolas y todo un tratado sobre setas alucinógenas y diversas cortezas de arboles que le sorprendió mucho. Cada vez mas aislado, Leo era feliz aprendiendo cosas de los libros de los misteriosos frailes, haciendo el amor con Esther y jugando con el gato. A veces iba al pueblo a ayudar en los proyectos de reconstrucción del pueblo. Nadie le preguntó nunca por Esther, él tampoco decía nada sobre ella, todos le trataban con normalidad. Cada vez tardaba mas en llegar a la casa, ya había dejado de medir distancias. Sabía que la casa se alejaba y ya no le importaba 43 Igual que los libros anteriores, que habían escrito los frailes, el relato del fraile medico, se había detenido súbitamente. El cuarto libro era un tratado de filosofía muy detallado, escrito en una pulcra caligrafía inglesa. El fraile que lo escribió, se hacía preguntas sobre la vida. _¿Qué somos? - se preguntaba- deberíamos saber todas las respuestas sobre la vida, por el mero hecho de que estamos vivos. Parecía indignado por no saber lo que pasa con la vida... _Los animales son mas felices que las personas. Ellos viven por vivir, nacen, crecen, se reproducen y mueren sin hacerse preguntas sobre su existencia. Al leer esas reflexiones, Leo pensó que su vida había sido una carrera de obstáculos y se había limitado a saltarlos sin pensar. Trabajo, dinero, éxito... Su trabajo le había ocupado tanto tiempo que nunca se había detenido a pensar en esas cosas. Trabajar para seguir viviendo. Continuó leyendo las reflexiones del fraile filósofo. Tampoco encontró ninguna referencia sobre la casa o como llegaron a agruparse unos frailes en ese lugar tan peculiar, tan mágico... Como los demás libros, el relato filosófico se había interrumpido de golpe, solo páginas en blanco. Tomó el quinto libro de la estantería y pudo ver que trataba de temas religiosos. Cuando me expulsaron del convento -relataba- mis teorías sobre la verdad divina no gustaron a las autoridades eclesiásticas. Aquí me siento como en un remanso del río de la vida, pero tampoco encuentro la luz, tampoco encuentro a dios. Es solo existir sin mas respuestas. Lo que escribía el fraile, denotaba una profunda soledad, una soledad sin consuelo posible. Tantos años estudiando Teología y nunca he encontrado una señal, una huella del dios de los cielos, nunca he podido entender la obra de dios, se lamentaba el fraile. Leo observó la marca de varias gotas en el papel poroso sin saber que eran las lágrimas de un fraile desconsolado llorando mientras escribía. Leo nunca había pensado en cuestiones religiosas. Siempre había sido realista, sus padres tampoco lo formaron en ese sentido, eran muy liberales. Todo había cambiado en su vida. Su enamoramiento con Esther, la extraña casa de lapislázuli que se alejaba del pueblo, el lugar donde estaba, la gente del pueblo. Incluso el gato que le sacaba sentimientos nunca imaginados. Se alegraba del cambio de vida, se sentía dentro de una burbuja azul y nada importaba apenas nada fuera de ella. Pero quedaban trozos de su vida anterior que se rebelaban tímidamente en su interior, que demandaban lógica, realidad, explicación de los fenómenos mágicos que estaban sucediendo. Una noche mientras Esther dormía, subió al desván. Quería comprobar si el claustro de jade y mármol solo fue una alucinación. Esperaba volver a ver el trastero lleno de muebles viejos, buscar algo que le indicara el origen de la casa. 44 Abrió la pesada puerta y el precioso claustro se hizo real ante sus ojos. Lo tocó con delicadeza para comprobar que era real. Pasó la mano repetidas veces por la hermosa balustrada de finísimo jade verde casi transparente y lo recorrió despacio como un monje en oración. Puso en silencio sus pensamientos lógicos y se dejó maravillar por su belleza. Miró detenidamente y se dio cuenta que no podía ver el fin. Levantó la cabeza para mirar las ojivas de los arcos góticos y no pudo ver el techo. Reflexionó... Todo lo que deseaba íntimamente, esta ca.sa me lo concede. Siempre me ha encantado la arquitectura gótica, los mármoles, las piedras preciosas... _Parece un sueño... Escuchó de fondo que Esther tocaba el piano, su música le atraía como un sueño hipnótico. La encontró en el salón sentada, tocando con manos ágiles. El gato se había introducido en el arpa del piano y jugaba con los martillos a atrapar ratones imaginarios. Desnuda, con un halo de luz a su alrededor. Se acercó a su espalda rozándole levemente el pelo. _Llévame a la cama en brazos, porfi, dijo con voz queda. La tomó en brazos y bis-bis los siguió con la cola levantada. _Tal como te has puesto, podrías llevarme sin brazos, dijo melosa... _Es que me gustas tanto, atinó a decir Leo. La vida de leo discurría feliz y tranquila dentro de la burbuja mágica. Ni siquiera se daba cuenta que el tiempo se había detenido, ni se daba cuenta que el gato no crecía, que seguía siendo el cachorro juguetón del primer día. El manuscrito del fraile místico, había terminado como los demás libros. Relato interrumpido y páginas en blanco. Leo pensó que algo grave había pasado para que todos sus pensamientos se hubieran interrumpido de esa manera tan brusca. Repasó varias veces lo escrito, ni rastro de fechas, ni días, ni años, ni nombres en todos los relatos de los frailes. Una mañana se asomó al balcón de su habitación y ya no vio el pueblo, ni siquiera el campanario de la iglesia. La casa ya se había aislado completamente. Los muros de la casa ya eran todos azules de lapislazuli, brillaban con una intensidad deslumbrante Salió a la puerta con la intención de ir al pueblo pero no pudo orientarse en que dirección estaba situado. También notó que no tenía ganas de ir... Una mañana despertó y no notó a Esther a su lado, solo un mensaje escrito con pintalabios rojo en las sábana. Creo que el pez está creciendo otra vez, tengo que volver al mar... Leo no se molestó en buscarla, sabía que ella había salido de la burbuja azul. Buscó a bis-bis y lo encontró sentado ante la puerta como esperando que le abriera la puerta. La abrió y el gato salió corriendo hacia el bosque con el rabo tieso. Estuvo varios días deambulando por la casa como un autómata hasta que se vació la nevera. 45 Andaba entre sueños, se dio cuenta que las cosas repetidas aburren. Que Esther era su paraíso, todo lo demás, incluso la magia de la casa solo era un adorno, la tramoya de una obra de teatro. Comemos, transformamos energía en nosotros mismos y nos reproducimos, como una bacteria que se une para dividirse. Comer y reproducirse – pensó- si quitas eso nada vale la pena, todo está en función de eso. Se abandonó durante unos días sin apenas comer, solo comía lo poco que había crecido en el huerto. Una noche, notó un fuerte olor a huevos podridos en el salón. Rebuscó entre los libros olisqueando como un perro de caza entre los lomos de los envejecidos libros de la extraña biblioteca. A medida que se acercaba al fétido olor lo notaba mas fuerte. Se mareó un poco. Le llamó la atención un libro negro. Era el que olía tanto... Al cogerlo en sus manos, cayó a sus pies un anillo de plata cortado. Leo se sentó en la gran mesa, tal vez en ese libro este lo que quiero saber de la casa- pensóAl abrirlo, encontró una nota escrita a mano que advertía del peligro de leer el libro sin ponerse el anillo de plata en la nariz. Leo se lo ajustó cuidadosamente en la nariz y el olor cesó al momento. Apenas comenzó a leer el libro negro, toda la estancia se oscureció a pesar de ser medio día. Cuando pronunció el nombre de Astaroth e hizo el ritual indicado, sintió la presencia de Astaroth. No le era ajeno, estaba fundido en él. Las dos naturalezas integradas, era como reencontrarse con un viejo amigo, sabiendo que eran uno desde siempre. Las palabras no fueron necesarias. Leo sintió la revelación de todo el universo en un fogonazo de luz. El tiempo y el espacio dejaron de existir, solo quedó la consciencia del ser. Era el centro de todo el universo... Se sintió solo... Único y a la vez todo, el despertador había funcionado una vez mas. Solo y omnipotente, aburrido, desamparado, vivir por vivir. Llenar la nada, imaginar vidas e historias sin ser consciente de ello, crear mundos a veces estériles, a veces habitados por seres fruto de su imaginación creadora. Viviendo en su esencia en cada uno de ellos. En cada partícula, en cada persona, Despertar era como un descanso, desdoblarse en otras vidas sin ser consciente. También había creado a Astaroth para que le despertara al final de la aventura. Buscándose a si mismo, ser para hacer, hacer para ser. Después de cada creación, de cada universo, descansaba para contemplar lo creado. Miles de millones de seres, humanidades a su semejanza, con el fermento de su espíritu, con el libre albedrío para que para su desarrollo. Vida y materia, pudo vivir en cada uno de ellos siendo el mismo pero enajenándose sin pretender que fueran marionetas controladas. Recordó todas sus vidas, sus alegrías, sus penas, su amor, su dolor. La insoportable sensación de aburrimiento, le hizo concentrarse lentamente buscando la esencia de sus creaciones. La eternidad, el tiempo que se para, nada avanza ni retrocede. Había existido desde siempre, era el principio y el fin de todo. Una existencia espiritual única. Un latido en medio de la nada cósmica. Omnipotente... Solo. 46 La historia vivida en la casa lapislazuli, le había encantado, al fin y al cabo él era el gran arquitecto constructor de universos. Vivir la vida de Leo y construir una burbuja azul había sido muy emocionante. El truco de la inconsciencia era necesario. Soñar mundos y hacerlos materiales, crearlos y sumirse en ellos, integrarse en cada roca, en cada ser, en cada estrella. Sembrar y dejar crecer, despertar y volver a soñarse a si mismo. Recordaba cuando creó el paraíso de la tierra, un planeta perdido entre infinitos puntos de luz. Fue como pintar un cuadro, tuvo que inventar los colores y lo pintó de azul. Vida en medio del universo, un punto azul solitario como su soledad. Nada parecido a otros mundos que había creado en su lucha contra la nada Algo diferente, algo vivo... Echó mano a su esencia, algo similar a él, queriendo impregnar su esencia en la vida de ese mundo creado. Era algo nuevo, le entusiasmaba, era como construirse a si mismo. Una forma de realizarse a si mismo en los demás. Por primera vez dejó de sentirse aburrido... Moldeó la tierra mezclando cosas. Seres de formas caprichosas, imaginativas, dejando fluir, asociando unas formas a otras. Formas en los lugares secos, mezcló agua y tierra. Los desbarató varias veces hasta que estuvo satisfecho. Luego aire acariciador, otras veces destructivo. Nubes que jugaban a absorber el agua, para luego verterla en la tierra seca. Se entretuvo jugando con los elementos creados, poniendo rayos de luz y sonoros truenos, creándolos con su voluntad Mezcló el amarillo de la luz con el azul del mar, y le quedó un verde muy bonito que esparció por doquier, miles de tonos verdes que se iban creando solos. Era algo nuevo para él, crear criaturas y dejarlas crecer de una manera caótica. Como sembrar y esperar a ver lo que sale. Y la bola azul fue tomando forma. Lo que al principio solo era un juego, se fue tornando algo mas serio, mas importante. Si pensarlo estaba poniendo en su creación todos sus anhelos Y así, quiso crear el tiempo... El principio y fin de las cosas. Consideró que hacer las cosas eternas resultaba aburrido. Nacer, crecer, vivir, reproducirse y morir... Todas las criaturas que había creado le gustaban, pero pensó que solo se limitaban a existir. Pensó en crear unos seres bellos, etéreos, pensantes. Una especie de corte celestial de espíritus guardianes de su bola azul. Con solo quererlo los hizo reales. Le salieron muy bonitos, brillando con luz propia, con bondad e inteligencia muy especial. Pero eran un poco aburridos, le adoraban y le daban la razón. Claro, de hecho, eran él mismo, nada había fuera de él. Podía hacer la comedia que eran diferentes pero solo lo eran en apariencia. Se preguntó por qué los había creado. Necesitaba compañía, por eso lo hizo. Hacerlos iguales a él le dio un poco de miedo, sería una competencia excesiva. Después de meditar, les concedió vida propia, libre albedrío. 47 El resultado fue una especie de dioses menores, bondadosos e inteligentes. Un poco mayordomos y algo pelotas pero hacían compañía. Hablar con ellos era como hablar consigo mismo. Concluyó que habría que darles un poco mas de autonomía. Crear ángeles era como cultivar un jardín; formas hermosas, bellas, cada uno con sus cualidades. Seres autónomos pero con su esencia, con su espíritu. Poco a poco, fueron surgiendo con diferentes características, unos mas bellos, otros mas inteligentes, unos alegres y otros mas melancólicos. Querubines, serafines, arcángeles... Una corte celestial para no estar solo... Contemplaba como crecían, como se desarrollaban cada uno con su personalidad y con la esencia de él. Miguel, Gabriel, Rafael... En todo jardín hay flores y plantas preferidas. Cuando se nace se ignora todo, y los ángeles comenzaron a hacer preguntas... Los había creado inteligentes y comenzaron a hacer preguntas como adolescentes atrevidos. ¿Qué somos? ¿Porqué fuimos creados? … La angustia de vivir sin saber se apoderó de ellos. Querían saber la naturaleza del creador... ¿Como explicar las cosas cuando no existe el principio ni el fin? La luz oponiéndose a la sombra, la creación contra la nada sin saber por qué... Mientras tanto,la vida en la bola azul, se desarrollaba adquiriendo su propia naturaleza. Tomando formas, creándose a si misma, estallando y volviendo a la vida. ¿Como explicar que él era el todo en lucha eterna sobre la nada? Un estado sin principio ni fin, una luz ante la oscuridad. Seleccionó cuidadosamente a los ángeles mas bondadosos y mas inteligentes. Inteligencia bondadosa y bondad inteligente. Poco a poco fueron entendiendo partes de su naturaleza celestial Dejar crecer la semilla, dejarlos crecer. Cada vez mas inteligentes. La inteligencia es poder... Crearon un reino... A veces se le olvidaba que los ángeles eran él mismo desdoblado en ellos. Se sentía tan acompañado, tan adorado... Realizado en si mismo. No se sabe como sucedió pero los ángeles se personalizaron, adquirieron conciencia de ser. Como universos que se alejan del estallido inicial de su origen, de sus vidas, se fueron alejando... Como hijos emancipados, rebeldes, retadores... ¿Como castigarlos sin castigarse a si mismo? Querían ser como él, todopoderosos... Lo eran sin serlo, sin saberlo. Se formaron dos facciones, los que entendían su naturaleza y los que aspiraban a ser diferentes. Crear universos, aventuras, crear realidades a fuerza de sueños. 48 La luz tiene esas cosas, cuando un positivo y un negativo chocan, se produce un chispazo... Cuando una energía irresistible choca con un cuerpo inamovible todo estalla. Chamuscados, ennegrecidos, los ángeles perdedores esperaron el castigo divino. No quiso ser muy duro con ellos, era como serlo consigo mismo. Los dejó caer en el mundo azul, en su obra de arte de colores. Les dejó desarrollarse a su libre albedrío a ver lo que pasaba, a la espera de su arrepentimiento. Los ángeles chamuscados por la luz divina, se sintieron muy raros en el mundo material. La bola azul ya había fermentado, se había diversificado en miles de millones de formas y especies. Había cobrado vida propia. Daba vueltas formando el día y la noche, el calor y el frío, inventando una forma de tiempo propio. Reproducirse es aspirar a la eternidad... El espíritu de los ángeles rebeldes les ayudó a adaptarse, se fundieron con los seres que allí vivian creando la especie humana, una especie de materia y espíritu divino. Solo los ángeles mas inteligentes no quisieron mezclarse, no querían perder su poca condición divina. Tenían querencia por la oscuridad y fundaron un reino de tinieblas. Eran prisioneros de la bola azul pero seguían siendo incorpóreos jugando con los humanos a ser pequeños dioses, los dioses de la rebeldía. Los humanos evolucionaron en una forma de vida entre la l,uz y las tinieblas, contenían el espíritu de su creador y la rebeldía de los ángeles caídos. Un estado entre la luz y la oscuridad semejante al universo. La lucha entre la nada y la materia. Teniendo hijos para lograr la eternidad, comiendo energía y transformándola en otros seres humanos. Dando vueltas a si mismos, evolucionando para volver a su verdadera naturaleza divina. Sin ser conscientes de ello... A su imagen y semejanza crecieron y se extendieron creando cosas, civilizaciones, convirtiendo sueños en realidades. Buscando respuestas, inventando preguntas... Destruyéndose y volviendo a construirse Escapando del aburrimiento que lleva hacia la nada. A veces él, se fundía con algún humano para vivir su vida Cuando se existe en la eternidad, el tiempo deja de tener sentido. Expandir su esencia en cada ser creado a la vez, estar solo y crearse compañía a si mismo... La aventura en la casa lapislazuli le había gustado... Esther, el gato, el piano, las columnas de jade, los habitantes bondadosos, su trabajo de constructor de casas. Había sido consciente de esa vida cuando Astaroth lo despertó. Quiso volver a adormecer su divinidad y Astaroth sonrió en la oscuridad. Leo despertó de una siesta larga cuando escuchó el sonido del picaporte de la puerta principal, una mezcla de toc,toc y de rugido de león. Abrió la puerta y se encontró a don Lilo, el alcalde que portaba en sus brazos al gato bis, bis . _Creo que tu gato tiene hambre... 49 _Perdone, creo que he dormido demasiada siesta -dijo Leo azorado - _Mañana llegan tus ayudantes, ya les hemos preparado alojamiento en casa de Mery... _ Tu estás en luna de miel, según dicen en el pueblo – dijo socarrón - _Mañana reunión en el ayuntamiento, ¿Te va bien?... _Si, vale, ya me dirá la hora, dijo mas espabilado. _A las seis de la tarde, que ya refresca... _¡Y despierta, que hay mucho que hacer...! -Dijo entre risasLeo se acercó a la nevera seguido del gato, se sentó a sus pies mirándolo con los ojos redondos e inclinando la cabeza. Se abalanzó sobre el trozo de jamón york como un tigre sobre una gacela. Se sentaron los dos en el banco de piedra de la puerta, Leo le rascaba la barriga y el gato le mordía jugando a comérselo. El sol ya no quemaba cuando vio a Esther a lo lejos cargando un cesto de frutos del bosque. Al acercarse la chica reía alborozada. _ ¡He encontrado de todo! Setas, trufas, arándanos y fresas salvajes... Se las enseñó como si fuera un tesoro hallado. Leo la atrajo hacia el y la sentó en sus rodillas. _¿Has dormido mucho? No quise despertarte sonreías como un niño... _ Hablando de niños, dijo como si nada, creo que estoy embarazada... Leo abrió los ojos como platos sin saber que decir... _Mira que te lo dije, que sin condones pasan esas cosas... _Anda, ve a la reunión del ayuntamiento que don Lilo te espera, a ver que hacéis con el pueblo... De camino al ayuntamiento se encontró con Mery que le dijo con sorna... _¿Abra boda al final? _Boda y bautizo – contestó Leo con cara sonrienteMery dio un respingo y corrió a la casa azul a apoyar a la embarazada. De camino al ayuntamiento Leo pensó ilusionado si sería niño o niña Si es niño, le pondré Jesús como mi padre, y si es niña que elija Esther, espero que no le ponga el nombre de la abuela... F I N

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