jueves, 3 de julio de 2008

MIERDA

-Ya le dije a tu hermana que ese tipo le traería muchos disgustos –dijo el doctor Bloum a su hijo mayor.
-¡Es un soldado, papá!, y los soldados sólo entienden de terror y fuerza, todo lo resuelven a porrazos y a tiros, es un reflejo profesional, además a Lía ya le conviene un poco de disciplina –dijo Look, el hijo de Bloum.
-¿Qué necesidad tiene tu hermana,(una buena chica de buena familia), de casarse con semejante patán? –insistió Bloum.
-No es mal chico, un poco primitivo y elemental, pero no es mal chico.
-Sí, –dijo Bloum- ella dice que es sincero y espontáneo,pero la verdad es que sólo es un ignorante que ni tan siquiera sabe mentir con elegancia, ni guardar las más elementales normas de educación y convivencia.
-¿Qué ha ocurrido esta vez?-le cortó
-Aquiles se ha gastado la paga del mes en bobadas, se han peleado como locos y los han echado del piso otra vez, creo que necesitan un nuevo aval…
-¡Estoy harto de firmar avales! A Lía más le valdría dejar a ese tipo y volver a casa otra vez-dijo Bloum cabreado.
-Lía no volverá a casa papá, tú ya lo sabes, te lo ha dicho mil veces, antes preferirá irse de mendiga a la calle que volver a casa después de la que lió con el bodorrio, el viaje de novios y todo el rollo, que parecía que se había casado la princesa de Gales con el general Aquiles. Lo mejor será que la avalemos otra vez, ya se recuperará y pagará.
-Y si no paga pagaré yo. No me importaría si fuera sólo para ella, pero me jode que ese capullo me chulee la pasta. De todas formas es la última vez, ya estoy harto.
-¡Venga papá! –dijo Look riendo- ¡si estás forrado!
-Tu hermana rechaza mi dinero y me llama facha, pero te usa a ti de intermediario para que yo le resuelva sus líos.

Look trabajaba como ayudante de su padre, los dos eran médicos.Él tenía razón, su padre estaba forrado, y tenía más dinero del que podía gastar, aunque a él el dinero le importaba poco o nada.
Los médicos de la ciudad de Gurb eran considerados imprescindibles- "La salud es lo primero", se podía leer en los eslógans por toda la ciudad.
Blooum y su hijo eran el ejemplo de toda la profesión, dedicaban casi todo su tiempo a investigar nuevas técnicas de cirugía, y de tarde en tarde hacían alguna operación delicada.
Blooum era especialista en cirugía y biología, y Look (su hijo)era anestesista y neurocirujano, aunque también había cursado la carrera de psiquiatra. Últimamente anestesiaba a sus pacientes con técnicas de hipnotismo y sofrología,para evitar los problemas que causaba la anestesia.
Sus operaciones eran un ejemplo para toda la profesión médica, sus conferencias estaban siempre llenas de médicos con ganas de aprender las nuevas técnicas del tánden Blooum y Look.
Sin embargo Lía nunca quiso saber nada de la profesión de su familia, su padre la obligó durante un tiempo a estudiar medicina pensando que ya se le pasarían las manías, pero desistió, ella se negaba a asistir a las clases, y vomitaba con sólo pensar en la sangre.Un día le dijo a su padre que no insistiera más y él aceptó resignado.

La dejó en paz, a la espera de que ella misma resolviera los problemas de su vida.
Cuando la esposa de Blooum se marchó de casa aburrida de tanta medicina y ciencia Lía se convirtió en una chica salvaje y maleducada, hacía lo que le venía en gana y probaba todo lo que le apetecía.
Blooum se horrorizaba cuando los amigos de Lía invadían su casa, le habían dejado la todo patas arriba varias veces con sus grotescas fiestas de sexo y droga.
Finalmente Blooum se cansó y le cortó las alas, le alquiló un apartamento y le dio una asignación mensual, lo justo para que viviese dignamente.
Lía se cabreó mucho al principio y dejó de hablarle, aunque mantuvo abierta la línea de su hermano para comunicarse con su padre.

La vida de Lía continuó siendo un desastre, no sabía lo qué hacer y se pasaba todo el tiempo llamando la atención, su apartamento parecía un vertedero de basura, siempre estaba lleno de amigos que la chuleaban, de gente que apenas conocía y que sólo se acercaban allí para participar en sus fiestas y en sus orgías sexuales.
Poco a poco sus amigos se fueron cansando y Lía se quedó sin público que le riera sus gracias a cambio de unas copas o de unas noches de alojamiento, además había engordado bastante y los chicos no querían sexo con ella.
Se deprimió y se encerró en casa, no quería ver a nadie, se pasaba el día deambulando por la casa calmando su desasosiego a fuerza de comer y beber refrescos dulces.
Look la visitaba de tarde en tarde e intentaba ordenarle un poco la vida, pagaba las facturas atrasadas y se quedaba a charlar con ella.
Look quería de verdad a su hermana, se entristecía al verla tan gorda y tan abandonada, sin ganas de hacer nada, aburrida y tumbada todo el tiempo.
Lía le lloraba un poco y él intentaba hacerle un poco de terapia, a veces le daba algún calmante, pero no se atrevía a dejarle el frasco de pastillas.
Una tarde Look le llevó a Lía su ordenador usado, con la intención de que se aficionara a algo y dejara de dar vueltas por el piso como un animal enjaulado.
Al principio Lía no le hizo demasiado caso, a pesar de su desinterés Look se pasó la tarde explicándole su funcionamiento con paciencia.
Caía la noche cuando Lía ya sabía conectarse con seguridad en la red, Look le dejó un manual práctico en la mesa y se marchó aliviado al ver que su hermana mostraba interés por algo.
Lía se pasó la noche navegando por los intrincados mares de la red.
Escribía una pregunta y el ordenador le daba miles de sitios donde encontrar la respuesta. Se empolló el manual y en pocas semanas se convirtió en casi una experta.
De pronto ya no se encontró sola, se sentía acompañada por millones de personas, podía chatear, ligar, preguntar y hasta comprar desde su escritorio.
Fue en la red donde encontró la publicidad de la secta:"Si estás solo, si no sabes que hacer con tu vida, ven con nosotros…"
Una granja con paisaje idílico, hermanos comprensivos y bondadosos, comida vegetariana, sexo libre y comunitario…
Lía no lo dudó, se puso en contacto con el paraíso prometido y una mañana fue a visitarlos. No tuvo ninguna duda: se trataba del paraíso,la solución de su vida.
Se quedó, ni siquiera volvió para llevarse el equipaje. Se desnudó como le indicaron, le pusieron una túnica blanca, debía dejar atrás toda su vida anterior para volver a nacer…
Los días siguientes fueron los más felices de su existencia.
Durante varios días fue el centro de todas las miradas de los chicos de la comunidad, todos querían acariciarla y hablar con ella, dormir con ella, vestía una bata blanca de seda sin ropa interior debajo... Volvió a sentirse el centro de atención de la comunidad.
Llamó a su hermano y le dijo que ya no necesitaba el apartamento, que había encontrado su camino, que había encontrado su sitio. No le dejó la dirección.
Look se extrañó bastante al escuchar el mensaje de su hermana, pero la dejó hacer y no le dijo nada a su padre, tampoco canceló el apartamento, ni su asignación mensual, conocía a su hermana y quiso ser precavido.
Pasaron un par de semanas y Lía fue llamada a secretaría, allí le explicaron dulcemente que debía hacer donación de todos sus bienes materiales a la comunidad, ella les dijo que no tenía nada, que había roto con la familia y que no disponía de ningún ingreso.
Sabían que su padre tenía dinero.
Le preguntaron si tenía algún seguro a su favor.
Alguna asignación…

Lía les habló de su asignación, y ellos lo arreglaron todo vía online.
-Debería hablar con su familia –le dijeron- Necesitamos ayuda para mantener el paraíso…
-Mi padre no me dará nada, no me quiere.-replicó ella-
-Nosotros sí te queremos,Lía, aunque deberás ayudarnos con un poco de dedicación.

Poco a poco la fueron incorporando al equipo de trabajo, le fueron enseñando los rudimentos de la jardinería y la horticultura, más tarde le explicaron lo de la plantación de opio…
Doce horas de trabajo y el paraíso se tornó un infierno.
Doce horas interminables al día de trabajo duro de campo…
Después de una semana dijo que quería volver a su casa…

-No puedes irte hermana-le dijeron- te queremos y no podemos perderte.
-No sabía que tendría que trabajar tanto-dijo ella.
-Gracias a ti esto es posible, te queremos y no renunciaremos a ti-fue la respuesta.

Aguantó unos días más…
Le dolía la espalda y se dio cuenta que era una esclava.
-Me voy-dijo una tarde muy cabreada.
-Hermana, no te puedes ir, ya lo sabes –le dijo la portera.
-¡Quita de en medio coño! –le dijo a la portera-
-¡Me voy de aquí, esto es un engaño!

Aparecieron los chicos grandes, se la llevaron a una habitación sin ventanas, le pegaron sin dejar señales, la amenazaron y le inyectaron una dosis de heroína.
La dejaron varios días sin comer.
Le dijeron que si lo volvía a intentar le inyectarían una sobredosis y la dejarían tirada por ahí.
Ella tuvo que ser buena durante algún tiempo.
Supo que estaba en el infierno.

Look pensó que ya hacía demasiado tiempo que Lía no daba señales de vida, y decidió ir a su apartamento a ver si encontraba pistas de su paradero. Aunque su padre le había dicho que la dejara en paz y que ya encontraría su camino, él no estaba tranquilo. Buscó pistas por todo el piso y se sorprendió al ver que no se había llevado nada, ni siquiera la documentación ni las tarjetas de crédito, toda su ropa estaba allí.Le dió un vuelco el estómago cuando observó que ni siquiera había desconectado la luz y ni cerrado la llave de paso del gas.
Buscó y rebuscó por todo el piso pero no encontró nada, encendió el ordenador y hizo un rastreo en el historial de las últimas semanas.
No tardó mucho en comprender que estaba en lo que ella llamaba el paraíso, las numerosas entradas en la web de la secta le indicaron que estaba allí.
No tardó mucho en personarse en la gran mansión, a las afueras de la ciudad.
Preguntó por ella y le respondieron que las personas que vivían allí no tenían nombre, les dio una descripción precisa de su hermana, pero se negaron a responderle.
Él los amenazó con avisar a la policía, y ellos le invitaron a salir del edificio amablemente…
Look habló con su padre, y después de discutir un rato Bloom llamó a un especialista en sectas.
El especialista negoció con los chicos del paraíso. Acordaron que les devolverían a la chica si pagaban los gastos de su estancia.

-!Más caro que el mejor de los hoteles! –dijo Bloom al enterarse del precio-
Intentaron renegociar pero el precio no bajó…
Adujeron que más caro les saldría curarla de sus nuevas adicciones.
Indignado Bloom habló con el intendente de la empresa de policía, éste le debía un favor, una vez Blom operó a uno de sus mejores policías de un tumor en el cerebro y quedando éste como nuevo.
El jefe de la de la empresa de los policías les dijo que no sería fácil, que usarían las armas si era necesario.
-Esta gente pertenecen a un estatus especial.
-Sólo quiero sacar a mi hija de ahí, no hace falta que bombardeen el edificio-dijo Bloom sin saber en lo que se estaba metiendo.
-Tenemos unos especialistas-dijo el jefe-
-De acuerdo, lo que sea con tal de que me la traigan entera.

El jefe de la agencia de policía preparó cuidadosamente la operación.
La policía de la ciudad de Gurb estaba compuesta por varias secciones, desde que pasó lo del cambio ya no dependían directamente del Estado ni del Ayuntamiento, se habían transformado en una empresa privada con infinidad de sucursales, que se ocupaba de poner orden en la ciudad.
La empresa formaba a sus candidatos en escuelas de policía y después los dividía por especialidades. Desde que el orden de la ciudad estaba en manos de la empresa NODELIX (así se llamaba) la delincuencia se había reducido mucho, incluso ya estaban pensando en una reducción de plantilla.
El alcalde decía orgulloso que todo funcionaba así de bien porque NODELIX se dedicaba en cuerpo y alma a la educación, trabajaba muy bien y además no desbarataba los presupuestos de la ciudad.
El alcalde de Gurb no era un alcalde electo, para ser alcalde de Gurb se convocaban oposiciones, y el que las ganaba se convertía en “alcaldable” y se le integraba en un reducido grupo, a la espera de que el alcalde titular se jubilara o no cumpliera el programa al que se había comprometido.
De hecho el ayuntamiento también se había convertido en una empresa, aunque se mantenían las formas antiguas del bastón de mando y las inauguraciones con corte de cintas de bandera,y todas estas tonterías a las que ya no asistía casi nadie.
El alcalde no era más que el director general de la administración de la ciudad de Gurb.
La ciudad (de tipo mediano, solamente seis millones de personas ) funcionaba razonablemente bien, todos hacían lo que tenían que hacer. En el tema económico se hacían previsiones a corto, medio y largo plazo, y se procuraba cumplirlo dentro del tiempo razonable, la gente se portaba bien en general.
Ya no existía el capitalismo; origen de todos los males de la humanidad, las clases medias se impusieron en todas partes, y los ciudadanos se educaban desde niños en la idea de que el exceso es malo.
Cuando la gente se pasaba de la raya cometiendo actos incívicos o cometiendo delitos se procuraba reeducarla, enviándola a una empresa ubicada en el campo, que sustituía a las cárceles. Allí se procuraba que entraran en razón, en los casos más graves, crímenes y terrorismo se les aplicaba la pena de muerte de una manera indolora…
Ya no existían los jueces. Un ordenador convenientemente programado se encargaba de tan desagradable tarea.
Si matas, mueres…
Si cometes faltas graves de convivencia, vas a la empresa de reeducación…
Si no te reeducas sales de la ciudad, para no volver jamás.

El jefe de la empresa de seguridad mandó llamar a Aquiles.
Aquiles era un policía–soldado, un especialista en violencia, los soldados–policía formaban parte de una reserva especial, sólo para casos excepcionales, sus plantillas se habían reducido mucho, y sus intervenciones eran cada vez más infrecuentes.
El jefe le extendió un cheque como paga extra, y le entregó un número pin para que accediera al programa de la misión que le confiaba.
Aquiles estuvo toda la noche haciendo planes para la operación.
Llamó a seis soldados, con seis bastaría…
El plan era de lo más sencillo: Llamar golpear y llevarse a la chica.
Aunque la violencia estaba muy mal vista, algunas veces había que recurrir a ella. Hay personas que no entienden otro idioma que el palo, y a la institución del paraíso ya se le había avisado varias veces. A la administración no le importaba que se llevara a los chicos para hacerlos trabajar como si fueran esclavos, ni les importaba en demasía que les llenara la cabeza de ideas imposibles a algunos inadaptados, a veces cumplían con una...digamos... tarea social para quitar de en medio a algunos elementos indeseables.
Ya se les había avisado de que no se pasaran con el tema de los “rescates”, ni con los hijos de las personas importantes, debían ser comedidos si querían continuar con el negocio.
Aquiles y sus policías–soldados llamaron a la puerta y esperaron.
-¡Buenas noches hermano! –dijo el portero de túnica blanca.
Aquiles miró la sonrisa babosa del portero y no tuvo ganas de diálogo, le encantaba la violencia y se dejó llevar por sus instintos.
Borró la sonrisa de un puñetazo en los dientes del portero-hermano-sonriente.
Entraron en el edificio como un elefante en una tienda de cristalería, golpeando y mientras gritaban el nombre de Lía. Los que les salían al paso seguían la misma suerte que el portero. Cuando llegaron los chicos fuertes de seguridad los soldados de Aquiles emplearon sus armas, fusiles de cargas anestésicas que anularon cualquier oportunidad de pararlos.

-¡Lía! ¡Lía! – Llamaban con voz de trueno-
Aquiles la encontró en su celda, vigilada por una hermana de túnica blanca que no opuso resistencia.
-¡Dame las llaves idiota! –Dijo amenazante Aquiles-
La chica se las dio sin rechistar.
-¿Eres Lía?-preguntó Aquiles-
-Sí –contestó ella.
-Te vamos a llevar a casa-se limitó a decir el soldado.

Ella no supo qué hacer y sólo atinó a abrazar a Aquiles, él se conmovió y la tomó en sus brazos como una pluma llevándosela al exterior.
Salieron del paraíso y los soldados de Aquiles les hicieron el pasillo. Estaban de buen humor y no mataron a nadie, sólo se llenaron las mochilas de cocaína, tuvieron la suerte de encontrar el laboratorio. Luego le darían su parte a Aquiles…
El Gurú del paraíso llamó al jefe de la policía y protestó mucho.
El jefe de la policía no le hizo ni caso, lo negó todo.
Los dos se amenazaron mucho pero no se mordieron nada.
Y la cosa no pasó a mayores.
Look se llevó a su hermana a una clínica de desintoxicación y Lía mejoró enseguida…
Aquiles le trajo flores.
Ella le había dado su dirección de correo y estuvieron chateando: ella le daba las gracias y él le decía que había sido un honor…
Lía se había quedado fascinada por las formas de Aquiles, por su cuerpo atlético y su mandíbula tallada como de roca.
Bloom estuvo encantado cuando aparecieron en su casa cogidos de la mano con cara de imbéciles diciéndole que se querían casar a la vieja usanza.
Con flores de azahar y vestido blanco…
Con fiesta y tarta…
Con dos niños que le llevaran la cola…
Con anillos.
Y Bloom se los quedó mirando con una sonrisa boba, incapaz de decir que no a nada, enternecido por las miradas de los enamorados.
Besó a su hija y abrazó a Aquiles dándoles su bendición.
Llamó a Look y le dijo que se ocupara de todo, Look sabía que su padre era un sentimental y se entusiasmó con la idea de una boda a la antigua usanza.
Preparó todo para el gran día.
Todos los invitados llevaron traje de pingüino, los camareros se confundían con los invitados (éste fue el único fallo)
Look les regaló un viaje de bodas a los fiordos de Noruega
Bloom le asignó una pensión a Lía para que pudiera respirar un tiempo.
Con la pensión y el sueldo de Aquiles podían vivir como unos pobres decentes.
Respiró aliviado después de la boda, y se fumó uno de esos habanos prohibidos.

Vivieron unos meses subidos a una nube de color rosa, Aquiles se desvivía por complacer a Lía, y ella se esforzaba para parecer una buena ama de casa, incluso había pensado en tener un niño como los antiguos, sin madre de alquiler y esas cosas que estaban de moda.
Pero Aquiles se cansó pronto de navegar entre las grasas de Lía, al principio le pareció divertido copular con una chica gorda, sus amigos se reían un poco de él aunque sin mala intención, los amigos de Aquiles estaban acostumbrados a sus cosas.
Un día le dijo con mucha delicadeza que debería adelgazar.

-Éso es muy difícil, mi amor –le dijo distraidamente.
-Es una cuestión de disciplina, cariño-insistió él.
-Se tardan años en cambiar el metabolismo, además luego hay que someterse a cirugía, y eso duele…
-Tu padre es un gran cirujano…
-He visto verdaderas carnicerías.
A Lía le horrorizaba la idea de operarse de nada.

-Entonces yo puedo ayudarte. Con ejercicio y disciplina en un año podemos lograrlo.
Ella le dijo que sí para que la dejara en paz.

Aquiles montó el plan, un régimen severo y gimnasia a todas horas, Lía se sometió unos días, pero a la semana le dijo que se encontraba mal, que le dolían todos los huesos y que quería dejarlo.
Aquiles no estaba acostumbrado a las deserciones y se enfureció por dentro.
Se negó a hacer el amor con ella.
Pero Lía lo masturbaba y le chupaba el pene para calmarlo.
Él se hacía el dormido.
Comenzó a salir por las noches con sus amigos y a tomar los polvos azules que le hacían ver las cosas de muchas maneras, casi como un arco iris, aunque en él siempre predominaba el color rojo.

-O me follas o te vas –le dijo una noche Lía.
Aquiles se quitó la máscara de seda y detrás de ella apareció la máscara de hierro, la máscara de hierro de soldado.
La golpeó de una manera extraña, de una manera dolorosa, sin dejar señales apenas…
Una paliza técnica, así la llaman en los manuales de tortura.
-Si no quieres ser mi mujer serás mi esclava-le dijo.

Ella se lo contó todo su hermano llorando a moco tendido.
Como era habitual Look se lo contó a su padre, y éste resignado hizo unas llamadas para que Aquiles se tranquilizara un poco.
Aquiles salió en una misión de combate durante casi un mes.
Antes de marcharse la amenazó:
-Cuando regrese tienes que pesar diez quilos menos.Es por tu bien-sentenció.

Lía no dijo nada y se colgó otra vez en el ordenador.
FOROS DE LA REVOLUCION –leyó –
Y entró en la página.
Al principio no encontró gran cosa, la situación política en la ciudad de Gurb era de lo más aburrida, todo estaba controlado, y la gente se sentía bastante bien, la disidencia sólo se manifestaba en detalles de convivencia. Ya hacia muchos años que la gente se había acostumbrado a la "mano férrea con guante de seda", todo estaba organizado de una manera lógica y razonablemente justa, las guerras eran algo que había pasado a la historia y los conflictos entre la ciudad y las zonas del exterior eran raros, y si los había se resolvían rápidamente y de una manera discreta.
Pero Lía siguió profundizando en las páginas de política.
La política se había convertido en una especie de juego de salón, la gente despotricaba y criticaba al régimen de las más variadas formas, pero en el fondo todo el mundo asimilaba el sistema, todo el mundo encontraba un sitio en la sociedad.
No había alternativa al sistema y todo el mundo lo sabía.
Si pertenecías a la ciudad de Gurb tus problemas estaban resueltos, si querías estudiar estudiabas y si no querías la ciudad tenía multitud de oficios sencillos en los que ganarse la vida de una manera cómoda, la sociedad de Gurb y sus dirigentes profesionales resolvían todos los problemas básicos.
Lía sabía que éso era así, lo había aprendido desde pequeña, en el colegio y en el instituto. Las clases sociales existían, pero apenas se notaban.
Todo el mundo podía acceder a casi todo, la socialización del capitalismo había llegado a tales niveles que ser demasiado rico apenas era posible, y además no estaba bien visto.
El trabajo sucio lo hacían “los del exterior” y de éso apenas se hablaba.
Los países habían dejado de existir.
La tecnología resolvía los trabajos pesados y sucios.
Las ciudades se relacionaban entre ellas de la misma manera, las ciudades pobres trabajaban para las ciudades ricas, aunque de una manera equilibrada, se había llegado a la conclusión política de que exprimir a los trabajadores no era conveniente, todo se moderó y se llegó a un equilibrio satisfactorio para todos.
Sólo había un problema:
Todo era muy aburrido.

Lía llegó a esa conclusión después de muchas horas de navegar por la red.
Casi jugando construyó su página.
La llamó MIERDA.
Hizo un alegato al aburrimiento que ocupó varias páginas,hablaba sobre lo aburrido de la vida y del callejón sin salida que era.
Al día siguiente se sorprendió de la cantidad de visitas que tuvo,por un momento se sintió importante, imaginó el poder de influencia que podía ejercer sobre los demás, y se le puso la carne de gallina.
No se conformó con las visitas a la página, y se le ocurrió proponer una convocatoria.
-¿Pero una convocatoria para qué?-se pregunto asustada-
Necesitaba algo que llamara la atención.
La mente se le iluminó, ¡ya lo tenía! !Una convocatoria para cagar en grupo!
Aconsejó a los convocados que vistieran una túnica marrón-la túnica se había convertido en un atuendo habitual en la vestimenta desde hacía algún tiempo-.
Sólo le quedaba proponer el sitio, la concentración debía ser en un lugar que llamara la atención, donde fuera un escándalo…
La cita fue en la catedral.
La catedral de la ciudad de Gurb tenía más de mil doscientos años de antigüedad, más que un lugar de culto era el referente de la ciudad, más que una iglesia era un museo, un vínculo de los tiempos pasados. Ya no era solamente católica, las religiones se habían amalgamado de tal manera y de una forma tan razonable que a la iglesia se iba más para meditar que para rezar. El cristianismo, el budismo y el islamismo se habían refundido en una sola religión desde hacia muchos años , la cultura y la ciencia hicieron el resto.
De todas formas la catedral era un sitio de respeto y silencio, todavía se celebraban ceremonias el los días señalados: Navidad, Ramadán, el aniversario del nacimiento de Buda... también se solía hacer la toma de posesión de los nuevos presidentes de la ciudad.
A las siete de la tarde no solía haber mucha gente en la catedral, el obispo- administrador se extrañó de tanta afluencia de público, le pareció extraño que todos vistieran túnica de color marrón,pero pensó que se habría formado alguna secta nueva, y no le dio mas importancia, colgó su túnica dorada y se marchó a su casa.
Lía no se dio a conocer, era una más entre las casi quinientas personas que se habían congregado en la catedral, pensó que así era mejor. Nadie preguntó nada,el silencio era impresionante, un chico bastante gordo se agachó y comenzó a cagar protegido por su túnica, había ingerido una considerable cantidad de pan integral durante casi una semana y ya no podía aguntar más. Fue la señal que nadie convino. Todos se acuclillaron para cagar en silencio, y el hedor a mierda se fue extendiendo por todo el recinto…
Salieron todos ordenadamente, nadie dijo nada, algunos habían pisado los excrementos de sus compañeros y se limpiaron los pies a la salida.
El obispo administrador salió en todos los canales de televisión indignado por la monumental gamberrada, pedía castigo y expulsión de la ciudad para todos los culpables, el alcalde presidente de la ciudad amenazó con los más severos castigos.
La foto con la catedral llena de mierda salió en todos los periódicos de la ciudad de Gurb.
La red ardía… La página de Lía se colapsó… No pudieron localizarla, había aprendido mucho y usaba las más sofisticadas técnicas de los piratas informáticos.
Lía esperó algunos días antes de conectarse y ver su página, cuando lo hizo se dio cuenta de la envergadura de su acción, estaba excitada, notaba que tenía poder sobre los demás y éso le producía una sensación casi erótica.
Se acordó de que Aquiles pronto volvería, se inquietó recordando su amenaza .Le pareció verlo con su uniforme y su actitud amenazante, de todas maneras apenas había comido desde que se enganchó de nuevo en la red.
Se pesó en la balanza del baño y comprobó con alegría que había perdido el peso que Aquiles le impuso, había estado tomando laxantes para poder cagar en la catedral, a causa de su nerviosismo habitual siempre había padecido estreñimiento y retención de líquidos. Se sentía mejor y más ligera, casi volaba pensando que era la líder del movimiento de protesta más absurdo de la historia de la ciudad de Gurb.
Cuando Aquiles regresó ella lo recibió con sumisión, había puesto la balanza del baño en la puerta de entrada del apartamento y lo recibió subida en ella, a Aquiles le pareció gracioso y la llevó en brazos hasta la cama allí la desnudó y le quitó la ropa a zarpazos hasta dejarla desnuda, todo lo que le hizo Aquiles la relajó mucho y pensó que quizás no era tan malo ser el descanso del guerrero.
Mientras Aquiles estuvo en casa apenas tocó el ordenador, si él la sorprendía mirando la pantalla ella le decía que estaba siguiendo un régimen de un médico que publicaba sus métodos de adelgazamiento por la red, y que gracias él había perdido tanto peso.
Aquiles sentenció que en treinta días debería perder otros diez quilos más…
Ella le dijo que los primeros diez quilos son fáciles de perder pero los diez siguientes no lo son tanto.
-Diez-dijo autoritario-
-Haré lo que pueda-dijo ella-
-He dicho diez,Lía–le dijo con aquella mirada que tanto temía-

A veces Aquiles desaparecía varios días sin dar ninguna explicación, cuando volvía la interrogaba con la mirada , ella procuraba evitar el rayo de sus ojos, entonces él oscilaba el dedo a modo de advertencia,y ella bajaba la cabeza con sumisión.
Aquiles había recibido la misión de descubrir el origen del movimiento de la mierda en la catedral, él pensaba que sólo era una gamberrada de gente aburrida. Su anterior misión había sido fácil, se trataba de unas colonias que se habían instalado en la frontera, en la tierra de nadie. Oficialmente no se podía decir que se trataba de una invasión, sólo eran unos asentamientos de nómadas dedicados al tráfico de la nueva droga, la de los cristales azules, la droga de la felicidad: si la tomas eres feliz…
No pudo evitar probarla cuando masacró el asentamiento, no es que estuviera totalmente prohibida, solamente era que no querían venderla a un precio razonable.
Las excursiones de los ciudadanos de Gurb a los asentamientos de la periferia no se podían consentir, las drogas en Gurb eran legales desde tiempos inmemorables, casi desde su fundación, el equilibrio político de las ciudades –estado se basaba en el "vive y deja vivir"... dentro de un orden razonable.
Además los que habían sintetizado esa droga tan atractiva no querían facilitar la fórmula a los laboratorios, nadie sabía de qué estaba compuesta y los análisis que se habían hecho no daban los resultados satisfactorios.
De hecho lo que molaba de la droga azul era la manera de venderla.
Nada es verdad ni mentira, todo es según el cristal con que se mira-decían los camellos- si miras la vida a través de los cristales azules verás la verdad que te lleva a la felicidad.
La peor enfermedad de la ciudad de Gurb era el aburrimiento, casi todas las cosas básicas estaban resueltas menos el aburrimiento.
Desde que los asentamientos de la periferia habían desaparecido los cristales azules se habían puesto por las nubes, cuando más escasean las cosas más se desean.
Aquiles tenía casi dos kilos de cristales, la guardada en un sitio seguro, pero no tenía práctica en la distribución, y esperó a que las cosas se calmasen.
Sabía lo que le esperaba si lo descubrían.
Cuando pasaba varios días sin aparecer por casa Lía aprovechaba para preparar nuevas acciones, había escondido la túnica marrón dentro de la pantalla de un ordenador antiguo que no usaba Aquiles, él nunca sospecharía ni encontraría tal escondite. Segura y entusiasmada con su liderazgo de mierda se sumergió de nuevo por la red aprovechando las esperadas ausencias de Aquiles.

-VAMOS A CAGAR EN LA PLAZA DE LOS SUEÑOS PERDIDOS –escribió en la pantalla – y puso la fecha y la hora…
La plaza de los sueños perdidos era el centro de la ciudad, una enorme plaza de arquitectura fría, el piso de mármol blanco se mantenía siempre impoluto, los servicios de limpieza con su maquinaria automatizada lo limpiaban y pulían varias veces al día.
En el centro de la plaza una enorme estatua de cinco metros de altura reinaba por encima de la gente que paseaba, los ciudadanos se sentían orgullosos de su plaza, a veces se hacían conciertos con instrumentos antiguos, violines trompetas y oboes, existía una escuela especial con métodos antiguos para dominar estos instrumentos que se guardaban cuidadosamente en el museo de la música.
Sólo se celebraba un concierto al año, los instrumentos eran delicados y se podían estropear, nadie asistía en persona a esos conciertos, todo el mundo los veía por televisión, la respiración de tanta gente podía afectar a la sonoridad, además el espectáculo era mucho más hermoso con la plaza vacía y los músicos en medio de la plaza desierta, tocando siempre la misma sinfonía: La sinfonía de los sueños perdidos.La sinfonía de los sueños perdidos unía a los habitantes de Gurb, su música aglutinaba todos los sentimientos patrióticos por encima de todas las demás cosas.

Aprovechando una de las ausencias de Aquiles, Lía sacó de su escondite la túnica marrón y la alisó cuidadosamente, se la probó delante del espejo y vio que le quedaba un poco más ancha que la última vez, se la quitó y la metió en una bolsa consciente del peligro que corría si en ese momento Aquiles la hubiera sorprendido.
Se encaminó a la plaza de los sueños perdidos y al llegar la encontró extrañamente vacía, pensó que la gente se había asustado y que nadie acudiría a la llamada , a la protesta pestilente…
Cuando fue la hora que se había convenido una multitud con túnicas marrones se apiñó en la plaza, Lía también lo hizo, la gran plaza se vio desbordada de gente que al unísono y sin que mediara palabra alguna se agacharon para defecar en multitudinario grupo.
Todo fue muy rápido, cuando la policía llegó todo el mundo había desaparecido dejando el pestilente recuerdo de su presencia.
Toda la plaza se tiñó de marrón, las pisadas de los protestantes de la mierda habían contribuido a esparcir los excrementos de todas las clases, diarreas inducidas, cagallones duros de gente estreñida, mierda verde procedente de los muchos vegetarianos…
Hasta la estatua del compositor de los sueños perdidos parecía haber cambiado la expresión de dulzura por la de asco.
La conmoción en toda la ciudad fue de las que hacen historia, nunca en la larga vida de la ciudad de Gurb había sucedido algo parecido, todas la instituciones sacaban fuego por las muelas, toda la sociedad pedía castigos y expulsiones.

-¡Si no están contentos que se vayan al exterior!-clamaba a toda página el diario de la tarde-
Los analistas de la sociedad hacían teorías sobre el aburrimiento de la juventud.
El doctor Vervoten dijo en la televisión que el aburrimiento era una reacción de la psique:
-Si estás aburrido te sientes mal, y si te sientes mal quieres dejar de sentirte mal entonces la mente reacciona con nuevo vigor y se vuelve creativa-teorizó- .
Costó varios días de ardua limpieza para dejar otra vez la plaza limpia, movilizaron la reserva de policías –soldado que de paisano intentaban infiltrarse en el movimiento.
Todo fue inútil, Lía había silenciado su sitio en la red y no pudo ser localizada de ninguna manera.
Aquiles estaba de los nervios, los jefes le llamaban constantemente pidiéndole resultados, y no le dejaban tiempo para organizar la red de los cristales azules.
La silla del alcalde-presidente había temblado varias veces y ya se notaban movimientos en el escalafón de posibles sustitutos.
Lía se sentía feliz, por fin había triunfado como quería, a una orden suya una multitud de gente se movía y hacía cosas( aunque de momento sólo cagar),se reía del nerviosismo de Aquiles y fingía hacer régimenes de adelgazamiento y mucho ejercicio.
Él no le hacía caso, no había hecho ninguna detención, ni tenía la más remota idea de quién pudiera organizar el movimiento de los chicos de la mierda.
Aquiles era un tipo duro, había sido adiestrado desde pequeño para serlo, duro e implacable, era uno de los pocos en la ciudad de Gurb que conocía el mundo exterior, que había estado fuera de las burbujas de las ciudades autónomas, sabía de la las cosas de la vida de verdad, no como la mayoría de la gente que sólo conocía la realidad de las cosas filtradas por los medios.
Le gustaban las misiones en el exterior, fuera sólo imperaba la ley del más fuerte y éso le hacía sentirse cómodo, en el exterior no existían las leyes que protegían a los más débiles, podía hacer lo que quería con tal de llevar a cabo su misión.
Nadie le pediría explicaciones por un muerto más o menos.
El tener que actuar dentro de la ciudad implicaba riesgo, si por casualidad el jefe de la mierda era hijo o familiar de alguien influyente, o simplemente rico, podría tener problemas, no por parte de la ley…Los sicarios particulares eran una especie de institución secreta que hacían cualquier cosa por dinero.
El equilibrio de las cosas en las ciudades autónomas era sutil.Demasiado sutil para su cabeza.
Pero Lía no quería estar permanentemente en el anonimato, nadie de los que habían ido a cagar a la plaza de los sueños perdidos sabía quién había inventado el movimiento de la mierda, las preguntas sobre el origen del movimiento circulaban por la red.
Todo movimiento se debe a una ideología
Todas las cosas se hacen por algo.
Los servicios de psicología pública comenzaron a elaborar teorías al respecto.
Quizá nuestra sociedad es demasiado aburrida..
Tal vez falten canales de expresió..
Quizás nuestra juventud está atravesando una fase anal tardía y por eso se expresa de una forma tan escatológica.
Mano blanda, mano dura el gobierno seguía buscando.

Aquiles había estado torturando a un falso culpable que firmó todo lo que le puso delante Su jefe inmediato le tiró los papeles por la cabeza cuando estaba esperando el resultado del informe.
Le dijo que siguiera buscando.
Lía quería protagonismo,antes de que otros se adjudicaran la autoría del movimiento y se llevaran la gloria.
Por éso cedió a la tentación de ser la líder del movimiento de la mierda una vez más , aprovechando una de las ausencias de su marido se sentó delante del ordenador y lanzó un mensaje.
Pero los adeptos de la túnica marrón estaban asustados, los que habían ido a cagar a la plaza lo habían hecho más por hacer una monumental gamberrada que por una acción política o de descontento, otros lo habían hecho (dando la razón al profesor Verbothen) por puro aburrimiento.
Cuando Lía convocó a los chicos de la mierda a cagar dentro del Ayuntamiento nadie se atrevió, demasiado riesgo, los policías –soldado estaban por todas partes, demasiado arriesgado.La pena por un delito de sedición era la de expulsión de la ciudad.
El fracaso sumió a Lía en un profundo mal humor, no alcanzó a comprender que el éxito de las demás concentraciones se debía al factor sorpresa, estaba ávida de gloria revolucionaria, y no tomó las precauciones necesarias para no ser localizada en la red.
Los compañeros de Aquiles se dieron cuenta enseguida del marrón en que se había metido su jefe de operaciones de violencia, y se lo dijeron con tiempo para que lo arreglara sin que se enteraran los jefes.
Aquiles les dio las gracias, el corporativismo siempre había dado buenos resultados en la sección de Aquiles.
Repartió muchas dosis de cristales azules entre sus compañeros.

Cuando Lía escuchó la puerta y supo que Aquiles había regresado a una hora inhabitual se apresuró a enmascarar su ordenador consultando una página de dietética japonesa.

-¡Mierda, mierda, mierda! –gritó Aquiles nada más entrar por la puerta.
-¿Ocurre algo cariño? –dijo Lía con voz sedosa .

Aquiles miró a Lía y enseguida captó en sus ojos el intento de ocultar algo.

-!Tú…eras tú…desde aquí, desde mi casa…-atinó a decir-
-¿Yo qué?-preguntó Lía antes de recibir la bofetada-
De la boca de Aquiles salieron los peores insultos, le dio una patada mientras le preguntaba dónde estaba la túnica…
Lía se acurrucó en un rincón con las manos en la cara para protegerse de los golpes de su marido.
El se puso encima de ella y acercó su cara a la suya mienttras le dijo con voz silbante:
-¡Cuéntamelo todo! TODO!!!! –gritó.
Ella siguió en posición fetal con los dientes apretados
Aquiles puso patas arriba toda la casa hasta que encontrar la túnica marrón, todavía olía un poco a mierda…
Aquiles se sentó delante del ordenador mientras farfullaba insultos y amenazas
Localizó todos los mensajes.
Sus dedos corrían veloces por el teclado siguiendo el rastro de los mensajes de Lía.
Se tranquilizó un poco pensando en su posición profesional, y en los negocios de los cristales azules, necesitaba pensar…
Lía se levantó y corrió hacia la puerta de salida en un intento de huir, pero Aquiles había cerrado la puerta con llave.
Se levantó y se hartó de darle golpes sin marcas, lo hacía en silencio, mientras pensaba en encontrar una salida al problema.

-¡Se acabó! –dijo Aquiles entrando en el despacho de su jefe.
El jefe de los policías –soldados lo miró con incredulidad.
-Encontramos el ordenador donde salía todo, al final ha resultado ser un niñato aburrido el que mandaba los mensajes de la mierda… Se tiró por la ventana cuando estábamos derribando la puerta.
-¡Espero que no sea otro montaje! –dijo el jefe-
-No, esta vez ha caído de verdad, la otra vez fue un fallo de investigación, aquí lo tiene todo-dijo dejando sobre la mesa un lápiz de memoria.
-Espero que no sea hijo de nadie importante –rezongó el jefe-
-Un desgraciado… -se atrevió a decir Aquiles-

Parecía todo perfecto, el trabajo de los hombres de Aquiles no tenía ni un fallo, los especialistas en informática y los asesinos profesionales hicieron un trabajo perfecto. A Aquiles le costó una buena porción de cristales y el pobre chico apenas tuvo tiempo de nada, cuando quiso darse cuenta ya estaba volando…

Look escuchó la voz de Lía por el teléfono, apenas le entendió nada sólo acertó a entender:
-Ven Look me va a matar…
Cuando Aquiles ya más tranquilo regresó al apartamento encontró a Look sentado en el sillón del salón con una copa en la mano.
-Tenemos que hablar –le dijo secamente –
-Aquiles asintió sin decir palabra
-Mi padre quiere verte, tenemos que arreglar esto de una forma civilizada…
Fueron a la casa de Bloom, en el trayecto no se dijeron nada, Aquiles pensaba que aún podría sacar una suculenta suma de dinero a cambio de no formar un escándalo.
Cuando llegaron Look hizo pasar a Aquiles a una salita contigua a la consulta de Bloum, y salió diciéndole a Aquiles que se tomara una copa mientras esperaba.
Aquiles se sentó y no se tomó nada, quería estar sereno para no cometer ningún error, su cara se había convertido en piedra, siempre le sucedía cuando tenía que tomar una determinación grave, se sentó y esperó con la espalda recta.
Cuando se dio cuenta del olor ya casi estaba anestesiado, poco a poco se fue aflojando y se deslizó lentamente del sillón hasta caer al suelo, entonces aparecieron los enfermeros de Bloum y lo colocaron en la camilla ajustando las correas.

Cuando despertó la luz cenital del quirófano le cegó los ojos y al girar la cara vio a Look y a Bloum con las batas verdes de cirujanos, intento soltarse de las correas y enseguida comprendió que era imposible, intentó serenarse, y dijo que todo se podía arreglar…
-No me cabe la menor duda –dijo Bloum detrás de su mascarilla de cirujano-
Cuando el bisturí cortó el tendón de su pierna izquierda entendió y suplicó por un poco de anestesia, Look suturaba con cuidado y cosía con destreza…
Cuando terminaron de cortarle los tendones de los brazos y de las piernas Aquiles había enloquecido de dolor y estaba ronco de aullar, tuvieron que anestesiarlo para poder cortarle las cuerdas vocales…
El jefe de los soldados –policías había dado permiso para todo…
Aquiles era una incomodidad de la que librarse.

Cuando lo sacaron en una silla de ruedas para ingresarlo en un hospital para dementes pobres Lía quiso verlo una vez más.
Su padre no se opuso.
De sus ojos amoratados salieron lágrimas y más lágrimas…
-¡Dámelo papá¡ -dijo llorando-
-Yo lo cuidaré, soy su mujer, soy su esposa, dedicaré mi vida a cuidarlo…
Y BloUm no se opuso.




FIN




Se terminó el día 26 de Febrero del 2008-02-26

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